Resumen:AU en el que El Perro nunca raptó a Arya y ella se quedó en la Hermandad sin Estandartes. Lady Corazón de Piedra tampoco existe. Arya intenta seguir viviendo tras el exterminio de su familia, a la vez que se enfrenta a un poder desconocido pero fuerte en ella. Gendry, quien prometió protegerla tras la Boda Roja, siente cómo ambos se distancian en una marea de sentimientos reprimidos, rencor e ira. El primer beso y el primer amor, la confusión entre el bien y el mal y muchas otras cuestiones acompañarán a Arya y a Gendry durante su adolescencia.

Nota de la autora: Esta historia podría describirla como paralela a la historia de El Camino Real. Encontraréis elementos de El Camino Real, así que pido disculpas por adelantado ya que la historia no será original si no es repititiva de por sí. Aunque no me arrepiento de haberla escrito, siento que le hice una injusticia a los personajes principales, sobretodo a Gendry. Esta historia es una disculpa hacia ellos como fan. Puede que no prometa que Gendry y Arya acaben siendo felices y comiendo perdices, pero esto será distinto a lo que he escrito por ahora.


Arya sonreía cada vez más. Gendry siempre imaginó que ella siempre sonreía antes de vivir la tragedia de su familia, y quizás ahora ya no pueda ser como antes, pero podría recuperar la felicidad con el paso del tiempo.

Siempre esconde lo que siente, pensó Gendry, pero ésta vez parece que ya no finge ser feliz. Él la observaba cada vez que pasaba por la villa en la que él se encontraba; ella era la nómada, trayendo recados y mensajes aquí para allá, intentando ser de ayuda en lo que podía mientras que él pasaba los días enteros en la herrería. Ya no hablaban como antes porque ella apenas estaba en un lugar durante mucho tiempo. Estaba casi siempre con el grupo de Lem. Y el mocoso de Dayne. Edric no se separaba de Arya ni un solo momento. Pareció no disgustarle para nada estar con ella y muy a pesar de las quejas de Gendry, Arya apreciaba su amistad con el petulante Lord Dayne. Arya es demasiado ingenua como para leer las verdaderas intenciones del muchacho. Al fin y al cabo es un chico, y un chico cuando se acerca así a una chica es por una razón.

Todos intentaron ayudarla y consiguieron encariñarse con ella tras la Boda Roja, sobretodo Lem. Él pudo al final llevarse con Arya mejor de lo esperado. Después de la Boda Roja, Lem acogió a Arya cuando ella más lo necesitaba. Todos la ayudaron en lo que ellos podían.


—Ha sido una tragedia, una auténtica tragedia —repetía sin parar uno de los hombres de Lord Beric—. Sólo un monstruo atacaría en una boda, cuando nadie iba vestido para la guerra.

—Lo cual hace más vulnerable al enemigo en cuestión —terminó Thoros de Myr—.

Un cielo oscuro y frío conquistaba la noche. Era el primer día en semanas que no ha llovido, pero no eso no era una victoria. Parecía que el cielo se había rendido, exhausto, acompañando el luto de las muertes sin vencedores, sólo víctimas. Gendry se hallaba sentado cerca de un fuego que iluminaba los rostros sombríos de quien lo acompañaba. En ninguna guerra pasa esto.

—¿Quién ha sobrevivido? —preguntaba Lord Beric—.

—Nadie, me temo. Se escuchan rumores de un posible escape de Pez Negro, pero nada es certero —el pobre hombre levantó la mirada—. Esto es el final de la rebelión Stark.

