Hey hey hey!, Hola a todos, esta vez vengo con mi segunda historia de Haikyuu! (pero la primera que ya está finalizada), está vez se trata de un IwaOi, en realidad es algo ligero, celos, sexo y cosas así, me quedó bastante larga así que la subiré en tres partes, está es la numero uno, debo decir que es la primera vez que me animo a escribir un lemon, así que por favor, no me destrocen, sin más que decir, las invito a leer

Nada en el mundo de Haikyuu me pertenece, todo es del señor genial Furudate

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Volteó por tercera vez en menos de 5 minutos hacia donde se encontraba Iwaizumi platicando con varios chicos de primero, todos lo veían con evidente admiración, por supuesto no era para menos, se trataba de Iwa-chan, uno de los más geniales jugadores, pero sobretodo su pareja desde hace dos semanas, soltó un cansado suspiro y regresó la vista a sus fervientes admiradoras que le traían varios regalos, le gustaba recibir toda esa atención, pero a veces resultaba demasiado cansado, ellas no solían molestarlo cuando sus entrenamientos estaban a punto de comenzar, pero esta nueva situación era completamente su culpa, ya que fue él mismo quien les dio permiso de estar ahí, todo por un solo objetivo que tenía en mente: poner celoso a Iwa-chan, claro que el plan no había salido a la perfección ya que Hajime no le prestaba ni la más mínima atención, era tan frustrante…

Desde hace años comenzó a sentir atracción hacia su mejor amigo, por mucho tiempo se estuvo torturando al no saber qué hacer con ese descubrimiento, y fue hasta hace poco que decidió confesarlo todo, encontrándose con la agradable sorpresa de que era correspondido, jamás pensó que algo así ocurriría, después de ese día su mente voló con diversos escenarios donde Iwaizumi y él eran los protagonistas, aunque debió prever que las cosas no saldrían así, al menos no por el carácter de su ahora novio, lo romántico quedaba un poco de lado…en realidad muchas cosas de la vida en pareja estaban quedando de lado, ni siquiera parecía que hubiera un cambio en ellos, Iwaizumi lo seguía tratando de la misma forma, lo único diferente era que ocasionalmente compartían un par de besos en casa del pelinegro, y la situación comenzaba a cansar a Oikawa, él quería más… pero con el paso de los días empezaba a frustrarse por no saber cómo hacerle entender sus sentimientos, los intentos de seducción habían sido un completo fracaso por lo que ahora decidió pasar a la fase de provocarle celos, pero al parecer, tendría la misma poca efectividad, y ahora estaba atascado en medio de un montón de mujeres gritonas, les regaló una sonrisa encantadora, aunque en su interior era completamente diferente.

-Bien, es hora de comenzar, lo siento señoritas pero debemos entrenar –

Agradeció la oportuna intervención del entrenador y despidió a las chicas con un movimiento de mano, dejó los regalos en la banca y volteó de nueva cuenta hacia donde estaba Iwaizumi, que seguía sin verlo, compuso un ligero puchero con los labios, sí, estaba enfadado y ahora no sabía que más hacer para provocar alguna reacción en su novio que le indicara que estaba convencido de tener una relación con él, varias veces pensaba en la posibilidad de que él hubiera aceptado sus sentimientos como una forma de no perder la amistad de tantos años que tenían o peor aún, por lastima, trataba de no darle muchas vueltas al asunto, pero como estaban las cosas, esos deprimentes pensamientos se amplificaban bastante.

-Desde lejos puedo ver como el humo sale de tu cabeza, ¿Qué es lo que tiene tan pensativo a nuestro capitán?- Se acercó Matsukawa con una de sus características sonrisas cínicas, tenía que admitir que uno de sus pasatiempos favoritos era molestar al castaño, después de todo ya entendía porque Iwaizumi se metía tanto con él, era de cierta forma liberador.

