Capítulo I

La aldea de Konoha era un lugar en donde la paz reinaba, la mayoría de sus aldeanos vivían con la seguridad y tranquilidad de que la guerra había terminado. Gracias a todos los ninjas que dieron su vida por proteger la aldea.

El ataque del Kyūbi ya había pasado, el cual dejo muchas cicatrices en la aldea. Muchos Shinobis y aldeanos inocentes perdieron sus vidas en ese catastrófico y misterioso accidente. Una de las vidas que se llevó el Kyūbi fue la del cuarto Hokage Minato Namikaze junto a su mujer Kushina Uzumaki. Ambos murieron por proteger a su recién nacida hija.

El cuarto Hokage no perdió tiempo así que con el poco Chakra que le quedaba realizó el ShikiFūjin (Jutsu de sellado: sello de la parca) para encerrar la mitad del Bijuu en él y la otra en su hija. El único problema de este Fūinjutsu es que el Shinigami invocado absorbe el alma tanto del oponente como del usuario. Minato dio su vida por la aldea y así fue como nació la leyenda del cuarto Hokage, el héroe de Konoha.

Todos los aldeanos, Shinobis y niños admiraban la historia del cuarto Hokage, pero, no todo fue color rosa para la historia del Namikaze. La aldea sentía odio y desprecio por el legado del cuarto.

La vida continuó su trascurso al paso de los años en Konoha, las cosas se veían en paz pero, en la calle de la aldea un grupo de aldeanos se encontraban lanzando piedras en dirección a una pequeña niña de ojos color azul y su cabello era rubio, aunque el corte que usaba la hacía parecer un niño por lo corto. Esto sucedía casi siempre que ella paseaba por la aldea, otras veces los adultos murmuraban acerca de ella llamándola monstruo o demonio. Otros simplemente preferían ignorarla. Muchos padres no querían que sus hijos jugaran con ella provocando la tristeza y soledad para la niña.

Al pasar los minutos los aldeanos aún seguían en su labor de lanzar las piedras hacía la niña mientras que esta corría de sus agresores. La situación parecía controlada, la rubia estaba escapando de la multitud y solo estaba a menos de unos veinte metros de llegar a un atajo para salir del aprieto. Pero, el plan para escapar había tomado un giro drástico al sentir como el viento era cortado por un Kunai el cual paso a escasos centímetros de su mejilla derecha, pero este logró cortar un poco de la piel de chica dejando un pequeño hilo de sangre en su mejilla.

Cuando volteó su mirada hacia atrás, se dio cuenta de que un Shinobi de Konoha se encontraba entre la multitud siendo el dueño del Kunai lanzado. El chico apenas era un Genin pero tenía agallas para lo que hizo.

Más Kunais eran lanzados por el Genin para poder herir a la rubia. Esta de milagro logró esquivarlos, pero para el último no tuvo tanta suerte. La herramienta ninja se clavó en su pierna, para luego perder el equilibrio y caer al suelo.

Al notar como la multitud de aldeanos se acercaba comenzó a ver su vida pasar frente a sus ojos, demasiado tiempo en Ichiraku Ramen y muy poco en la academia pero aún así no se arrepentía de nada ya que el viejo Teuchi y su hija Ayame siempre la trataban bien a diferencia del resto de la población en Konoha.

Cerca de los acontecimientos se encontraban dos chicos cerca de la tienda de dulces. Ambos se quedaron en silencio mientras observaban como los aldeanos se acercaban a la pobre chica.

— Oye Shikamaru, ¿No crees qué deberíamos ayudarla? — Le preguntó uno de los chicos al otro, el cual se quedo en silencio analizando la situación para después colocar una cara de total desinterés y aburrimiento.

— Sería demasiado problemático ir allí, además tú mismos sabes que meternos con esa chica nos traerá más problemas y al final todo será un verdadero fastidio Chōji — Le respondió Shikamaru con un tono fastidiado, el Nara solo quería irse a su casa o simplemente observar las nubes.

Pareciera que las palabras de Shikamaru entraron y salieron por los oídos de Chōji. El chico se puso en medio de la rubia y los aldeanos, los cuales se detuvieron al ver llegar al del clan Akimichi.

Shikamaru suspiró para después colocarse al lado de Chōji. El Nara sabía lo que vendría al defender a la niña pero tuvo que actuar por culpa de su amigo.

