Ohayo!!! Bueno pues… Me sobrecargue de NejiHina! Y aquí traigo mi primer Fic de esta pareja! Debo decir que como me parecen tan tiernos no hare mucho rollo! Solo unos cuantos capítulos! Depende de cómo vea que fue aceptada veré si hago más! Hinata y Neji son de Kishimoto! El y sus rellenos! Los detesto! En fin amo a muchos de sus personajes!

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Cap. I. Nuestro Reencuentro.

Subió su mirada al cielo azul, se sentía totalmente satisfecho de haber cumplido con éxito su misión, aunque le llevara casi cuatro años completarla, sintió la brisa primaveral jugar con su largo cabello mientras el terminaba de atarlo y la suave risa de una pequeña lo hizo girarse complacido.

-Arigatou Nii-san…- Murmuro la pequeña bajando su mirada y estirando sus pequeñas manos que cargaban un pequeño paquete delicadamente envuelto.

-Natsu… No me lo agradezcas tanto…- Dijo algo más dulce que de costumbre acariciando el cabello de la pequeña, le había tomado mucho cariño a la chiquilla, todo aquel tiempo se había dedicado a cuidar de su familia y de ella.

-Neji-kun si decides alguna vez dejar tu villa… Este lugar te recibirá con los brazos abiertos- Dijo una ronca voz detrás de la pequeña niña, el castaño solo levanto su perlada y fría mirada y asintió agradecido.

-Nii-san… Cuídate mucho- Murmuro la pequeña justo cuando el término de ponerse de pie, su traje de anbu lo identificaba como uno de los ninjas más capaces de toda su villa, era el genio de su clan después de todo.

-Volveremos a vernos- Dijo a modo de despedida en su tono neutral, miro una vez más al señor feudal y a su pequeña hija, bajo la cabeza y se dispuso a saltar hacia el gran bosque que se espesaba al finalizar aquella gran mansión.

La brisa se hizo más fuerte conforme avanzaba alejándose de aquel lugar que ahora se le asemejaba a un hogar, saco su máscara de halcón y salto hasta las copas de los arboles, pronto se reuniría con el resto de su tropa.

"Supongo que me tarde más de lo debido…" Reflexiono ahora que se daba cuenta de su larga estadía en el país de la roca, aprendió aquellas costumbres y de alguna extraña manera las sentía más suyas que las adquiridas en Konoha, sintió unos cuantos chakras acercándose a toda velocidad y se relajo, ahora definitivamente su misión estaba terminada.

-Capitán… Todo el lugar quedo como quería… Nadie se atreverá a atravesar la seguridad que instalamos en toda la mansión- Informo uno con máscara de perro, Neji solo asintió empezando a sentir el cansancio de cuatro años lejos de su casa, lejos de la mansión Hyuuga.

-La Villa quedo protegida, los ninjas cumplieron sus entrenamientos como era debido…- Hablo la voz de una mujer, tenía una máscara de tigre y una coleta alta manteniendo todo su largo y oscuro cabello recogido.

-Se supone que debíamos cuidar al feudal y atrapar a sus perseguidores… Esto estuvo de mas no es cierto?- Interrogo el más silencioso de los tres, tenía la máscara de un mono.

-Nos pagaron todo el trabajo, es lo que cuenta… Tampoco lo hicimos de a gratis… Ahí si estaríamos en problemas- Se quejo la mujer saltando hacia el medio del bosque, debía asegurarse que la zona estuviera despejada.

-La dejara hacer lo que quiera?- Se quejo el de la máscara de perro gruñendo mientras el mono solo seguía con su mirada fija en el halcón.

-Su carácter es así de explosivo… Deberían conocerla un poco más- Dijo sereno fijando su vista al frente, dio por terminada la conversación y acelero su paso, quería dejar de ser anbu por unas cuantas horas.

