He vuelto con una nueva historia de esta pareja para nada común: Narcissa Black/Malfoy y Carlisle Cullen. Me emociona por que es mi primer fic en varios años, y no sé si alguien siga leyendo este tipo de crossovers entre Harry Potter y Crepúsculo. Pero entre que sí y entre que no, solamente me queda desearte a ti, lector o lectora, que disfrutes de este capítulo, y que cualquier duda, comentario o aclaración, puedes dejarla en un Review o un mensaje, yo con gusto responderé.
Disclaimer: Todo lo que te resulte familiar o conocido, ya sean nombres, eventos, acciones, etc. son completamente obra de Rowling o Meyer. Lo demás, es puro invento mío
'Hurts to be human'
Una de las cosas que mas odiaba en el mundo eran las reuniones familiares, y las odiaba aún más cuando se celebraban en su casa. No solo tenía que soportar a su loca tía Walburga, sino que ahora también tendría que convivir con su cuñado Rodolphus; y desde que se había comprometido con el heredero de los Malfoy, todos, absolutamente todos los de su familia no paraban de hablar de Lucius y de lo afortunada que era ella de haber sido elegido por el codiciado rubio; ella entendía que en parte era afortunada porque pronto subiría en la escala social, pero muy dentro de sí, sabía perfectamente que el afortunado de casarse con ella, era él.
Alguien llamó a su puerta, suspiró y con un movimiento de varita hizo que la puerta se abriera lentamente, dejando ver a su hermana Bellatrix, que con un andar muy provocador (algo muy normal en ella) se sentó al pie de la cama de Narcissa. Por su parte, la rubia volvió su mirada hacia su tocador, donde le dada los últimos retoques a su cabello.
-Mañana te espero en mi casa al medio día para entrenar un poco más- le dijo, y Narcissa viendo a su hermana por el espejo, sonrió de lado.
-No podré, Bella – con otro movimiento de varita, el rubio cabello quedó perfectamente acomodado en una coleta alta- Madre y yo iremos a Hogwarts a hablar con Dumbledore, para pedir permiso para que Sirius y Regulus puedan asistir a mi boda.
Bella rodó los ojos. Desde que el Señor Tenebroso se alzó, la familia Black, y casi todas las familias sangre pura, se habían unido a su causa sin pensarlo; por lo que el padre de las hermanas las invitó a que practicaran y perfeccionaran la legeremancia y la oclumancia, ya que, en palabras de su padre, ambas formarían parte de la reducida élite de la sociedad mágica, Bellatrix por parte de los Lestrange y Narcissa por los Malfoy; Cygnus y Druella les recordaban con frecuencia que al ser las esposas de hombres tan allegados al Señor Tenebroso, estos tipos de magia les servirían no solo para protegerlas a ellas, sino también a su familia y al nuevo régimen que intentaba levantarse. Habían empezado a aprender y a practicar desde que salieron de la escuela, a Bella se le daba muy bien tanto la legeremancia como la oclumancia, y Narcissa se había vuelto, en muy poco tiempo, una excelente oclumante, su padre decía que casi parecía un don natural, pero la legeremancia aún se le complicaba, aunque no tardaría en dominarla. Y es por eso que, para ambas hermanas, practicar juntas era lo que necesitaban para alcanzar la perfección. Sin embargo, debido a la reunión de la familia Black, la sesión se había cancelado.
Narcissa escuchaba como su hermana parloteaba acerca de Rodolphus. No era un secreto para nadie que Bellatrix no sentía ni el más mínimo afecto por su esposo, y a pesar de llevar mas de dos años de casados, su hermana no hacía ningún esfuerzo por aparentar felicidad o por lo menos, sentir un poco de afecto por él. Narcissa admiraba a Bellatrix por eso, ser simplemente ella a pesar de estar casada con un mago de apellido importante, no se esforzaba en aparentar absolutamente nada.
