La verdad... esto me llego de repente a la cabeza. No me siento muy bien escribiendo de ellos pero HAHA ya lo hice así que, necesitaba publicarlo.
Admiro a estas dos personas y a su amistad masculina, por eso y con más ganas escribí esto.
La verdad no tengo idea si siguen viviendo juntos o sí tienen una televisión en la sala pero si no es así, le agregue esos detalles. :D
Solo espero que alguien lo lea o si no llorare en un rincón a solas! :(
Pokemón no me pertenece, ni Raspberry... y claro, menos el Rubius y Mangel xD
ENNNN FIN! Los dejo leer... Por cierto, también lo publique en otra pagina, solo que no se bien como funciona o cómo hacer que demás personas lo lean. Así que si quieren, entren a mi perfil de Fanfiction, ahí dejare el link de la pagina :D
¿Un nuevo sentimiento?
-Y esas son las noticias del día- Bostezo y camino con pereza, aproximándose al salón; donde ya Mangel se encontraba pensando en sí resignarse a hacerse de comer algo o simplemente salir e ir por algo para desayunar. El de ojos color verde se sentó en uno de los sillones, recargándose en el respaldo del asiento y quedando cómodamente.-Nos han informado que esta noche, aproximadamente a las 11:30 pm, ocurrirá un apagón en todo Madrid- Rubius, observo la televisión sin prestarle mucha atención- Pero no hay de qué preocuparse, simplemente pasará una hora y la luz regresará.
-Mangel, ¿por qué estás viendo esto? ¡Cámbiale!- Hablo por fin
-Simplemente le prendí y ya etaba' ahí, ademah tu estah máh cerca, ¡tú cámbiale!-Volteo a ver a su mejor amigo mientras decía esto. No lo había dicho con un tono enfadado, sí no, solamente… con una voz más fuerte de lo normal.
El de ojos verdes volteo a verlo y simplemente suspiro, tomo el control de la televisión y empezó a cambiar de canal para atinarle a uno que estuviera bueno. Y llegando a un canal en el que salía pokemón, le detuvo
-¡Llegaré a ser el mejor, el mejor que habrá jamás, mi causa es ser entrenador, Tras mi gran prueba real!- Canto concorde iba la canción. Llego al momento exacto en el que iniciaba el opening de la primera temporada de pokemón. Ni idea del por qué estaba saliendo en televisión. Rubius giro rápidamente su mirada a Mangel, y este corrió al lado de su amigo y se sentó en el sillón con él.
-Viajare a cualquie' lugar, llegaré a cualquier rincón, ¡Al fin podre dehentrañar, el poder que hay en pokemón!- Volvieron a girar sus miradas y mostraron una gran sonrisa
-¡ES POKEMON!- Cantaron al mismo tiempo- ¡Hazte con todos! ¡Es mi destino, es mi misión! ¡ES POKEMON!
-¡TU ERES MI AMIGOS FIEL!- Canto el Rubius mientras seleccionaba a Mangel con un ritmo en la cabeza- ¡Nos debemos defender!
-¡ES POKEMON!
-¡Hazte con todos!
-¡Si!
-¡Seremos mejor al fin!- Cantaron los dos- ¡Te enseño yo y tú a mí! ¡POKEMON!- Y empezaron a reír a carcajadas mientras la canción seguía. Cada uno paso una mano a los hombros de su amigo e imitaron un pequeño movimiento de izquierda a derecha. Al terminar la canción siguieron riendo con ganas. Ya sentían como brotaban lágrimas de sus ojos por tanta risa
-¡Joder! ¡Hacía mucho que no disfrutaba cantar una canción de pokemón!- Hablo el Rubius cuando por fin pudo calmar un poco su risa.
-¡Diho lo mismo!- Ambos terminaron de reír, y se entretuvieron viendo aquel episodio de pokemón que estaba saliendo. Se sentían como cuando niños. Cada uno viendo ese programa mientras deseaban tener un pikachu, o una gorra de Ash.
:D
Al finalizar el episodio, sintieron como sus estómagos hablaban por comida. Al igual Raspberry se había acercado a ellos para ver si le daban algo de comer. Así que, sin poder ver el siguiente capítulo que pondrían, se levantaron del sillón y se dirigieron a la cocina.