-Nada…- Aunque al parecer esta vez no había surtido el efecto deseado, ahora sí miró a su compañero con bastante curiosidad, eran muy pocas las veces que Oikawa se mostraba de esa forma

-Vamos, vamos… me lástima que no puedas confiar en mí, te conozco, seguramente te estas comiendo la cabeza por cosas sin importancia, deberías decirme lo que te preocupa, y yo te daré la solución- Le propuso con honestidad, después de todo tenían varios años de amistad, estimaba al castaño y lo conocía lo suficiente como para saber que era experto en el drama, así que por esta vez se comportaría y trataría de ayudarle con su asunto, o al menos ese sería su objetivo.

El capitán lo miro, primero con desconfianza pero poco a poco con esperanza, la idea no era del todo mala, quizá le ayudaría contarle su problema a alguien, claro que nadie sabía acerca de su relación, pero confiaba en Matsun, estaba seguro de que podría guardar ese secreto, al menos por un tiempo.

-Está bien, pero mejor terminando el entrenamiento- Acepto con un suspiro, ya había tomado la decisión, solo esperaba que le diera una solución porque con esa nueva actitud tan desanimada, ni él mismo se aguantaba.

Las horas pasaron bastante rápido, no pudo evitar lucirse un par de veces, ganándose los acostumbrados golpes por parte de Iwaizumi, eligió no pensar que su "novio" prefería ese trato a algo más…cariñoso, en fin, el entrenamiento terminó, por suerte sus fans se fueron a la mitad, realizaron los estiramientos acostumbrados, solo que esta vez decidió hacer equipo con Makki, el pelirrosa solo lo miro unos segundos, encogiéndose de hombros y aceptando ese inusual cambio, esta acción sorprendió a todos los miembros del equipo ya que Oikawa siempre se pegaba a Iwaizumi, sin embargo esta vez prefirió poner un poco de distancia con el mayor, Hajime simplemente frunció el ceño pero no reclamo nada, cosa que desilusiono al castaño, poco después fueron a las duchas, los demás miembros del equipo no demoraron mucho, Matsukawa se tomó bastante tiempo, su curiosidad no había sido saciada y esperaría al capitán hasta que le contara lo que le ocurría, despidió a Hanamaki mientras se quedaba fuera del gimnasio, haciendo algo de tiempo hasta que Oikawa saliera

-Basurakawa, vámonos, tardas más que una mujer- Reclamo el pelinegro, esta vez el chico se estaba demorando demasiado y ya estaba desesperado

-Lo siento Iwa-chan, hoy me iré con Matsun, tenemos asuntos secretos que tratar- Salió de las duchas con una toalla rodeando su cintura, le dio la espalda a su novio por lo que no pudo notar la hambrienta mirada que le dirigió, pero que disimulo a tiempo cuando el castaño se dio la vuelta, reemplazándola por una de enojo

-Debiste decirme eso antes, me tuviste esperando mucho tiempo para nada-

-Ups… lo siento, por cierto, ¿te puedes llevar los regalos de las chicas?, por favor- Consideraría eso como una pequeña venganza por todo lo que le estaba haciendo pasar

Después de ese intercambio de palabras Iwaizumi se fue refunfuñando y con la bolsa de los obsequios, encontrándose en la entrada con Issei, le dedico un gesto de despedida, el más alto pudo notar una extraña expresión en su compañero, sin embargo lo dejo pasar, tal vez eran imaginaciones suyas, no tuvo que esperar mucho tiempo hasta que Oikawa salió, comenzaron a caminar a paso lento Matsun tuvo que contenerse de llenarlo de preguntas, el castaño hablaría cuando estuviera listo.

-Iwa-chan y yo estamos saliendo- Se detuvo de golpe ante esas palabras, bien, no estaba completamente sorprendido ya que tenía ligeras sospechas con esos dos, aunque no creyó que comenzara con esa confesión –O al menos eso se supone, desde hace dos semanas- Parecía ser un tema delicado así que lo guio a una de las bancas que estaban esparcidas por la calle y se sentó, esperando que el otro chico hiciera lo mismo, tenían que estar cómodos para hablar de algo así

-Pues no te veo desbordante de felicidad, como eres tú, deberías estar cantando y sonriendo a cada instante-

