Los personajes son de S.M. Y la trama es mía.

Bella POV

31 de diciembre a la noche.

Recuerdo esa noche como una de las peores de mi vida. donde lo que me quedaba de mi vida se derrumbó y todo se vino abajo. Había decidido pasarla con mis tíos y su único hijo Marcus, ya que mis padres están separados y ambos odiaban las fiestas.
Estar con mis tíos era peor que estar sola, aunque me llevaba bien con mi primo. Me hubiera quedado en casa de mi madre, que es donde yo vivía, pero ahí iba a estar ella con su novio teniendo sexo y tomando champagne, por lo que preferí irme para no escuchar sus gritos. Y mi padre vivía lo suficientemente lejos para que yo pudiera ir, y en caso de que lo consiguiera, él me arruinaría más las fiestas si eso fuera posible. Mi única amiga se fue a pasar las fiestas con sus abuelos y yo no quería quedar como una colada en su familia, aunque ella haba dicho que no había problema y que yo era su amiga.

Ya estaban por ser las doce. apenas faltaban 3 minutos, mi mente vagaba de acá para allá pensando en lo que podía hacer para mejorar m vida.
Me propuse metas, terminar bien el ultimo año de la secundaria, conseguir una beca para la universidad, un trabajo y vivir independientemente.

-Hey Bella, ya casi son las doce- me habló Marcus, yo lo mire -vamos a ir al patio a tirar fuegos artificiales y a ver los de los demás.
-Hay voy- y dicho esto, me paré y lo acompañé al patio.

A las doce sonaron las campanas de la iglesia. Todos brindamos y miramos los fuegos artificiales. Brindamos por la paz en el mundo y por el bienestar de todos.
Mirando el cielo empecé a llorar, no llorar de alegría, sino de tristezas. Me puse a recordar todas las cosas malas que me habían pasado este año (y años anteriores), llorar por las que no sabía y por las que vendrían.
Me sentía mal conmigo misma, por motivos que yo no entendía y si yo no los entendía nadie más los entendería.
Marcus llegó al lado mio y me abrazo.
- Todo va a estar bien prima- pero sus palabras no me llegaron al corazón
Quería creerle, pero me era imposible. Era como creerle al gobierno, que decía que todo estaba bien, pero todos sabíamos que no era así.

Me retire y me fui a la habitación de huéspedes, que era donde dirimía yo por el momento, entré, me senté en la cama y me puse en posición fetal.
Abracé mis rodillas con fuerzas, esperando que esto sea un sueño y mañana despierte en un mundo mejor. Pestañee pero nada sucedió. Las lágrimas recorrían mi rostro y chocaban contra el cubrecamas. Intenté pensar en algo positivo pero no podía.

Miré las estrellas a través de la ventana, me concentré en solo una de ellas y pensé en todos mis objetivos para este año esperando que los pueda cumplir. Esto ayudó a aclarar mi mente. Seguí mirando esa estrella fijamente hasta que al fin pude dormirme y estar en paz conmigo misma.
La última lágrima resbaló por mi cara y cayó en la sábana.