Cassie se despertó de madrugada. No, ésta vez no eran sus padres teniendo intimidad. No, tampoco eran los llantos del bebé y mucho menos era su estómago rogando por un poco de alimento con el cual llenarse.

Tras ver el reloj, la rubia se levantó con una importante nausea producto de la rapidez con la cual pasó de la cama hacia el balcón de su habitación.

Bajó por el mismo para poder llegar a la calle, donde ahí, con sus zapatos escolares, calcetines rosados, pantalones de rayas blanco con menta y un simple top de color agua marina se dispuso a correr. Poco le importaba ya si el frío de la madrugada dejaba ver sus pequeños senos rebotando en su corrediza.

Llegó al mismo mirador de siempre, donde siempre se le encontraba cuando estaba muy triste o muy asustada. Ahí, en ese mirador de un parque donde siempre se sentaba en el mismo lado de la misma banca, mirando hacia el mismo horizonte.

Ahí se dispuso a abrir su caja de cigarrillos y encender uno para calmarse. Su corazón no dejaba de latir y su piel enchinada no dejaba de temblar. Quizás era esa la razón del porque tenía aquella necesidad tan grande de tener algo de tabaco en sus pulmones y nicotina recorriéndole su cuerpo en aquel susodicho instante.

¿Cómo no se había dado cuenta antes?

Cuando menos se dio cuenta, sus lágrimas casi le apagaban el cigarro. Sabía que no podía decirle a Sid, tampoco a Jal y mucho menos a Michelle. Fue por eso que decidió quedarse callada. Sus dedos temblaban, su respiración estaba agitada… y su corazón se había aclarado por completo.

Sacó su celular temerosa, poniéndose aún más temblorosa si era que se podía, yendo hacia la bandeja de mensajes, seleccionando aquel contacto, y finalmente, admirando la pantalla lista para escribir.

"Hey, wow, perdón el mandarte esto tan tarde…

Yo… Creí que era lo mejor.. Mandarte esto, vaya, ya sabes, ¿Cierto? Sí, bueno, wow.

Me gustas.

Me gustas, Tony. Me gustó besarte aquella fiesta donde, ya sabes, había salido de la clínica y, wow, sí, entiendes, quería besarte.

Ya sabes, ¿Cierto? Wow, eres perfecto. Eres fuerte, aunque yo sé que no lo eres realmente. Yo sé que eres débil, que por eso te gusta jugar con Michelle, porque la amas, y quieres ser importante para ella, wow, eso es cobardica.

Pero yo soy aún más cobarde por darme cuenta tan tarde, Tony. Por darme cuenta de que en realidad yo soy la única que ve bajo tu máscara y, wow, eres idéntico a mi. Yo dejo de comer y tu juegas con otra cerca de Michelle.

Wow, Tony, tu también deseas seguridad. Manipulador, sí, eso eres.

Y yo una tonta por enamorarse del novio manipulador de mi mejor amiga.

Porque realmente eres todo lo que quiero, Tony Stonem. Porque eres tan parecido como yo, wow, sin locura, creo yo. Porque eres tan intrépido como para soportarme. Hey, eres tan astuto como para haberme enamorado sin mi permiso y… Y por ser tan atractivo.

Wow! Escucha… No, no pienses mal, hey… Aún quiero a Sid..

Es sólo que me dado cuenta de que… en realidad eras tú… Eras tú todo lo que quería desde un principio

No le enseñes esto a nadie…. Lamento despertarte, Tony… Y Lamento… haberme enamorado del chico manipulador. Sí, yo, la chica anoréxica, perra loca, nunca come ni una mierda, wow…

Espero y…"

Se le acabó la batería.

Cassie por un momento estuvo por tirar el maldito celular. Dio una calada a su cigarro, mirando a la nada, antes de subir las piernas, abrazarlas, y finalmente, ponerse a llorar como la niña pequeña y débil que era.

Al igual de Tony, de quien tan fuerte se había enamorado.