Capitulo Uno

Parte 1

"LO QUE EL AGUA TRAJO"

"Booty Bay", es una extensa ciudad que reposa al refugio de una pequeña ladera montañosa alrededor de un gran lago azul al sur de Stranglethorn Vale. Su puerto ofrece todas las facilidades posibles para los viajeros que quieran realizar la travesía intercontinental desde Azeroth a Kalimdor a donde se puede desembarcar si se hace uso de la línea marítima que desemboca en Ratchet. La pequeña ciudad de madera flotante, Gobernada por Piratas, es un sitio muy frecuentado para aquellos que viven en la clandestinidad, y uno de los lugares más recónditos y lejanos de todo Azeroth populares de Azeroth., un lugar sin Ley y sin Dios.

-Te falto limpiar aquí…- musito un gran y sucio hombre sentado en un banquillo alto dentro un bar que él, así como todos los piratas del lugar frecuentaban.

-…Si, señor- contesto de mala gana, un joven moreno claro de cabellos negros despeinados, encontrándose de rodillas restregando el piso con un trapo viejo y sucio, molestándose aun mas por el escupitajo a intención que el pirata arrojo al piso recién limpio ante las burlas de todos los que a su alrededor se congregaban.

-Deberías hacer mejor tu trabajo mocoso- volvió a vociferar el viejo y gordo pirata mientras veía al chico limpiar el lugar, mientras que este escondió una mueca de molestia en sus labios.

El Pirata levanto la copa del mostrador del bar y bebió otro trago hasta el fondo empapando el cuello de su camisa entreabierta y parte de su pecho con el líquido derramado. Un par de gotas cayeron en su rostro también, limpiándoselo con la manga de su camisa gris.

Las puertas del bar se abrieron en par y un hombre alto, delgado, de hombros cortos con un abrigo de tela roja con chaparreras de gomas negras se acercó al joven, lo miro de reojo, como si lo conociera mientras que este la devolvió la mirada con estoica indiferencia.

-Buenos días, Zann- le dijo con un tono de malicia en su voz.

-¿Qué quieres, Dick?- le respondió de mala gana el chico.

-Deberías tener más cuidado a la hora de elegir tu tono de voz, muchacho…- le advirtió mientras continuaba su camino hasta la barra del bar y tomaba una botella de cerveza de cebada y la abría con los dientes semipodridos que tenía.

El joven Zann levanto un poco la vista para mirarlo, el sombrero de punta negro típico de los piratas Black Waters, lo cual demostraba su posición en la banda. –…O podría enviarte a alimentar a los jabalíes, llevan mucho tiempo sin verte- afirmó mientras bajaba la mirada, los ojos de ambos se cruzaban.

-Jeje!, los jabalíes… buena esa jefe- contesto el pirata que hace instantes molestaba al joven, pero sus palabras no encontraron respuesta, puesto que el pirata en jefe miraba a su joven sirviente.

Al ver esos ojos negros, el pirata no resistió la tentación de propinarle una patada a pleno rostro arrojándolo al suelo medio húmedo ante una pequeña ovación del grupo de piratas que le rodeaban.

-¿Cuánto tiempo llevas aquí, con nosotros Zann?-

Luego de unas expresiones de dolor contesto. –tres años, 5 meses y 29 días… Pero quien los cuenta!- contesto rezagado el joven.

-Así es…- afirmó. –Y después de todo ese tiempo, todavía no aprendes…- decía para luego darle otra patada cuando se ponía de rodillas, en el mismo sitio, arrojándolo al suelo de nuevo. –A nunca mirarme de esa forma- volvió a decir mientras acercaba su rostro, lleno de arrugas y cicatrices pequeñas y longitudinales, sobre él. Casi de inmediato el chico alzo la vista para encontrarse frente a frente con el rostro del pirata, con la misma mirada de antes.

-¿Algo que quieras decirme?- exclamo enseñando la característica mueca de un pirata desquiciado.

-Si…- contesto el chico. -…Eres realmente feo- dijo.

Un silencio casi sepulcral invadió el lugar, mientras el grupo de piratas y unos que otros visitantes curiosos observaban, luego se produjo una risa desbordante de todos los presentes al escuchar al muchacho y darle la razón en sus mentes al ver primero la fea y vieja cara del pirata. Incluso su compañero que bebía ávidamente trató de ocultar lo mas pudo la risa pensando en las consecuencias de tal acto.

