Disclaimer: Dragon Ball y sus personajes son propiedad del señor Akira Toriyama.
Son Gokuu, ¿trabajando?
Capítulo1: Cumpliendo una vieja promesa.
La Montaña Paoz era un lugar tranquilo ubicado en lo más recóndito del mundo, en donde la paz de aquella región daba una perfecta morada para los amantes de la vida simple, fuera del ruidoso y caótico mundo citadino de las grandes capitales. Se podría que aquel lugar montañoso era lo más cercano al paraíso...
—¡¡¡Son Gokuu!!!
Sí, era lo más cercano al paraíso siempre que a la señora Son no le daba por gritar, lo que desgraciadamente era cosa de todos los días.
Chi-Chi estaba que se la llevaba el demonio. Era habitual en ella ése estado de ánimo, cualquier cosa provocaba que inmediatamente perdiera los estribos y que comenzara a gritar y dar sermones a sus vástagos, a su marido y al primer incauto que tuviera la desgracia de cruzarse con ella en ese estado. Más de un vecino de las montañas cercanas se hartaba de aquellos gritos y optaba por retirarse de aquel lugar, mudándose a los pueblos cercanos que estaban lo suficientemente retirados para que aquella voz no lastimara sus tímpanos. Más de uno de ellos se compadecía del pobre hombre que tenía de mujer a aquel ogro. Tal vez el carácter de la mujer de Son Gokuu se justificara ya que durante largos años ella fue madre y padre de sus hijos y aquel esfuerzo arduo por hacerlos personas de bien le hubiera quitado poco a poco el humor y la haya amargado paulatinamente; pero quien conociera a Chi-Chi sabría que ella fue así desde el primer día de casados, siempre una mujer autoritaria que fácilmente hubiera podido ser sargento del ejército del Rey.
La molestia de Chi-Chi en este día se debía a una reciente noticia que le había llegado gracias a su hijo Gohan, algo que sinceramente para ella era el colmo. Durante la cena de ayer, el mayor de sus hijos le platico sobre la noticia de que Krillin, el mejor amigo de su padre, había obtenido un trabajo. Al oír eso la mujer se quedo en trance. ¿Cómo era que uno de los amigos vagos de su marido pudo haber obtenido empleo? ¡Eso no podía ser! Durante años ella le había pedido a su marido que por el bien de la economía familiar se consiguiera un trabajo, que se convirtiera en un buen ejemplo para su familia y contribuyera como cualquier esposo normal al gasto. Pero Son Gokuu no era para nada un hombre normal y para él los entrenamientos y las peleas eran algo prioritario, algo que el como un saiyajin disfrutaba mucho, su estilo de vida. La señora Son quiso comentarle a su marido de aquella noticia, queriendo saber su opinión al respecto, y tal vez solo tal vez aquello por fin le abriría sus ojos a Son Gokuu para que por fin actuara como ella tanto lo quería: como una familia normal. Pero Gokuu no llego. Durante toda la noche ella lo espero en vela, esperándolo en vano sentada en el sillón de la sala- "de nuevo se debió de haber quedado entrenando"- pensaba Chi-Chi con sus dientes apretados ante lo que ella pensaba era un nuevo desplante de su esposo. Durante horas se quedo estoicamente despierta, esperando que en cualquier momento su esposo cruzara la ventana (pésima costumbre que jamás pudo quitarle) y con su inocencia le pidiera cínicamente que le diera algo de comer.
—Veneno te tendría que dar —murmuraba enfadada la morena que se levantaba de vez en cuando para tomar una taza de café que le ayudará a mantenerse despierta. Diez tazas después se hastió del sabor de la cafeína y mejor decidió pasar el tiempo leyendo algo, con lo cual se dirigió al librero que estaba en la habitación de sus hijos, los cuales dormían placidamente.
Chichi busco durante varios minutos alguna lectura ideal para mantenerse entretenida, cuando se percato de uno de pasta verde que le pareció conocido. Al tomarlo se vio que se trataba de un álbum de fotos de la familia, en el cual venían impresos en su portada las palabras 'Hope' y 'Son'.
