Ranma 1/2 es propiedad intelectual de Rumiko Takahashi.

Este fic fue escrito con el único objetivo de entretener.

Actualmente se encuentra en proceso de reedición (corrección de faltas ortográficas, eliminación de los siempre molestos carteles inicio/fin del flashback, remplazo del guion corto por el largo. etc, etc).


Capítulo 1: reencuentro.

Han pasado siete meses desde lo sucedido en Jusenkyo, su relación aparentemente no ha cambiado mucho, sin embargo Akane últimamente ha estado pensando que Ranma realmente no la quiere, ya que no se casó con ella, y nunca ha dicho cuales son sus sentimientos hacia ella, además de que Ranma ha estado muy distante, dedicando la mayor parte del tiempo a entrenar.

Ya es tarde en Nerima. Akane y Ranma, se despiden de sus amigos y se dirigen a casa luego de un día más de clase, además ya falta pocas semanas para que inicien las vacaciones, pero esto no pareciera animar mucho a Ranma, quien caminaba solo por inercia, sumido completamente en sus pensamientos, y mostraba un rostro que reflejaba preocupación tristeza, y sobre todo pocas horas de sueño.

Por el contrario, Akane se veía muy alegre, mientras pensaba en las actividades que realizaría durante las vacaciones, entre las cuales indudablemente, y para desgracia de los demás, en especial de Ranma, estaba la cocina.

Al llegar a casa, saludaron a Kasumi, y rápidamente fueron cada uno a sus habitaciones. Akane, fue a revisar algunos de sus libros de cocina que tenía en su escritorio. Mientras buscaba en los cajones, vio en uno de ellos un pequeño álbum con fotos de su familia, las miró detenidamente, en especial aquellas en donde aparecía su madre, y no pudo evitar sentir un vacío en su corazón, y la tristeza se apoderó de ella. Hace tanto tiempo que su mamá había dejado este mundo, y tenía tan pocos recuerdos de ella. Cuanto daría por verla aunque solo fuera una vez, había tantas cosas que quería contarle y otras que deseaba preguntarle.

Mientras tanto, Ranma en su cuarto, se encontraba tomando una siesta, ya que lo primero que hizo al llegar fue arrojarse al suelo y entregarse al sueño, ya que sentía que le hacía mucha falta dormir aunque sea un poco; de pronto, se levantó de golpe, respirando agitada mente.

— Rayos, otra vez esa maldita pesadilla —dijo Ranma para sí mismo.

Desde que volvieron de Jusenkyo, no había dejado de soñar todos los días lo mismo:

Akane en sus brazos sin vida, y le sin poder moverse ni hablar, solo la contemplaba impotente, mientras oí su propia voz que reía a carcajadas – eres débil !, mira que fue ella quien tuvo que salvarte... No dijiste que que la protegerías?... I N ÚUUU TIL, ja ja ja ja

pero no solo esta pesadilla lo atormentaba, sino que además, desde hace unos días tenía un mal presentimiento, como si algo realmente terrible estuviera por suceder. Debido a todo esto, Ranma había estado entrenando a doble jornada, a veces ya sin fuerza para seguir, el solo recordar lo que veía en esa pesadilla, le permitía seguir con el entrenamiento más hallá de sus límites.

Era ya hora de la cena, todos estaban en la mesa, menos Akane, quien aún en su cuarto sostenía entre sus manos el álbum, y no dejaba de pensar en su madre. Ranma solo se limitó a comer rápido e ir a entrenar, y no se percató de la ausencia de su prometida.

Pasaron las horas, y la noche llegó. Ya todos dormían, incluso Akane sin darse cuenta se había dormido sobre las cobijas, con el álbum en sus manos. Ranma por su parte, no quería ya ir a dormir, así que seguía entrenando, puesto que prefería sentir el total agotamiento de su cuerpo, en lugar de la sensaciones y sentimientos tan terribles que le hacía experimentar ese sueño recurrente.

Así amaneció, con una Akane un poco melancólica y un Ranma que todavía seguía practicando en el dojo, pero esta vez con unos pergaminos que revelaban algunas técnicas, las cuales había estado tratando de dominar desde que las obtuvo en China de manos de un extraño sujeto, quien le ofreció dichos pergaminos a cambio de nada, poco antes de emprender el viaje de vuelta a Japón.