De todos los aldeanos, el Genin que había empezado a lanzarle los Kunais a la chica se puso al frente para confrontar a los chicos que llegaron a defender a ese "demonio".

— No te quedes ahí y corre, nosotros los distraeremos — El Akamichi le dirigió la palabra a la rubia la cual seguía en el suelo en frente de los chicos. La niña no perdió el tiempo y como dijo Chōji salió del lugar para dirigirse a su atajo.

— No permitiré que ese demonio se escape — Dijo el Genin furioso tomando posición de batalla listo para enfrentar a los jóvenes Shikamaru y Chōji. La batalla iba a comenzar, para empezar era algo injusta ya que era un graduado ninja contra apenas dos niños que aún asistían a la academia. El Shinobi corrió hacía ellos mientras comenzaba a hacer los sellos de mano del Katon: Hōsenkano Jutsu (Estilo de Fuego: Jutsu flor de fuego) pero cuando estaba por ejecutar el último fue detenido por un Jōnin reconocido de la aldea. Kakashi del Sharingan había detenido por completo el avance del Genin sosteniendo sus dos manos con solo una de las suyas.

— Me parece que estas usando mal el concepto de Shinobi. — El Jōnin de cabellos plateados tomó una breve pausa mientras le daba una ojeada a su libro Icha Icha el cual sostenía en su otra mano libre — El planear usar esa técnica contra solo dos niños da a entender tus intenciones hostiles. Convertirte en ninja significa que estas dispuesto a darlo todo por tu aldea y sus aldeanos, no para atacar y herirlos. Simplemente no mereces esto — Al culminar su frase Kakashi empujó al Genin pero no sin antes tomar su protector de frente.

El ninja copia les ordenó a todos los aldeanos que regresaran a sus actividades diarias y que dejaran en paz a la rubia.

Ya bastante lejos de los aldeanos se encontraba la chica, la dificultad para caminar se hacía cada vez más grande por culpa de la herida ocasionada hace un tiempo atrás por lo que tuvo que detenerse. Esta se sentó en el suelo para después recostarse en la pared de sucia de aquel marginado callejón por el que pasaba.

El único pensamiento que tenía en mente era quitarse de inmediato el Kunai que aún seguía clavado en su pierna. Los pensamientos seguían invadiendo su mente, sabía que el dolor que provocaría el cuchillo al ser removido la atormentaría en su momento, pero si seguía ahí sin hacer nada mientras que los aldeanos posiblemente se acercarían a ella para terminar lo que empezaron. Cualquiera de sus dos opciones le traería el odiado por muchos dolo. Al detallarlo por un tiempo, si quitaba el Kunai solo sería un breve contacto mientras que la fuerza unida de todas esas personas sería letal. Al terminar de pensar tomó las agallas suficientes y agarró la herramienta ninja con sus dos manos listas para por fin retirar el arma. Cerró sus ojos y contó hasta tres para luego sentir detalladamente cómo salía el cuchillo, el dolor volvió a invadir su pierna.

Rápidamente abrió sus ojos para notar su sangre la cual se extendía por toda su pierna en forma de hilos. La chica llevaba puesto un short beige así que podía ver con claridad la herida en la herida que había ocasionado el Genin en su piel. Con todas sus fuerzas rompió la manga izquierda de su camisa color negro, la amarró en la zona afectada y momentáneamente detuvo el sangrado.

Ya con un poco más de calma se dirigió a su apartamento, allí ella tenía un kit básico de primeros auxilios para poder solventar ese "pequeño" accidente que había tenido con las personas de Konoha. Al llegar, su apartamento estaba hecho un desastre, la basura estaba en todo el suelo, la mesa tenía sobras de lo que había desayunado e inclusive la puerta la dejó sin pasar llave al salir. Aunque fuera mujer, el desorden corría por su sangre de forma descarada.

Cuatro años pasaron de eso. Dos Jōnins se encontraban persiguiendo a una chica de cabellos rubios el cual lo usaba con dos grandes coletas, vestía una chaqueta color naranja con azul en la parte de los hombros y la cintura la cual tenía en su espalda un remolino rojo, pantalones naranja y las típicas sandalias Shinobis color azul.

Los ninjas la perseguían por ser la causante de pintar los monumentos de los cuatro Hokages. La rubia se camufló con una cerca utilizando un papel del mismo color de la cerca haciendo que los dos ninjas siguieran de largo. La chica cantó victoria mientras reía por la ingenuidad de ambos Jōnins, pero bajó la guardia dejando que otro ninja se colocara detrás de ella. Al verlo lo reconoció bastante rápido, no era difícil hacerlo ya que esta persona tenía una cicatriz en su nariz, además de usar su cabello atado con una cola de caballo.

