CAPITULO 1: Poison

Gaz, Dib y Zim ya están en secundaria, es el año 2012, y han quedado bastante atrás los días en que Zim no pasaba de ser uno más de los pequeños invasores del imperio Irken.

Dib y su maligna hermana, seguían teniendo la misma relación de siempre, y ella continuaba siendo la sociópata de la escuela, no porque los demás no quisieran acercarse, sino porque ella los quería lejos. Dib ya estaba lejos de aquellas infantiles ideas de defender al mundo de los alienígenas, por sobre todo de "aquel" alienígena, que tanto tiempo llevaba en la tierra, sin haber estado siquiera cerca de destruirla.

Principio de año, ya en la secundaria…

Dib y Gaz se encontraron en la entrada de la escuela (ya que desde hace mucho tomaban rutas diferentes para llegar), simplemente se dieron un corto vistazo, y siguieron sus propios caminos a las respectivas asignaturas.

Gaz como siempre no estaba muy interesada por nada relativo a los estudios, sin embargo se preocupaba de mantener buenas calificaciones, de esa manera no tendría que escuchar los sermones ni de sus profesores, ni de su padre, y como si no fuera más obvio, jugaba una versión más avanzada del "Game Slave", constantemente mantenía su vista anclada a ese portátil, logrando con ello evitarse las palabras de quien fuere que quisiere hablarle. Además de todo ello, ya no era la pequeña niña de antes, era una chica de 16 años, con una figura bastante atractiva (algo voluptuosa, pero no demasiado), no era muy alta, pero sus formas ya se hacían notar a través de sus nuevas y todavía góticas prendas (un vestido negro que tapaba sólo hasta la mitad de sus muslos, y de tirantes delgados, dejando al descubierto sus hombros, unos calcetines púrpuras que le llegaban hasta las rodillas, finalizando con unos zapatos negros con una ligera plataforma, lo cual hacía aún más interesante su figura), seguía usando el viejo collar de calavera, pero ahora en lugar de llevarlo holgadamente, había acortado su cadena, para dejarlo ajustado a su cuello. Gazeline mientras no paraba de "tecletear" en su consola, se dirigió hacia su clase de biología específica, clase que según pudo ver al entrar a la sala, compartiría con ese desagradable "enemigo" de su hermano, Zim, ya estaba harta de oír el nombre del sujeto una y otra vez en la boca de su hermano, esta vez tendría que aguantarlo en persona, y por horas.

Dib miró a su hermana suponiendo lo que podría estar pensando de él, pero no le dio mayor importancia, y se dirigió a la sala que tenía asignada para la clase de Física específica, para su suerte Zim no había considerado ese ramo dentro de sus intereses, pero quien si lo había considerado era esa otra alienígena, Tak, que por lo demás lucía bastante interesante en ese disfraz "humano", no estaba tan seguro si le llamara tanto la atención en su verdadera forma. A estas alturas, Dib medía más o menos 1 metro y 80 cm de estatura, con 17 años de edad, y no había cambiado sustancialmente su vestimenta, llevaba unos pantalones negros la mayoría del tiempo, con botas de combate negras también, casi siempre poleras en tonos opacos, y si el clima era propicio, su clásica chaqueta de cuero negro larga, al más puro estilo de Matrix, pero sin considerar eso lo más importante que había alterado de su aspecto era que ya no llevaba unas enormes gafas, sino que unas más sutiles, como los que usaba su padre el profesor Membrana, es más se podría decir que cada día se le asemejaba más.

Zim también estaba esa mañana, listo para afrontar otro año en el aprendizaje humano. Al contrario de lo que "Los Altos" podrían haber imaginado, Zim era casi tan alto como Dib, sólo unos dos centímetros inferior a éste, y su cuerpo había tomado una forma más masculina, y no la raquítica anatomía que poseía en su "niñez" (ya que el Irken ya no era un niño cuando llegó a la Tierra, sino que tenía nada menos que 40 años en la tierra, que equivalían a uno 15 años en el planeta Irken, ya que el tiempo en la tierra avanzaba sustancialmente más rápido en relación con su planeta natal). Cuando entró a la sala en que se suponía que tendría su primera clase de Biología avanzada, lo cual para él no representaba ningún reto (suponiendo todo el conocimiento que manejaba del universo en su totalidad), lo primero que asomó a sus ojos fue la imagen de la huraña hermana de Dib, sentada como siempre frente a su videojuego, sin decir palabra a los demás, por alguna extraña razón esta humana producía cierto tipo de atracción en él, algo que no podía explicar, algo en la forma de ser de ella, algo en su apariencia, que había cambiado dramáticamente durante los años, salvo por su cabello, que mantenía corto y en su color natural púrpura, pero normalmente desechaba semejantes pensamientos, para darse a mayores preocupaciones tales como intentar dominar este asqueroso planeta, y sus estúpidos seres.

