DISCLAIMER: Ningún personaje me pertenece. Todos son propiedad de Rick Riordan y J. K. Rowling, respectivamente. Yo sólo escribo con ánimo de entretener, sin buscar ningún fin de lucro.

ACLARACIÓN: Este fic contiene escenas de alto grado de violencia, abuso infantil y agresión, y Slash, es decir, relación entre dos hombres. Si no es de tu agrado, abandona la página, por favor. ¡Lee bajo tu propio riesgo!

NOTA: Bueno, mientras termino de aclarar qué voy a hacer con uno de mis fics, una amiga me planteó la siguiente idea, que me convenció totalmente. Hay muy pocos fics donde se vea una relación de grado romántico-amoroso entre los personajes de Percy Jackson y Harry Potter, en español, y me pidió amablemente como reto escribir uno propio. Me planteó un punto específico de comienzo, que sería el final de La marca de Atenea (si no han leído el libro, les recomiendo hacerlo si desean ubicarse para entender cómo se llegó a la problemática por parte del mundo de Riordan). Ella creyó, también, que el Tártaro afectaría mucho más a Harry de lo que afectó a Annabeth, por obvias razones. La estancia en ese lugar variará ya que es Harry de quien hablamos y sabemos todo lo que lo persigue.

¡Así que esa es la idea! Percy y Harry (cuya presencia se explicará más tarde) sobreviviendo a Tártaro. ¡Aquellos que busquen Percabeth…! Pues, nada, no creo sea un fic para ustedes, sinceramente. Tampoco para los que buscan un romance rápido y de cuentos de hadas. Lo siento, pero amo hacer todo tan complicado como realmente es.

Será un Percy/Harry… o Percy/Harry/Nico, dependiendo de cómo se den las cosas.

Sin más, espero disfruten la lectura del prólogo y nos vemos abajo.


Prólogo

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Todo había sucedido demasiado rápido.

No hay escapatoria—dijo una voz en la oscuridad—. Yo iré al Tártaro y tú vendrás conmigo.

El abismo tembló. Percy era lo único que impedía que Annabeth cayera. Se sujetaba a duras penas por el saliente del tamaño de una estantería. Nico estaba inclinado por el borde del abismo, tendiéndoles una mano, pero estaba demasiado lejos como para poder ayudar. Hazel gritaba a los demás, pero aunque la escucharan por encima del caos, nunca llegarían a tiempo.

La pierna de Annabeth parecía estar separándose del cuerpo, pero el dolor cesó de repente y dejó de tener la imagen frente suyo de Percy sujetándola. Su cuerpo golpeó el suelo y apenas se compuso, vio a unos cinco metros de distancia el lugar que había ocupado hacia segundos.

Nico se giró rápidamente para verla, con una expresión asombrada, pero volvió a ver hacia el foso. El dolor le impedía moverse.

Percy apretó la mano por el simple azote de estupor. Sus ojos observaron la figura que sostenía en ese momento, y que no era Annabeth en absoluto. Ni siquiera similar.

Era un chico, más específicamente un adolescente. Su inmovilidad llegó a convencerlo de que sólo era un cuerpo inerte, hasta que el tirón se sintió y el muchacho respiró con desesperación y comenzó a mirar todo como si fuese la primera vez.

Cuando levantó la mirada, pudo detallarlo mejor.

Tenía el aspecto más extraño que hubiese imaginado nunca. Estaba herido, preocupantemente, y sus ojos brillantes lo observaban con desconcierto y temor. Percy sintió la necesidad de afianzar el agarre, sintiendo que se le escapaba de las manos. Por los dioses, ¡el chico había aparecido de la nada! Aunque Annabeth ya no corriera peligro, tampoco podía dejar que aquel desconocido se llevara la peor parte, la que sabía les correspondía a ellos. Podía ver, podía sentir, la confusión del cuerpo que aferraba con tanta fuerza.

Sentía la fuerza del Inframundo empujar hacia la oscuridad como si se tratase de la gravedad. Sentía que las fuerzas para luchar lo abandonaban. Annabeth había estado demasiado abajo como para ser salvada, y ahora el chico ocupaba su lugar.

Sabía que hasta ahí llegaba.

Percy jamás se perdonaría si lo dejaba caer así nada más.

Su rostro estaba blanco del esfuerzo. Podía ver con sus ojos que todo era e iba a ser inútil.

Podía ver en el rostro ajeno tornarse colorado; era jalado de ambos lados y podía fácilmente saber que estaba viendo rojo. Escuchó a alguien gritar algo por detrás, pero no llegó a saberlo con claridad. Podía ver sus nudillos y los ajenos de un blanco casi papel.