El pirata Dick, alzó la vista de nuevo al aire, y luego alrededor observando uno por uno a los presentes, con ojos afilados y llenos de furia, como una advertencia, las risas se desvanecieron poco a poco y cada quien volvió a lo que hacía. Incluso el mismo joven se unió brevemente al jolgorio de risas que se había armado, y aunque el pirata tenía grandes deseos descargarse, tenía cosas mejores que hacer. Así que dando media vuelta y dirigiéndose a la salida, no sin antes voltear e indicar con señales de su rostro a su cámara y subordinado lo que debía hacer, se retiro.

Más tarde, en un callejón oscuro y lejos del bar, un grupo de piratas liderados por el camarada de Dick propinaron una buena paliza al desafiante muchacho dejándolo tirado en el suelo, adolorido y lleno de magulladuras y hematomas. Después de un par de minutos el grupo de piratas se retiraba mientras el viejo gordo pirata que molestaba al joven Zann se acercaba y le arrojaba en la cabeza un cubo de madera vacío.

-Por listillo, ahora te toca dar de beber a los jabalíes, y estos llevaban bastante sin probar- dijo mientras el joven se recobraba lentamente de la golpiza. –Espero que tengas la misma cantidad de dedos por la noche Ha ha ha- dijo esto último riéndose a carcajadas y retirándose.

El joven se recobraba y ponía de pie nuevamente mientras tomaba el balde. –Maldito gordo cabrón…- alcanzó a maldecir mientras emprendía rumbo a la playa con un brazo sobre su costado adolorido.

Después de caminar un par de kilómetros, el joven Zann, después de atravesar el bosque y las colinas que rodeaban Booty Bay finalmente llegó al pozo de agua del que siempre traía para dar de beber a las mascotas del pirata Dick, de quien fue la idea de excavar un pozo tan lejano, solo para fastidiar al muchacho que luego de 8 años de servidumbre ya se había acostumbrado.

-Bueno, tengo que ver el lado positivo- se decía a sí mismo con ánimo, olvidando de momentos el enorme odio que sintiera por aquella banda de piratas, mientras que llegaba al lugar y arrojaba el cubo al fondo del pozo. –El cielo es azul, los pájaros cantan…- balbuceo mientras sacaba el pesado cubo y depositaba el líquido en otro cubo más grande para llevar cuando sintió un vendaval de viento que pesaba. –…y el viento sopla- terminó de decir.

De pronto ese ligero vendaval se convirtió en un ventarrón muy fuerte, Zann se cubrió los ojos con las mangas grises de su camisa para evitar la tierra, y en un descuido soltó el balde de madera del pozo el cual salió despedido por los aires.

-Demonios- dijo, maldiciendo su mala suerte, mientras corría tras el balde para terminar su trabajo los más rápido posible, pero el ventarrón no paraba y el no podía echar carrera muy rápido porque el viento lo empujaba amenazándolo con tirar sobre el suelo pastoso y semirocoso. Continuo persiguiendo el objeto que se perdió entre los arboles de una pequeña colina que pasaba el pozo, mientras que preguntaba ¿Qué viento tan extraño?. Cuando acordó, estaba ante el enorme paisaje de Playa salvaje y el gran océano de Azeroth ocupando todo el horizonte.

-Vaya, me había olvidado de este lugar- murmuró con intriga. Metros más adelante percibió el elusivo balde, corrió hasta donde yacía en medio de la arena y rodeado por los caparazones y conchas entre algunas rocas. –Ya te tengo- dijo mientras lo tomaba.

Entonces de pronto, capto un extraño olor, era rico y suave, como el de un perfume. Siguió su rastro hasta detrás de una gran roca que se encontraba frente a él, asomó la cabeza sobre ella y se sorprendió con lo que vio.

A un par de metros cerca de donde las olas bañaban la arena, una joven de aprox. 16 años, piel clara y cabello castaño claro y liso que le llegaba hasta la espalda, con ojos azul rubí, vestida con chaleco rojo de bordes dorados en los hombros sobre una blusa blanca de mangas largas hasta las muñecas.

-Pero que demo…?- balbuceó el joven Zann, acercándose para verla mejor. Tenía además de lo mencionado lo que parecía un vestido rojo como el chaleco y de bordes dorados también sobre un vestido blanco corto como su blusa y unas largas botas de cuero rojizas que le llegaban hasta los muslos.