Gendry miró a Arya. Ella no podía encontrar palabras a lo que describían sus ojos, vacíos y confusos. Estaba sentada junto a él enfrente del mismo fuego, aunque la enorme sombra que yacía tras ella le hacía pequeña y vulnerable. Nunca le había visto así. Estaba completamente rota, pero ni siquiera era lo suficientemente valiente como para mostrarlo. Ha perdido a su madre, a su hermano y la esperanza de volver a casa. En una guerra donde cada jugada sucia es una victoria, pero la boda era totalmente imprevisible. Cuando lleguemos a Aguasdulces, yo marcharé con mi familia y te puedes unir a nosotros. Puedes hacer espadas que luchen junto a mi hermano. Gendry siempre vio ese futuro poco probable, pero sólo por su parte. Él envidiaba en su interior el optimismo de ella y envidiaba aún más que todo pareciera cierto. Volvería a su hogar tan ansiosamente esperado con el resto de su familia y lucharían hasta el final por una causa que no parecía tan perdida. Él volvería a estar en manos de otro señor creando espadas. Cada uno volvería al lugar donde pertence, pero el destino ha querido ser cruel con ella.

Gendry estrechó el brazo para rodear a Arya, en un intento de empatía. Ella no pareció siquiera notarlo. Miraba el fuego desde hacía bastante tiempo y parpadeaba furiosamente con tal de no llorar. ¿Qué podría una niña cuando se entera de que su madre y su hermano han sido asesinados de forma horrenda?

Gendry vio una chispa en la mirada de Arya, algo que la devolvió a la realidad. Levantó la cabeza rápidamente y observó los distintos rostros que la rodeaban. Miró rápidamente a Gendry y ésta esquivó un movimiento predecible en él. En un segundo se puso en pie y salió disparada a la caótica oscuridad. Él no pudo olvidar el rostro que osciló durante un segundo de su amiga; el terror y el miedo finalmente consiguieron conquistarla.

Nadie pudo atraparla antes de tiempo y Lord Beric alarmó a los demás por una búsqueda urgente de la niña noble que ha huido al bosque en plena noche. Gendry salió frenéticamente a por ella. Arya podía ser muy fuerte e independiente, pero el bosque era demasiado aterrador para una niña desolada y perdida. Tengo que encontrarla antes de que alguien lo haga.

Cada grito llamándola era una pequeña confirmación de que no iba a volver. Tras horas, la gente empezó a cansarse y a perder la esperanza; después de todo el bosque no era tan grande ni ella era tan veloz en plena noche.

—Demos a la pequeña por muerta —dijo uno de los hombres—. Su familia ha sido asesinada y ella ha huido. No me extraña que se hubiera topado con lobos o algún monstruo que fuera humano. De todas formas, su recompensa no será la misma ahora que no tiene familia, si es que tiene recompensa. ¿Quién va a quererla después de todo lo que ha pasado sino es para tenerla muerta a ella también? Podría causarnos problemas, y de eso ya tenemos bastante.

—Cállate, Mark —cortó Lord Beric—. Aunque su madre y su hermano estén muertos, tiene una tía en el Nido de Águilas que podría interesarse en ella-

—¿Y pretendes ir al Nido de Águilas con todo lo que está pasando? De verdad, Beric, a veces parece que la muerte te ha hecho más estúpido —defendió el hombre—. La gente está muriendo cada día y apenas podemos cuidar a los vivos. Lo mejor será olvidarnos de ella y-

—Vamos a seguir buscándola —dijo seriamente Gendry—. Me da igual que sea recompensa o no, la Hermandad me pareció especial por ayudar a los que parecían no alcanzar esa ayuda. Arya Stark necesita ahora esa ayuda.

El hombre pareció por un momento contestarle, pero Gendry se puso adelantó a todos los demás y en un intento de orgullo, no los esperó. No son más que unos interesados después de todo. Arya tenía razón. No es la Hermandad con la que yo soñé. Por suerte para él, las luces de las antorchas parecían seguirle, como un acuerdo silencioso mostrado por la luz del fuego. El fuego de R'hollor.

La encontraron cuando el sol se reflejaba tímido en el cielo. Estaba acostada sobre el suelo, medio dormida pero medio agotada, con lágrimas secas en sus mejillas. Su rostro expresaba un dolor que nadie pudo apartar. Esta es la verdadera víctima de la Boda Roja. La sombra de los árboles parecían cubrirla, protegiéndola de la abrumadora verdad que ella intentaba huir. Por un momento le pareció un bebé asustado tendido en el suelo, sin querer despertar ni dormir. Todos asintieron cuando Gendry se acercó a recogerla y aún inconsciente, la llevó en los brazos hacia un sitio donde podía descansar y olvidar de verdad.