—Vaya, hacia mucho que no veía este álbum —dicho esto lo llevo consigo a la sala para ver las fotos de los momentos felices de la familia.
Hoja tras hoja a su mente volvían aquellos recuerdos felices que se habían quedado impresos en esas fotos. Ahí estaban las imágenes de su boda, el día más feliz de su vida, se veía radiante con el vestido de su madre; también observo las fotografías de Gohan de recién nacido, de su niñez y de su cumpleaños antes de enfrentar a Cell. Al verlas se le hizo un nudo en la garganta al recordar que días mas tarde su marido murió en aquella pelea... eso y lo mal que se veían ambos con ese cabello rubio, de rebeldes. Entre aquellas fotos había una en donde estaban solo Gokuu y ella abrazados, de las pocas fotos en las que solo estaban exclusivamente los dos, tomada antes de que iniciara toda la locura de esa batalla.
Fue entonces que a la mente de Chi-Chi llegó un 'flash back', un recuerdo de aquellas fechas en que la Tierra estaba en peligro por la amenaza de los androides. De cuando su esposo se recupero de aquella mortal enfermedad que durante tres días lo tuvo en el límite de la vida y la muerte, días en los que estuvo muerta de angustia en Kame House al pendiente de la salud de su Gokuu.
—¿Cómo se me pudo olvidar esa promesa? —dijo ella mientras cerraba aquel libro de imágenes de golpe. Deposito aquel objeto en la mesa de centro y se incorporo con una mirada fuerte y con sus brazos cruzados —. ¡Es hora de hacerte cumplir tu palabra, Son Gokuu! —proclamo la decidida mujer, alzando fuertemente el puño como colofón su coreografía...pero no había notado que su hijo menor —quien se había levantado a tomar un vaso de leche— la miraba desde la escalera con una extraña mezcla de asombro, incredulidad... y bastante pena.
—"Vaya que mamá es extraña" —pensaba el pequeño Goten, quien si mas que hacer, se retiro a su habitación a dormir, aunque muy confundido por el actuar de su madre.
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Al asomarse el alba en la montaña Paoz, Gokuu por fin llego a su casa después de estar toda la noche fuera de ella. Había entrenado tan intensamente ayer que el tiempo se le había pasado rápidamente y cuando la noche lo sorprendió, opto mejor por dormir en el bosque que ir a su casa, total, era algo que solía hacer regularmente desde su niñez, cosa que no extrañaba en absoluto a sus hijos y conocidos, pero que siempre molestaba a su esposa Chi-Chi. Gokuu solía quitarle el enfado haciendo lo que ella quería, como ir de compras -cosa que lo abrumaba-, traerle algún pescado para comer o llevándola a pasear a bordo de la kinton, algo que disfrutaba mucho ella recordándole sus primeros días de casados en donde solían pasear a bordo de esa nube por los cielos. Gokuu abrió la ventana para sigilosamente entrar a su hogar y evitar el regaño de su conyugue; apenas el saiyajin se preparaba a poner un pie en el suelo el grito de su esposa lo espanto haciéndolo caer de espaldas, golpeándose la nuca con el duro suelo. El pobre Gokuu se incorporaba apenas cuando Chi-Chi le interrogaba por enésima vez en donde había pasado toda la noche -aunque ella perfectamente en donde había dormido- y si acaso no tenía la decencia de por lo menos llamar por teléfono para avisar que no llegaría a dormir.
—Pero Chi-Chi, en el bosque no hay teléfono -replico inocentemente el saiya-jin—. Además no creo que me pase nada malo.
—¡Ese no es el punto, Gokuu! —contesto cabreada Chi-Chi —. El punto es que durante toda tu vida has actuado como te plazca, de una forma irresponsable olvidándote que tienes familia –Chi-Chi le dio la espalda a su marido, tapándose la cara con las manos y con voz quebrada, susurro —. A veces pienso... que somos un estorbo para ti -finalizo aquella sobreactuación con algunos sollozos fingidos que cumplieron su cometido ya que su esposo se acerco para abrazarla y disculparse por su conducta.
—Lo siento, Chi-Chi —le dijo un apenado Gokuu, quien suavemente volvió el rostro de su mujer para verla a los ojos —. Te juro que no es mi intención hacerte sentir mal. Prometo que no volveré a pasar la noche fuera de casa.
