EL SILENCIO DE LAS SERPIENTES

Personajes principales: Draco M./Hermione G.

Categoría: Drama/Tragedia

Rated: M

Los personajes SON de J.K. Rowling, yo sólo los utilizo para entretenerme y sin ningún lucro

Resumen: En medio de la guerra, Draco Malfoy decide apoyar su propio bando. Aprovechando su condición de mortífago y la influencia de la Orden del Fénix, pondrá en marcha un destino que no tenía contemplado...

Cuando Todo y Nada parecen tan iguales, cuando el mundo se colapsa, cuando tu cerebro y alma amenazan con corromperse, ¿qué queda? o mejor dicho ¿quién?


CAPÍTULO 1: TAN OSCURO COMO EL ÉBANO

"Las disidencias prolongadas los llevarán al derramamiento de sangre, y el bando salvaje expulsará al otro con gran ofensa. Luego, tres años después, caerá aquél y el bando rival subirá con la fuerza de quién hasta ahora parece prestar ayuda ya a uno ya a otro. Por largo tiempo mantendrá alta la frente, teniendo a la otra duramente sometida bajo el peso de la desgracia y de la afrenta. Hay dos hombres justos que no son escuchados. La soberbia, la envidia y la avaricia son las tres chispas que ha incendiado los corazones". Dante Aligheri, La Divina Comedia

Draco Malfoy ha dejado de sentirse satisfecho de su juicio ante esa guerra, como su padre, Lucius Malfoy, toma el partido de quien va ganando y mantiene la puerta abierta, es escurridizo, digno de su casa.

Sin embargo, después de contemplar la caída de los de su clase, de su padre, de la humillación de su madre y la locura de su tía, siente que el mundo es la misma sopa. Para él ambos bandos son detestables.

Camina. Ojos al frente. Respira.

Suelta el aire.

Si otorgaran medallas al honor de los Sangre Limpia, en otro tiempo habría podido echarse todas al bolsillo.

Hoy no.

Piensa continuamente que esa guerra no tiene más que el sentido de hacer más ricos a los ricos (en su mente los Sangre Pura) y más miserables a los Mestizos como San Potter, Traidores a la Sangre como la comadreja y Sangre Sucias como Granger, la listilla de Hogwarts.

Camina continuamente de un lado a otro.

Mueve la varita, hace florituras en el aire.

Cabeza en alto, paso elegante.

Es un Malfoy: inexpresivo, arrogante, bueno en Legeremancia, excelente en ocultar cosas.

Ahora tiene 17 años.

Frío.

Camina por el despacho que era de su padre.

Está solo en esa habitación pero nada más en esa habitación.

Mansión Malfoy llena de Mortífagos y él, el oportunista con una marca en el brazo que odia al mundo, a todos, empezando por sí mismo, por la guerra, por Voldemort (quien no debe enterarse), a Bellatrix con su risa estridente y su "Yo maté a Sirius Black" cuando duerme.

Odia a su padre por dejarse humillar, y estar lejos y no decirle lo que debería hacer para no estar tan ansioso... aunque no cree realmente que esa sea la solución, muy en el fondo sabe que su padre no posee el mismo temple que él, pues Draco tiene las agallas de los Lestrange, del lado psicótico, claro.

Detesta los retratos y antigüedades de la mansión que lo único que hacen es recordarle lo que se espera de él.

Camina. Respira. Mueve la varita.

Piensa.

La arrogancia le viene de familia, pero ahora sólo le sirve para mantener la faceta, para seguir con vida.

No expresa nada, pero por dentro siente que todo estalla y hace cataclismos.

Varita. Floritura. Camina.

Mira por la ventana.

Faltan unas horas para que oscurezca.

Tiene una misión.

Se siente ansioso.

Draco Malfoy se pone la máscara y sale del despacho.

**HP**

-Vaya, vaya, el hijo de mami decide salir de su escondite- Bellatrix suelta una risa estruendosa y encara a Draco quien siente repulsión hacia la bruja pero no lo expresa.

El salón está lleno de mortífagos, pero no está Voldemort, él se encuentra en una "Misión más importante que las niñerías que se llevarán a cabo esa noche"

Frente al rubio se aprecian, por lo menos 15 figuras enmascaradas dispuestas para lo que más adelante se llevará a cabo.

Draco siente una opresión, pero no es por lástima, de hecho, se siente un tanto excitado por hacer algo más importante para el Señor Tenebroso, pero no deja de sentirse una pieza para él, un peón en su tablero que sacrificaría con tal de conseguir la victoria de la reina.

-Deja de jugar, Lestrange, tenemos cosas que hacer.- le ha contestado el rubio arrastrando las palabras, lo más inexpresivamente posible, no se puede permitir debilidad, Bellatrix atina a reírse con esa característica risa de arpía que tiene, esto según el propio sobrino y quien tenga la oportunidad de escucharla.- Y al parecer estamos todos disponibles.

-¡Que comience la cacería de muggles!- Grita ella Bellatrix, alza la varita enérgica y los mortífagos se ponen en movimiento.

Otra vez la risa.