— ¿Qué crees que haces Naruko? — La pregunta venía en un tono serio al igual que una mirada de con la misma seriedad. El Shinobi estaba cruzado de brazos mientras tenía su mirada puesta en Naruko esperando su respuesta.

— Vamos Iruka-Sensei, solo fue una pequeña broma — Trataba de excusarse la chica. Esta no se atrevió a mirar a los ojos a Iruka ya que sabía el nivel de enfado del Chūnin así que mejor en cambio miraba a los alrededores mientras tenía sus dos brazos cruzados detrás de su cabeza.

— ¿¡Cómo le llamas a eso pequeña!? — El grito de su Sensei se escuchó por todos lados. Él ya estaba cansado de las bromas pesadas de Naruko la cual dejó de tener sus brazos atrás para después mirar al suelo. — Dime algo, ¿Por qué lo hiciste? — Ya más calmado, Iruka le lanzó esa pregunta. La rubia alzó su mirada para poder chocarla con la del Sensei, llenándose cada vez más de determinación y un brillo especial.

— Algún día me convertiré en una Kunoichi tan fuerte que superara a esos débiles. Todos en esta aldea me reconocerán y dejaran de ignorarme ya que yo seré la primera y más grande Hokage vista por esta aldea, ¡Mi nombre es Naruko Uzumaki! Me convertiré en Hokage porque ese es mi camino ninja. — Con esas palabras, la rubia terminó de explicarle el por qué de sus acciones. La cara de Iruka aún seguía demostrando seriedad pero por dentro se sentía feliz por su alumna que poco a poco iba encontrando su camino.

— No puedes ser Hokage si no regresas a la academia, así que volvamos juntos — Al fin el tono del Umino había cambiado por uno más sereno. Este le extendió su mano a la Uzumaki para que pudieran volver a la academia sin ningún problema.

—Ni creas que volveré hoy. Aún tengo cosas más importantes que debo hacer, las cuales prefiero antes de estar todo el día en ese salón viéndote y escuchar tu clase. — En serio que esta chica era una cabeza hueca. No le bastó con ver que su Sensei le había en el fondo perdonado su falta hacía los Kages, también le pedía amablemente que volviera a su clase cuando cualquier otro le había pegado por hacer semejante estupidez.

Con un tic en el ojo y una sonrisa "amigable", Iruka comenzó a acercarse a la rubia. Esta creyó que el Chūnin venía a seguir sermoneándola pero paso algo completamente distinto a lo que su imaginación le permitió ver.

En la academia, los estudiantes esperaban ya con fastidio a su Sensei el cual había salido en caza de Naruko. Bastante tiempo pasó desde que Iruka se fue del salón. Cuando ya todos se iban a retirar por no tener profesor comenzaron a escuchar una persona quejándose y reclamándole a otra. No tardaron mucho en reconocer esa voz, al rato Iruka entró al salón con Naruko la cual estaba amarrada. Umino la traía cargada en su hombro como si de un saco se tratase. Este la dejó en su asiento al lado de Hinata Hyūga la chica tímida poseedora de uno de los tres Dōjutsus. La pequeña Hyūga desató a la Uzumaki, ganándose un gracias de parte de ella.

— Ahora por culpa de Naruko tendrán que practicar el Jutsu de Transformación. — Declaró Iruka mientras les ordenaba a todos hacer una fila. La mayoría de los estudiantes le daban las gracias de manera irónica a la rubia por ser la causante de todo.

La Uzumaki se encontraba saliendo de su asiento para comenzar a hacer la fila cuando sintió un gran golpe en su cabeza. Sakura Haruno la había golpeado en esa zona. La peli-rosa comenzó a regañarla por su comportamiento, como si tuviera poco Iruka llegaba ella y le echaba leña al fuego. Naruko no se quedo atrás y le gritó a Sakura que se metiera en sus asuntos pero, al final agregó la frase "tabla de planchar".

Eso fue un golpe bajo para la Haruno, pero sobretodo le molestaba de que el comentario lo dijo frente a Sasuke Uchiha el chico que le gustaba. Ya la pelea se iba a formar, las chispas salían de las miradas de ambas, era como si el mar luchara contra tierra. La pelea fue interrumpida por Iruka el cual las amenazó con expulsarlas.