A su alrededor habían muchos restos de madera, como los de alguna clase de naufragio. Cautelosamente se acercó hasta ella y la observo desde distintos ángulos, no se movía y aparentemente no respiraba, tomo entonces una pequeña vara que estaba a sus pies y empezó a picarla. Después de unos segundos sin tener respuestas alzo un momento la cabeza para ver la orilla, y los restos de un bote estrellados contra un grupo de rocas.

Continuo tocando su blanca piel, hasta que…

COF! COF! COF!

Luego de picar con algo de fuerza a su cuello, el cuerpo de la joven se estremeció y casi parecía dar un brinco mientras tosía estrepitosamente expulsando toda el agua que tenía en la garganta, Zann cayó de espaldas alzando el torso y arrastrándose un poco hacia atrás, cuando la joven desvío la cabeza hacia él y con gran fuerza tosió en su dirección, Zann sintió como algo le pegaba en la mejilla, luego de la sorpresa se dio cuenta de que era un ostión.

-Arg, mi garganta…- se quejaba la joven de piel clara mientras se frotaba el cuello para aliviar un poco su dolor. -…duele!- exclamó. Mientras el chico se quitaba el ostión de la mejilla y lo arrojaba al suelo.

La joven lo miró, y luego se inclino para ver el ostión, agarrándolo con una mano y luego encorvarse.

-Siento la molestia, esta cosa casi me mata…- explicaba al joven que tenía enfrente mientras sonreía inocentemente y se frotaba la cabeza. –Gracias por salvarme la vida-

-…Esto, no hay de que.- dijo Zann. –Supongo que se metió dentro cuando caíste al agua-

-Es que… bueno…- balbucea de forma nerviosa como si se estuviera avergonzada, intrigando al chico.

Y es que en realidad, para empezar si tenía razón con lo del naufragio, pero la verdad es que ella… en realidad había escapado en un bote salvavidas, y justamente esa mañana había llegado a la costa, pero no supo dirigir bien los remos y choco contra las rocas, luego de horas y horas de navegar por el mar tenía hambre… mucha hambre!. Luego de dar unos pasos vio el "ostión" , había recordado que se esas cosas se pueden comer, pero por desgracia aspiro con fuerza y toda la concha se le metió a la garganta.

-…eso fue hace unos minutos, y es lo último que recuerdo antes de desmayarme, luego apareciste para salvarme, y te estoy muy agradecida-

-De acuerdo…- balbuceaba dando poco crédito a la disparatada situación que casi la mata. –Supongo que para casi ahogarte al intentar comer ostiones, me dice que no eres de por aquí- respondió Zann. –¿Cómo te llamas?-

-Mi nombre es Maya, encantada!- dijo con una sonrisa inocente nuevamente.

-Bueno, pues mi nombre es Zann- extendiéndole la mano.

-Mucho gusto, Zann- agradeciendo el gesto. – ¿De dónde vienes?- pregunta Zann.

-De un lugar muy al norte que… no recuerdo…?- dice ella un poco preocupada. -

-Estas muy lejos de casa extranjera- añade Zann.

-La verdad… es que no recuerdo nada- dice Maya-

– ¿Y qué estáis haciendo tan al sur del continente?-

-Eso sí recuerdo, me encontraba en Isla Jaguero, más al sur… estaba investigando algo que… tampoco recuerdo-

-Wow!- contesto con sarcasmo. –Debes haberte golpeado muy fuerte la cabeza para no recordar nada-

-Oye… recuerdo quien soy, al menos eso es algo- se defendió con una expresión de inocencia. –Y ahora que recuerdo…- murmuró.

Entonces se puso de pie y corrió hasta un montón de rocas, recogiendo detrás de ellas un bolsón verde de tela gruesa con bordes dorados y en relieve, se la colgó y luego continuo escarbando entre los restos de madera con impaciencia.

-¿Qué buscas exactamente?- pregunta Zann.

-Esto!- dijo ella llevándose algo a la cabeza.

-¿Un sombrero?- interrogó el joven, al ver ese sombrero rojo de forma cónica con la punta caída y los bordes encima de sus ojos seccionados dejando una escotadura.

-Eres una bruja-

Una oreja de la joven se estremeció al recibir el sonido de la palabra y luego volteó hacia él. –¡No soy una bruja!- exclamo con fuerza y los brazos pegados al cuerpo de forma graciosa. –Soy una Maga-

-Oye! Oye! Tranquila!- dijo el joven pelinegro tratando de calmarla aunque riendo por dentro al ver esa expresión tan infantil de enfado.