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El suave aroma de los cerezos en flor bañaba todo el jardín relajando a cuanta persona decidiera descansar en aquel apartado lugar, la suave y bien cuidada vegetación brillaba con un verde centellante bajo la luz del sol, solo el sonido de el pequeño lago artificial y el cantar de los pájaros interrumpían el silencioso pero perfecto lugar.

Una joven de aproximadamente 19 años, cabello negro azulado hasta la cintura y de mirada tierna perlada se paseaba por aquel magnifico lugar, complacida de lo que había logrado con sus constantes cuidados, cada planta florecía y todo el jardín se llenaba de vida con cada nueva primavera.

-Primavera- Susurro en un tono tan sensual como ingenuo, cautivador para la mayoría de sus conocidos, era toda una mujer, delicada y misteriosa, ágil y fuerte, una jounin reconocida pero muy pacifica.

-Onee-san… Kiba-kun vino a verte- Una aguda voz casi tan sensual como la suya sonó a unos cuantos metros, específicamente en el techo de aquel lugar.

-Dile que pase- Dijo riendo por lo debajo, a diferencia de ella su hermana menor se había destacado en las artes ninjas y había logrado ascender a chunin en muy corto tiempo, era todo una prodigio como su querido primo.

"Nii-san… Ojala vuelvas pronto" Pensó recordando lo cercana que se había vuelto de su primo, luego de tanto odio, su perseverancia había logrado destruir la muralla que había construido para alejarla, pero justo cuando todo estaba bien entre ellos una misión sin tiempo definido sale llevándose a la única persona en la que realmente confiaba lejos de ella.

-Hinata… Ohayo!- Se escucho una voz masculina seguida de un ladrido, la aludida rio y se giro para recibir al gran animal, un sonido sordo hizo que el chico se preocupara pero sonrió al volver a escuchar aquella risa tan despreocupada.

-Kiba-kun… Akamaru… Que hacen tan pronto por aquí?- Interrogo sentándose en el húmedo pasto intentando controlar al gran perro que seguía acariciando la cara de ella con su gran y peluda mejilla.

-Terminamos antes la misión… Fue realmente fácil y Akamaru extrañaba tu compañía- Dijo riendo fuertemente mientras el perro ladraba concordando con todo lo dicho por su amo.

-Ya veo… Qué alegría!- Dijo con su risueño tono infantil poniéndose de pie, Kiba admiro por unos segundos aquel delicado Kimono que llevaba su compañera y amiga de muchos años, lila muy claro tirando a blanco con un bosque de arboles de cerezo en toda la orilla, los tonos eran pasteles dándole un aire relajante a la chica.

-También… También vino porque extrañaba tu comida- Admitió avergonzado rascándose la nuca, se sonrojo al escuchar nuevamente la risa de Hinata la cual sigilosamente se acerco a su amigo para acariciar su mejilla.

-Lo sé… Siempre tengo comida para los dos… Por si llegan a pasar de sorpresa- Revelo dejando que una suave brisa jugara con su cabello, se separo del chico perro y empezó a caminar hacia el pasillo que daba a la mansión.

-Déjame te ayudo- Se adelanto rápidamente el castaño saltando al pasillo justo para darle la mano a la ojiblanca para que pudiera subir, sabía que no era algo necesario pero adoraba ayudarla cuando podía.

-Kiba-kun… Nunca dejas de molestarte en hacer esto- Dijo sonriendo y empezando a caminar hacia la cocina. –Espérame aquí…- Advirtió al escuchar la respiración del perro a sus espaldas, lo escucho quejarse por lo debajo pero prefirió ignorarlo riendo para sí sintiéndose complacida de tener nuevamente a sus amigos cerca de ella.

Sintió la presencia de su hermana muy cerca de su amigo, mientras ella se alejaba decidida hacia la cocina de la mansión Hyuuga; sonrió al saber que su padre le había otorgado total libertad en el Souke, reconociéndola como su heredera y permitiéndole así empezar a disponer de las normas del clan.

