Disclaimer: ningún personaje me pertenece.

Esta historia participa en el reto #95 "Bueno, bonito y barato" del foro Alas Negras, Palabras Negras.

Personaje: Jorah Mormont.


El monstruo de los ojos verdes.

Dioses, ¿qué he hecho?

Es lo que me pregunto cuando la niebla por fin abandona mi trastornada mente; mis manos ensangrentadas y sus cuerpos sin vida me devuelven a la realidad de un solo golpe, envolviéndome en un profundo manto de desesperación.

Ojalá fuera un mal sueño. Que me perdonen los dioses: fui débil. No pude soportarlo, los Otros se lo lleven. La amaba con todo mi corazón —todavía la amo—, pero las miradas que le dirigía a su capitán me hacían hervir la sangre, me emponzoñaban… Y cuando los encontré juntos, los maté; yo la maté, y ahora ningún sacrificio o magia antigua me la devolverá.

Ya no habrá otra tormenta en el mundo.

Lo último que hago es rozar con mis labios el dorso de su fría mano y suplicar que me perdone —pero los muertos no perdonan, escucho dentro de mí— una vez más. Ya no hay silencio, y sé que no solo se trata de los demonios en mi cabeza; es el rumor de unas voces y el escalofriante anunciar de unos pasos que se aproximan.

Ruego a los dioses antes de acariciar la empuñadura de mi espada.