¡Hola, gente!
Para mí es un honor presentar una de mis obras.
Es la primera en FanFiction, pero no es la primera que creo.
¡Ojalá le den una oportunidad a esta historia corta!
Naruto © Masashi Kishimoto
Los OC NO me pertenecen, yo solo los he tomado prestados sin fin alguno.
NO AL PLAGIO DE HISTORIAS.
ESTA HISTORIA ME PERTENECE Y CUALQUIER PUBLICACIÓN EN OTRA PÁGINA
QUE NO SEA ESTÁ PROHIBIDA SIN MI CONSENTIMIENTO PREVIO.
—Tú sabes que yo aún te estoy esperando, ¿cierto? Aún después de ésta guerra.
—Espérame un poco más, Sakura.
—Sasuke-kun…
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Su emoción sobrepasaba todos los límites. Ya portaba su bandana como toda una kunoichi, una genin.
Se concentró en ver su figura en el espejo de cuerpo completo de su habitación: su cabello de color rosa pálido había crecido y ahora lo llevaba por la espalda media, sus ojos color verde jade pastel estaban brillantes, así como los de su madre y su padre, su cuerpo todavía no estaba muy desarrollado por sus recién cumplidos 12 años pero su delgada figura la hacía ver muy bonita, al igual que sus ropas de un bonito color vino.
— ¡Sabaku no Karura, se te hace tarde!
— ¡Ya voy, okā-san!
Ella era la mezcla perfecta entre el Kazekage de Sunagakure y su esposa, la mejor ninja médico de las Naciones Shinobi.
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— ¿Por qué no aceptas esa invitación de Gaara a cenar 'ttebayo?
—Te he dicho mil veces que no me siento muy cómoda cuando Gaara-kun está cerca…
—Eso es porque sabes que él está interesado en ti, Sakura-chan.
—Tú bien sabes que sigo esperando…
— ¡Ya han pasado 2 años!
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Aquella era su primera misión como genin que cumpliría fuera de Sunagakure: llevar un mensaje al Hokage con su equipo. Era una misión de rango D, pero al fin la habían dejado salir de su aldea en busca de un poco más de acción. A ella no le gustaba en un solo lugar por mucho tiempo.
—No se hayan a separar por nada del mundo. El bosque antes de llegar a Konoha puede ser muy engañoso…—advirtió su sensei.
— ¡Yo lo conozco de memoria! —alardeó a su grupo.
— ¡Karura! ¡Que ni se te ocurra separarte! Comprendo que desde niña haz estado viajando de Konoha a Suna por tu madre, pero ésta es una misión oficial bajo las órdenes del Kazekage y ¡no es un juego!
—Hai, sensei…
Y fue así como se perdió en aquella noche tan oscura como los ojos que encontró.
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—Vente conmigo a Suna, Sakura.
—Yo…No puedo…
—Sé que tú sientes lo mismo que yo. ¿Acaso sigues esperando a que él vuelva?
—Gaara-kun, yo no…
—Mereces ser feliz. Seamos felices juntos, Sakura—terminó sus palabras con un beso correspondido.
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Perdida en la noche lo único que pudo hacer fue dormir en el hueco de un tronco, mientras amanecía y pensaba en qué podría hacer.
—Oye… Despierta niña…
Aquello era solo un susurro que sonaba a la distancia. Le dolía todo su cuerpo por dormir en una mala posición, sumando el frío que se calaba hasta sus huesos.
Abrió sus ojos verdes jade pastel y se encontró con otro par de ojos, solamente que éstos eran de un color negro intenso con un brillo que iba desde lo altanero hasta lo juguetón. Eran simplemente hermosos.
— ¿Qué crees que haces en un bosque durmiendo sola, ah? ¿Acaso eres tonta o qué? —dijo el chico que la había despertado.
