> > > LA CAUSA Y SU EFECTO. > > >
> > > Cap 1: Anhelando lo imposible. > > >
Me encontraba sentado sobre uno de los muchos bancos en el enorme jardín del castillo, completamente aburrido mirando el infinito cielo salpicado de nubes pintadas de rosa y anaranjado, un verdadero espectáculo de armonía y belleza entremezclada, pero aún así sentía que faltaba algo...
Era cierto que no tenía nada de que quejarme, en el castillo me trataban como un verdadero héroe, el rey me tenía mucha simpatía y los guardias y guerreros de Hyrule me miraban con admiración, algo que por supuesto me hacía sentir algo incomodo…
- Me gustaría que ella me mirara de esa forma – pensé en voz alta sin darme cuenta.
Mi vista se mantenía fija en el cielo, pero mis ojos no lo observaban, estaba completamente perdida en la imagen de mis recuerdos… una hermosa joven de cabellos largos dorados, de brillantes e hipnotizantes ojos y de una tes tan blanca como la misma nieve.
- Perfecta… simplemente… perfecta – volví a expresar en voz alta.
Separe mi mirada de las nubes, para observar hacia el frente... no podía creer los que estaba viendo, debía ser un espejismo o alguna jugarreta de mi mente… justo frente a mi, en una de las ventanas del castillo el ángel de mis múltiples ensoñaciones había aparecido.
Al fin había terminado la tediosa escritura del ensayo acerca de las 1000 y una cosa que debía tener en cuenta para convertirme en futura reina, un inútil trabajo que mi maestra me había dado y debía tener listo antes del anochecer.
- Genial… he estado toda la tarde en la biblioteca y aún me quedan 15 hojas para terminar este tonto ensayo – dije soltando la pluma fastidiada y de paso manchando parte del ensayo en el que estaba trabajando.
Muchas veces me siento prisionera de esta situación, además que siempre debo soportar el repetitivo discurso de mi padre, mi maestra y de Impa… "ser princesa no es algo fácil, debes entender que es necesario que en tus manos en pocos años estará el destino de todo un reino es por esto que es muy importante que entiendas que el ser la hija del rey conlleva muchas responsabilidades"… como si estas palabras me alentaran…
Si por mí fuera lanzaría esta tonta tiara al abismo más profundo y me olvidaría de los deberes, de los modales, de la cortesía, de esto y de esto otro… al diablo con todo, lo único que quiero es ser una chica normal… me encantaría salir de este lugar… escapar de estas cuatro paredes que no me permiten ser libre… desearía recorrer los enormes campos, escalar hasta lo alto de las montañas, aventurarme en lo profundo de los bosques, admirar la belleza del mar…
- Hay tantas cosas que nunca he visto y sentido, estos segura que existen demasiadas cosas que los libros no me pueden mostrar ni enseñar – dije levantándome de la silla, al tiempo que estiraba mis brazos, para luego bostezar.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que me había encerrado en la biblioteca¿Cuántas horas de mi vida había desperdiciado escribiendo algo sin sentido?... no estaba segura, pero si no debió ser poco, ya que puedo ver claramente como el sol comienza a ocultarse y el cielo se llena de hermosos colores.
- Un hermoso espectáculo digno de verse – dije acercándome hacía una de las ventanas de la estancia.
Apoye mis codos sobre el marco de la ventana y con ambas manos sobre mi rostro observe la inmensidad del cielo… una gran bandada de aves se atravesó en el paisaje, si no me equivocaba se trataba de palomas, blancas palomas silvestres.
Me gustaría ser un ave para alcanzar grandes alturas con mi vuelo, atravesar las suaves y espumosas nubes y poder recostarme sobre ellas…
- Que pensamientos más infantiles – me dijo suspirando resignada, volviendo a la realidad.
Aburrida decidí recorrer el paisaje con mi mirada, las diminutas casas que a lo lejos se divisaban, la monumental entrada al palacio de Hyrule, los dos pequeños puntitos que se encontraban junto a ella, seguramente los guardias… sonreí divertida al tratar de imaginar el aspecto severo y fornido que en realidad debían de tener… luego seguí recorriendo los jardines, muy cuidados y hermosos, totalmente organizados y estructurados, tal vez demasiado.
- ¿Link? – pregunte notando como mis mejillas se encendían al momento de pronunciar su nombre.
Ese chico siempre me había atraído desde que era pequeña y ahora esa atracción se había vuelto en una verdadera obsesión, por más que había intentado fingir indiferencia no podía evitar sonrojarse cada ve que se cruzaba con él, y la única solución que encontraba era bajar la mirada y escapar lo más rápidamente posible del lugar.