Notando esto, con un simple hechizo apunto una varita, que saco rápidamente de su bolsón, a los pies del chico y rápidamente la arena se congelo e hizo que el joven resbalara cómicamente y se golpeara la cabeza.

-Auch! Eso dolió- se quejó Zann.

-Volviendo a lo mío, supongo que eres de por aquí no?- dijo Maya. –Sabes si hay algún pueblo por aquí cerca-

-Sí, pero no creo que quieras ir ahí- dijo Zann mientras se ponía de pie frotándose la cabeza. –O mierda…- susurró luego de recordar lo que tenía que hacer. –Tengo que irme- dijo rápido mientras corría de regreso al pozo con el balde de madera.

-¡Oye Espera! - dijo Maya corriendo tras de él.

Zann continuo corriendo olvidándose de dar la dirección a la muchacha que iba detrás suyo a buena distancia.

-¡No me dejes aquí!- suplicó.

-Diablos!, no quiero llevar a ese lugar…- pensó, recordando de donde venía. – Debo perderla- se dijo.

Y empezó entonces a correr más rápido, a dar giros en cada árbol y a saltar sobre árboles para despistarla, cada vez que hacia una jugada parecía dejarla atrás cada vez más, hasta que finalmente no la vio más, asegurándose de no volver a toparse con ella, Zann regresó al pozo y cargó toda el agua que necesitaba, poniendo rumbo hacia Bahía del Botín, y hacia ese grupo de piratas.

Pero mientras caminaba no podía evitar recordar a esa muchacha, a simple vista parecía una buena persona, pero desde que hablo, supo que era una joven realmente inocente, lo cual sería una gran desventaja para ella, en algunas ocasiones se había topado con magos y hechiceras en sus tres años en Booty Bay, pero incluso ellos evitaban alejarse demasiado de los muelles, -Es mejor ella andar perdida que dar pasearse por un pueblo de piratas- pensó.

Finalmente divisó la entrada de la ciudad, se dirigió rápidamente hacia la granja de Dick el pirata Black Water donde tenía a sus cerdos jabalíes, unas enormes bestias que tenían más estomago que cerebro, estaban alrededor de un corral ya viejo a la sombra de un tejado de paja detrás del bar donde frecuentaba, y entonces empezó a vaciar el contenido en las canaletas de los animales.

-¿Qué lindas bestias?, ¿son tuyas?-

Zann volteo rápidamente al reconocer la voz y ahí estaba. La joven Maya parada detrás suyo, ahora frente a él, saludándole con una sonrisa.

-¿Qué? ¿Pero cómo? ¿Si tú estabas…?- decía Zann balbuceando muchas preguntas.

-Me parecía extraño que intentaras perderme…- dijo ella, con la varita en su mano. – ¡Este lugar no luce tan mal!- dijo con gran optimismo.

-¿Cómo me seguiste?- preguntó con intriga. –Si me fije y no estabas a mi espaldas-

-Me hice invisible, tonto- le respondió, explicándole que cuando lo había perdido recordó que murmuraba algo acerca de un pozo, tuvo la suerte de encontrarlo, y minutos después encontrarlo a él.

-…Así que me volví invisible y te seguí hasta aquí-

-Rayos! Olvide que las brujas podían hacer eso- pensó.

-¡No soy una bruja!- gritó Maya.

-Pero cómo…- murmuraba con incredulidad.

De pronto ambos escucharon el ruido de unos cuantos pasos, y un segundo después aparecio desde la esquina un pirata, que obviamente eran de Dick.

-Maldición…- dijo Zann.

-Oh!, Pero que tenemos aquí- dijo el pirata. – ¡Muchachos miren!, Zann trajo una chica-

Tan pronto como aviso a los demás, ambos jóvenes se vieron rodeados por una pared de piratas quienes los veían con reojo, más que todo a la joven.

-Hola!-

-No es necesario que les saludes, ya estás aquí- le susurró.

-¿Qué pasa Zann? Deja que la muchacha se exprese- dijo uno de los piratas.

-Es verdad- añadió Maya sin notar de la expresión sarcástica de ambos.

Entonces el joven comenzó a sentir los pasos de alguien grande acercándose, por experiencia sabía de quien se trataba.

-Jefe Cho!- dijo unos de los piratas. El mismo que en el bar molestaba al joven se abría paso entre sus camaradas para ver a la nueva chica en el pueblo.

-Pero que preciosura traes aquí muchacho- dijo el gordo pirata. –No me dirás que es tú novia- dijo en tono de burla.

