Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Akira Toriyama y la Toei.


Matices

No todo es blanco o negro…


Capítulo I


Al bajar de la nave sentía todos los músculos entumecidos, no tenía ni idea cómo hacían los Saiyajin para pasar meses e incluso años en esas pequeñas naves, ella apenas había pasado dos días y había perdido incluso la estabilidad.

Comprobó el nivel de oxigeno del aire y salió estirándose de la nave. El paisaje parecía ser árido, adornado por algunas extrañas plantas moradas de hojas gigantes y fosas con líquido verde.

—Ya era hora de que despertaras— llamó la atención a su espalda la voz de Vegeta, a unos pasos tras ella cruzado de brazos y recargado en la nave.

Hacía apenas unos meses habían sido informados por un apuesto chico del futuro -muy parecido a Vegeta pero con modales y tímido- que la Tierra corría un grave peligro. Desde entonces todos se habían dedicado a entrenar y entrenar como los brutos guerreros que eran. Ella también estaba haciendo su parte; no sabía nada de niveles de poder, ki, o alguna de esas barbaries, pero a simple vista podía decirse que el más poderoso era Goku y por lo que había visto y escuchado el segundo guerrero más poderoso con el que contaban era Vegeta, así que siendo una persona tan inteligente como lo era haría su parte ayudándolo con el entrenamiento y proporcionándole lo necesario para ello, y esto por supuesto incluía algo tan simple como lo era la ropa.

Y ese precisamente era el motivo por el cual se encontraban ambos en ese planeta: por más que lo intentara el tejido de la ropa de Vegeta no resistía el arduo entrenamiento al que se sometía, constantemente terminaba semidesnudo por la casa. Claro, ¿quién era ella para quejarse de algo así? Y aunque muchas le estuvieran agradecidas debía ponerse a trabajar. Además le venía bien una aventura, el permanecer mucho tiempo sin emoción la aburría.

Necesitaba igualar el material sintético del que estaba hecho el viejo uniforme de Vegeta, uno resistente, flexible y que le permitiera recibir y emitir flujos de energía sin quemarse. Desgraciadamente, si bien algunos materiales habían sido fáciles de sustituir con elementos que se encontraban en la Tierra, había otros que le había sido imposible igualar. Sin embargo siendo ella una genio como lo era se había puesto en marcha para estudiar algunos planetas cercanos en los que pudiera encontrar dichos elementos.

La búsqueda había sido fructífera: en un pequeño planeta a solo dieciséis años luz de la Tierra pudo localizar la mayoría de los elementos que necesitaba, si bien no eran los mismos se le parecían bastante, incluso algunos mejorarían el rendimiento. El problema era que no podía enviar un robot por ellos; debido a la complejidad del estudio era necesario que fuera ella personalmente en su búsqueda, pero ¿cómo iba a ir una hermosa e indefensa chica sola por el espacio? Ya había estado ahí y sabía todos los peligros con los que podía enfrentarse.

Llevar a Yamcha estaba totalmente descartado. Aún estaba molesta con él por su ultima infidelidad y no pensaba perdonarlo. Así que no había más opción que llevar al principal interesado en que se hicieran esos trajes, Vegeta".

Convencerlo no había sido la odisea que pensó sería: al parecer ella no era la única que estaba aburrida de estar encerrada; el saiyajin vio esa como la oportunidad de salir por unos días de ese asfixiante planeta. Le Pesaba el descuidar su entrenamiento pero era algo necesario pues estaba fastidiado de terminar con la ropa destrozada. Aunque no lo pareciera, Vegeta le daba importancia a esos detalles, cosa de "príncipes", suponía… eso y el hecho de que dichos elementos ayudarían a formar una coraza más resistente para la cámara de gravedad, que justamente en ese momento estaba muy dañada.

Afortunadamente aún contaban con la nave del imperio de Freezer en la que había llegado Goku después de lo de Namekusei y una de las naves en las que habían llegado los saiyajin a la Tierra, además de que eran más ligeras y aminorarían el tiempo del recorrido reduciéndolo solo a tres días de viaje.

Bulma dejó de lado sus pensamientos haciendo algunas flexiones tratando de acostumbrarse a la gravedad del planeta que al parecer era solo tres niveles arriba de la de la Tierra.

—¡Deja de perder el tiempo y muévete de una maldita vez! Mientras más rápido consigas esas cosas más rápido estaremos de regreso y podrás reparar la cámara.

—¡Para ti es fácil porque prácticamente has pasado la mitad de tu vida en esas cosas! —Cerró los ojos con molestia—, pero a una chica tan delicada como yo le cuesta adaptarse, ¡bruto! –le dijo poniéndose las manos en las caderas e inclinándose hacia él—. Además deberías relajarte, Vegeta, no todo en la vida es matarte entrenando y peleando. Tómate un respiro, no es que este planeta sea precisamente un centro vacacional pero…

—¡Suficiente! ¡Me voy explorar el planeta! —Necesitaba alejarse de ella, no soportaba su incesante parloteo y pensaba evitarlo lo más posible—. No siento ninguna presencia poderosa, sin embargo evita meterte en problemas, ponte a excavar aquí o lo que sea que vayas a hacer para extraer la aleación que necesitas y no te muevas de este lugar.