—¿Cu-cuál es tu nombre?—se aventuró a preguntar con dificultad. El abismo volvió a temblar, y ya no esperaba ser soportado a tiempo por sus amigos. Pudo ver por el rabillo del ojo a Nico intentando moverse más cerca, pero era imposible. Percy jamás se había sentido tan agradecido con el hijo de Hades como en ese momento.

—Harry…—escuchó el susurro débil, y retornó a mirar a la oscuridad, hacia el adolescente que parecía intentar de todo pero no tenía fuerzas para nada. Harry. Su nombre no le sonaba de ningún lugar. ¿Tal vez era otra jugarreta de los dioses? Lo dudaba. Pero lo que sea que fuere, lo enfadaba. Creía imposible tolerar que alguien claramente inocente, y tal vez mortal al completo, quedase atrapado sin motivo en semejante problema.

No era justo, para nada. Ni mínimamente.

—Soy Percy…—no evitó sentirse muy identificado cuando encontró los perdidos y temerosos ojos verdes del muchacho. Recordó cuando, sintiéndolo sólo ayer, había estado vagando y peleando por su vida, sin saber de dónde venía, quién era y a dónde iba. Había estado tan perdido, tan solo, con apenas pantallazos inequívocos de lo que pudo haber sido de su existencia previo a verse vinculado con una estrategia a manos de alguien tan retorcida como era la diosa Hera (o Juno, se intentó corregir).

El cuerpo colgante fue tirado otra vez y no vaciló al buscar la figura de Nico una vez más.

—¡El otro lado, Nico! Nos veremos allí. ¿Lo entiendes?

Los ojos oscuros del menor se abrieron de par en par. Percy podía visualizar la duda pero también el terror de lo que sus propias palabras pudiesen significar; ni más ni menos, era claro en lo que buscaba decir.

—Pero…

—¡Llévales hacia allí!—le cortó él, gritando—. ¡Prométemelo, Nico! ¡Prométemelo!

Harry gimió adolorido y Percy sintió como poco a poco iba perdiendo el brazo. No dejó de ver los ojos de Nico.

—Lo… lo haré—respondió, inseguro pero firme.

Debajo de ellos, una voz rió en la oscuridad.

Sacrificios. Hermosos sacrificios para despertar a la diosa.

Percy endureció el agarre en la muñeca del chico, de Harry. Su cara estaba demacrada, ensangrentada y arañada. Harry también estaba herido, su piel con una tonalidad rojiza por el esfuerzo, sudaba y sangraba. Ambos tenían el cabello lleno de polvo y telas de araña; Harry debido a los movimientos previos de Percy. Compartieron una mirada rápida, flaqueantes.

—No te sueltes—casi le rogó—. No te voy a dejar, pero no puedo subirte.

La realidad pareció figurarse en los ojos de Harry, pero la aceptación en ellos sorprendió a Percy enormemente.

Una voz susurró monocorde en sus oídos, como una brisa leve. «Un viaje de una única dirección. Una caída muy dura.» Sólo entonces comprendió qué iba a pasar.

—No te sueltes…—dijo tranquilo—. Yo no te soltaré.

Oyó a Nico y a Hazel aún gritando en busca de ayuda. Mantenía la cabeza hacia abajo como para poder ver la luz del sol muy por encima de ellos, pero fue capaz de notar cómo Harry sí lo hacía y se permitía disfrutar del tenue calor que golpeaba su rostro. Quizá el último rayo de sol que verían jamás.

Entonces Percy se soltó del estrecho saliente, y juntos, tomados de la mano, ambos desconocidos cayeron en la oscuridad infinita.


NOTA: Como habrán leído, la aparición de Harry es muy aleatoria, pero les aseguro que se sabrá cómo llegó ahí más adelante. Los capítulos serán narrados desde diferentes puntos de vista, para acoplar todo más cómodamente, variando de personaje cada tanto. No prometo capítulos muy largos pero sí unos cuantos.

Por favor, dejen sus opiniones y críticas constructivas. Agradecería que fuesen constructivas, y no críticas despectivas, ya que no tienen sentido. Las advertencias estaban arriba, por lo que si leíste fue por opción propia y bajo aclaraciones. ¡Además, todos tienen derecho a escribir y leer lo que deseen, siempre y cuando se respete y no se perjudique al otro! Así que, por favor, sean buenos.

Nos vemos en el próximo capítulo.

Gracias por leer, sinceramente.

RebDell'O.-