Ya casi todos los estudiantes habían pasado y era turno del anteriormente nombrado Sasuke Uchiha. El ultimo de su clan estaba apuntó de realizar la transformación pero la imagen que tenía en su mente para ejecutar el Jutsu cambió drásticamente. De ser Iruka la imagen, fue transformándose en Itachi Uchiha el hombre que Sasuke más odiaba en el mundo. Todo eso ocurrió por el recuerdo de la masacre de los Uchiha, la cual tenía como protagonista a Itachi.

Gracias a todo eso, el Jutsu de Sasuke cambió un poco, la nube de humo ya me disipó mostrando la transformación del joven con los ojos azabache. El resultado fue impactante para el Sensei y para todos en la clase, Sasuke se había transformado en el Itachi que de aquella sádica noche.

El chico vio el reflejo de su cara en el protector de Iruka, al momento sus ojos se abrieron a su límite al ver a su hermano. Muchas emociones se revolvían en la cabeza de Sasuke, la sed de sangre y la venganza eran los que más retumbaban en ella. El Uchiha tomó posición de ataque para luego comenzar a realizar los sellos del Katon:Gōkakyū no Jutsu (Estilo del fuego: Jutsu bola de fuego) cuando ya iba por el sello del caballo Iruka lo detuvo mostrándole que solo era su propio Jutsu de transformación. Con las declaraciones del maestro, Sasuke reaccionó quitando su Jutsu y volviendo a la normalidad.

Atrás de él se encontraba Naruko, ella no entendía muy bien el comportamiento del Uchiha, solo pudo recordar que hace años escuchó que el clan de él había sido exterminado y el último sobreviviente era Sasuke. Tal vez el hombre en el que se transformó era el causante de tan semejante masacre. Ya las cosas se habían calmado y por fin era el turno de la rubia, ella preparó su mejor Jutsu en ese momento.

— Preparate Iruka-Sensei — Al colocarse frente a su maestro hizo el sello correspondiente — ¡Jutsu Sexy! — Al terminar de pronunciar el nombre de la técnica se formaron algunas nubes de humo las cuales cubrían las partes íntimas de Naruko. Iruka al detallar la ilusión vio la imagen de su alumna pero con su cuerpo más desarrolado y agregándole el estar desnuda provocó un gran derrame nasal por parte del Chūnin. La sangre actuó como propulsor haciendo que el Shinobi cayera de espaldas.

El Sensei logró recuperarse, sus fosas nasales tenían un pedazo de servilleta para evitar seguir derramando sangre por la culpa de la transformación de Naruko.

— ¡Idiota, por poco me matas! — Le gritó Iruka a Naruko mientras esta tenía sus ojos cerrados y realizaba una risa nerviosa.

Todos los estudiantes habían culminado con el ejercicio. La clase ya había culminado pero antes el Sensei dio las instrucciones del siguiente y último examen de la academia, aunque los detalles no fueron para nada específicos, solo avisó de que sería mañana el resto iba ser sorpresa.

La Uzumaki se dirigía hacía su casa pero cuando ya estaba por el camino vio a Sasuke. El Uchiha también se dirigía a su hogar. Pensando en el incidente de Sasuke en la academia Naruko decidió seguirlo, ella estaba intrigada por el comportamiento de su compañero de clase.

Al seguirlo por un buen rato, ya estaban algo lejos de las calles principales de Konoha, llegando así a la entrada de la residencia del Clan Uchiha. La entrada tenía en la parte de arriba grabado el logo de un abanico de color rojo en la parte de arriba y blanco en la de abajo. El atardecer no tardaba en irse dando paso a la noche, los viejos faros comenzaron a prender pero su luz no era suficiente como para alumbrar las calles así como en la época de paz para este clan.

Naruko notó que la residencia estaba completamente abandonada, nadie vivía ahí excepto por Sasuke. Era algo obvio ya que él junto a su hermano eran los únicos sobrevivientes conocidos del ya casi extinto clan. La rubia seguía escondiéndose cada ciertos pasos, esta creía que el joven de cabellos y ojos azabaches no se había dando cuenta de su presencia, pero, él sabía que la chica lo estaba persiguiendo desde hace tiempo.