- ¿Para qué es esta tonta reunión? - preguntó al fin Narcissa, dándose un ultimo vistazo frente al espejo
- Ya lo verás, hermanita – Bellatrix sonrió maliciosamente, tal y como lo hacía desde niña- Es una sorpresa.
Ambas hermanas bajaron, y Narcissa se sorprendió al ver a tantos de sus familiares presentes: sus abuelos paternos Pollux e Irma Black, sus abuelos maternos Ivor y Poppy Rosier, su tía abuela Cassiopeia, sus tíos Orión y Walburga Black, y sus tíos (que en realidad son los padres de su tío Orión, pero en cierto grado, tíos de Narcissa) Arcturus y Melania Black. También estaban presentes los padres de Rodolphus, y su hermano Rabastan. Técnicamente estaban presentes todos los Black que aún vivían, excepto por su tío Alphard que vivía en Francia y sus primos Sirius y Regulus, que estaban en Hogwarts… y Andrómeda, que acababa de casarse con una sangre sucia, y siendo desterrada y borrada del árbol genealógico de su tía Walburga.
Después de saludar a cada uno de los presentes, Narcissa escuchó que alguien llegaba por la red Flu: Lucius Malfoy. La rubia tensó sus labios y fue al encuentro con su prometido. No es que no le gustara que el rubio platinado se presentara a la reunión, técnicamente pronto sería parte la familia, lo que le molestaba era cómo su futuro esposo la trataba: como si fuera solo una cara bonita que no tuviera nada más que ofrecer al mundo, como un trofeo que muy pronto podría exhibir en su enorme mansión. Narcissa sabía que era hermosa, espectacular a la vista de cualquier hombre o mujer, pero también sabía que era excepcional en cada cosa que realizaba, ya sea en la escuela, ser una bruja de sociedad, futura novia, etc. Simplemente Narcissa, si se lo proponía, podía ser la mejor en cualquier ámbito. Su madre le dijo que debía esperar a estar casada con Lucius para demostrarle su capacidad, sus fortalezas, y que eso haría que Lucius agradeciera haberse casado con ella por sus aptitudes y no su apariencia física, además de que lo tendría comiendo de la palma de su mano; Bellatrix mas tarde confirmaría lo que su madre había dicho, Rodolphus ahora parecía esperar a que Bellatrix accediera para él poder actuar. La cuestión era que Narcissa siempre fue y siempre será el ser más impaciente que se pueda conocer, y quería ser tratada como se merecía desde ese momento y no en unos meses después de casarse.
-Cissy, querida – dijo Lucius sonriendo, Narcissa odiaba ser llamada así- ¿Cómo te encuentras hoy?
-Excelente, aunque aún no entiendo el motivo de esta reunión- ella tomó el brazo que su prometido le ofrecía. En cuanto lo tocó, pudo vislumbrar un recuerdo de él, en una reunión donde todos vestían de negro y además se escuchaba una voz que le erizó la piel. Supo en ese momento que Él era el verdadero motivo de la reunión.
Narcissa agradecía que Lucius no tuviera ni una sola idea de sus prácticas con la magia de la mente, pronto, cuando dominara la legeremancia, podría saber qué es lo que pasaba por la mente del rubio.
-En unos momentos lo descubrirás- Lucius sonrió de lado- Por cierto, uno de mis elfos dejó algo en tu dormitorio. Una pequeña sorpresa.
- ¿Otro regalo, Lucius? – Narcissa sonrió levemente, su prometido podía ser un idiota que no veía mas allá de su nariz, pero eso no borraba el hecho que tuviera muchísimo dinero para gastar en regalos caros para ella, más que nada en joyas y vestidos. No le molestaba recibirlos, pero el hecho de tener un regalo de parte de Lucius significaba que pronto habría un evento en el cual debía de usar dicho presente, para que su prometido recibiera elogios por su futura esposa trofeo.
