Los personajes no me pertenecen, solo juego con ellos en mi cabeza

contiene temas fuertes, si eres menor de edad o no te gusta; no lo leas...

Me encontraba lleno de adrenalina cuando termine con mi trabajo, no era la primera vez que lo hacia, pero no me aburría del sentimiento y la emoción de clavar un cuchillo en el pecho de algún pobre imbécil que no puede hacer nada para detenerme o de alguna cualquiera, que con algunas palabras empalagosas se creen cualquier cosa que les diga.

Claro que antes de terminar con ellas tenia que probarlas. Y esto claro, ellas no ponían resistencia en acostarse conmigo, era egocéntrico. Lo sabia. Las mujeres me encontraban físicamente atractivo cosa que daba puntos a mi favor ya que no dudaban en acompañarme cuando se los pedia.

Yo no mataba gente inocente o por lo menos no a mucha, casi siempre era por encargo o por alguna venganza: malos entendidos, alguna deuda o algo por el estilo , la verdad la razón no me importaba con tal que la paga fuera buena, no ponía peros, además era divertido cuando rogaban por sus vidas aunque de nada servia porque se podía decir que yo era un ser despiadado y sin corazón. Si, era asi como me sentía; como si no tuviera corazón, pero la verdad no me molestaba.

Y no era por haber tenido una mala infancia, ya que mi familia era muy unida y de altos recursos, se podía decir que eramos gente de sociedad, siempre tuve todo lo que quise sin excepciones.

Y mis padres siempre fueron atentos conmigo y mis hermanos; asi que tampoco tenían la culpa del hombre en el que me había convertido.

Soy asi porque mi vida era demasiado perfecta, monótona y aburrida, me faltaba diversión y fue como decidi convertirme en un asesino y la verdad es que no me arrepentía de nada.

Estaba con mi siguiente victima, Jessica Stanley; su marido me contrato porque al parecer le era infiel. Contemple por ultima vez su cuerpo desnudo. Seguía con su respiración agitada. Me levante de la cama y comencé a vestirme, ella seguía teniendo una mirada de deseo, se notaba lo perra que era, claro que a mi no me molestaba, pero ya era hora de terminar con mi encargo.

-Ya te vas lindo?- me pregunto con su voz, según ella seductora, pero yo solo escuche chillidos -¿sabes que te puedo hacer llegar de nuevo solo con mi boca?- dijo acercándoseme, rodeando mi cuello con sus brazos y rozando mis labios.

-No lo dudo, pero debo irme- le dije soltándome de su agarre y alejándome de ella, sabia que si se acercaba y me tocaba, perdería el control, aunque ya no quería estar con ella, yo seguía siendo un hombre y ella sabia muy bien como tentarte. Entré al baño y me mojé la cara, me sentía cansado solo quería llegar a mi casa comer algo y dormir un rato.

Me quedé en el baño por un buen rato, no quería salir aun y que volviera a intentar algo, además ya se le estaba acercando la hora de morir, para eso era que yo estaba aquí, la verdad es que no se perdia nada. Solo otra zorra mas en el mundo, si su marido era quien se quería deshacer de ella, nadie mas la extrañaría. Me rei de mis pensamientos. Cuando fue el momento en que me converti en este hombre sin corazón… bueno eso no importaba estaba tranquilo con eso.

Al salir del baño ella ya estaba dormida, ni siquiera se había tapado su desnudez. Esta mujer no tenia pudor ni vergüenza, bueno, eso no era problema mio, es mas, de ahora en adelante no seria problema de nadie.

Mire por ultima vez su cuerpo desnudo, seria injusto decir que era fea pero no era la gran cosa tampoco, yo había estado con mujeres mas buenas que ella.

-Mejor para mi si estas dormida-dije sacando mi arma y apuntando su cabeza –asi no me quitaras mas el tiempo- y con esto, jalé el gatillo de mi arma.

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Tome su cuerpo ya inerte y lo meti a la tina, asi se borrarían los rastros de nuestro encuentro, luego limpié la escena del crimen quemé las sábanas y cuando revise que todo estuviera sin mis huellas, sali de la habitación en la que nos encontrábamos. Nadie me había visto entrar con ella asi que aseguraría de que nadie me viera salir del lugar.

Nadie peligroso me vió salir, claro que la recepcionista del lugar si me vió pero yo, ya había estado allí asi que no me puso resistencia, se agacho un poco mostrándome su escote, rei presumido, siempre lo mismo pensé. La mire seductoramente, le guiñe un ojo y me marché.