Sasuke siguió caminando hasta que se detuvo en seco. Se mantuvo ahí por unos minutos, los escasos rayos de sol chocaban con su espalda mientras que la oscuridad que se comía toda la parte delantera del chico dejando así relucir con más claridad el logo del Clan Uchiha bordado en su espalda.

— Ya es momento que salgas Naruko. — Las palabras de Sasuke provocaron un escalofrió que paso por toda la espalda de la Uzumaki — ¿En serio crees que no me di cuenta de tu presencia? Cualquier ninja se daría cuenta de eso — Comenzó a voltear lentamente su rostro, para cuando Naruko apareció, el Uchiha le tenía una mirada fría.

— Creí que no te darías cuenta — La rubia comenzó a reir mientras se rascaba su cabeza y su mirada era de total inocencia en ese momento.

— A partir de este punto no puedes seguir así que será mejor que regreses a tu casa o desearas nunca haber venido — Al igual que su mirada, el tono de voz de Sasuke era frío y seco

— Yo solo quería saber más de ti al igual de la razón de tu comportamiento en el ejercicio de hoy — Trataba de explicarle la chica al azabache mientras se acercaba a paso lento a él — Tú y yo nos parecemos un poco, ambos no tenemos padres, hermanos o ninguna familia. Así que pensé que podíamos entendernos y aliviar ese dolor juntos. — Al terminar la frase Naruko le dedicó una gran sonrisa a Sasuke tratando de derretir el frío carácter del Uchiha.

— Tú no sabes nada de mí — La actitud de Sasuke cambió de golpe tras las palabras de la rubia. Ya no era frialdad , se había convertido en odio. — Yo me esfuerzo en mi entrenamiento para poder alcanzar una de mis metas…La venganza. Tú solo eres la peor estudiante con las peores notas y un bajo rendimiento. No te importa nada, solo hacer tus estúpidas bromas y sabotear las clases de Iruka-Sensei… ¿Aún crees que nos parecemos? — El tono de voz de Sasuke se había incrementado cuando terminaba su frase.

Al momento el chico de cabellos oscuros comenzó a reír asustando a Naruko, cerró sus ojos por un momento y al abrirlos ya no tenían ese color completamente azabache, ahora eran rojos. El Sharingan fue activado, Sasuke en su ojo derecho tenía dos Tomoes mientras que su ojo izquierdo apenas tenía uno. Ese Dōjutsu le pertenecía únicamente al clan Uchiha.

La rubia se quedó asombrada al ver por primera vez el Sharingan, era un evento poco inusual y casi siempre los que lo veían no Vivian para contarlo. Sasuke no tuvo piedad y realizó un Genjutsu en la chica. Al estar dentro del Genjutsu solo podía ver como los aldeanos la insultaban o la ignoraban, sus propios compañeros e inclusive los Senseis se burlaban de ella. La escena cambió y ahora se encontraba amarrada en un tronco bastante amplio, al frente tenía a los estudiantes de la academia practicando el tiro al blanco con ella. Las Shurikens y los Kunais eran arrojados a su dirección, por suerte estos se incrustaban al lado del tronco hasta que el propio Sasuke dio unos cuantos pasos, tomó un Kunai de su estuche, la lanzó y esta fue en dirección a su frente. Por suerte antes de que la herramienta golpeara, el Genjutsu se disipó cayendo de rodillas, sudando y con sus pulsos a millón.

El conocimiento en Genjutsus de Sasuke era bastante amplio para su nivel, logró dejar a su merced a Naruko con solo clavarle su mirada.

El Uchiha se fue en dirección a su casa mientras que la Uzumaki con dificultades logró volver a la suya. Ya en su departamento, Naruko despejó su mente en un largo y refrescante baño, los daños hechos por Sasuke se iban poco a poco. Al salir del baño, comenzó a colocar su pijama para después secar su cabello el cual tenía completamente suelto. La voz de su razón le decía que olvidara a Sasuke y que jamás se cruzara en su camino otra vez, pero ella no quería cortar con el pequeño lazo que tenía con él. Poco a poco ese lazo crecería pero de momento tenía que concentrarse en el examen de mañana, el destino de su camino ninja estaba en juego.

Hola, este fue el primer capítulo de mi primera historia, espero que la disfruten.

Dejen sus reviews y opiniones sobre este fic. También quería saber su opinión sobre con quién emparejar a Naruko, de momento tengo a Sasuke pero quisiera otro "rival" para llevarse su amor.

Con eso me despido, tengan un buen día o noche.

P.D: Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a Masashi Kishimoto.