-Es solo que… no es lo que esperaba, creí que Iwa-chan sería más romántico o que al menos querría follarme por todos los rincones de su casa y la mía, porque admitámoslo, soy irresistible- Admitió con suficiencia, ignorando la carcajada que salió de Matsun – Pero nada de eso ocurre, es como si siguiéramos igual, solo mejores amigos, a veces, cuando esta de buenas, puedo besarlo pero nada más, intente seducirlo pero ese hombre tiene nervios de acero, ahora estoy en la fase de causarle celos pero ni siquiera me dedica una mirada- Alzo los brazos con dramatismo, volviendo la mirada a Issei, esperando que tuviera una solución

-Bueno…tu sabias como es Iwaizumi, no entiendo porque esperabas algo diferente- Dijo sin saber muy bien que solución darle a su amigo, los asuntos de pareja no eran para nada su especialidad, pero debía de corresponderle de alguna forma la confianza que le obligo a tener en él

-¡Matsun!...- Reclamo con el mismo puchero que había hecho en el inicio del entrenamiento, perdiendo las esperanzas de encontrar una solución –Si las cosas siguen así Iwa-chan y yo jamás vamos a tener una relación ideal y yo moriré virgen- Lloriqueo con exageración, su compañero le dedico una sonrisa burlona, en definitiva su capitán era un exagerado

-Vamos, tranquilo, seguramente lo que Iwaizumi necesita es tiempo para procesarlo todo, o quizá un buen golpe que lo haga reaccionar pero yo no me ofrezco para dárselo, aprecio mi vida- Fue en ese momento que recordó la mirada que le lanzo el pelinegro antes de irse, y pudo comprender que lo que se podía notar era un ligero rastro de celos, y una idea perversa fue surgiendo en él.

-Pero…¿Cuánto tiempo necesita?, después me haré viejo y así Iwa-chan menos va a querer tocarme- Dejó caer los hombros imaginando los posibles escenarios con ellos dos de viejitos

-Tengo una idea…- El castaño volteo a ver a su amigo, sintiendo un ligero escalofrió al ver esa sonrisa perversa, no le daba un buen presentimiento pero tiempos desesperados requerían medidas desesperadas

-Te escucho- Se enderezo y lo miro como un maestro a su alumno, depositando sus esperanzas en él.

-Pero no te la diré- completo su frase, para que el plan funcionara, Oikawa no tenía que saberlo, antes de que su capitán se pudiera quejar, como estaba a punto de hacerlo, volvió a hablar –Tú confía en mí, mañana mismo tendrás a Iwaizumi como siempre quisiste- Se oía tan seguro que al castaño no le quedo más que creer en él, no tenía más opciones –Solo necesito que te dejes llevar, no importa lo que ocurra, tienes que prometerlo.-

-Está bien, lo prometo- Aceptó a regañadientes detestaba que lo dejaran con curiosidad pero solo por esta vez lo soportaría.

Sin nada más que decir, continuaron su camino hasta que llegó el momento de separarse para ir a sus respectivas casas, Oikawa se despidió, quedándose intrigado al ver la amplia sonrisa de su amigo, no sabía en que se había metido pero no estaba dispuesto a echarse para atrás, ya mañana sabría de qué se trataba su plan y esperaba por fin tener a Iwa-chan como su novio y no solo como su mejor amigo, estaba bastante cansado y aun desanimado así que decidió no mandar su acostumbrado mensaje de buenas noches al pelinegro, sin ser consciente de que en la casa vecina se encontraba un chico mirando cada minuto su celular, al final el sueño lo venció, sin embargo ese texto lo echo en falta pues ya se había acostumbrado a él, mañana se encargaría de preguntarle de forma sutil al castaño la falta de su "fastidioso" mensaje.

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Y… ¿Qué tal?, ¿Les gustaría leer lo demás?, la segunda parte la subiré dentro de dos días tal vez

Gracias por darle una oportunidad a esta historia, te mereces todo mi amor 3

Por cierto, si hay alguien aquí que haya leído mis otras dos historias… prometo que las voy a actualizar!, no las abandonaré, es sólo que la inspiración se me fue con ellas, pero pronto habrá actualización