Espero el DeiAke -.-

DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.


Miró hacia su lado. Allí estaba él, rodeado de un aura imponente, serio, haciendo presencia. Tenía sus ojos como perlas brillantes clavados en la pantalla frente a ellos, concentrado en los fotogramas que estaban allí presentes. Eran marido y mujer desde hacía ya bastante tiempo, pero le comenzaba a resultar un poco aburrido. El fuego entre ambos se estaba apagando, y no podía permitir que eso sucediera. Siempre era tan serio, frío... era perfecto, pero necesitaban algo de diversión o su relación se iría por el caño. Y sabía dónde encontrarla.

Hoy había conocido a un chico divertido, llamado Kankuro. Era un poco más pequeño que ella, pero por demás parecía dispuesto a cualquier cosa. Y había química entre ellos, sin duda alguna. Ahora, ¿cómo lograr que Neji estuviera de acuerdo en divertirse los tres?

—Oye, Neji —dejó salir obteniendo la mirada del castaño—. ¿No crees... que nuestra relación necesita algo de diversión? Siento como si el fuego entre nosotros dos se estuviera apagando...

—¿Por qué lo dices? —Preguntó él, mirándola con seriedad.

—Solo mira, hace ya dos meses que no tenemos sexo. Necesitamos algo de motivación. —Los ojos chocolate de ella mostraban preocupación.

El hombre lo meditó durante unos segundos, y cayó en la cuenta de que ella tenía razón. Tenían que salvar su matrimonio de alguna manera.

—¿En qué estás pensando? —Para ser honesto, no le parecía que un viaje salvaría su relación.

—Motivación sexual, Neji. Siempre hacemos lo mismo... —respiró hondo—. Creo que eres demasiado conservador, hay que probar cosas nuevas...

El Hyuga suspiró. Es cierto, él era muy tradicional y no le agradaba nada fuera de eso.

—Ya te he dicho que no pienso usar juguetes sexuales...

—Eso no, Neji. —Lo miró a los ojos. No le gustaba discutir con él—. Hay un chico... que nos podría ayudar a salvar nuestra relación.

—¿Un trío? —Neji alzó una ceja—. Estás soñando, Tenten.

La castaña de chonguitos no dijo palabra. Su marido era demasiado duro con ella a veces. ¿Por qué ni siquiera consideraba sus ideas? Se levantó de sopetón y salió de la casa, cerrando la puerta de un golpe. ¿Cuándo iba Neji a entenderla? ¿Cuándo entendería que era ese chico la clave para salvar su matrimonio?

Se subió a su automóvil y se dirigió al único lugar que podía ir ahora. Se bajó corriendo y se detuvo frente a una puerta de madera, para luego golpearla. La puerta se abrió, dejando ver a un muchacho de cabello marrón.

—¿Tu marido no está de acuerdo? —Preguntó con una sonrisa, como si ya se lo esperara.

—Cierra la boca, Kankuro. —Dijo para introducirse en la casa—. Hasta que no pueda convencerlo del trío, tendrás que complacerme a mí sola.

Kankuro cerró la puerta, con una sonrisa lujuriosa. Esta sería una larga noche.