-Neji-niisan espero que vuelvas pronto…- Murmuro para sí apretando sus manos en el pecho, se había detenido justo en la entrada de la habitación de su primo, tenía mucho tiempo que no entraba en ese lugar, solo para ordenarlo de vez en cuando por si su primo aparecía de improvisto de su misión.

Abrió lentamente la puerta corrediza sintiendo el aroma varonil de su primo, quedaba muy poco en aquel lugar, se movió ágilmente en el interior dándose cuenta que era tiempo de cambiar las sabanas, las tomo con rapidez llevándoselas consigo, de regreso pondría unas limpias, las doblo en sus brazos y camino hacia la salida pero, como tantas otras veces se detuvo a admirar aquella fotografía del grupo de su primo, se agacho un poco para sonreír al notar nuevamente la tan conocida cara seria de Neji.

-Espero todo haya salido como debía salir… Esta misión se alargo demasiado tiempo- Se dijo nostálgica, sabía que de haberle pasado algo serian los primeros en enterarse pero no tener noticias sobre él era casi tan malo como esperar a que en algún momento un anbu viniera a dar la mala noticia de la muerte de él.

Cerro con sumo cuidado la puerta mientras empezaba a caminar nuevamente hacia la cocina, todo aquel abierto lugar estaba lleno con el embriagante aroma de la primavera, una primavera que ella se había encargado de arreglar.

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El sol empezaba a ocultarse cuando divisaron las puertas de su Villa, sintió una presión en el pecho, no se había dado cuenta hasta ese momento que había extrañado aquel lugar, nunca pensó que añoraría el lugar que le había causado más dolor que felicidad.

-Iré a dar el reporte a Tsunade-sama… Vayan ustedes a informar que llegamos a los vigilantes de la Villa…- Ordeno desapareciendo en una nube de humo, no deseaba estar mucho más tiempo escondiendo su identidad, abrió los ojos y ya se encontraba frente al edificio de los Hokages.

Neji suspiro algo cansado mientras empezaba a caminar pausadamente hacia el interior de la edificación, su capa negra ondeaba vacilante mientras su largo cabello intentaba moverse libre pero no lo conseguía, aquella coleta lo mantenía controlado; se giro para escuchar una risa muy conocida para el pero no le dio importancia, lo último que quería era que empezaran a celebrar su regreso sin dejarlo descansar debidamente.

-Shizune-san…- Dijo roncamente al reconocer a la asistente de la Gondaime, esta se detuvo y levanto la mirada de la pequeña libreta que llevaba entre sus manos, lo miro confundida pero luego sonrió y le indico que le siguiera.

-Hasta que regresaron… Tsunade-sama empezaba a preocuparse por tu grupo- Comento distraídamente mientras terminaban de subir una última línea de escaleras para llegar a la tan ansiada oficina. –Espera un momento- Dijo saliendo de su concentración, el solo asintió lentamente viendo como la mujer entraba con rapidez a la oficina y cerraba la puerta, Neji solo suspiro relajándose contra la pared, por primera vez en cuatro años podría dejar de vigilar, el cansancio parecía haberse acumulado hasta ese momento.

-Deberías dejar de ser tan impulsivo a la hora de atacar y utilizar la sorpresa!- Dijo indignada una voz femenina, se giro para verla y reconoció a una de las novatas de su tiempo, tenía el cabello por los hombros y ese tono rosado parecía no haberse aclarado con el pasar de los tiempos, incluso su carácter parecía más exigente que antes.

-Gomen Sakura-chan…- Se disculpo una voz haciendo que él se sobresaltara un poco, ese rubio parecía no haber dejado de ser tan torpe incluso en todos los años que habían pasado desde su partida.