Subi a mi coche; a mi preciado volvo, tenia muchos autos mas caros y veloces pero este volvo me gustaba mucho, era mi favorito, no se cual fuera la razón.

Conduje de prisa, ya quería llegar a mi departamento y dormir, estaba realmente cansado y necesitaba sacarme el olor a sexo que tenia encima, no era que me quejara pero no quería el olor a esa mujer todo el dia.

Llegue a mi departamento, estacione y subi. No me podía quejar de mi vida, era muy lujosa no solo por mi trabajo sino porque mi padre era un medico reconocido y nos había dado una herencia a mis hermanos y a mi. Aunque todo lo que tenia era mio, la herencia no la había usado aún. Mis padres creían que era un médico destacado en Seattle y por eso de mis lujos y comodidades sin su ayuda. Que equivocados estaban

Al entrar lo primero que hice fue tomar una toalla y entrar al baño a ducharme. Me desvestí rápidamente necesitaba relajarme. Abri la regadera y dejé que el agua caliente callera por mi cuerpo y relajara mis tensos musculos.

Mi ducha fue de unos 20 minutos… me vestí con lo primero que encontré y fui a la cocina por una cerveza, luego me dirigi a la sala y me tumbe en mi sillón. Ya me estaba quedando dormido cuando el teléfono comenzó a sonar. Gruñi internamente y me levanté despacio. No podía ser nadie del trabajo porque no tenían mi numero de teléfono, solo de celular y yo tenia una buena relación social por lo que solo me quedaba pensar que era alguien de mi familia y al ver el identificador de llamadas supe que no me había equivocado. Contesté con mi frustración evidente

-¿Que quieres Alice?-pregunté molesto por haberme despertado y porque no estaba de humor para sus reproches.

-Hola para ti también hermanito. Yo bien gracias y tu que tal?- pregunto sarcásticamente y con el mismo tono de mi voz. Suspiré, ella no tenia la culpa de mi mal humor. Alice es mi hermana menor y es, toda una bola de energía. No puedo negar que la quiero pero a veces me desespera demasiado.

-lo siento Alice es que estoy muy cansado, me estaba durmiendo y me despertaste-le dije ya mas tranquilo.

-Uhmm siempre estas de ese humor hermanito, pero como yo soy la que mas te quiere te perdono-me dijo riendo –te llamaba porque si no es por uno, no das señales de vida- dijo ahora molesta

-Sabes que paso ocupado Alice-

-Eso me importa un pepino Edward, mama te extraña mucho-dijo triste. La verdad es que eso me hubiera derretido hace mucho tiempo pero yo ya no era un niño sensible, aunque yo también extrañaba a Esme , era mejor mantener a la familia alejada de mi.

-Lo sé, Alice, también los extraño pero si no he ido, es porque no he tenido tiempo- ni ganas agregué mentalmente.

Prometo llamar mas seguido e irlos a visitar próximamente ¿de acuerdo?- dije desesperado por colgar, sabia que con eso se quedaría mas tranquila y me dejaría en paz.

-Mas te vale que asi sea Edward, sino yo misma iré y te traeré de los pelos-dijo finalmente –bueno hermanito te dejo entonces, cuidate y lo de mi amenaza es verdad, asi que mejor cumple, te quiero adiós-y con eso colgó.

Suspiré aliviado. Amaba a mi hermana pero a veces sabia como sacarme de quicio. Me acosté en el sillón y seguí viendo la tele, realmente estaba cansado, sólo quería dormir y despertar en una semana, sin que nadie mas se atreviera a molestarme. Me quede dormido viendo televisión.

Me levante a las 3 de la tarde tenia los músculos agarrotados por dormir en el sillón, me levanté lentamente del sillón y me estiré un poco.

Tomé una toalla y me dí una ducha rápida, ya que antes de dormir había tomado una, puse el noticiero y me dí la vuelta para vestirme

-En noticia de ultima hora, ayer a horas de la madrugada fue encontrado el cadáver de Jessica Stanley la esposa del importante empresario Josh Stanley en el motel fantasy el equipo de mantenimiento recibió quejas de otros inquilinos que el cuarto en donde la victima se hospedaba desprendía un olor extraño, los de mantenimiento encontraron el cadáver desnudo en la tina del baño y con un disparo en la frente, estudios realizados dicen no haber encontrado ADN del homicida, el Señor Stanley estaba de viaje en Inglaterra y se le contacto horas después del descubrimiento, dice no tener idea de quien pudo arrebatarle la vida a su amada, estén pendientes para mas noticias; y en deportes….