Gaz estaba sumamente concentrada en su juego, pero sentía que alguien la observaba, y no se atrevía a mirar, sin considerar que le importaba una mierda quién pudiera estar fijándose en ella, y la razón por la cual lo hiciere. Desde que había alcanzado la adolescencia que tuvo que aguantar las preguntas constantes de sus estúpidos compañeros, relativas al mismo estúpido tema, si es que le gustaba algún chico o alguna chica, ni ella estaba segura cuáles eran sus preferencias, porque el intercambio de emociones o cualquier forma de socialización le parecía despreciable.

En el minuto en que la profesora Bitters entró al aula, tanto Gaz como Zim salieron de su trance, y coincidencialmente giraron las cabezas en dirección al otro, se miraron y fruncieron el ceño, como demostrando molestia, pero Gaz pudo notar que ese era el idiota que la estaba mirando, quizás qué estúpidos planes respecto de ella estarían pasando por su cabeza, si es que algún plan podría cruzar por la mente de alguien tan inepto.

Zim se sintió como un idiota en cuanto cruzó miradas con Gaz, qué hacía El Gran Zim observando a esa miserable humana, aunque de todas formas sentía un calor crecer dentro de él cada vez que contemplaba su figura, o simplemente se limitaba a mirar su cabello caer delicadamente sobre sus mejillas. Supuso que ella estaría pensando que era un pobre imbécil, y que la estaba mirando (lo cual no era mentira).

Dib estaba ya sumido en su clase de Física, la cual de inmediato comenzó a ponerse bastante compleja, lo cual no parecía un problema para Tak, que siempre que podía hacía algún comentario en relación con la "sencillez" de dichos problemas, y corrigiendo al profesor de tanto en tanto. Era casi imposible para él no admirarla, pero al mismo tiempo sabía que era una alienígena igual que Zim, salvo que esta si tenía la inteligencia para conquistar el planeta, y por razones que le eran desconocidas aun no lo había hecho, y por lo mismo dejó de preocuparse de ella después de un tiempo de estarla vigilando. Él, en razón de su edad, ya había tenido un par de experiencias con algunas chicas, ninguna de su escuela, ya que en ella, él era considerado como un total fracasado incapaz de atraer alguna mujer, sin embargo jamás había llegado a tener sexo con ellas, puesto que antes de cualquier intento estas se terminaban aburriendo de él, y normalmente se iban con otro, o simplemente inventaban alguna excusa para quitárselo de encima. Pero esta chica alienígena parecía no importarle su deprimente condición social, y le hablaba como a cualquier otro, pero con aun más celo, puesto que sabía que él conocía su secreto.

El fin de la semana, a la salida de la escuela…

Gaz y Dib se vieron a la salida, mas como siempre tomaron rutas diferentes, incluso entraban por puertas diferentes de la casa, ya no se soportaban, o más bien ella no lo soportaba.

Zim comenzó a lo largo de esa primera semana a notar que llevaban caminos diferentes, y se le ocurrió este día, comenzar a seguir discretamente el paso de Gaz, algo le atraía demasiado de ella, y necesitaba averiguar qué, podría tratarse de alguno de esas trampas de Dib para atraerlo y exponerlo ante la humanidad como un alienígena.

