N/A: Un delirio que se me ocurrió... no recuerdo bien como es que se me ocurrió pero espero que al leerlo digan: tiene lógica como lo plantea. Ojalá les guste.


Morir para amar, amar para morir


El 5 de Noviembre de 2004, L, el mejor detective del mundo se derrumbó. Tan solo para caer en sus brazos, y sin embargo su caída había sido anunciada desde el mismo momento en que ambos hombres se miraron. Uno de los dos debía morir, uno de los dos debía cometer un error que lo pusiera a merced del otro.

Light lo recibió y sintió que ese momento coronaba todo cuanto había hecho en su vida. Toda la tortura física y psicológica a la que L le había sometido estaba siendo pagada con creces.

- L, mi único enemigo, el único a mi altura, el único digno - pensó y sonrió.

L recibió esa sonrisa como la confirmación de todo cuanto en su corazón ya sabía. Light Yagami, su único amigo era Kira, el asesino serial más peligroso al que nadie se hubiera enfrentado. Un ser demoniaco bajo el aspecto de un ángel. Al contemplar esa retorcida sonrisa que desfiguraba el rostro de Light, L supo que por primera vez apreciaba su verdadero aspecto.

- Yo tenía razón - pensó, antes de que todo se pusiera negro.

Su corazón se detuvo rindiéndose al fin al dolor que lo apresaba.


- Yo tenía razón.

Las tinieblas devoraron a L, lo sumergieron en la nada sin sonido, sin pensamiento racional y sobre todo sin luz tan solo para devolverlo unos instantes después.

- ¡Yo tenía razón! - gritó L y recobró el aliento de la vida con ello.


Se enderezó aterrorizado por la terrible experiencia que acababa de afrontar, su corazón latía nuevamente, desbocadamente. Se sujetó la cabeza con ambas manos presa de un mareo terrible, temió convulsionar, caer y morir de nuevo. Se ahogaba en la más absoluta angustia y así hubiera seguido de no ser por el los brazos que lo sacaron de aquella tortura. Un par de manos cálidas que lo sujetaron.

- Ryuzaki ¿qué te sucede? - Preguntó una voz gentil.

L logró tranquilizarse.

- Ryuzaki, dime ¿qué te sucede?

L se encontró mirando a los ojos de Light Yagami, Kira, su asesino. Los ojos castaños del joven lo miraban sin reflejar otro sentimiento que preocupación.

- Yagami-kun ¿cómo es posible?

- Ryuzaki, tuviste una pesadilla, estabas gritando algo en sueños acerca de un Shinigami pero ya todo está bien.

Light sonrió con la clara intención de picar a su compañero

- Estás a salvo, aquí estoy - Ryuzaki miró en derredor.

En efecto, se encontraba en el cuartel de investigaciones, más aún, su muñeca derecha estaba encadenada a la de Yagami. Y sin embargo todo le había parecido tan real. Escuchó a medias a Light mientras le lanzaba una perorata acerca de no beber tanto café que le alteraba los nervios.

- Además de lo poco que descansas, eres un ser humano Ryuzaki a veces pienso que tratas de abarcar demasiado ¿no crees?

- Gommen, Light-kun, es sólo que mi sueño fue muy vívido - Light se sentó junto a L.

- ¿De qué iba ese sueño que ha logrado perturbarte?

Ryuzaki lo miró como siempre lo hacía, examinándolo, calibrando sus respuestas y reacciones. Por desgracia, no sabía mirar a Light de otra manera a pesar de que estaba consciente de lo mucho que eso fastidiaba al joven.

- Eras Kira y me matabas.

Light soltó una risotada sin que mediara pensamiento alguno.

- Vaya Ryuzaki, si eso es todo puedes estar tranquilo, los sueños no son evidencias a menos que quieras tomarte este caso a broma.

- Tienes razón Light - kun, lo mejor será que me ponga a trabajar.

L tomó los últimos informes de Mogi para ver en que iban. Estaba tan perturbado que no podía recordar lo que estaba haciendo antes de caer dormido.

"Yotsuba". Leyó.

- ¿Yotsuba? Agarré un informe viejo - pensó L buscando algo más actualizado, la autopsia de Higuchi por ejemplo.

Pero no había nada de eso a la vista. Se fijó en lo que Light estaba haciendo: revisaba las muertes de empresarios ocurridas en fines de semana.

- ¿Qué demonios está pasando? - se preguntó.

- Ryuzaki, sé que observarme fijamente se ha convertido en un fetiche para ti pero apreciaría que por el bien del caso te pusieras a trabajar

- Light -kun - Iba a decirle que no perdiera más el tiempo con el asunto de Yotsuba pues ya estaba terminado pero se contuvo - ¿Qué día es hoy?

- 3 de Octubre. ¿Por qué la pregunta?

- Por nada en particular.

Las manos le temblaban por lo que optó por sujetar sus rodillas con ellas para que Light no se percatara.

- ¿Desde cuando L hace preguntas sin un motivo?

Ryuzaki no respondió, agarró los papeles de nuevo y fingió que se concentraba pero en realidad estaba cavilando lo que sabía a partir de su "sueño".

Ya había vivido todo ello, peor aún estaba seguro de que su vida había seguido adelante por lo menos hasta el 5 de Noviembre, tanto como sabía que Higuchi era un tercer Kira acompañado por un Shinigami llamado Rem. Y también sabía de la Death Note. O quizá todo había sido un sueño. Una broma de su subconsciente, una fantasía muy elaborada. Pero ¿podía aceptar eso como una explicación viable? No podía proceder de otra manera, no era capaz de dar por sentado que tantos recuerdos y tanta información fueran falsos.

- Recuerdo que al comenzar a sospechar de las habilidades sobrenaturales de Kira, deduje que la única forma de condenarlo sería obligándole a confesar u obligándole a matar a alguien frente a mí... e hizo ambas cosas.

El recuerdo de la macabra sonrisa de Light, lo último que había visto en este mundo le vino a la mente con claridad.

- ¿Lo hizo? No tenía la Death Note consigo ni sabía mi nombre a menos que realizara el intercambio de ojos con Rem pero él no poseía la Death Note, quizá arrancó un pedazo de ella en el helicóptero cuando le permití tocarla.

Concentrado en sus deducciones, Ryuzaki no se había percatado de que Light requería su atención y que llevaba por lo menos algunos minutos mirándolo.

- Ryuzaki ¿de verdad te sientes bien?

- Los sueños, sueños son ¿no es así Light-kun?

- No vas a creer que tuviste una premonición ¿o si? Lo acabas de decir muy bien, los sueños, sueños son.


Continuará ...