Disclaimer: Todos los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto.
Advertencia: Son puntos a tomar en cuenta de los siguientes oneshots que publicaré:
1. Los títulos son tomados del evento que pertenece al "Naruhina Smut Month" (Tumblr)
2. Serán 31 OS de contenido ADULTO (M).
3. Muchos de estos OS no tendrán contenido explícito.
4. Los OS son totalmente independientes.
5. Este fic, estará publicado en FF y Wattpad. De surgir algún problema con este medio de publicación (reportes o eliminación), pensaré no pertenece aquí, y procederé a continuar la historia en Wattpad, que acepta este tipo de contenido. *Mi fin es proteger a lectores menores de edad o alguien que no esté de acuerdo*.
Después de leer la advertencia, sólo queda que disfruten de su lectura :D
-OS1: Los riesgos de jugar con un clon-
-.-Fun With Clones-.-
Hinata amaba a su esposo.
Ella comprendía muy bien el empeño que ponía Naruto a sus responsabilidades como Hokage. Le iluminaba una sonrisa cada vez que conversaban acerca de las nuevas alianzas, los avances de la aldea, y el crecimiento rápido de los ninjas. Aunque no siempre terminaban de hablar por la mañana, porque eran interrumpidos por sus hijos, dejaban los temas pendientes para la noche. Después de cenar, de hacer dormir a Himawari, y entre alguna pelea con Boruto, se acomodaban en su propia cama. Naruto siempre hacía lo posible por mantenerse despierto y terminar de relatar lo sucedido en el día, pero el sueño le solía vencer. Era contadas las veces que llegaba a casa temprano, y casi no se veían durante el día, así que aprendió a atesorar mucho más, el tiempo que compartía con él.
Hinata salió del baño. Con una toalla cubriendo su cuerpo, asió fuerte el nudo sobre su pecho. Dando unos pasos dentro de la habitación, se acercó a la cama donde estaban sus prendas limpias. Se cogió una de las mejillas, la sentía sumamente caliente, seguramente producto del vapor de la bañera. Pensando que sería buena idea cambiarse lo antes posible para descansar unos minutos y seguir con sus quehaceres, se deshizo de la toalla.
—¡Hinata! ¿Has visto a Bo-?
Se sobresaltó al escuchar su nombre. Volteó hacia la ventada, Naruto estaba ahí, muy sorprendido. Se quedó paralizada porque no esperaba verlo durante el día, y mucho menos que entrara a la habitación. Aunque era el Hokage, nunca cambiaría.
Tuvo las intenciones de caminar hacia él, pero notó que los ojos azules la recorrieron de pies a cabeza, acompañado de un ligero tinte rojo en sus mejillas. Fue cuando le navegó un frio por la espina dorsal, gracias a un viento proveniente desde la ventana abierta y que movió las cortinas. Entonces, se dio cuenta de su situación.
—¡Kya!
Sobresaltándose cogió nuevamente la toalla y cubrió su cuerpo lo más que pudo.
—¡Lo siento! —dijo, rápidamente. Intentó no verla, pero era muy difícil hacerlo. Tuvo que regresar la mirada—. No debí.
—Es que, n-no esperaba que llegaras —dijo nerviosa—, de esta manera.
—Entrenaba con Boruto. —Se rascó la mejilla con un dedo—. Cómo pasaba cerca, pensé que sería buena idea saludarte y ver si estaba por aquí —explicó—. Ya sabes, no debo usar el modo sennin-ttebayo.
—Es el Kage no… —No terminó de hablar al escuchar la risa del Naruto.
—Cierto —se rió nervioso al poner una mano detrás de su nuca—. Es la mejor opción, mientras no pueda salir de la oficina —suspiró derrotado—. Lo siento nuevamente, no quise entrar así.
—E-Está bien. —Sonrió algo nerviosa—. Descuida. Solo me asusté.
Movió su mano nerviosamente sobre la toalla que aún tenía en la parte frontal, y aunque difícilmente la cubría, era lo suficiente para no exponer más de lo debido. Se sentió incómoda, pero eran esposos, y la vergüenza quedó en el olvido hace mucho. Bueno, tal vez la mayor parte de la vergüenza. No podía explicarlo, pero sentía ese calor inusual en sus mejillas, y una sensación extraña, que la hizo juntar ambos muslos.
El agua estuvo muy caliente, demasiado.
—Debo irme ahora —interrumpió Naruto sonriente—. Así podrás cambiarte tranquila.
—¡Espera…!
Hinata pretendió caminar hacia Naruto, pero ni bien dio un paso, sintió una descompensación en el cuerpo y terminó por llevar todo su peso hacia adelante. Hubiera caído al suelo, si no fuera porque su esposo la cogió antes que golpeara el suelo. Puso una mano en la sien para enfocar lo que pasó.