—Sí, siempre dices lo mismo y jamás lo cumples.
—Vamos Chi-Chi, tu sabes que yo siempre hago lo que quieres -suspiro fastidiado el saiya-jin.
—¿En serio? —dijo la morena separándose de su marido—. ¿No recuerdas lo que me prometiste antes de la pelea contra Cell?
Gokuu se quedo sin decir nada. No recordaba haberle dicho nada durante aquella pelea. Chi-Chi, irritada al ver el gesto pensativo de su marido, alzó una ceja y decidió ayudarle a recuperar la memoria.
—¿No recuerdas lo que me dijiste cuando sanaste de tu enfermedad del corazón? —Le cuestiono acercando su rostro al de Gokuu—. ¿Acaso no olvidaste lo que me prometiste aquella vez en Kame House?
Nuevamente el saiyajin se coloco en una pose pensativa, como queriendo recordar aquel día. La verdad no era muy bueno recordando cosas, ni siquiera las que le contaban minutos atrás como aquella vez que si no es por Pikkoro se le hubiera olvidado en que lugar y fecha aparecerían los androides del Dr. Gero. Estuvo un par de minutos en esa posición, con su esposa observándolo fijamente sin pestañear, atenta a la reacción de su marido cuando. La luz pronto golpeo el cerebro de Gokuu, quien sonrió y dijo felizmente a Chi-Chi.
—¡Ah! -exclamo triunfante Son Gokuu—. ¡Con que te referías a eso, Chi!
—¿Ya lo recordaste, Gokuu? —dijo ella tomando sus manos y sonriendo al imaginar que al fin su marido había recordado su promesa.
—Sí —Gokuu coloco sus manos en los hombros de su mujer y sonriente le dijo—. Te prometí entrenar a Gohan en esa pelea, ¿acaso quieres que lo vuelva a hacer? Ya es muy fuerte y no creo que pueda enseñarle nada ma... —Gokuu se detuvo al notar como el rostro de su esposa se tornaba rojo y una mueca de furia se formaba en su cara. Extrañado le pregunto —. ¿Te pasa algo, Chi-Chi?
—¡¡¡Eres un idiota!!! -grito su mujer dándole una fuerte bofetada al rostro a Gokuu que lo hizo dar un paso lateral, marcándole la mano en la mejilla —. ¿¡No recuerdas que me prometiste que después de esa batalla, TÚ, Son Gokuu, buscarías un empleo!? ¿¡Cómo puedes olvidar esas cosas!? ¡¡Eres un irresponsable, un vago, un ignorante, un mal esposo!!! ¡¡¡A veces quisiera jamás...!! —Chi-Chi pudo haberle dicho mas cosas aun al asustado Gokuu si no fuera porque su mano empezaba a dolerle como el infierno, producto del haber abofeteado al que muchos consideraban el hombre más fuerte del Universo y decidió mejor parar el regaño al sentir el dolor que le provocaba y tratar de curarla soplando para calmar ese fuerte ardor.
Mientras Chi-Chi soplaba su mano enrojecida, Gokuu se sobaba la mejilla ya que, aunque era un Súper Saiyajin, eso no quitaba que fuera inmune al dolor... y su esposa si que sabía provocarlo. "Ya había olvidado que era muy fuerte" De pronto, como si el golpe de Chi-Chi hubiera activado un circuito de su cerebro, vino a su mente el recuerdo de aquella promesa que le hizo a su entonces joven y bella esposa, cuando se había recuperado de aquella terrible enfermedad que estuvo apunto se cegarle la vida. Se vio a él junto a Chi-Chi, con el maestro Roshi como testigo desde la puerta del ático que era su improvisada habitación durante su convalecencia.
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—Chi-Chi... quiero llevarme a Gohan a entrenar, ¿te parece bien?
—No... No, no, sueñas— dijo la pelinegra a su marido, pero luego su labios dibujaron una sonrisa—. Pero... diga lo que diga te lo vas a llevar. Que le vamos a hacer.
—¡Chi-Chi! — exclamo sorprendido Son Gokuu ante lo dicho por su esposa.