Flashback—

Ranma estaba caminando por donde antes estaban los estanques malditos de Jusenkyo, de pronto, alguien lo llamó:

Hey! muchacho, felicitaciones, veo que venciste a Saffron...siento pena por el pobre, aunque te dio un poco de problemas al inicio, lo venciste; en fin, puedo darme cuenta de que tienes un gran potencial. Mira aquí tengo un par de pergaminos que contienen algunas técnicas muy especiales, y después de lo que te he visto hacer, me doy cuenta que hay la posibilidad de que tengas las habilidades para dominarlas

Ranma lo miró fijamente; era un sujeto bastante extraño, vestía un manto de color rojo oscuro, con una capucha que cubría su cabeza y parte de su rostro (la frente y sus ojos).

Y por qué piensas darme esos pergaminos? Yo no te conozco y tu seguro que tampoco me conoces ya que no soy de por aquí, además seguro que quieres algo a cambio, o me equivoco?— le contestó Ranma.

El tipo encapuchado, solo sonrió, dio media vuelta, y dijo:

No pienso responder a tus preguntas, solo te diré que esto a mi no me sirve, así que tomarlos o dejarlos depende de ti. Aunque sería una pena que no aprovecharas esta oportunidad para volverte más fuerte y proteger a ese chica.. Oh, tal vez, jaja, ya sé, tal vez esperas a que ella te salve de nuevo!

Esto, terminó de enojar a Ranma, quien se lanzó de frente a atacarlo, pero aquel sujeto desapareció ante sus ojos. Luego, vio que los pergaminos estaban allí en el suelo justo donde antes estaba ese sujeto , así que los tomó y siguió su camino, aún con las palabras del encapuchado retumbando en su mente: tal vez esperas a que ella te salve de nuevo!

fin de flashback—

Ranma, recién al escuchar la voz de los demás, se percató de que ya había amanecido. Sorprendido, fue rápido a desayunar antes que el glotón de su padre lo deje sin ración; luego subió a darse un baño y cambiarse de ropa, aunque estaba claro que de nuevo iba a llegar tarde a clase.

Poco después, salían ya de la casa rumbo a la escuela, Nabiki, Ranma y Akane. Estos últimos discutiendo de quien era la culpa de que casi nunca lleguen a tiempo.

Y así como casi todos los días, fueron castigados en el pasillo.

Demonios Ranma, siempre es lo mismo contigo, llegamos tarde por culpa tuya replicó Akane

pero, no obtuvo respuesta de parte de su prometido, quien tenía la mirada perdida en otro sitio, es decir, no le estaba prestando ninguna atención a sus palabras, cosa que la terminó de enfurecer, así que le propinó un puntapié y lo envió a pasear por los cielos.

Me las pagarás Akaneeeee ! —gritaba Ranma ya muy lejos del suelo.

El día transcurrió normalmente para Akane, no así para Ranma que tuvo que regresar caminando de quin sabe donde gracias a su linda prometida.

Cuando por fin logró llegar a la escuela, las clases ya habían terminado. Vio a la entrada a Akane, así que se apresuró a alcanzarla, para exigirle una disculpa por haberlo pateado.

Oye Akane, por que rayos me golpeaste si no dije nada! — musitó Ranma

Idiota, es por eso que te lo ganaste – dijo Akane con un rostro al que volvía la ira.

Siempre haces que... — Ella no pudo terminar la frase, ya que una persona sobre la pared de la entrada a la escuela había llamado su atención.

Ranma al notar esto, también vio a aquella silueta.

Se trataba de una mujer madura, con el cabello azulado, el cual le llegaba hasta los hombros. Ranma notó que tenía un parecido con Akane. Pero lo que más destacaba era la extraña vestimenta que llevaba esa mujer: una brillante armadura color rojo (similar a la de un samurai ) sobre un traje negro simple.

Alrededor de la cintura tenía un cinto que sujetaba cuatro espadas, dos a cada lado de su cintura.

También tenía una especia de faja atada sobre los hombros, para mantener otras cuatro espadas.

Akane se quedó perpleja, Ranma por alguna razón tenía un mal presentimiento y sintió como su sangre se heló luego de las palabras de aquella mujer:

Qué pasa Akane? No me digas que te has olvidado de tu madre...