- ¿En qué otra cosa podría ocupar mi dinero, si no es para darte lo mejor, Cissy? – Lucius sonrió de lado
Cuando todos estuvieron a la mesa, Narcissa notó que en lugar de que apareciera la comida, apareció una copa de champagne frente a cada uno de los invitados. Rodolphus y Bellatrix tomaron su copa y se pusieron de pie, haciendo que todos guardaran silencio.
-Querida familia- inició Bellatrix- Como todos saben, no hace mucho vivimos una desgracia en la familia Black, una mancha que nos avergonzará para siempre – Narcissa se tensó, hablaban de Andrómeda. Un leve murmullo recorrió la habitación- Así es, la traidora nos dejó en vergüenza frente a la sociedad mágica. Pero la boda de Narcissa con Lucius – Bellatrix señaló a la joven pareja, Lucius tomó la mano de Narcissa y asintió- dejará de ser el único salvavidas de nuestra familia. Con lo que les diremos a continuación, entenderán que no solo después de la boda renaceremos y volveremos a tomar el lugar que nos fue arrebatado cuando la traidora se fugó con el sangre sucia…
-Como es del conocimiento de todos, Bella lleva años militando para nuestro Señor Tenebroso. Pero desde que la traidora se fue, Bella a tratado de restablecer el honor de la familia Black a cualquier precio y lo más pronto posible -Rodolphus continuó y miró con mucho orgullo a su mujer- Y como su esposo y por el fuerte lazo que ha habido entre los Lestrange y los Black, no podía quedarme con los brazos cruzados. Tanto mi hermano, como Lucius – el rubio sonrió enormemente y apretó levemente la mano de Narcissa- me ayudaron a hablarle a Nuestro Señor Tenebroso de Bellatrix, de la magnifica bruja que es, de todas sus aptitudes y de que es una excelente legeremante y oclumante – Narcissa enarcó una ceja, se suponía que sus aptitudes con dichas prácticas mágicas se quedarían en secreto-
-Así que el Señor Tenebroso accedió a conocerme, incluso me dio pequeñas misiones exclusivamente para mí y probó mis capacidades con la mente, y creo que fue lo que más lo sorprendió, y claro, también se cercioró de que mi lealtad estaba del lado correcto – Bellatrix estaba más que emocionada al hablar, y Narcissa sintió el camino que estaba llevando esta conversación- Fueron meses difíciles, pero ayer conseguí mi cometido y el apellido Black volverá a estar en la cima- Bellatrix se levantó su manga izquierda, dejando ver la marca tenebrosa. Hubo un leve revuelo en la habitación- Soy la primera mujer en portar su marca, querida familia- Narcissa volteó a ver sus padres, miraban a Bellatrix con tanto orgullo que la rubia llegó a sentir un poco de celos-
-Así que brindemos todos por el ascenso de Bellatrix Lestrange- dijo en voz alta Rodolphus, levantando su copa
Lo que después sucedió fue un festejo a lo grande, todos en la habitación estaban felices y emocionados, todos querían ver el tatuaje y escuchar la historia de nuevo. Cygnus y Druella estaban extasiados, sabían que su hija era una ferviente seguidora del Señor Tenebroso, incluso Cygnus instruyó a la joven en ciertos aspectos de la magia oscura, Narcissa llegó a creer que jamás se emocionarían así si Bellatrix les dijera que estuviera en cinta. Y ni hablar de los miembros más viejos de la reunión: Pollux, Irma, Cassiopeia, Arcturus y Melania Black, las mujeres casi lloraban mientras que los hombres no pararon de agradecerle el hecho de que arriesgara su vida y su libertad por la familia Black. Narcissa también felicitó a su hermana, no con el mismo fervor que los demás, ya que reconocía que su hermana fuera una de las allegadas del Señor Tenebroso sería beneficioso para todos tras la huida de Andrómeda, sin embargo, portar esa marca aun era muy peligroso, y Narcissa no quería perder a otra hermana.
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Te mando un abrazo
Hasta el próximo capítulo, donde te adelanto que veremos a un par de vampiros ;)
