AU moderno. O algo así.

Owari no Seraph pertenece a Takaya Kagami, Yamamoto Yamato y Furuya Daisuke.


Hoy empujé a Shinoa mar adentro. A donde sus pie ya no tocaban la arena del fondo, y donde el agua la arrastraba cada vez más y más adentro. Mientras yo observaba su cara de terror.

Estuvo a punto de ahogarse. Y si Shinya no hubiera estado ahí en esos momentos, de verdad se hubiera ahogado.

Cuando Shinya la hubo sacado a la arena de nuevo, ella me miró, y sus ojos castaños parecieron cristalizarse, y por unos segundos pareció que se iba a echar a llorar, pero no lo hizo. Yo solo sonreía. Y luego reía. Estúpida hermanita.

Esta vez, ni siquiera se molestó en contárselo a padre. Como lo hizo hace tres semanas cuando la arroje por las escaleras. Esa vez, corrió donde padre y le enseñó los golpes. Le dijo "¡ella me empujó!". Pero padre la hizo callar de una bofetada, y le dijo que no anduviera inventando tonterías.

La castigaron por una semana, y yo estuve muy feliz.

Unos días después, traté de ahogarla con la almohada. Pero se despertó gritando y llorando, y corrió al cuarto de Shinya. También a él le dijo que era mi culpa. Pero él le dio unas palmadas en la cabeza, sonrió, y dijo que seguro estaba muy cansada.

Luego le di un puñetazo. Y cuando se lo contó a padre, él volvió a abofetearla. Y supe que no importaba lo que yo hiciera. Jamás le creerían. Después de todo yo soy yo.

Entonces Shinoa aprendió que no podía inculparme, a menos que quisiera ganarse un buen castigo.

Pero yo estoy molesta. Por alguna razón, parece que ya nadie me quiere. Antes todos tenían algo que ver conmigo, yo era la gran Mahiru, la inteligente, la sagaz Mahiru, ahora nadie habla de mí.

Ni siquiera me tomaron en cuenta para el estúpido viaje a la playa. No me gusta la playa. Pero me gusta aún menos que no me tomen en cuenta.

Cuando volvimos, mi hermanita me miró, y yo le di la más dulce de mis sonrisas. Ella sabía lo que eso significaba. Así que corrió, y de encerró en ese extraño edificio que tiene una T encima. Donde, por alguna razón que desconozco, no puedo tocarla.

Pero no importa, padre la hará salir en un rato. Y yo le tengo preparada una sorpresa especial. Tengo un trozo de cuerda. Así que le haré un bonito collar con él. Aunque quizá le quede un poco apretado, pero eso no importa.

Y cuando mi hermanita vuelva a tener ese color blanco tan bonito, como tenía cuando le puse la almohada en el rostro, me iré. Volveré a ese jardín tan raro, y a esa incómoda caja de madera en la que me han estado haciendo dormir desde hace poco más de un mes.

Pero después volveré, también quiero saludar a mis queridos hermanos, a mi prometido, a mi padre. Y por supuesto, a mi querido Guren.

Les daré todo mi amor.

Y se arrepentirán de haberme estado ignorando todo este tiempo.