Un tercer shinobi venia con ellos, Sai, ese era su nombre si no mal recordaba, el chico de ojos negros se detuvo justo a una distancia prudente impidiendo el paso de sus dos compañeros con uno de sus brazos, Neji solo sonrió prepotentemente al no ser reconocido, los tres recién llegados se quedaron observándolo unos segundos intentando encontrar quien era ese anbu.

-Puedes pasar… Tsunade-sama ya puede recibirte- La voz de Shizune corto todo momento intimidante, los vio de reojo con cierta superioridad mientras caminaba a paso lento hasta el interior de aquella oficina.

-Veo que volviste…- Dijo algo sarcástica la rubia viendo como el castaño se quitaba la máscara y la guardaba apoyándose en la pared más cercana descanso nuevamente su cuerpo.

-El feudal era un señor realmente indefenso… La misión se extendió debido al entrenamiento que dimos a los ninjas de esa Villa, los guardias que preparamos por estos cuatro años se encargan de cuidarlo a él y a Natsu…- Informo neutro con los ojos cerrados, realmente el viaje lo había agotado más de lo esperado.

-Ya veo… Pensé que habías decidido quedarte en aquel lugar- Dijo viendo como el castaño se turbaba un poco, sonrió al saber que estaba en lo correcto y bajo su mirada a los papeles que estaban esparcidos por su escritorio.

-Nunca abandonaría la Villa- Dijo algo frustrado apretando los puños, sabía que aquella mujer tenía conocimiento de su desprecio por la división de su clan y el odio que sentía al ser más prodigioso Hyuuga jamás visto y pertenecer simplemente al Bouke.

-Me alegra escucharlo…- Dijo serena alzando su vista unos segundos, Neji la vio sonreír y bajar nuevamente la mirada. –Puedes retirarte… Vete a descansar- Ordeno mientras empezaba a escribir algo, el castaño suspiro cansado y haciendo unos cuantos sellos volvió a desaparecer en una nube de humo.

Su mente divagaba en los muchos cambios que tendría la Villa, cuatro años era suficiente para que existieran nuevas reglas, nuevos equipos y unos cuantos ascensos por parte de sus compañeros; abrió los ojos encontrándose frente a la entrada de las Residencias Hyuuga, no parecían haber cambiado mucho pero, no podía decirlo a simple vista pues ya había oscurecido totalmente.

"Mi hogar…" Pensó burlesco, bajo su mirada y empezó con paso lento empezó a entrar en la gran residencia Hyuuga, podía sentir un leve aroma dulce, más dulce que como lo recordaba, la primera nunca había llegado tan fuerte en aquel lugar.

-Gombawa Neji-san…- La voz de una mujer lo saco de sus cavilaciones, la admiro rápidamente, su cabello castaño hasta la barbilla y esos ojos tan característicos de los Hyuuga, la marca que la identificaba como parte del Bouke, nunca faltaba.

"Acaso solo estamos para servirles?..." Reflexiono asintiendo distraídamente y empezó a caminar nuevamente, escucho un suave suspiro a su espalda, era algo inevitable, recordó que al ser ascendido a anbu su habitación había sido movida, ahora estaba en la casa principal.

-Para poder controlarme mejor…- Admitió sonriendo algo cansado mientras cruzaba en unos de los pasillos, no recordaba bien aquel lugar, solo podía dejarse guiar por la memoria de su cuerpo, cerró los ojos y se dejo guiar lentamente por sus pies.

-Nii-san…- Un susurro fue arrastrado por el viento hasta sus oídos, no reconoció aquella voz por lo que decidió abrir los ojos, una joven de largos cabellos negros azulados estaba apoyada en la cama, acomodándola, tal vez otra Bouke, gruño al saber que estaba tocando sus cosas.

-Sal de aquí…- Dijo fríamente tomando a la delgada mujer de la muñeca, la obligo a girarse hacia él y reconoció aquel rostro tan característico, soltó aquella delicada muñeca de inmediato, como si le quemara el solo contacto. –Hinata-sama…-

-Nii-san…- Repitió algo perturbada por la reacción de aquel hombre, se aparto un poco intentando verlo mejor, en cuatro años no parecía haber cambiado tanto, su largo cabello castaño, esa mirada distante y su vendaje, ese vendaje que cubría el sello que lo ataba a ella como su protector.