Era realmente atractivo. Su piel de un tono un poco más blanco que el suyo, un cabello azabache un poco rebelde con dos mechones a cada lado y unos cuantos más en su frente dejándole un flequillo, unos ojos negros ónix y vestimentas de color azul oscuro, añadiendo que el joven no podía tener más de 13 años y no portaba bandana que pudiera identificar su lugar de origen como lo hacía su bandana de Suna.
Todo el encanto que tenía al verlo con cuidado se esfumó al momento en que recordó la manera grosera en que él la había despertado. ¿Quién diablos se creía él?
— ¡Oye, no me hables así! ¿Quién te crees que eres para hablarme así? —casi rugió la chica.
—Hmp.
— ¡¿Acaso no conoces modales?! —dijo levantándose del tronco y acercándose al chico frente a ella. Fue ahí donde notó que él era un poco más alto que ella y que, si antes lo había visto como atractivo, ahora lo podía calificar como jodidamente guapo.
—Como regla de cortesía, tú debes decir tu nombre primero…—su cara de indiferencia le daba un aire de misterio del cual no pudo evitar sonrojarse.
— ¡¿E-Eh?! P-Pues mi nombre es Sabaku no Karura y ¡seré la primera mujer Kazekage de Sunagakure no Sato! —gritó mientras cerraba sus ojos y apuntaba con su dedo índice al chico como último intento de esconder el sonrojo, sin darse cuenta de que aquellas palabras había sorprendido a su acompañante. —Ahora dime el tuyo…
— Eres muy ruidosa, pero me caes bien, niña. —dijo mientras una sonrisa de medio lado se dibujaba en su rostro. —Soy Uchiha Daisuke.
Aquello tenía que ser una broma del destino.
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"Nombre: Sabaku no Karura.
Sexo: Femenino.
Fecha de Nacimiento: 23 de Julio"
—Naciste el mismo día que él, Karura-chan…—Sonrió con melancolía mientras abrazaba a su bebé recién nacida y besaba la cabecita con cabello rosa como el suyo. .
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"Si eres la hija del Kazekage debes de ser fuerte. Algún día nos enfrentaremos y veremos cuál de los 2 es más fuerte", fueron las palabras que Uchiha Daisuke le había dicho cuando se separaron. Palabras que la habían alentado a entrenar con más ánimos.
Su madre la había entrenado en control perfecto de chackra, su padre en el control del polvo dorado, el cual había sido la herencia de su abuelo, el Yondaime Kazekage. Su nivel como ninja iba avanzando a un nivel esperado, pero para ella aquello no era suficiente, ella quería entrenar el elemento viento y para ello el mejor era su padrino, Uzumaki Naruto, o como ella le llamaba "Ramen-sennin", quien controlaba aquel elemento como nadie.
— Okā-san, quiero pedir permiso para ir a entrenar a Konoha con Ramen-sennin. —la comida que estaba siendo ingerida por Sakura casi la logra ahogar.
— ¡¿Q-Qué?!
—Quiero entrenar con mi padrino el elemento viento. Si logro dominarlo, podré ascender a chunin…—la determinación en el rostro de su hija era el mismo que un día ella había tenido.
—Tienes 13 años…
—Está bien, Karura. —las miradas se dirigieron a la voz que se asomaba por la puerta, dejando ver a su padre, Sabaku no Gaara.
—Gaara-kun… ¿Estás…?—su oración fue interrumpida por su esposo.
—Karura, es hora que comiences tu propio camino ninja y sé que tú nos harás los padres más orgullosos.
—Otō-san…—su hija corrió a abrazarlo mientras pequeñas lágrimas se asomaban por su rostro. — ¡Eres el mejor padre del mundo! ¡Nunca hubiera querido que otra persona fuera mi padre más que tú! —Sakura se sobresaltó ante aquella declaración, mientras Gaara dejaba escapar una pequeña sonrisa.
—Demuestra que eres la hija del Godaime Kazekage y la mejor ninja médico de las Naciones Shinobi.