-¿Y si vamos a comer afuera?- Propuso el de ojos verdes, mientras le daba comida a Raspberry. Claro, comida de gatos.
Mangel solo asintió con la cabeza.
Ambos se dirigieron a sus respectivos cuartos, se vistieron y salieron para ir a almorzar algo ya que, ninguno de los dos tenía pensado cocinar.
…
Pasaron las horas, y el día estaba llegando a su fin. Ambos se encontraban grabando un gamplay, en línea, juntos; incluyendo a Cheeto. Bromeaban haciendo varias idioteces, hasta que pasaron las horas y decidieron terminar la partida, para poder editar el vídeo y publicarlo más tarde en Youtube.
Eso era básicamente lo que hacían normalmente. Pasarla con amigos, bromear, grabar, jugar… digamos que su vida no era aburrida, o al menos, para ellos no lo era.
Dieron las 11:00 pasadas y ninguno había salido de sus habitaciones, cada uno haciendo lo suyo. Rubius estaba dando una aventurada por twitter, después de haber jugado un videojuego de terror que le había recomendado un suscriptor, para ver que había de nuevo y publicar algunas cosas. Pero nunca se había percatado de que realmente ocurriría lo que habían dicho en el noticiero en la mañana.
De repente, ocurrió un apagón. El de ojos color verde se echó para atrás porque no se esperaba que ocurriese eso. Así que se sobresaltó y cayó de espaldas junto con la silla escuchándose un gran estruendo ya que, a la vez, había caído encima de otras cosas haciendo que estas también cayeran. Se quejó un momento por el dolor que había provocado el impacto, pero luego lo que vio fue oscuridad total. No le gustaba los lugares oscuros, así que no lo agradaba nada estar en esta situación
-Ma-Ma-¡Mangel!- Le grito a su amigo.
-¡Se fue la luz!
-¡SI, YA ME DI CUENTA!- se levantó y al abrir la habitación, noto como el pasillo había sido inundado por oscuridad. Dio un quejido de terror, y entro rápido a la habitación del castaño. Cerro la puerta y corrió hacía su amigo a la velocidad de la luz y lo abrazo, como sí él fuera el que lo salvara de su miedo. A Mangel no le dio ni oportunidad de levantarse o siquiera hacer cualquier movimiento, ya que había llegado como un ninja o como Raspberry cuando llegaba de quien sabe dónde.
-Vale, Rubiuh, basta- trato de separarlo, pero en tato más lo intentaba, su amigo se aferraba más. Hizo esto varias veces hasta que se hartó- ¡Ya, esta bieh! ¡Rubiuh, sultame!- Por fin pudo zafarse de el de ojos verdes. Este trato de controlarse y dio un suspiro rápido. Y le llego a la mente su pequeña mascotita llena de pelos
-¡Raspberry!- grito y dirigió su mirada a su amigo- ¡Ve por ella!
-¿Qué?- dijo incrédulo
-¡Esta afuera sola, y no se sabe que hay en la sala!
-Tranquilihate, solo se fue la luh. Más al rato vuelve- Rubius ignoro completamente lo que dijo y volvió a protestar con lo mismo
-¡Mangel, ve por la gata!
-¡Joder!- se levantó de la silla- Si voh por la gata, ¿Te vah a tranquilizar de una maldita vez?- El ojiverde solo asintió con la cabeza mientras mencionaba un ''Sí''. El castaño tomo su celular que estaba localizado en el escritorio y encendió el flash de la cámara para poder ver maso menos todo el lugar ya que estaba oscuro.
Abrió la puerta rápidamente y salió de su habitación.
-¡Espera, no me dejes aquí!- Hablo el Rubius
-Entonces, ¡¿Cuál es el punto de que yo vaya?!
-De que no me dejes ir solo- Se aproximó hacía él, y se posiciono detrás. El pobre parecía aterrado. Mangel solo suspiro y camino por el pasillo que se encontraba totalmente oscuro. Trato de llamar a la gata para que se acercara a ellos, pero la muy ingrata ni caso les hacía.