—¡Oh, no! ¡No, no, no! ¡Ni se te ocurra dejarme todo el trabajo a mi, Vegeta! ¡Después de todo esto es para ti, así que no pienses en marcharte! —le gritó pero el saiyajin ya se había marchado del lugar—. ¡Oye, cómo te atreves a dejarme aquí sola! ¡Se supone que estamos juntos en esto, idiota! ¡Soy yo la que tiene que ir a investigar! –Suspiró—. Se ha ido. ¡Maldito bruto! —Frunció el ceño molesta—. Tendré que hacer esto sola, pero que ni crea que me quedaré en este horrible lugar y menos bajó el sol. Buscaré un lugar más agradable para investigar. ¡uy! ¡Debí haberme esperado algo así! –Guardó las naves en varias cápsulas y de su traje espacial sacó una con un moto-jet.

Según su investigación, el pequeño planeta estaba habitado por pequeñas criaturas peludas de no más de un metro de altura, totalmente pacíficas. Su pelo era capaz de resistir las altas temperaturas del planeta que en una etapa del año pasaba tan cerca de su sol que alcanzaba la temperatura de 500 °C. Tembló de solo pensarlo.

Afortunadamente en el tiempo que se encontraban estaban bastante alejados de su estrella lo que los dejaba con unos 40 °C, bastante caluroso para ella, pero nada que no pudiera resistir.

Las criaturas tenían su aldea 800 kilómetros al sur, así que los evitaría lo más posible, aunque fueran pacificas no se arriesgaría a enfrentarlas sola sin Vegeta así que se dedicaría a recolectar lo que necesitaba, y dejaría para el final tratar de negociar con ellos para conseguir algo de su pelo. Por fortuna, Vegeta se había ido por el lado contrario por lo que no debía preocuparse por que los molestara.

Por otro lado, Vegeta exploraba el área: no había rastro de vida inteligente ni con un nivel de fuerza decente que le presentara un desafío. Se había entretenido destruyendo algunas criaturas gigantescas, por lo menos habían funcionado como entrenamiento de tiro, además había pasado mucho tiempo desde la última vez que había matado algo. Prácticamente había acabado con todos así que regresaría por la molesta mujer y la presionaría para que recolectara lo que necesitaba lo más rápido posible. Pero algo llamó su atención: a algunos kilómetros se podía apreciar un grupo de naves espaciales.

Se acercó al lugar, observó a algunos de sus tripulantes; las criaturas le eran familiares: "Kerujin", asquerosas y viles criaturas de piel rugosa, llena de verrugas cubiertas de mucosidad con un nivel de pelea demasiado bajo, equiparable al de los humanos. Se había topado con algunos de ellos en sus viajes espaciales, se trataba de contrabandistas, por lo general invadían planetas ya purgados tomando lo que podían y en muy raras ocasiones atacaban planetas. Eran cobardes, así que cuando llegaban a invadir lo hacían en lugares cuyos habitantes no tenían ningún poder, planetas como ese.

A su ver, no se trataban más que de basura espacial. Si se había tomado la molestia de investigar sobre ellos había sido por una asignación de Freezer: el tirano jactancioso quería estar informado sobre todos las criaturas con las que hacia negocios y estas cosas eran los principales proveedores de esclavos y otros materiales. Cómo si no tuviera suficientes con lo que conseguían en las purgas.

Además tenía otras razones para recordar a esas cosas: aprovechándose de que tenía órdenes de no eliminarlos, las nauseabundas criaturas se habían atrevido a burlarse de ellos llamándolos "monos esclavos". Claro que su orden había sido no exterminarlos… por completo. Sonrió para sus adentros al recordar cómo había eliminado más de la mitad de la tripulación.

—Malditas sabandijas –Escupió las palabras con asco al recordar e hizo lo que había querido desde la primera vez que vio esas cosas: apuntó, envió una bola de energía y destruyó todo el campamento—. No son más que basura.

Sabía que ese era solo uno de sus campamentos, pero lo cierto era que no le interesaba, ya había perdido suficiente tiempo de entrenamiento. Iría por la mujer y…

—¡Maldición! —vociferó y salió volando a toda velocidad.

Cuando llegó al lugar donde habían aterrizado no encontró ni rastros de la mujer ni de las naves.

–¡Maldita sea, le dije que se quedara aquí!

Continuará...


Dedicado a Dev fanfiction por acosarme hasta que escribiera xD ¡gracias por el apoyo! y a Schala S por tener la paciencia de betearme y revisar a detalle esta historia, muchas gracias.


Hola, esperó que les guste este fic =D por lo general no hago fics largos porque luego me atoro, pero este es diferente pues ya lo tengo planeado y estructurado de principio a fin, serán pocos capítulos, asi que díganme ¿Qué les parece?