Nuevamente esa extraña sensación de nerviosismo recorría mi cuerpo y para colmo mis ojos se negaban a mirar hacia otro lado… ¿Qué esta haciendo ahí sentado¿Me esta mirando o solo es mi idea? No… no es mi idea, me esta mirando, esperen yo también lo estoy mirando… ahhhh ya debe haberse dado cuenta… mejor haré de cuenta que nunca lo vi.
Es solo mi idea o la princesa acaba de sonrojarse al verme… definitivamente tiene que haber sido mi idea, tal ves estaba observando hacía otro lugar… no, estoy seguro que me estaba observando, pude sentir perfectamente el momento en que nuestras miradas se cruzaron.
- No te imagines cosas que no son Link, ella nunca se fijaría en alguien como tu – dije observando la expresión nerviosa del rostro de la princesa.
Si realmente me vio significa que se dio cuenta que la estaba observando… ohh no¿qué voy ha hacer ahora¿Cómo voy ha mirarla¿Por qué no puedo dejar de observarla?
Nuevamente observe de reojo al chico, de inmediato mi nerviosismo fue en aumento al percatarme que él seguía observándome…
¿Será que él también sienta algo por mi?... en que estas pensando Zelda, es completamente improbable que un chico como el se enamore de una tonta princesa que casi parece fantasma dentro de este castillo…
- ¿Señorita Zelda¿Qué se supone que esta haciendo? – escuche detrás de mi la voz de mi maestra llamándome.
- ¿Qué? – Pregunte percatándome de lo tonto de mi interrogación ahhh, yo… este… bueno… lo que sucede es que estaba algo cansada y decidí mirar por la ventana para distraerme un poco y bueno… yo…
- A si que distraerte un poco… ¿realmente crees que tengas tiempo de distraerte en especial después de haber manchado tu trabajo¿O también eso es parte de tu distracción? – me pregunto la maestra notablemente enfadada, con ambos brazos cruzados y en una posición bastante altanera.
- Lo siento maestra… no fue mi intención – dije bajando la mirada, y serrando los puños con fuerzas para contener mi deseo de abalánzame contra esa mujer y hacer que se tragara sus palabras.
- Ese es el problema Zelda, nunca es tu intención hacer nada… escúchame, te lo digo como amiga no como profesora… tu ya tienes que tener claro que ser una princesa… - comenzó a decir la maestra.
Genial aquí va de nuevo con su tonta frase… no sabe como la detesto…
- … muchas responsabilidades. – escuche como al fin había terminado la mismísima dichosa frase de siempre.
- Esta bien maestra, ya entendí el mensaje… le prometo que terminare el ensayo – le dije para que se largara de una vez por todas.
- Espero que así sea, no quiero tener que verme obligada a repetirte una vez más lo mismo – me dio antes abandonar la biblioteca.
Un enorme coraje recorría en ese instante mi mente, no podía creer que siendo la princesa de Hyrule tuviera que soportar los regaños de una maestra que no veía lo esencial de las cosas, no podía creer que después de tanto esfuerzo iba a tener que rehacer el maldito ensayo que se había arruinado gracia a la tinta, y no podía creer lo pesada que se me hacía en este momento la tira que llevaba sobre la frente.
Nuevamente Zelda a desaparecido de mi vista… aún no entiendo que es lo que le sucede, hace años éramos muy buenos amigos, pero de un día para otro cambio totalmente su actitud conmigo.
- Quien sabe, tal vez le hice algo y no me di cuenta o tal vez considere que soy muy poca cosa para relacionarse conmigo – dije suspirando con un dejo de melancolía.
Pero mis oscuros pensamientos se vieron interrumpidos por un objeto no identificado que salio volando a través de la ventana en donde antes se encontraba la princesa.
- ¿Qué habrá sido eso? – me pregunte levantándome rápidamente y siguiendo con mi mirada la trayectoria que seguía el objeto.
Al verlo caer cerca de uno de los arbustos me dirigí de inmediato hasta él lugar, y hurgando entre las ramas encontré lo que parecía ser alguna valiosa joya…
- Se me hace familiar… - dije meditando, mientras observaba con atención la peculiar forma de esa joya.
¿Dónde la había visto antes?... de inmediato a mi mente volvieron las imágenes de la chica de mis sueños.
- Pero… ¡si esto es la tiara de Zelda! – dije casi gritando.
Por suerte a estas horas nadie se encontraba en los jardines del palacio, a si que supuse que nadie se había percatado de mi grito.
- Tal vez se le callo, es mejor que valla a buscarla y se la devuelva – dije levantándome nuevamente y caminando presuroso hacia el castillo.
De cierta forma mis energías se habían renovado, al fin tenía una buena excusa para entablar una conversación con la chica… solo tendría que fingir que milagrosamente iba caminando por ahí y había encontrado la tiara tirada en el suelo, y como creía que era lo más correcto debía devolvérsela a su dueña.