-¡APARECE DE UNA VEZ!-grito ya algo harto. Y en cuanto dijo esas palabras, se observó una pequeña sombra corriendo a toda velocidad, en el lugar donde el castaño aluzaba con su celular.
-¡JODER!- grito el Rubius y corrió a toda velocidad hacía la sala, tirándose en el sillón. La sombra volvió a aparecer, pero esta paso cerca del de ojos verdes, haciendo que este temblara e hiciera un quejido de terror.
-Rubiuh, calmate; deheguro solo es Rahperry- dijo Mangel, pero en cuanto sintió como algo se arrastraba entre sus piernas y giro la cámara hacía esa cosa, su mente le jugo una broma muy pesada y lo que observo fue un demonio negro, con colmillos, que trataba de comerse sus zapatos. Este también grito como nena y corrió hacía su amigo y lo abrazo cobardemente.- ¡MALDITA SEA! ¿QUÉ DEMONIOS ES ESO?- Podrían jurar que estuvieran a punto de llorar. Aquella sombra seguía moviéndose por la sala tratando de captar la atención de sus dueños.
-Joder, joder, joder, joder…- El de ojos verdes ya había entrado en pánico. Odiaba la oscuridad.
-Maldición, Rubiuh; ¡no te desmayeh y me dejeh combatiendo con eso solo!
-Mangel, aunque no lo diga todos los días; tengo que decirte que te amo de la manera menos homosexual que exista- El otro estuvo realmente conmovido
-Igual yo, querido hermano- Pareciera como si estuvieran declarándose todo antes de que murieran. Él ''demonio'' (que lo hizo llamar así el castaño) se subió a al sillón, haciendo que ambos amigos se aproximaran al otro extremo del sillón. Hasta que por fin pudieron recobrar la conciencia. Se escuchó un maullido y ambos despertaron de su fantasía de demonios. El Castaño apunto con el flash a aquella sombra y descubrieron que la cosa que los estaba aterrando era nada más ni nada menos que Raspberry. Tanto Mangel como el Rubius se les escapo un suspiro de alivio
-¡Jodida gata!- grito el ojiverde. El otro solo giro el flash apuntándolo a su amigo
-Jaja es realmente vergonzoso que te me hayas declarado cuando no hemos muerto
-¡NO ME DECLARE! ¿No me escuchaste? Dije que te quiero de la manera menos homosexual que exista
-No, tu dijiste que me amas- Sentía que la risa le saldría en cualquier momento. No podía resistirla más así que se soltó a carcajadas
-¡Cállate! ¡De todos modos también lo dijiste!- Al terminar su frase no puso evitar ver a su amigo con enfado; pero luego, igual, termino riendo. Estuvo a carcajadas, hasta que sintió una punzada en su cabeza y no pudo evitar tocar con su mano el lugar de donde provenía ese dolor agudo. Emitió un quejido de dolor y luego miro su mano, y observo que tenía sangre. Mangel detuvo su risa y luego se fijó en lo que acaba de hacer su amigo.
-¿Qué demonioh?-Tomo de los hombros al Rubius y lo giro para observar con exactitud qué es lo que tenía en la cabeza, pero primero escarbo entre su cabello y ahí estaba la proveniente del dolor del ojiverde- ¡Maldición! ¿Pueh que hiciste?
-¿Qué? ¿Qué cojones tengo?
-Tieneh una gran cortada en tu nuca y sangre- trato de tocarlo pero mejor se detuvo
-¡Ah!- menciono- Es que, en cuanto se fue la luz, me caí encima de muchas cosas y una de ellas me golpeo en la cabeza…-sentía como el dolor lo abundaba más
-Maldita sea, teh máh cuidao'- le dio un golpecito en el hombro.- ¡Imbécil! Ahora tenemos que ir al hospital-Su amigo lo miro abriendo mucho los ojos y negando con la cabeza. '' ¿Hospital? Pff… después de horas jugando a hospital mental, ni en años''-¿Por qué cojoneh no quiereh ir?-Dijo enfadado y algo preocupado por Rubius. Esperaba que no estuviera delirando.