-Que está haciendo aquí?- Pregunto intentando volver a su característica pasividad, dejo caer su bolso al lado de la mesa de noche mientras caminaba hacia el interior oscuro de aquella habitación. –Hiashi-sama…-

-Iie… Estaba ordenando un poco Nii-san…- Corto antes de que el castaño dijera algo indebido, camino hacia él y tomo su mano suavemente, aquellas manos que tantas veces habían intentado lastimarla y que antes de su partida le habían dado confianza.

-Porque?- Interrogo confundido sintiendo el calor de aquella delicada mano acariciando la suya, la Souke, su protegida estaba intentando decirle algo pero, al parecer él seguía siendo tan insignificante como siempre.

-Yo…-

-Veo que regresaste- Hinata se separo algo asustada al sentir esa voz tan cerca de su cuerpo, no había podido terminar de hablar, su timidez no había mejorado mucho con el pasar de los años.

-Hai…- Respondió escuetamente dejándose caer en la cama. –Estaré listo en un momento- Agrego al ver que el hombre delante de él se había detenido de pronunciar una falsa invitación a acompañarlos en la cena.

-Nii-san… Debes estar muy cansado yo…-

-Estaremos esperando- Corto nuevamente el hombre haciendo brincar a la heredera, Neji la miro de reojo confundido por aquella actitud, ella siempre había sido amable con todos incluso con el pero, Hiashi nunca le había impedido ser servicial.

-Otosan…- Murmuro girándose sin siquiera mirar al castaño, asintió lentamente y salió de la habitación dejando a un confundido Neji, al parecer no habían cambiado tantas cosas como él pensó.

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Espero en silencio a que se terminara de cerrar aquella habitación, sabía que su padre la volvería a regañar pero, era algo que no podía evitar, simplemente no podía ignorar aquel lugar, como si su habitante hubiese desaparecido de repente.

-Te dije muchas veces que mandaras a alguien más a hacer esto- Murmuro el hombre tomando del hombro a la chica e incitándola a caminar, por un momento sintió el escalofrío que aquella voz le producía.

-Hai… Demo… Fue algo de último minuto…- Intento excusarse liberándose sutilmente del agarre de su padre, todavía temía las reacciones de aquel hombre, a pesar de ser su progenitor siempre fue muy estricto con ella, incluso más de lo que debía.

-Eres la heredera Hinata… Tu no debes servir a los miembros del Bouke- Regaño bajando sus manos, escondió ambas manos en las largas mangas de su Yukata, Hinata solo se limito a asentir tristemente sintiendo la luz del comedor dar directo en sus ojos.

-Hai…- Respondió al tiempo que cerraba los ojos y con una de sus manos intentaba protegerse de aquel resplandor, recordó entonces la forma en que el castaño la había tratado al primer momento, tal vez no la reconoció.

-Recuerda encender las luces cuando estés haciendo esas tonterías- Dijo severo adelantando a la pelinegra, una risa y un saludo cortes se escucho al otro lado de la habitación, un suspiro relajado abandono los labios de su padre.

"Siempre consigue calmarlo" Pensó tristemente sintiendo aquella presión en su pecho, odiaba envidiar de aquella forma a su hermana menor, esa que siempre había cumplido con las expectativas de su padre, esa que parecía ser más apta para su puesto pero que por cosas del destino nació luego de ella.

Sacudió su cabeza intentando apartar aquellos pensamientos tan crueles, había aprendido luego de los años que solo podía resignarse intentando enterrar aquellas sensaciones de inferioridad que marchitaban su ingenuo corazón.

