Bueno este es el primer fic que hago así que por favor no me ataquen mal así porque recién me estoy iniciando en la aventura de los fics y estoy aprendiendo y más que nada conociendo. Gracias a los que leen y por favor si pueden darme algún consejo para mejorar serán recibidos con muy buen gusto.
"InuYasha" es mi anime y manga favorito. Lo adoro y trato de conserver su esencia en este fic pero en una realidad totalmente diferente. Siempre que he leído fics sobre él, la mayoría los ambientan en el Seigoku o en realidades fantásticas que hacen más interesante la historia. Sin embargo para este fic y espero que para la mayoría de mis historias, deseo mostrar a un InuYasha y a una Kagome más humanos, como personas o mejor dicho adolescentes que se equivocan y cometen errores en este mundo real que nos trae alegrías y tristesas todo el tiempo por nuestro camino. Esta historia está basada en hechos de la realidad ya sea por experiencias personales o de otras personas que por diferentes motivos llegan a mis oidos aunque mezclado con un poco de la imaginación para que la historia esté 'más picante' por así decirlo (no mal piensen, ¡ah!)
Debo aclarar que los personajes acá utilizados no me pertenecen y que son exclusivamente de la mangaka Rumiko Takahashi por lo que solo los he tomado prestados para la creación de esta historia.
Espero les guste.... =)


DURA REALIDAD
Capítulo 1 - Conociéndonos

Dicen que el primer amor nunca se olvida. Bueno, por nada es el primero ¿no? También dicen que la mente nunca olvida, que solamente no recuerda. Tal vez por eso cuando le pregunto a alguien si se acuerda del nombre de su primer amor nunca lo saben pero cuando se lo menciono rápidamente lo identifican. ¿Cómo puede ser así? Esas una de las cosas que nunca comprenderé del todo…

Mi primer amor siempre lo he de recordar ya que simplemente no tengo opción a olvidarlo. Lo conocí en el colegio, desde que tenía 5 años pero casi nunca le hablaba o al menos eso es lo que yo recuerdo. Me llamo Kagome Higurashi y aunque no debo admitir que en ese entonces nunca le tomé interés a InuYasha. Era un chico tan solitario y frío aunque recuerdo perfectamente que tenía unos extraños ojos dorados acompañado por una larga cabellera plateada la cual siempre le causaba problemas ya que lo obligaban a cortársela y siempre se oponía siendo respaldado por su madre que desde que su hijo ingresó se aseguró de que no le cortaran el cabello (nunca nadie supo por qué). Debido a que era el único hombre con esas características fue rechazado por los mismos chicos quien lo molestaban por ser así adquiriendo una personalidad fría, inexpresiva y casi de supervivencia diría yo. Por otro lado las chicas siempre opinaban de él, de lo guapo que era haciéndolo un chico muy codiciado pero nadie comprendía por qué de su soledad y menos aún por qué cuando una chica se le acercaba o no le prestaba atención y la ignoraba o simplemente se retiraba dejándola sola o con su grupo de amigas. Personalmente me gustaban esos ojos dorados. Eran tan… únicos… que me costaba que fuesen reales al igual que su cabello. Lo tenía tan bien cuidado que creo que ni el mío estaba tan bien tratado. Era un chico muy simpático pero al igual que la mayoría de las chicas me despertaba curiosidad, del porqué de su carácter, extrañas características físicas, etc. Durante el tiempo que estuvimos en el colegio, las pocas veces que me cruzaba con su mirada estaba solo dentro de su grupo de amigos preguntándome siempre que lo veía qué es lo que estaría pensando. Era muy difícil deducir su siguiente movimiento por su dureza. Sin embargo en vez de sentir pena por él siempre despertó una cierta curiosidad en mí. Nunca supe por qué.