-Es que después de haber jugado hospital mental, no creo volver a ir a una hospital durante dos meses-dijo casi susurrando- ¡Además afuera esta oscuro y ni un alma está presente!
-¡Por Dioh! Rubiuh, no seah dramático; ¡es como cualquier otra noche!
-¡No! Ya me conoces, soy lo suficientemente miedoso como para ir a cualquier lugar como sí nada-Dijo mientras se cruzaba de brazos y se hacía bolita en un rincón del sillón. Mangel solamente escapo un suspiro y se recargo en el respaldo del sillón, al igual que estiraba las piernas. Ya no tenía miedo después de haber tenido esa escenita de nena asustadas por culpa de la gata.
-Vale, por lo menoh, ven- Se levantó y el ojiverde, al instante, también. Ni loco se iba a quedar ahí solo.
Se dirigieron a la habitación del castaño y este se puso al lado de un mueble pequeño, la cual tenía cajones. Abrió uno de ellos y tomo una pequeña cajita blanca. De ahí saco algunas cosas
-Ven- se sentó en su cama y le indico a su amigo que fuera con él y se sentará a su lado. El ojiverde se dirigió a su amigo e hizo lo que le pidió que hiciera. Mangel tomo un poco de alcohol y lo puso en un algodón. Y luego, después de volver a tomar su celular y prenderle el flash, estuvo a punto de deslizar el algodón por la cortada Rubius pero, dentro de tanto cabello, no podía localizar con exactitud donde estaba.
-¿Qué haces?
-Pueh, trato de limpiar tu herida pero no se ve na' por tanto cabello que tieneh- trato de escarbar de nuevo entre tanto cabello y ahí fue cuando se manchó con sangre de su amigo-¡Qué asco!-El otro chasqueo la lengua
-Déjalo así, se curará solo-dijo mientras se volvía a girar.
-Se te va a infectar y te vas a anda' quejando porque te va a doleh peoh- Rubius lo miro. '' ¿Por qué debo ser tan estúpido para que me pase esto?''
-Corta mi cabello
-¿Qué?- no creía que su amigo dijera eso-¿Quiereh que corte tu maravillosa melena?
-¡No! ¡No quiero que me dejes calvo!- gritó- solo el pedazo donde está la herida- Su amigo arco una ceja
-¿Seguro?
-Sí- dijo decidido. Mangel lo miro por un segundo y luego busco unas tijeras entre los cajones. Al encontrarlas y mostrárselas al ojiverde, este no pudo evitar tragar saliva. Se giró y dejo a su amigo cortar su cabello.-no me abras más la cabeza de lo que está. -El otro solo asintió con la cabeza. Le dio el celular a su amigo para que pudiera aluzar su cabeza mientras le cortaba el cabello.
No duro mucho, y por fin estaba al descubierto la herida
-Joder- ''eso'' realmente se veía doloroso- ¿te duele mucho?
-Si
-¡Te dije que debimoh ir a un hospital!
-No, no iré- volvió a renegar con lo mismo. Mangel no dijo nada más y prosiguió con lo que hacía antes. Tomo un nuevo algodón y lo lleno un poco de alcohol y ahora sí, lo deslizo por la herida. El otro dio un quejido de dolor. Ardía.
Después de limpiar la herida, tomo un largo pedazo de venda, y lo hizo más pequeño doblándolo; logrando hacer un pequeño cuadrito. Lo puso encima de ''eso'' y para que no se cayera lo pego con cinta. Esto simplemente era por mientras dejara de sangrar.
-Vale, ya ehta- dijo mientras volvía a poner todo en su lugar. Rubius se volvió a girar hacía su amigo y escapo un suspiro de alivio.
-Gracias-Menciono casi en un susurro
-Solo a la próxima trata de no caerte- Le brindo una sonrisa a su amigo y aunque no hubiera nada de luz, sabía estaba sonriendo. También formo una sonrisa en sus labios. ''Demonios, ¿qué haría sin este ingrato?''
Aquel ambiente fue destruido por una llamada que hacían sus estómagos. Ambos tenían hambre… MUCHA.
