PROLOGO.
Toda historia tiene un comienzo, toda historia tiene un fin, al menos así debería serlo, aunque claro hay sus excepciones, entre ellas yo. Cuentas historias, con maldiciones tan grandes, con lastres tan largos, grandes y pesados. Una existencia sin sentido, una existencia en la oscuridad, consumido, por el abismo, la desesperación, la soledad. Pero al final este ha sido mi castigo, uno que hace que mi odio crezca cada día más y más. Buscando una venganza, que algún día he de tener.
Fui cruel, sí; fui despiadado, sí, destruí todo aquello que una vez juré proteger con mi propia vida de ser necesario. Pero, no me justifico, yo manché mis manos con esa sangre de inocentes, inocentes...jamás pensé que envidiaría en algún momento de mi vida esa cualidad. Ese pequeño pedazo de mi ser que arrancaron, destrozaron y se cercioraron de acabar sus restos, reduciéndolo a la nada. Ayudando a convertirme en lo que ahora soy.
Ira me consume, ira en cada momento con cada recuerdo, con cada maldito sentimiento que evocan en mí esas imágenes. He destrozado sus cuerpos... pero sus fantasmas, penitentes, siempre siguiéndome, torturándome; claro, eso no siempre fue así. Rabia conmigo mismo por dejar que esos malditos fantasmas hagan mella en mí. Sentimientos, esas cosas que deje atrás hace tantos años y que creí desaparecidos. Tan odiados y tan molestos.
En algún momento fui el héroe, sí, el torpe y confiable héroe. Aquel que creyó en los demás por encima de todo, aquel que confiaba en sus semejantes, aquel héroe con la estúpida venda en los ojos, pensando que todo tenía una parte buena. Sí, fui el mas idiota entre los idiotas, el más bueno entre los buenos. Fui usado, desechado, perseguido y encerrado.
Pero pasaron tantas, tantas cosas entre esos hechos... Tal vez mi castigo, mi penitencia más cruel es recordar, es rememorar cada instante, cada momento, lugar y persona de mi vida, todos borrados por mis propias manos. Tallé en piedra mi destino. Tal vez incluso hasta yo, uno de los seres más despreciables, tiene derecho a contar su historia.
No busco redención, no busco entendimiento, ni mucho menos que piensen que cambiaré. No lo haré, no lo necesito, porque lo que soy ahora, ha sido el resultado de mis decisiones y mis acciones; mi naturaleza es así y no es mi intención explicar mi vida, solo quiero contar mi historia.
La historia de Malchior de Nol, las crónicas de un hechicero.
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N/A: Este viejo proyecto va dedicado a mi hermana del alma Linda-Ravstar.