Apagué el televisor, ya que esa era lo que me interesaba escuchar, no encontraron nada que me vinculara con el asesinato, había sido un exelente trabajo, además que Josh Stanley pagó una buena cantidad para eso…

Iba a salir para comprar algo de comer, ya que desde ayer no comia nada y ahora me estaba pasando la factura, cuando mi celular de trabajo comenzó a sonar, miré el identificador y vi que se trataba de Alec, el mas joven de los Volturi, suspiré realmente no quería hablar con nadie y menos con ninguno de ellos

-Que pasa?- pregunté, a sabiendas que los mas seguro, es que tenían un nuevo trabajo para mi.

-Siempre preparado no Masen?- preguntó, en tono burlon, Masen, era el apellido de mi abuela antes de casarse y yo lo utilizaba para el trabajo… todos en el trabajo lo sabían pero era mas seguro asi.

-Entonces que rayos quieres?- pregunté irritado, me estaba quitando el tiempo y yo tenia que buscar algo que comer antes de morirme de hambre.

-Ok, ok, es que el jefe. Está muy complacido con tu trabajo y me pidió que te invitara hoy al bar de siempre- dijo ansioso –imagina cuantas perras habran ahí, para nosotros- dijo , como se notaba que no había estado con una mujer en mucho tiempo y estaba mas que desesperado.

Por suerte para mi las mujeres no me hacían falta, siempre había una muy dispuesta para mis deseos.

-Dile que ahí estaré, a la misma hora de siempre- le dije y corté la llamada, todo el que me conocía sabia que no era de muchas palabras.

Realmente no tenia ganas de ir pero a Aro no le gustaba que rechazaran sus invitaciones ,además debías de haber hecho algo bueno para que él te invitara, no me convenía ganarme su enemistad, podría terminar muerto.

Fui al pequeño restauran que quedaba a la esquina de mi apartamento, no quería ir tan lejos y ahí iba cuando tenia prisa.

-Hola guapo, hace días que no pasabas por aquí- me dijo Irina la chica que atendía, me había acostado con ella un par de veces, solo sexo aunque a veces se ponía algo melosa, pero lo compensaba en la cama.

-Sabes que soy un hombre ocupado- le dije acercándome a ella seductoramente.

-Y cuando vamos a reunirnos a charlar?- me dijo pegándose completamente a mi, rozando sus caderas con las mias, gruñi y ella río.

-Un dia de estos, lo prometo- le dije dándole una nalgada a lo que respondió con una risita tonta y me sente en una de las mesas. Pedí una hamburguesa y una cerveza. Irina no dejaba de mirarme, claro que no era algo que me molestara normalmente, pero no quería hacerla sentir importante en mi vida, por eso es que no la había venido a buscar antes.

Pague la cuenta y me fuí rápidamente, no quería que siguiera insistiendo, además hoy que iria al bar asi que tendría alguna mujer que me calentara la cama esta noche.

Cuando dieron las nueve, tomé una ducha y me vestí con unos jeans desgastados, una chaqueta negra y camiseta blanca, nada formal sino algo casual para pasar el rato, guardé mi arma bajo la chaqueta y me fuí para el bar.

Al llegar había una fila enorme ya que era un bar reconocido, personas importantes de sociedad iban. Yo, al ser invitado por Aro Volturi, no tuve ningún problema en entrar.

Cuando entré, muchas de las meseras y bailarinas me miraron seductoramente, yo sólo sonreí. Parece que esta noche tendría de donde escoger.

Caminé hasta la mesa que siempre usábamos, ahí ya se encontraban todos bebiendo o con mujeres encima, este era el ambiente de siempre. Aro al verme se levantó , me saludó y me pidió que me sentara.

-Me alegra que hayas venido Edward, me tienes muy complacido con tu trabajo, tantos años y ni un solo error, eso merece ser celebrado, bebe lo que quieras que va por mi cuenta- me dijo levantándose de la mesa y dirigiéndose donde estaba una rubia muy voluptuosa sonriéndole.

Todos estaban en sus asuntos bebiendo o prácticamente follando con las bailarinas, asi que me encaminé hasta la barra para pedir un trago.

La chica del bar me sirvió mi whisky y me sonrió coquetamente, yo solo le guiñe un ojo y la ignoré por completo, era hermosa de eso no había duda pero era simple, igual que todas con las que me había acostado últimamente, rubia muy voluptuosa pero sin cerebro, además que tenia el presentimiento que esta noche seria interesante.

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