Aún puedo recordar lo vulnerable y perdida que parecía. Sin familia, no sólo era huérfana como muchos otros niños que han sido en todas las guerras, sino que ella moría también, dejando ahora lo que una vez fue el espíritu de Arya. Pero hace más de un año que había pasado eso, y Arya parecía por fin recuperarse. Ella siempre ha sido muy fuerte. Arya creerá que está sola y por eso debe de ser fuerte. No lo está. Yo estoy con ella, y voy a protegerla para que jamás se sienta sola de nuevo.


Te espero en el árbol viejo. No tardes mucho. Las palabras de Edric desorientaron a Arya. Hasta ahora se habían vuelto muy cercanos (a pesar de que Gendry gruñía cada vez que los veía juntos en una señal de disgusto personal hacia el joven) ya que ambos parecían tener mucho en común. Ambos somos huérfanos con un apellido maldito. Junto con Gendry, Edric se llevó la peor parte de ella; aguantó todos sus berrinches y lloriqueos que se convertían en batallas de furia. Ni siquiera pude sentirme así de desahogada con Gendry.

Arya atravesó el bosque que tantos recuerdos recolectaba en ese corto año, siendo la mayoría con Edric de protagonista. Él la hacía olvidar todo y sumergirse en un mundo de historias que él narraba, restos de una infancia de Dorne ya perdida con Lord Beric. Algún día tienes que escribir todas esas historias, le animaba Arya.

El árbol viejo ha sido un descubrimiento reciente de ambos cuando paseaban ahí. El árbol le hacía recordar a los arcianos que ella estaba tan harta de ver en Invernalia y Edric reconoció que era bastante inspirador. Parece que el árbol estaba esperando a que lo encontrásemos, dijo él. Era un árbol que ella no había visto antes, alto y orgulloso, pero estaba torcido como los abuelos cuando están demasiado viejos. Me recuerda al maestro Luwin.

Arya encontró a Edric bajo el árbol como él aseguró. Ella figuraba que algo iba mal; Edric miraba nervioso a las esquinas invisibles del bosque, buscando a alguien, pero en ningún momento miró a Arya. Sabía que ella ya estaba ahí, pero estaba asustado de encontrarse con su mirada.

—¿Qué pasa? —quiso saber ella inmediatamente—.

Edric por fin se atrevió a intercambiar una mirada con ella y Arya encontró algo en los ojos púrpura de su amigo que no vio nunca antes. Él, seguro de cada paso que daba, se acercaba cada vez más a Arya. Arya sentía cómo ella se clavaba en el suelo, asegurando el acecho de su amigo hacia ella y cuando él estuvo a un palmo de ella, se detuvo. Arya seguía perdida en su mirada y Edric aprovechó la confusión para apartarle el pelo de su rostro, y acabó por acariciar su mejilla. Arya sabía que iba a pasar, pero no podía moverse. Todo pareció suceder demasiado lento para ser verdad; el rostro de Edric se acercaba al de ella mientras sus ojos se cerraban y su boca se abrían. Unos labios perfilados y carnosos se separaban y se acercaban a suyos, mientras todo lo que podía hacer ella era respirar. En ese momento, recordó el ahogo y el horror del año pasado. Recordó las tardes en las piscinas calientes de Invernalia, en los juegos con sus hermanos, las canciones de su madre, la sonrisa de su padre. No puedo aguantarlo más. Sus sentimientos volvían a sumergir a la superficie mientras sentía la calidez de su amigo pasar a su propio cuerpo. El beso fue dulce y triste.


Nota de la autora pt. 2: También me gustaría avisar que no me voy a esmerar con las descripciones debido a que me gustaría que la historia fuera lo más corta posible. No es que la anterior historia fuera extensa, pero es que no me gustan las historias muy largas xD

Edric Dayne tendrá un papel mucho más protagonista en la última historia. Sé que lo utilicé para El Camino Real, pero me parecía demasiado interesante como para no escribir sobre él.