-Onee-san…- Aquella melodiosa y alegre voz la saco de sus pensamientos, busco su origen y sonrió tiernamente al encontrarse con el rostro preocupado de su hermana menor.

-Hai…- Acepto empezando a caminar hacia la mesa, rio levemente al ver de reojo como su querida hermana se enredo con aquella simple yukata, debía admitir que aunque fuera una excelente ninja era pésima en eso de vestidos, incluso a pesar de tener casi los 15 años todavía no sabía colocarse un kimono correctamente.

-Es cierto que Neji-niisan regreso?- Soltó por lo debajo justo cuando se sentaron a la mesa, Hinata no pudo más que sobresaltarse ligeramente ante aquella interrogante, miro con disimulo a la castaña que se encontraba a su lado, en su rostro parecía haber un interés genuino en el regreso de su primo mayor.

-Hai, demo… Tal vez no…-

-Siento el retraso- Nuevamente aquella ronca y distante voz irrumpió en sus oídos, cortando su comentario, no se giro a verlo, en su lugar solo bajo la cabeza, algo en él había cambiado y no entendía realmente que era.

-Neji-niisan…- Dijo animada la castaña poniéndose de pie, hizo una pequeña reverencia, el castaño confundido por aquello agradeció agachando su cabeza con educación mientras caminaba intentando mantener el control de su agotado cuerpo.

La cena empezó sin contratiempos, el centro de mesa, un arreglo floral de una exquisitez digna de admirar, las pequeñas flores blancas dejaban un camino de pureza hacia las más grandes y delicadas flores violetas, adornadas con listones dorados; paseo su mirada discretamente sobre los presentes, quería reconocer los cambios de esos años en ausencia.

-Cuatro años Neji… Bastante tiempo para una misión, incluso para una de nivel anbu- Empezó Hiashi mirando de reojo al chico, tomo un poco de su sake y suspiro esperando una respuesta.

-Hai… Realmente largo- No tenía muchos ánimos de discutir esa misión. –Fue interesante- Comento luego de unos segundos viendo como la castaña lo miraba curiosa, ahora era toda una señorita, las curvas de mujer empezaban a aparecer en aquel que una vez vio como una chiquilla malcriada.

-Que clase de misión fue Neji-niisan?...- Pregunto la castaña sin notar la mirada molesta de su padre o la de advertencia de su hermana, Neji se limito a admirarla intentando encontrar una respuesta apropiada para aquella temperamental adolescente.

-No puedes hablar sobre eso Nii-san- Hablo una suave voz, una que reconoció enseguida, sus ojos perlados saltaron de inmediato a la mujer delante de él, aquellos ojos tristes que conocía de memoria, pero aquel rostro había cambiado un poco, su facciones eran mucho más delicadas, todos sus rasgos de niña habían desaparecido por completo pero todavía conservaba esa esencia, esa inocencia que la habían llevado a perdonarlo incluso cuando intento asesinarla.

-Es cierto- Apoyo Hiashi mirando de manera reprobatoria a la menor del grupo, esta solo bajo su rostro cruzándose de brazos, pareció murmurar algo pero fue lo bastante astuta como para no dejarse escuchar, aunque Hinata parecía entender todo claramente pues una infantil sonrisa empezaba a marcar su rostro.

-No puedes culparla por su curiosidad otosan… Todavía no entiende bien esto de los anbus- Excuso la mayor tomando un poco mas de arroz, las largas mangas de su yukata solo permitieron la visión de unos pálidos y delgados dedos moviéndose de una forma casi irreal.

Neji observaba aquello sin intervenir, se sentía un total desconocido ante la situación, al parecer Hiashi respetaba la opinión y apoyaba la palabra de la primogénita, la pequeña y antes malcriada Hanabi se dejaba dominar por su aparente débil hermana mayor, tal vez, solo tal vez había cambiado algo en aquel lugar, algo que él no podía entender y que le empezaba a incomodar realmente.

