PRÓLOGO

Esta Soy Yo...

Soy la de los ojos tristes, la que solo observa...

He visto y he oído tantas cosas... Se sorprenderían al saber...

He vivido tanto... Sin haber vivido realmente...

Y ahora, que estoy empezando a ser y hacer, ahora que mi vida toma un rumbo nuevo, ahora que siento que puedo ser todo, aparece ÉL... Y me lleva de vuelta a mi pasado no vivido... ÉL, que siempre fue la piedra en mi zapato... ÉL, que siempre me recordó que yo no valía ni sus meras palabras... ÉL. Draco Malfoy...

Se preguntaran quién soy... Me presento: Hermione Jane Granger, llamada así en honor a la Reina Hermione, de la novela de William Shakespeare "Cuentos de Invierno"... Con semejante nombre, y semejante historia por detrás, mis padres esperaban darme una personalidad diferente... Esperaban que la complejidad de mi nombre me hiciera especial...

Solo me complicaron la vida... Y no tengo nada en contra de ellos, les perdono... No fue su culpa... Yo sola tengo la culpa... Yo fui la que se hundió en la oscuridad por no querer buscar la luz...

Me sentía tan miserable... A los diez años, al enterarme que era una bruja y que iría a un colegio de magia y hechicería llamado Hogwarts al año siguiente, sentí que todo el universo estaba uniéndose en un complot contra mi... Ahora que, luego de tantos años, empezaba a tener amigos en mi colegio, me enteraba de esta desgracia...

Mi primer año en ese colegio empezó mal... Los niños se burlaban de mí, porque me pasaba las horas en la biblioteca comiéndome los libros con la mirada... Las niñas simplemente no se me acercaban... Y, aunque era igual a todos ellos, descubrí que para algunos era como un lastre del mundo mágico. Me llamaban Sangre Sucia... Luego supe qué era un muggle, y descubrí que solo los Sangre Limpia (Magos Puros) que se creían mejores por su descendencia utilizaban ese sobrenombre. Aún así me sentía fatal...

La historia se repetía otra vez...

Para la época de Halloween todos me ignoraban... Los únicos que me hablaban eran los profesores y algunos chicos que me pedían ayuda para las tareas...

La tarde del día de Halloween escuché a dos niños de mi casa decir que yo no tenía amigos por ser una sabelotodo... Eran Harry Potter y Ronald Weasley, dos fanfarrones que siempre se metían en problemas... Harry había sobrevivido a un ataque mortal, y eso lo hizo famoso... Por lo visto la fama se le subió a la cabeza... Ronald era su seguidor...

Aunque traté de ignorar ese comentario, no me aguanté, y las lágrimas salieron libres... Me escapé y me escondí en el baño de las chicas...

Recuerdo haber llorado toda la tarde, y no salí a la hora de la cena por miedo a encontrarme con alguien... De repente, escuché algo pesado venir por el corredor... Me encerré en uno de los toilettes, y ahí fue cuando escuche como se rompía la gran puerta... Vi como un Troll de 6 m me miraba con su cara de estúpido, y mi inconsciente me dijo que me tirase al piso... Los reflejos y la rapidez me salvaron en ese momento, pero sabía que el Troll podía matarme en cualquier instante

Fue entonces cuando esos dos niños, Ronald y Harry, llegaron... Atacaron al Troll, defendiéndome de su porra. Lo dejaron inconsciente en el piso del baño. En eso llegaron los profesores, y estaban punto de castigar a los chicos, cuando yo los defendí... Se formó un lazo especial entre nosotros tres...

Se preguntarán por qué les cuento todo esto... Son los momentos tristes y alegres que fueron formándome... Y, sin saberlo, en ese momento nació una nueva Hermione, más sociable, más alegre, sin miedo a lo que pensaran los demás...

Tardó mucho en producirse el cambio completo... Cinco años, para ser exacta... Cursando el 6º Curso, me liberé de todas las cosas que me ataban a mi pasado doloroso y solitario, y resolví nunca más mostrar mis debilidades.

Me volví la popular, divertida e inteligente Hermione Granger, la mejor amiga de Harry Potter y Ron Weasley... Ellos nunca me dejaron sola, fueron mi apoyo en todo momento. Eran como hermanos para mí... Juntos conformábamos el Trío de Oro, y debo decir que ellos eran mi mayor orgullo y mayor logro... Ahora eran aplicados estudiantes, deportistas, y, aunque seguían siendo traviesos, yo participaba de las travesuras, con lo que me aseguraba que no nos metiéramos en problemas...

Harry se enamoró de la hermana de Ron, Ginny, y ella se convirtió en mi mejor amiga. Así fue como conocimos a Luna, compañera de Ginny, pero de Ravenclaw, que terminó siendo la novia de Ron. Éramos un grupo alegre, pero yo era la única que no tenía novio. Me enteré después que Harry y Ron habían amenazado a todos los chicos de Hogwarts para que nadie se metiera con su dulce Hermione...

Estuvieron conmigo el día en que Voldemort asesinó a mis padres... Me acompañaban al cementerio y me abrazaban cada vez que las lágrimas me nublaban los ojos...

Me estoy olvidando de algo... O mejor dicho, de alguien... Draco Malfoy, el Príncipe de Slytherin, el hijo de uno de los mortífagos más poderosos, y la persona más egocéntrica, maleducada y engreída que jamás conocí... Desde el primer año en Hogwarts, me puso motes como el de Sangre Sucia, Castor, Sabelotodo, Impura, entre otros...

Odiaba a Harry por ser tan famoso, odiaba a Ron por ser pobre, y más me odiaba a mí... ¿Por qué? La verdad, hasta hace poco no lo sabía, pero creo que he descubierto su secreto... No se los diré todavía, es muy pronto, y necesito que entiendan por que tengo que contar todo lo que voy a contar...

No voy a hablar de todas las peleas que tuve con él. Sería demasiado largo, demasiado repetitivo, demasiado aburrido... Aunque tengo que recalcar que siempre eran guerras de palabras, y siempre ganaba yo... Eso creó cierta afinidad hacia esas peleas, y debo admitir que era raro pasar a su lado sin que me mandase alguna ofensa.

Al final del 6º Curso, algo ocurrió. Albus Dumbledore, el director del colegio, fue asesinado. Se dijo que fue Draco Malfoy el culpable, pero que en realidad, Severus Snape, el profesor de pociones, lo había matado. El único testigo fue Harry, y me contó que Malfoy dudó, y que eso le había sorprendido.

En ese momento comprendí algo. Draco Malfoy era desagradable conmigo PORQUE NO TENÍA OPCIÓN. Comprendí que era engreído porque no tenia opción. Y había intentado matar a Dumbledore porque, sin más ni menos, no tenía opción.

Era el producto del odio de su padre hacia los muggles. Comprendí que tenía corazón, y que detrás de esos ojos grises se escondía un fuego abrasador. Decidí que, si tenía la oportunidad de enmendar mis errores al tratarlo, y si volvía a verlo, le perdonaría todo y comenzaríamos desde cero.

Se me dio esa oportunidad cuando, al año siguiente, la profesora McGonagall, que ahora era directora del colegio, me nombró Premio Anual.

Mi historia empieza aquí, y ahora...