A Draco se le revuelve el estómago.

Nunca ha matado a un muggle.

Nunca ha matado a nadie.

**HP**

Los muggles se retuercen ante la varita de Bellatrix Lestrange.

-Crucio. Crucio. Crucio.- Ríe- ¡Yo maté un muggle, yo maté muchos muggles!,¡¿ a que no es tan difícil, Draquito?!

La aldea está en llamas, todos los muggles están al centro de ella. Hasta el momento, Draco sólo ha atinado a dejarlos paralizados cuando no lo ven, a proferir "Desmaius" y "Petrificus".

Pero ahora, ante la mirada de los demás mortífagos, siente la presión de la iniciación.

Se asquea de lo que ve, de los desmembramientos, de la sangre, de las manos muertas, de los niños que lloran, de las mujeres que tienen la sangre tan roja como él.

Del terror que a él también le supura por las venas.

-¡Muerte!- grita Bellatrix- ¡Muere, asquerosa bestia!, ¡Crucio!

Una mujer le suplica a la bruja detenerse, llora, le ruega no seguir, es apenas de la edad de Draco Malfoy.

Bellatrix sonríe.

-¡Avada Kedavra!- y la mujer muere.

Malfoy no es consciente de cuántos rayos verdes ve en esos pocos minutos de asalto a la aldea y voltea a mirar a la plaza del pueblo donde has dispuesto a los pocos muggles que quedan.

-Ven, Draco, ven, es tu hora.- Le susurra Bella agarrando su brazo, él no puede menos que temer y ocultar lo que siente ante esa frialdad que ha ensayado toda su vida.- Mira, lo tienes que sentir, ese odio que fluye como la hiel por tus venas, que se convierte en un deseo poderoso de reclamar lo que nos pertenece como Sangres Puras, de hacer pagar y limpiar al mundo, ven- el tono de voz que usa es meloso y hace que a Malfoy se le erice la piel.

-He de suponer que no han escarmentado con el 90% del pueblo muerto, ¿no?- le dice el rubio más enérgico de lo que habría podido de ser otra persona.

Camina a la plaza, han cortado la electricidad con anterioridad, así que lo que ilumina a los mortífagos es la luz de sus varitas.

-Draqui va a matar de nuevo, Draqui va a sentirse bien- Canturrea Bellatrix a su oído suponiendo que Malfoy ya lo ha hecho cientos de veces esa noche, pero no es así, no por ese momento y siente que se le hiela la sangre y la boca se seca- Draqui Draco, Draquito !salvará el orgullo familiar!- ruge.

Y es cuando sus pasos se acercan que Draco Malfoy siente el peso del destino por primera vez, de las decisiones tomadas, del apellido que lo perseguirá hasta su muerte.

En medio de la plaza quedan dos niños, como de 11 años, la edad que tendrían para entrar a Hogwarts si fueran magos, si no hubiese guerra y si no hubiera preceptos de sangre. Lloran y se toman de las manos, las camisas les vienen grandes y lo miran a él.

-Vamos, Draqui, no son más que cucarachas, aplástalas, mátalas, aniquílalas, estrújalas, quítalos del mundo, ¡LIMPIA!, ¡LIMPIA!, ¡LIMPIA!.

Los mortífagos han hecho un círculo alrededor de los niños y Bellatrix ha empujado al rubio al centro, encarándolos.

-Primero habría que divertirnos, ¿no?, son los únicos que quedan- Y Draco supone que la voz cantante la lleva Bellatrix porque es la más desquiciada de todos, la que tiene más sed, la que es más despiadada y ofrecerá un buen espectáculo.

Y la piel se les quema parte a parte mientras suplican y lloran por sus padres. Mientras Malfoy se queda hipnotizado y se horroriza, pero no lo demuestra.

Y siguen vivos. Hechos un ovillo en el suelo mientras le ruegan a Draco que los ayude, han de pensar que por ser el que no lanza nada contra ellos es el más humano.

Y luego los cortan.

Y Draco ve sangre tan roja como la suya.

Y los niños dejan de llorar pero siguen vivos, los escucha respirar.

La noche los traga lentamente, se unirán con sus padres y Malfoy no puede evitar pensar que hasta que eso pase aún queda mucho tiempo y hay tantos mortífagos a quienes adivina ávidos de utilizar otras maldiciones en contra de ellos.

Un charco se extiende bajo sus pies.

-Vamos, Draqui, sé que te diviertes- Canta Bella- Te toca.

Y Draco extiende su varita, y dice dos veces:

-¡Avada Kedavra!- Se le quiebra la voz, pero Bellatrix y los demás mortífagos han de pensar que es de emoción.

Pero Draco sólo atina a verlos y desaparecer en cuanto se da la orden.

Y a partir de esa noche, Draco Malfoy no dejará de pensar que esa sangre era tan roja como la suya.

Y se ha de odiar por ello.

FIN DEL CAPÍTULO

Bien, he aquí el inicio de una historia no tan bonita, donde Draco Malfoy está corrompido y ha de buscar la forma de acabar con ello, aunque no sabe a qué precio ni a costa de quién.