Entre en el castillo y camine a través de los pasillos, si mi memoria no me fallaba la ventana en donde había visto a la princesa pertenecía a la biblioteca, por lo que ese sería mi destino.
Pero en ese momento me detuve en seco ¿Cómo se suponía que llegaría a si nomás y le entregaría el objeto… no debía tener algo previamente planificado.
- Veamos… ejem… ejemm – dije intentando que mi voz sonara lo más varonil y segura posible – princesa… lamento molestarla, pero vera, creo que se le ha perdido esto – extendí el brazo con el que sostenía la tiara – no se moleste en agradecerme… yo estaré siempre a su servicio.
- ¿Con quien se supone que estas hablando? – escuche hablar a alguien tras mi espalda.
Esa voz… no… no puede ser…
Lo había decidido, me escaparía, cambiaria mi identidad y nunca nadie volvería a ver a la princesa… claro el primer paso para eso era deshacerme de esta tonta Tiara, me la saque sin ningún cuídate y la lance lo más fuerte que pude a través de la ventana.
De inmediato abandone la biblioteca no sin antes derramar casualmente toda la tinta sobre las hojas que se encontraban en la mesa... mi muy querido ensayo.
Llegué hasta mi habitación, y literalmente di vuelta todo el cuarto.
- Nada, con estas ropas hasta el más tonto me reconocería… necesito algo diferente… algo que una princesa no acostumbra a usar – dije meditando seriamente en la situación.
En eso se me ocurrió la idea más genial del mundo, o por lo menos eso pensé… rápidamente salí de mi curato y llegue hasta el de mi tutora, para mi fortuna el cuarto se encontraba abierto a si que lo único que restaba era entrar sin ser vista.
Mire a la derecha… nada… a la izquierda ni un alma en pena, perfecto era mi oportunidad.
Sigilosamente me adentre en el cuarto de Impa, un lugar al que nunca antes había entrado, era muy simple, más de lo que me había imaginado, pero como no tenía tiempo de analizar con calma el lugar me dirigí de inmediato al lugar donde supuse que Impa guardaba sus ropas, un enorme baúl.
Para mi sorpresa descubrí el porque nunca había visto a mi tutora con alguna otra ropa…
- ¡Tiene una tremenda colección de trajes idénticos! – dije levantando uno de ellos.
Al principio me sorprendió un poco, se veían mucho más pequeños de lo que realmente era Impa, pero si a ella le quedaban por que a mi no. Me desvestí rápidamente y me coloqué el traje y de inmediato descubrí que la tela era extrañamente elástica y de adhería al cuerpo con una facilidad increíble.
Cuando al fin termine de vestirme, salí del cuarto y me movilice con cuidado a través de los pasillos, me sentía lago extraña, parecía que fuera un ladrón que entraba a hurtadillas a una casa, bueno pero la verdad es que mi situación no era muy diferente, si la maestra mi padre, Impa o cualquier sirvienta me veía mi plan estaría completamente arruinado.
Al dar vuelta en una esquina me quede paralizada al ver a alguien en medio de la penumbra, el sujeto se encontraba de pie muy cerca de una ventana haciendo alguna extraña representación, me pareció algo divertido, en especial porque al principio no lo había reconocido.
- … lamento molestarla, pero vera, creo que se le ha perdido esto – extendió un brazo en donde sostenía un objeto que desde esta distancia no alcanzaba a reconocer – no se moleste en agradecerme… yo estaré siempre a su servicio.
Pero si es Link… no tengo que estar soñando…
- ¿Con quien se supone que estas hablando? – pregunte sin darme cuenta de lo que hacia.
Continuara…
> > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > > >
n.n aquí estoy de vuelta XD, con otra loca idea, es un fic corto que consta de dos capis, este y el siguiente XDD, esta dividido en dos para que no se haga tan latero y larrrgooo XD aunque igual este capi no es para nada extenso, espero que alguien lo lea y deje sus opiniones o por lo menos alguna sugerencia para la continuación, o bien alguna amenaza de muerte o alguna queja XDD.
Antes de terminar quiero decir que este fic no esta ubicado en alguna parte específica de las muchas historias de la leyenda de Zelda, también cabe mencionar que la princesa en este fic nunca se había transformado en Sheik, y por esta razón se le hace extraña la ropa de Sheikah XDD.
Además deseo dar un especial agradecimiento a Ceniza, por sus comentarios acerca del fic y por su ayuda en la búsqueda de un título para la historia XD, muchas gracias nOn.
Advertencia: El próximo capitulo tiene un alto grado de contenido sexual no apto para los menores de edad XDD, no broma, ni yo tengo 18 XDD, pero lo que si es verdad es que en el próximo capi va ha haber lime o lemon no se como clasificarlo específicamente.