-¡Bueno!-dijo Mangel con un tono de voz más de lo normal mientras se levantaba- iré a veh que me encuentro en la cocina- y tras decir estas palabras, se dirigió a la puerta para ir a la cocina. Y claro, Rubius, como todo el rato desde que se fue la luz, lo siguió.
Para el ojiverde, el camino de la habitación de su amigo a la cocina, se sintió más tranquilo. Ya no tenía tanto miedo como en unos inicios del apagón. Pero eso no era excusa para no dejar de seguir al castaño.
Mangel no se había despegado de su celular como no lo había hecho del Rubius, así que aluzo con el flash los lugares en donde había comida. No tenía muchas ganas de hacerse uno a trabajo duro, ni con salpicaduras de aceite para que quemara la piel. Al final decidió por solo comer un cereal con leche. Sencillo, practico y algo que sabe hacer bien.
Saco el cereal de una estantería y la leche del refrigerador. Tomo un plato y junto ambos elementos… Y listo, su cena estaba lista.
-¿Para mí? Muchas gracias- menciono el otro con aura victoriosa
-No te hagah ilusioneh, ehto eh mío
-¿Me haces uno también a mí?- Mangel lo miro incrédulo. Rubius observo su cara gracias a la luz de la luna, y soltó una risita- ¡Vamos! Estoy inválido
-Solo tieneh abierta la cabeza- dijo mientras tomaba una cuchara y la dejaba reposar en el plato donde se encontraba su cereal. El ojiverde marco el entrecejo y bufo.
-¡Hay como me duele!- dijo falsamente mientras daba un paso- ¡Ahh, me duele!- Volvió a decir dando otro paso. El castaño rio ante lo ridículamente mal que actuaba su amigo
-Que nena ereh- ''Jajaja ¿qué demonioh le pasa?''- Deja de llorar, te lo hago pueh- Rubius celebro la victoria de su batalla, dando brinquitos. Aunque se detuvo al volver a sentir el dolor proveniente de su herida.- ¿Aún te duele?
-Sí, pero ya se pasara- dijo mientras se acomodaba en la mesa para observar a su amigo prepárarle su cena. Y luego recordó lo de las noticias- ¿Qué no se suponía que la luz regresaría en un rato?
-No lo sé…- también recordó lo que habían dicho en la mañana. Le entrego ya el plato listo a su amigo- nunca he confiao' en lo que dicen los noticieroh- dijo con sencillez mientras volvía a su cereal.
Ambos terminaron su cena en silencio. Cuando su plato quedo vacío, Mangel dio un largo bostezo. Tomo su celular y observo la hora… 1:30 a. m. Ya tenía sueño y no tenía costumbre dormirse a esta hora, si no más tarde.
-Ya me iré a dohmir- dijo el castaño mientras se levantaba de la silla.
-¿Qué? ¿Ya es tarde?
-Es la 1:30- se dirigió a su habitación. Rubius lo siguió
-Pero a esta hora aún no duermes
-No hay luh así que básicamente no puedo hacer na'. Ademáh me da sueño si no hago na'-Entro en su habitación y saco de debajo de su almohada, su pijama… o más bien unas prendas que se pone para dormir. Estuvo a punto de quitarse su camiseta, pero sintió una mirada a sus espaldas. Y ahí vio a su amigo.- ¿Qué estáh haciendo?
-Es que… no me quiero quedar solo-dijo pareciendo un niño pequeño. Mangel no pudo evitar soltar la carcajada.
-¿Y quiereh dormir conmigo?- En realidad no lo había dicho enserio, si no, solo en modo de broma. Pero al ver como su amigo asentía con la cabeza mientras mencionaba un ''si'', su sonrisa desapareció. –Eh… no lo decía enserio- el momento de estaba volviendo incomodo
-Oh – solo pudo decir. Se sentía ridículo. El silencio inundo en ese instante y ninguno dijo nada, pero no resistían ese tipo de ambiente.
-Pero, si quiereh, quédate- Mangel hablo después de haber estado sin habla durante un rato. Rubius abrió los ojos sorprendido
-¿Qué?