-------------------------------------------------------------------

Lo "nuestro" por así decirlo no comenzó hasta que tuvimos 11 años. Desde que comenzamos primaria ambos fuimos admitidos en el coro del colegio pero nunca nos ubicaron en el mismo lugar o cerca del otro y tampoco tenía la intención de que fuera así. Ese año justo nos pusieron uno junto al otro en la última fila del estrado. "Ay no, ¿junto a él?", eso fue lo primero que se me vino a la mente aunque en el fondo sentí una extraña sensación de triunfo ya que sería mi oportunidad de conocerlo más. Al principio ni siquiera me saludaba. Es más, hasta puedo decir que me ignoraba ya que no respondía a mis saludos pero luego de un tiempo la tención entre ambos empezó a desaparecer. Pasábamos buen rato hablando en los "descansos" del coro. A veces me aprovechaba de su confianza para pedirle que mi amiga que estaba a su lado derecho se cambiara de sitio para poder hablar con ella y a pesar de que ponía una cara de molesto y fastidiado accedía sin problemas. Fue ahí que empecé a notar que a pesar de su dura coraza por dentro era dulce pero seguía sin comprender porque siempre se mostraba duro y solitario…

La verdadera aventura comenzó al terminar la primeria. Por alguna extraña razón nos volvió a tocar juntos en el coro y nos pusieron también en la misma sección. Fue en este año que sentí como su coraza comenzaba a caer al menos conmigo. Comenzamos a hablar más de lo normal en la clase por lo que nos amenazaron de botarnos varías veces y siempre me apoyaba y daba ánimo cuando tenía que llegar a una nota muy alta:

"¿Tan alto? Pero mi voz es muy baja, ¡no llegaré! Tal vez los demás puedan pero yo no…" – me quejaba

"Tú puedes…nada es imposible y menos para ti, ¿lo sabías? Inténtalo y si no te sale solo mueve tus labios para que la profesora crea que cantas al menos solo en esa parte" – respondía InuYasha con una leve sonrisa en sus labios pero siempre tratando de mantener su rostro firme haciendo que me sonroje un poco "¿¿No puedo creerlo ahora me sonrojo con él?? Debo estar enferma…" – pensaba.

Lentamente los sonrojos empezaron a hacerse más seguidos lo cual llamó mi atención e hizo que me preocupara. ¿Cómo podía estar pasando? No comprendía que me sucedía, era muy confuso ya que era la primera vez que algo así me sucedía. De un modo me aliviaba que fuera yo la única que empezaba a sentir algo pero luego de un tiempo empecé a sentir que alguien me observaba en los recreos. Estaba hablando con mis amigas, saliendo de la cafetería o simplemente yendo al patio y sentía esa presencia. "¿Qué podrá ser? ¿Acaso será mi imaginación? Sí, debe ser eso pero… ¿por qué siempre en los recreos?" – me decía una y otra vez hasta que un día sin darme cuenta al sentir nuevamente la presencia giré directamente hacía el lado de donde provenía para encontrarme con esos hermosos ojos dorados. Me estaba observando con una mirada fría y calculadora, totalmente inexpresiva como si tratara de ver a través de mí y al mismo tiempo dentro de mí. Sentí temor pero al mismo tiempo mayor curiosidad. "¿Será solo ahora que me observa o desde antes? ¿Por qué me mira así? Es demasiado…". Sin embargo no podía evitar que me gustaran esas miradas, esos tratos entre ambos es los que jugábamos de manera cómplice en la clase o simplemente hablábamos de cualquier cosa. La confianza entre ambos aumentó lo cual causó que yo le empezara a contar cosas más personales al igual que él. Fue así que me enteré que su papá había muerto cuando él era pequeño, que tenía un medio-hermano mayor que no lo quería ya que todo el tiempo la pasaban peleando y que su mamá conoció a su padre cuando éste se había separado de la madre de su hermano mayor Sesshomaru. Por mi lado le conté que mi padre había fallecido cuando era pequeña, que vivía con mi abuelo, mi mamá y mi hermano menor Sota y que vivíamos en un antiguo templo a las afueras del centro. Fue así que el tiempo fue pasando, la confianza fue aumentando obligándome a no poder negar más la verdad. Tenía que admitirlo "Me estoy enamorando de InuYasha…"


24 de febrero del 2009

Hecho por: letta-san =)