—¡Oi!¡Hinata! —exclamó al mover sus hombros para que le dijera algo—. ¿Estás bien?
—S-Sí… —Notó el rostro de preocupación de Naruto—. No es de cuidado, sólo me mareé.
—Sólo te… —repitió, confundido. Antes de continuar la miró seriamente y la cogió de ambos hombros—. Hinata, dime la verdad.
—¿Eh? —Se sorprendió ante la rara situación—. No entiendo a qué te refieres.
—Si te mareaste —continuó—, ¿quiere decir que estás embarazada?
—¡¿Eh?!
De su boca escapó un chillido de sorpresa ante la pregunta tan directa.
—¡Naruto-kun! —Se sorprendió—. ¡Claro que no! —negó inmediatamente al mover la cabeza de un lado a otro—. El agua de la bañera estuvo muy caliente, y me descompensó un poco.
—¿Ah? —siseó confundido. Parpadeó varias veces al darse cuenta lo sucedido, y añadió—: Yo pensé que… —rió nervioso— ¡nada-ttebayo! Olvida lo que dije. Fue lo primero con lo que pude relacionarlo. Lo siento.
—Para que eso suceda…
Cubrió su boca con ambas manos al notar que estuvo cerca de decirle que necesitaban tener relaciones íntimas, por lo menos más seguido de lo que estaban acostumbrados, para que pudieran concebir. En relación a esos temas importante de pareja, no había mucho tiempo disponible para dedicarse a ellos. En estos momentos, la prioridad eran sus hijos y el bienestar de la aldea.
Hinata quiso disculparse, pero fue sorprendida por el abrazo de Naruto. Sus brazos se cerraron en su cintura y la acercó a él, sin importante siquiera que estuviera desnuda. Físicamente era Naruto por la técnica de clones que usaba, y se sentía muy real.
—No debí… —se sobresaltó.
—Si entiendo —expresó profundo cerca de su oreja. Inhaló el aroma proveniente de su cabello—. Hinata. Yo, prometo que regresaré temprano hoy.
—¿Q-Qué dices?
—Por lo menos antes que llegue Boruto y Himawari —rió de una forma profunda.
—Bueno yo…
Se detuvo de decir algo más. Su época de desmayos quedó en el pasado, pero sintió nervios por el tema que trataban. No pensó que marearse después del baño, tuviera tales consecuencias. Aunque estuvo a un paso de asentir o marearse adrede para olvidar ese accidente, sintió algo extraño cerca de su bajo abdomen. Era una protuberancia que la hizo sorprenderse y levantar la mirada hacia la de Naruto, que seguía con aquella sonrisa.
—Naruto-kun. —Llevó su mano directamente hacia la masculinidad de su esposo—. Tú… estás…
—¡No es nada! —exclamó espantado ante la intromisión de algo que no podía controlar—. ¡No es nada-ttebayo!
Lo sintió retroceder un paso, pero se lo impidió. Apretó más su mano en él, tratando de no ocasionarle daño. Ser un clon no impedía que tuviera las mismas sensaciones que el Naruto verdadero. Simplemente su cuerpo había respondido a las consecuencias de verla desnuda en medio de la habitación, y era muy difícil controlar.
—H-Hinata —se quejó, aunque satisfactoriamente, al detener su avance.
—Naruto-kun, d-déjame ayudarte.
—No tienes que. Soy yo, pero a la vez no… —Hizo una mueca de desconcierto. Tuvo que apretar los dientes—. Sabes a lo que me refiero.
—Lo sé. —Apretó más la mano en aquel lugar sensible—. Pero no quiero dejarlo así.
—¡Maldición! —Se sobresaltó completamente al casi doblarse en dos. No era para nada molesto, todo lo contrario—. H-Hinata. Eso es jugar sucio.
—Entonces, no…
Ella comprendía muy bien en la situación que se encontraban, y como su esposa, no podía dejarlo así. Su corazón latía a mil por hora en su pecho, seguía sintiendo ese calor molesto en sus mejillas y sobretodo entre sus piernas. Quería compartir esa necesidad que nacía en su interior.
En una acción más suave, pasó una de sus manos por el contorno de los pantalones de su esposo. Poniendo toda la determinación del caso para que Naruto aceptara, siguió su camino lentamente por encima de la tela negra, y planeaba continuar hasta que su persuasión rindiera frutos. Fue cuando su inspección terminó de un momento a otro, cuando sintió ambos brazos de Naruto alrededor de su cintura, y su boca que casi mordía su cuello.