-No! Solo lo seguía para encontrar este pueblo-

-Con que una forastera- respondió él. Examinando detenidamente a la chica de pies a cabeza. Su rostro, sus senos y sus caderas, como todo un pervertido.

-Ese hombre empieza a ponerme nerviosa- le susurró Maya a Zann.

-Cuántos años tienes, chiquita- le pregunto nuevamente.

-Dieciséis-

-Que "pequeña" eres!- exclamo. –Vuelve cuando tengas dieciocho-

-A qué se refiere?- pregunto ella al joven.

-Este… bueno… tu sabes- contesto dubitativo.

Entonces Maya luego pensar de forma un tanto "sucia" comprendió, cosa que la molesto un poco, y sin hace mucho ruido apunto con su varita hacia sus pantalones, de inmediato estos cayeron al suelo al desabrocharse la hebilla de la nada, revelando una ropa interior "muy vergonzosa".

-Jefe Cho, acaso esos son "ositos pandaren"- dijo uno de sus camaradas al ver el impreso en las trusas.

-Qué?- pregunto el pirata para luego darse cuenta de que estaba en chones.

Todos los que acompañaban se rieron un poquito sabiendo de quien se burlarían, pero fue Zann quien estallo a carcajadas.

-No crees que estas algo "grande" para eso- decían Zann entre carcajadas, seguidas de las de Maya.

El pirata enrojeció de vergüenza. –Qué risa! que risa!... me duele!- decía Zann mientras se agarraba del estomago solo de pensar en las trusas, mientras que Maya daba palmadas a sus piernas mientras descargaba sus risas.

-YO TE DARÉ ALGO DE QUE REIRTE- exclamo el pirata quien luego saco su arma del cinturón, disparo contra el hombro del joven quien cayó de espaldas al suelo ante la mirada sorprendida de Maya.

-Zann…!- exclamo preocupada la joven quien ya se ponía de rodillas a su lado viendo la herida que rebalsaba hilos de sangre.

El pirata solo veía con una sonrisa maliciosa la escena. Luego de eso Maya se puso de pie y se dirigió hacia él.

-Eso no fue nada amable!-

-¡Por supuesto que no!- respondió en tono burlón. Pero Maya ya no se reía, y solo mostraba una expresión seria. –Tienes algo conmigo, mocosa!- dijo él mientras le apuntaba.

-Espera! Ella no te hizo nada-

-Silenció inútil!- le grito.

Entonces Maya apunto con su varita hacia él, y el arma salió disparada de su mano hacia la joven quien la atrapa con la izquierda enfureciendo al pirata.

-Voy a hacerte chillar perra!-

Pero antes de poder siquiera acercase, un movimiento hacia de su varita hizo que cayera de espaldas violentamente ante la mirada atónita de los otros.

-¡Que están esperando, atrápenla!- les dijo a todos.

El grupo se arrojo sobre ella, entonces Maya tomando con los dos brazos juntos su vara y recitando un hechizo en voz baja levitó al grupo de piratas y los arrojó al agua como si fueran sacos de arena.

El pirata Cho sorprendido por esto, se puso de pie y huyó. Maya no lo persiguió, pues su preocupación estaba con la herida que había recibido el joven Zann, se arrodilló una vez más a su lado y comprobó de nuevo el agujero de bala.

-Estoy bien, no te culpes-

-Espera, tengo algo aquí que te hará sentir mejor- dijo mientras rebuscaba entre las cosas de su bolsón.

Finalmente sacó un largo tubo con un corcho y un líquido verde en su interior. –Eso es… una poción de curación- dijo Zann. –Bebe, te sentirás mejor- le dijo con amabilidad luego de destaparlo.

El joven bebió y pronto se sintió mucho mejor. Incluso los golpes y moretones de la paliza de esta mañana se curaron mágicamente, entonces ambos se pusieron de pie.

-Son bastantes costosas por aquí, intente tomar una de esas una vez y me fue fatal- dijo Zann.

-Qué raro, tal vez haya sido una poción mal preparada- agregó maya.

-Me refiero a la golpiza que me dieron por tomarla de su depósito- aclaró el joven.

-Oh, ya veo- dijo ella. – ¡Pero robar es malo!- le dijo con certeza.

-En Bahía del Botín, esa palabra no existe- aclaró. –…Esto, gracias por tu ayuda-

-¡De nada!-

-Ahora te pido por favor, que abandones este lugar- le advirtió. –Esos piratas que atacaste, son miembros de la banda Black Water, podrías estar en grave peligro por eso-

-Este lugar parece peligroso- dijo ella. –Por qué no te marchas de aquí-

-Es un asunto complicado- explico.