Gaz comenzó su camino a casa, jugando ininterrumpidamente con su Game Slave, pero estaba segura de que sentía alguien caminando cerca de ella, o una presencia, no se imaginaba quién se atrevería a seguirla, por lo que no le dio mayor importancia y continuó su ruta. Cuando ya estaba a punto de entrar por la puerta trasera de la casa (lugar que comenzó a usar más seguido, ya que no aguantaba toparse con su hermano), sintió que alguien la tomaba del brazo con fuerza, y la daba vuelta hacia sí, al quedar de frente a ese alguien, se dio cuenta de quién era, el maldito de Zim, que se había pasado la semana entera observándola, qué querría ahora. Puso el brazo que tenía libre en medio para establecer una distancia entre ambos, el alien la miraba molesto, y comenzó a preguntar ¿qué ha hecho contigo ese patético humano Dib, para atraerme?, ¿te está usando como señuelo para atraparme acaso?, Gaz comenzó a mirarlo anonadada, sin entender la razón de semejantes preguntas; cuando ya tuvo suficiente de tonterías le dio una fuerte patada y lo alejó de ella, el idiota no se conformó con eso y se lanzó sobre ella, derribándola hacia el suelo, para luego amarrarla mediante un dispositivo portátil sobre sí misma como una verdadera camisa de fuerza, y para colmo, subirla en sus hombros y comenzar a cargarla hasta su base (o casa XD).

Una vez en su laboratorio, la dejó sobre el piso, y ordenó a la computadora que analizara a la hembra humana, en busca de algún tipo de aparato o arma biológica que podría estar portando y que estuviera causándole ese horrible magnetismo hacia ella. Luego de unos minutos, la computadora declaró "limpia", a lo cual Gaz señaló-¿Qué intentas averiguar tarado, es una de tus "brillantes" ideas para destruir el planeta?, en cuanto me zafe de esto estas acabado-, Zim no se inmutó ante la amenaza, ya estaba habituado a oírlas de ella, asique en vez de preocuparse, se quedó pensativo, varias ideas surgieron sobre su cabeza, una bastante poco probable es que Dib hubiere creado un dispositivo indetectable para la increíble tecnología irken, y la otra menos ridícula es que simplemente estuviera exagerando por el simple interés que le surgió sobre la hembra.

Como había oído a lo largo de los años que llevaba en la tierra, cuando un humano macho se interesaba repentinamente por una hembra, ellos le llamaban "enamoramiento" o "atracción", lo cual era natural en razón de conseguir la procreación, pero cómo podría ser posible que algo semejante le ocurriera a él, que ni siquiera compartía la misma especie con esta hembra, eso definitivamente no era una opción a este problema, así que lo descartó inmediatamente, además él hasta lo que sabía, había sido creado mediante técnicas de reproducción artificial, no sabía nada del modo de reproducción tradicional de su planeta, y por lo mismo, no sabía si ambas especies serían compatibles en ese aspecto.

Gaz estaba comenzando a llenarse de una rabia casi incontenible, este sujeto llevaba horas impidiéndole continuar con su partida en el Game Slave, además de tenerla atada y en el suelo aun. Una idea cruzó por su mente, aunque bastante ridícula, por un segundo pensó en la posibilidad de que el sujeto estuviere tratando de llamar su atención en el sentido romántico de la cuestión, o que por lo menos sin saberlo lo estaba haciendo, ya que qué podría saber de lo que era sentir atracción por alguien, ni siquiera ella sabía lo que era eso.

Una tercera idea cruzó la mente del irken, un día había estado viendo un programa sobre sexualidad y atracción en el reino animal, y conforme a unos estudios realizados en castores se concluyó que tanto hembras como machos liberaban unas sustancias inodoras denominadas "feromonas" que cumplen la función de atraer al sexo opuesto para conseguir el coito; de ese recuerdo dedujo que estas sustancias debían ser las responsables de su extraño comportamiento respecto de la humana.

Tras reflexionarlo un momento, decidió realizar unos experimentos que lo involucraban a él y a la hermana de Dib, que a estas alturas estaba adormecida en el sueño; se puso a contemplarla, parecía frágil mientras descansaba, sintió la necesidad de recorrer sus formas suavemente, pero controló sus impulsos, recordando la causa de ellos.

Se dedicó gran parte de ese día a investigar sobre sexualidad y reproducción humana, y tomó nota de que eran principalmente las hembras de la especie humana las que liberaban esta sustancia, pero que en las condiciones de vida actual, dicha inconsciente secreción, había sido inhibida por las "civilizadas" formas de interrelación, como el "flirteo" o "las citas", por lo cual le parecía extraño y aún más raro que este espécimen de la humanidad estuviere liberando esas hormonas especialmente para atraerlo a él. Decidió analizar las reacciones que ella tenía frente a él, bajo diversas circunstancias, una de las cuales no era precisamente del agrado de ninguno de los dos.