—Adelante…
Le sonrió genuinamente. Sin esperar más, llevó ambas manos hacia sus pantalones, colando los dedos entre la tela y su piel. Lo escuchó maldecir y suspirar por su cuello, mientras se aferraba a su delgada espalda. Sus labios jugaban con piel de su cuello y sus hombros, seguramente disfrutando aquel instante de placer.
Quiso quedarse en esa posición para seguir disfrutando de sus besos, pero esta vez, era el turno de él. Estaba determinada a aliviarle la erección que sobresalía entre sus pantalones, y no deseaba dejar pasar. Haciendo el espacio necesario y sin dejar su posición de cercanía, se deshizo del abrazo y fue bajando lentamente sobre sus rodillas. Las manos se apropiaron del borde del pantalón. Sus dedos se abrieron paso entre la tela negra y posteriormente a los boxers. Estaba avergonzada, pero no podía negar de la seguridad que nacía en ese momento entre sus entrañas.
—H-Hinata. —Tragó nervioso Naruto.
Se detuvo al verlo en toda su extensión, completamente erguido. Vacilante, llevó ambas manos sobre la base y al mismo tiempo que su boca se posicionaba de la punta. Dio un beso húmedo con sus labios, que en instantes se entreabrieron y su lengua hizo un círculo completo. Las manos comenzaron un viaje de arriba abajo, despacio y con la presión suficiente para generar una electricidad a causa de las sensaciones presentes en su pareja.
—¡Mierda!
No sabía que responder, sólo siguió con la tarea de brindar ese placer que su esposo merecía. Aunque lo sintió doblarse y apoyarse en su cabeza, no dejó de besarlo. Se animó a repasar su lengua en toda su extensión, siempre terminando en la punta para estimularlo más. Podía sentir su propia humedad, al recordar las muchas noches que compartieron juntos, y era justamente aquella parte de su anatomía que la hacía sentir ese deseo latente por él. Había sido muchas noches de escucharlo relatarle historias entre sueños, que esta tarde sería completamente diferente.
—H-Hinata.
De sólo pensarlo, comenzó con el recorrido de su boca por su masculinidad otra vez. Lo tenía completamente dentro de su cavidad, mientras seguía con su vaivén para que no la perdiera de vista. Lo tomaba hasta casi llegar al inicio de su garganta. Hizo lo mejor que pudo para acelerar el movimiento, mientras escuchaba maldecir y hasta emitir palabras no muy propias de él. Es lo que su sangre le pedía, hacerlo pedir por ella.
Sólo sería el preámbulo de lo que continuaría, cuando tuviera a su esposo en casa.
—¡Demonios! —exclamó al apretar los dientes—. Eso se siente bien.
—N-Naruto-kun…
Se detuvo. Dejó un último beso y separó su rostro. Aunque su estómago dio un vuelco a causa de su decisión, sintió que había algo más en todo esto. Hinata quería terminar aquello, no con una técnica que se desharía en cualquier momento por el desgaste mental del clon, y es que si proseguían, tenía el presentimiento que necesitaría más de él.
—¿Qué pasa? —Tuvo que cogerse la frente para tratar de controlar su respiración. Apretó los puños al sentirla alejarse.
—Y-yo. —Tragó saliva—. Quisiera continuar, pero necesito que estés aquí. —Respiró profundo y alejó los cabellos cortos de su rostro. Alzó la mirada hacia lo ojos azules que denotaban sorpresa, y añadió—: ¿P-Puedes?
—Sigo en la oficina-ttebayo. —Se olvidó de su posición, y se agachó hasta quedar a su altura, casi cerca del suelo—. Esta es una situación difícil. —Tuvo que hacerle una seña justo a sus pantalones que seguían en medio camino.
—Entonces, no…
—Hinata —se quejó—, eso no es… justo. —Con una mano, revolvió su cabello rubio de manera frustrada, e hizo una seña con los dedos cerca de su mentón—. ¡Espérame aquí!
—¡Espera! —Trató de detenerlo—. El clon va a…
No pudo terminar la frase cuando el clon desapareció en una nube de humo. No pensó que accediera tan rápido a su pedido, sobre todo porque sabía las consecuencias que traería el hacer desaparecer la técnica en ese momento. Una vez que la experiencia completa llegara al verdadero Naruto, seguramente sentiría todo lo que había ocurrido hace unos minutos. Justo en la oficina del Hokage. Sólo esperaba que no se encontrara en alguna reunión importarte.
—Lo siento, Naruto-kun —se dijo al cubrir su rostro con las manos por la vergüenza.
Si tenía suerte, tal vez podrían probar algo nuevo cuando llegara a casa.
Sería seguramente en unos minutos más.
-FIN-
Espero que les haya gustado. Estaré en espera de sus comentarios.
¡Gracias por leer!