-Iré a descansar Hiashi-sama…- Se excuso poniéndose de pie lentamente. –Con su permiso- Completo inclinándose ante las dos hermanas, no espero a recibir respuesta y cerró la puerta del comedor, suspiro aliviado al sentir la fría brisa nocturna rozar su rostro, aquel lugar realmente había estado muy caluroso.

Camino con los ojos cerrados hasta llegar al final del pasillo, sus pies descalzos tocaron en unos segundos el frio pasto que adornaba el jardín principal, cerca de ahí podía escuchar el ligero sonido de la laguna artificial, el suave aroma de la noche lo relajaba de una manera que no podía describir.

"Hice mal en volver?... Acaso este sentimiento de rencor nunca desaparecerá completamente?" Estaba indignado, ahora entendía su incomodidad desde que piso aquel lugar, su reacción ante la heredera de su clan, y su incomodidad de ver que todo lo que alguna vez pensó se estaba haciendo realidad, esa débil mujer seria su líder y el simplemente seria su protector, de nada le serviría ser el genio de las últimas generaciones, de nada servía su entrenamiento, todo se perdería al verla a ella siendo nombrada matriarca de su clan.

-Nii-san… Te encuentras bien?- Su voz sonó más baja de lo que esperaba, pero no pudo evitar sentir preocupación a ver aquella expresión de molestia con la que había abandonado el comedor.

-Que hace aquí Hinata-sama?- Pregunto intentando no sonar tan acido, pero la respiración contenida de su compañera le dio a entender que no había tenido éxito, cruzo sus brazos indignado nuevamente.

-No querías volver cierto?- Dijo al cabo de unos segundos, el castaño se giro para ver como aquellos inocentes ojos aprecian estudiar su rostro, ansiando una respuesta, tal vez una negativa pero, eso sería solo una mentira.

-Es algo irrelevante a estas alturas Hinata-sama- Acepto relajando sus brazos, empezaba nuevamente aquella incomodidad, nuevamente aquellas cálidas y suaves manos estaban tocando su piel, rozando sus mejillas.

-Ya veo…- Dijo tristemente dejando que sus manos recorrieran aquellas facciones masculinas, como había extrañado a su primo, le había hecho realmente demasiada falta, a pesar de que el todavía tuviera cierto rencor hacia su persona era el único sincero en todo aquel lugar.

-Es la heredera legitima?- Pregunto tomando por fin aquella fina mano, sintió esos delgados dedos tensarse ante su contacto pero no aparto su mano de la mejilla, había aprendido a entender la necesidad de afecto que poseía su prima, incluso había rechazado su propia naturaleza distante para consolarla en más de una ocasión.

-Hai…- Respondió secamente mientras sus ojos se opacaban un poco, Neji lo noto pero prefirió no preguntar por aquello. –Aquí… Han cambiado algunas cosas- Murmuro cerrando sus dedos clavando con suavidad sus uñas en la palma de la mano del castaño.

-Lo note…- Murmuro sintiendo nuevamente la brisa chocar contra su rostro pero algo cambio, uno de los mechones del largo cabello de Hinata acaricio su rostro regalándole una caricia improvisada que lo hizo gruñir.

-Gomen…- Se disculpo al notar que sus juguetones cabellos habían empezado a molestar a su primo. –Mejor vas a descansar…- Sugirió separándose totalmente del castaño, se dio la vuelta y empezó a caminar lentamente sobre aquel frio pasto, amaba esa sensación pero ese día se vio interrumpida por la incomodidad de dejarlo solo.

-Hinata-sama…- Hablo antes de pensar porque quería detenerla, guardo silencio esperando que la chica se marchara, quería preguntar pero no se atrevía y escucho nuevamente el suave sonido del pasto siendo aplastado al caminar.

Suspiro frustrado y se giro completamente para empezar a caminar hacia su habitación, la sensación de la caoba bajo sus pies era un tanto incomoda luego de sentir aquella suave alfombra natural relajar su cuerpo, noto con sorpresa que ya casi todas las luces del pasillo de su habitación estaban apagadas dándole a entender que era más tarde de lo que el imaginaba.