—Ya que te lo llevas, hazlo un hombre fuerte- dijo ella acercándose un poco mas a su marido, para luego agregar- Pero... ¡Hagamos un trato! Cuando termine la pelea contra los androides, dejarás de entorpecer los estudios de Gohan y además... ¡Te pondrás a trabajar!
—Está bien, Chi-Chi —afirmo Gokuu, sonriéndole a su mujer mientras colocaba sus dedos índice y cordial en su frente para realizar el Shunkan Idou—. Eres fantástica.
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Era cierto. Él había prometido a su esposa que después de aquella batalla dejaría no solo de intervenir en los estudios de su hijo sino que también buscar trabajo. Si bien tenía la "disculpa" de que murió en el Cell Game lo que le impidió cumplir aquella promesa, estaba conciente de que había dado su palabra y si existía algo que le gustaba cumplir al pie de la letra era sus promesas. No por nada una de esas promesas cumplidas le había dado una maravillosa mujer y dos hijos que amaba.
Chi-Chi seguía tratando de aliviar su dolorida mano, sabía que Gokuu era muy fuerte pero jamás imagino que tuviera el rostro tan duro "No volveré a hacer algo tan tonto como eso" se decía para si misma la señora Son, mientras miraba su mano aun enrojecida. Estando sumergida en sus pensamientos, sintió de nueva cuenta la mano de su esposo que se posaba en su hombro. Volvió ligeramente su rostro para decirle algunas cosas más a su irresponsable marido, cuando este la atrajo hacia él y le regalaba una de esas sonrisas que tanto amaba verle a él.
—Tienes razón, Chi-Chi —dijo Gokuu mirándola fijamente a sus ojos oscuros—.Ya había olvidado mi promesa, pero ten por seguro que la cumpliré.
—Mi Gokuu... —susurro ella sin creer lo que estaba escuchando.
—Mañana a primera hora iré a buscar trabajo — sentencio Gokuu, acariciando ligeramente la aun suave mejilla de su mujer.
No lo podía creer, simplemente era casi imposible de concebirlo. Chi-Chi no daba aun crédito de lo que su esposo le había dicho. ¿Acaso era un sueño? ¡Sí! Esa era la mejor explicación que tenía. De seguro el sueño le había vencido y estaba durmiendo placidamente en el sillón, esperando a que su atolondrado esposo llegara a su hogar después estar ausente durante toda la noche. Chi-Chi se dispuso a pellizcarse para salir de ese sueño tan agradable pero irreal; dejo escapar una pequeña queja ante el dolor que le provoco el peñizco pero al mirar vio que aun seguía ahí, con su esposo ahora mirándolo extrañado -y muy confundido- por haberse peñiscado. "¡Entonces, no era un sueño!" exclamo en sus pensamientos la feliz mujer. Todo era real. Su Gokuu, su querido esposo Son Gokuu, le había dicho que por fin, y después de muchos años de matrimonio, de dos hijos, un sinnúmero de peleas, momentos de crisis y demás amargos sinsabores... buscaría un empleo como cualquier padre responsable en el mundo. Tal era la felicidad que la embargaba en ese momento que, acompañado con la falta de sueño por haber esperado toda la noche a su marido, hizo lo único que una impresión así y el desgaste, unidos, podían provocar: se desmayo.
—¡¡¡Chi-Chi!!! — exclamó Son Gokuu al ver como su esposa caía, logrando evitar el golpe en el suelo al haberla alcanzando, tomándola de la cintura con su brazo derecho. Inmediatamente cargo a su mujer entre sus brazos y la recostó en el sofá para que descansará. Después de dejarle en el mueble dio medía vuelta e iba a retirarse, cuando sintió que tocaban su pantalón haciendo que volteara, viendo a su esposa, ya consciente, que le sonreía dulcemente —. ¿Te sientes bien, Chi-Chi? Si quieres podemos llevarte al médico, para... —el saiya-jin se vio interrumpido al abalanzarse su esposa hacia él fundiéndose en un abrazo que Gokuu correspondió. Al separarse de ella, Gokuu observo los ojos humedecidos de Chi-Chi y antes de que el saiyajin pronunciará palabra, ella la tomo primero.