Mas tardé, ambos se encontraban sentados en un banco alrededor de una pequeña fuente de madera, en lo que parecía ser una plaza.

–El pirata al cual sirvo, se llama Dick, cara cortada, por las cicatrices, soy espadachín y discípulo del Maestro Buzan-

-¡¿Buzan?- cuestiono Maya. –Te refieres a Buzan, el líder de la guardia de acero de Stormwind-

-Así es… Un día atrapó a Dick y sus piratas traficando con ron, Dick logro escapar pero sus hombres fueron atrapados y encarcelados, esto le costó mucho dinero a ese pirata, días más tarde, el hijo mayor de mi maestro Buzan, Bohater… fue asesinado-

-Eso es terrible- dijo Maya con pena.

-No sé como él o sus hombres lograron entrar a la ciudad y matar a su hijo, pero Dick le advirtió que si obtenía devuelta su dinero, la vida de su segundo hijo y la de su esposa estarían en peligro- dijo Zann. –Mi maestro, a pesar de que amaba su familia no estaba dispuesto a ceder ante un pirata de mala muerte como Dick, en ese entonces yo era su discípulo, aunque veía la firme decisión de mi maestro, sabía que en el fondo sufría por pensar en la seguridad de su familia-

-¿Y qué paso?- pregunto Maya.

-El segundo caballero, al mando de la guardia de acero, Sirius Stellhood, me habló de un trato que podría realizar con el jefe pirata-

-¿Qué trato?-

-Trabajar para los piratas Blackwater durante 4 años, era lo suficiente para pagar la deuda- explico. –Me despido de mi maestro con una carta, y sellamos el trato en secreto… le dije al Sr. Sirius que le dijera a mi maestro que estaría bien, tenía 14 años entonces, me faltaban otros 4 años para convertirme oficialmente en un caballero de la guardia. Todavía me faltan otros 6 meses para acabar con esto-

Termino de explicar con la cabeza inclinada. Cuando alzo la mirada vio los ojos de Maya llenos de lágrimas cristalinas y una expresión de tristeza graciosa con los puños cerrados sobre su pecho.

-Es realmente conmovedor…- dijo con la voz acongojada y abrazándole.

La expresión del muchacho no podía ser más que la de una total sorpresa mientras las lágrimas de ella empapaban su ropa. –Eres tan noble y tierno-

–Oye! Oye! Espera, me estas avergonzando…- decía con vergüenza.

Minutos después, luego de limpiarse las lágrimas y de volver a lucir de nuevo esa su ya característica sonrisa le dijo que era una de las personas más maravillosas que había conocido hoy.

–Eres muy rara, sabes?- dijo él. –En este violento mundo, es poco común encontrar personas como tú, pero me agradas-

-Yo digo lo mismo- dijo ella.

Luego de unos segundos de silencio, Zann levanto la mano y le señalo una dirección hacia el norte. –La salida del pueblo se encuentra recto en esa dirección- explico.

-¿Quieres que me vaya?- dijo Maya

-Es por tu bien, además no puedo irme, debo cumplir con el trato que selle con esos piratas-

-Eres demasiado bueno para tener que pasar por todo esto-

-…En verdad no lo soy-

De repente, a lo lejos Zann vio como una multitud de hombres iban hacia ellos.

-Tienes que irte, ahora!- le dijo.

-Pero… -

-¡HAS OIDO ALGO DE LO QUE HE DICHO!- le gritó molesto, en un intento por hacerla entender, sintiendo culpable al ver la expresión de miedo que aparecía en su rostro. –VETE!, AHORA!- le gritó con rudeza.

Zann volteó a hacia la calle y vio como los piratas estaban ya muy cerca, tan cerca que tal vez ya la habrían visto, volteo de nuevo para ver a Maya, pero ella ya había desaparecido, pero el joven no tuvo tiempo de sorprenderse pues una voz familiar le habló.

-Dick…- murmuró.

-Hola Zann- dijo el pirata de cara cortada. –Creo que le debes a mi amigo Cho, una disculpa-

El grupo comenzó a rodear al muchacho, cortándole toda ruta de escape, pero él no pensaba escapar, y mientras los puñetazos y patadas de todos ellos golpeaban contra su ser el solo se repetía una y mil veces en su mente "seis meses más".