-Puedeh quedate', no me molehta- y al decir esas palabras, se quitó la camiseta y se puso la otra.-Pero, por lo menos déjame cambiarme- Giro su mirada hacía su amigo y le sonrió. Este también y salió de ese lugar para dirigirse a toda velocidad a su cuarto, ponerse su pijama y regresar corriendo a la habitación del castaño.
Observo como Mangel ya estaba a punto de acostarse, cuando lo vio parado en la entrada.
-Ven, cariño- dijo en modo de broma. El ojiverde se aproximó hacía la cama y luego se acostó al lado de su amigo.
El castaño había quedado en posición dándole la espalda a Rubius.
-Hasta ahorita- menciono Mangel
-Hasta ahorita- contesto con lo mismo el otro.
Pasó un buen rato y ya se empezaban a escuchar unos cuantos ronquidos del castaño. El ojiverde aún no había podido dormir. Cerraba los ojos, pero su cabeza lo llenaba de imágenes terroríficas de ese tonto juego que había jugado hacía unas horas y no lo dejaban en paz. No se sentía seguro.
-¿Mangel?- Llamo a su amigo. Ni el mismo sabía la razón del por qué lo había hecho. Simplemente se le había escapado esa palabra por sus labios. Como era de esperarse, no recibió ninguna contestación; pero lo que si recibió, y algo que no se esperaba que sucediera, era que Mangel se girara y lo abrazara como si de un osito de peluche se tratase.
Rubius abrió los ojos como platos, sorprendido. Estaba demasiado cerca de su amigo. No es como si no hubiera hecho eso ya con él, solo que, ahora era diferente; pero no sabía cómo describirlo.
Empezó a sentir los parpados pesados, así que los cerró y se quedó dormido.
…
''Se encontraba en un gran edificio. Ni idea de cómo había llegado ahí. Camino para poder llegar a la orilla y poder observar hacía abajo. Ese edificio estaba demasiado alto y en solo observar a los carros desde lejos, le daba escalofríos. Y sin dar un paso más, algo lo empujo… no sabría decir que fue, simplemente lo empujaron y empezó a caer rápidamente. Y estando apunto de tocar el suelo…''
Sintió aquel gran estruendo. Dio un quejido y no lograba ubicarse. ¿Dónde demonios estaba?
Se levantó y fue cuando observo su habitación… Ha sí, se encontraba dormido teniendo un sueño muy extraño y suponía que había caído al suelo. Se levantó aún con sueño. Maldita sea, ¡ni los pájaros se habían levantado!
Observo hacía su cama y ahí estaba su amigo. No recordaba que él se había quedado a dormir en su habitación. Lo miro por un momento y estaba ocupando prácticamente toda la cama. –Hijo eh puta- dijo adormilado.
Lo empujo un poco para poder acomodarse de nuevo en la cama y así volver a dormir, pero antes, volvió a observar al ojiverde. Parecía demasiado tranquilo. Río en lo bajo. Hasta las personas más locas y miedosas tienen su lado relajado y tranquilo.
…
Empezó a ver una luz dentro de lo más oscuro y ahí fue cuando recobro la conciencia y se dio cuenta de que estaba dormido. Abrió los ojos lentamente y observo el rostro de su amigo observándolo fijamente. Pero no solo era eso. También sentía sus manos rodeando su cuerpo, abrazándolo. Pero ninguno se movía. No sabía con exactitud sí era porque tenían bastante flojera o porque estaban en una posición que les era cómoda a ambos.
Se miraron unos instantes más hasta que observo a Mangel separar los labios
-Ni una palabra a nadie- Se escuchaba adormilado, como sí apenas se hubiera levantado
-Ni una- afirmo el ojiverde.- ¿No me vas a soltar?
-Claro que no, estáh realmente cómodo- dijo el castaño mientras subía su pierna y la acomodaba sobre la cadera de su amigo.- ¡Veh! ¡Posición perfecta!- no podía decir que estaba incomodo, porque realmente estaba muy cómodo.
-¿Qué hora es?- Pregunto Rubius
-No lo sé, como las 9:00; pero a quiéh le importa, eh domingo; ¡vuelve a dormir!-dijo mientras volvía a cerrar los ojos
-Jaja gilipollas- observo como su amigo formaba una sonrisa en sus labios y volvió a cerrar los ojos.