—No te preocupes, Gokuu, no estoy enferma solo que... aun no lo puedo creer -las manos de la mujer recorrieron el alborotado cabello de su esposo —. Me da gusto que por fin te conviertas en un padre responsable, un ejemplo a seguir para nuestros hijos.
—Emm... claro —dijo Gokuu, quien se sintió un poco molesto ante lo dicho por su mujer. Sabía que no era el padre modelo pero tan mal no lo hacía.
—¡Oh, Gokuu! —exclamó risueña Chi-Chi —. Al fin tendré de que presumirle a Bulma. Ahora ella será la única que tenga un marido vago —Gokuu al escuchar eso sintió otra pequeña molestia —aun no me explico como alguien como ella se pudo juntar con un hombre tan perverso como Vegeta. ¿Por cierto sabías que Krillin consiguió trabajo? ¿Tal vez el pueda ayudarte a conseguir empleo? Y no se tal vez...
—Oye Chi-Chi —interrumpió Gokuu a su mujer.
—Sí, querido —contesto ella aun ilusionada.
—"¿Desde cuando me dice así?" —pensó el saiya-jin — . Bueno es que yo...
—Te entiendo, quieres darle la noticia a los muchachos —menciono sonriente —. No te preocupes, cuando se levanten les daremos la buena nueva.
—No, lo que quiero decir es...
—Oh... ya entendí, Gokuu —dijo mientras guiñaba su ojo, y acto seguido rodeó el cuello de su esposo- que tonta, no me había dado cuenta que es lo que querías —. Chi-Chi observo con una mirada seductora a su esposo.
—Que bueno que lo entendiste, Chi-Chi...
—Sí, que bueno que lo entendí —Poco a poco el rostro de ella se acerco al de Gokuu, pero antes de que sus labios tocaran los de su marido un fuerte ruido se escucho rompiendo aquel romántico momento —. ¿Eh? ¿Qué fue eso?
—Ah, bueno —Gokuu realizaba su patentada pose colocando su mano derecha en la nuca —. Es que desde ayer no he comido y me gustaría que me dieras algo de comer... ¡Me estoy muriendo de hambre!
—¿¡Qué!? —exclamó sorprendida Chi-Chi quien caía del sofá ante la falacia de su marido. Lentamente se incorporo y, aunque estaba un poco molesta, lo dejo pasar ya que por fin, después de muchos años de indirectas y ruegos su marido al fin trabajaría para alegría de la familia.
Mientras preparaba el desayuno para su esposo, Chi-Chi imaginaba como sería su futuro con su marido actuando como "una persona normal", con una familia ideal en donde el esposo trae el sustento -aunque de hecho Gokuu lo hacía - e hijos modelos, educados y buenos estudiantes, tal como lo soñó el día de su boda o cuando tuvo a Gohan...y como solía verlo en la televisión, en sus telenovelas favoritas. No era de extrañar la sobreactuación y lo melodramática que se ponía por cualquier cosa con dicha escuela viendo diariamente esos programas.
—Por fin tendré la familia que tanto he soñado y me merezco —susurro risueña la morena, siendo presa aun de sus fantasías.
Gokuu, sentado en la mesa, meditaba como pocas veces lo hubiera hecho apenas asimilado el paso que estaba a punto de dar. Tenia ganas de retractarse, pero si lo hacia no solo le quedaría mal a su esposa sino a si mismo.
—"Bueno, no creo que sea muy difícil conseguir uno de esos trabajos... espero que no" —se decía para si mismo el saiyajin, quien no imaginaba los padecimientos que la vida laboral le tendría preparado.
Un reto muy diferente a los que ha tenido que lidiar.
Notas de la Autora: Bueno, de nuevo tuve que resumir el Fanfic; disculpen a todos aquellos que mandaron sus comentarios antes, les agradezco que mi historia les guste y trataré de que corresponda a su preferencia.
Ya saben, cualquier duda, sugerencia y/o críticas con bienvenidas siempre que sea ayuden a crecer. Un abrazo de mi parte hacia mis lectores.
¡Nos vemos!