"Habría logrado permanecer en aquel lugar?... Aquí no hay nada para mi" Pensó algo triste sintiendo nuevamente aquella soledad, una soledad que no sentía hacia tanto tiempo, la pequeña hija del feudal se había encargado de molestarlo lo suficiente, nunca lo dejaba solo y la falta de aquella risa infantil lo irrito mas.

Abrió la puerta totalmente irritado intentando no pensar en la seguridad de aquella inocente criatura, comprendió que la pequeña había logrado ganarse su afecto más de lo que debía, ella era solo una misión, pero pensar en que saldría lastimada le impidió dejarla hasta asegurarse que estaría totalmente segura; abrió los ojos notando que no se encontraba solo, se sorprendió al ver que era su delicada prima la que se encontraba sentada frente a un gran espejo.

-Nii-san?- Interrogo en un susurro girándose tras verlo por el reflejo del gran cristal, el castaño se sintió algo torpe al confundirse de esa manera e intento salir pero no sin antes notar para su desgracia la delgada prenda que cubría escasamente aquel bien formado cuerpo.

-Gomenasai Hinata-sama- Logro articular tomando la apertura de la puerta para salir pero se confundió al verla negar suavemente y caminar hacia él. –Que…-

-Nii-san… Sé que no lo hiciste a propósito demo… Quisiera entender porque estas tan molesto- Soltó de golpe sujetando fuertemente su largo cabello que caía a uno de los costados de su cuerpo.

-Iie… No estoy molesto Hinata-sama- Intento convencerla pero su rostro empezaba a mostrar la intranquilidad que aquella perturbadora imagen le estaba causando. –Gomen…-

-Matte… Onegai- Pidió justo cuando él estaba a punto de cerrar la puerta. –No… No piensas preguntármelo?- Dijo en un susurro haciendo que el castaño se tensara en su lugar.

-Hinata-sama… Desea que piense en eso?- Dijo con un tono totalmente neutral, tanto que a la pelinegra le afecto más que una cachetada, Neji trago con fuerza al sentir unos pasos hacia él, nuevamente esos cálidos dedos rozaban los suyos pero esta vez fue por error.

-Buenas noches Nii-san- Murmuro tristemente mientras cerraba la puerta de su habitación, apoyo su frente en el lugar donde se dibujaba la silueta del castaño, sentía el malestar que había tenido cuando lo vio llegar, no había podido evitar preguntarse que pensaba el chico pero, al parecer lo había asimilado como un error.

"Baka… Era lo más lógico… El… El es un genio… Nii-san" Pensó separándose lentamente de la puerta, apago con rapidez la luz y se metió en la cama, intentando controlar el rápido latir de su corazón, podía sentirlo, seguía frente a su habitación; cerro los ojos con fuerza y se giro dándole la espalda a aquel lugar que la estaba inquietando, sus pensamientos volaron nuevamente a los recuerdos de su primo, todo el tiempo que habían compartido y lo arrepentido que se había mostrado el chico después de casi haberle causado la muerte en los primeros exámenes chunin.

Separo su espalda lentamente de la puerta de aquel lugar, habían pasado unos cuantos minutos desde que ella apago las luces, se sintió un idiota al no haberse movido de aquel lugar, pero… De que serviría pensar en aquello… Al final había sido solo un error, ellos… Ellos eran sencillamente dos primos, únicamente un guardián, ese era el labor de su vida.

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Espero les haya gustado, de verdad que espero sus reviews con ansias! Quiero saber si vale la pena seguir publicando este fic! Y si debo empezar a alimentarme de más NejiHina para hacer de esta pareja miles de fantasías más! Recuerden es Hyuugacest! Así que pido discreción jajaja! Nos leemos! Se me cuidan!