Los personajes de Katekyo Hitman Reborn! No me pertenecen.
Momentos de la vida.
8680.
Lo conocí a la prematura edad de cinco años. Sentí que podía confiar en él, tenía esos ojos sinceros con una pizca de melancolía. También algunas marcas en su cuerpo pequeño y flacucho.
Su pelo alborotado, sus mejillas calientes por el rubor y los labios curvados en una sonrisa, era lindo.
Verlo, solo verlo me daba ánimos.
Me enamoré perdidamente de él cuando me ayudo en hacer mis ejercicios de matemáticas, y supe días después que lo odiaba cuando lo vi besarse con una chica de pelo rubio ondulado.
Nuestra amistad se deshizo en un segundo. Los días que pensé que serían los mejores de una estudiante de secundaria quedaron en lo fondo de lo oscuro, lo único que quedo fue un cascarón vacío.
Nos volvimos a ver después de diez años, yo era una secretaria de la empresa de textiles de mi ciudad, él era, sin llegar más a fondo, un mafioso.
Irónico, pensé.
Nos quedamos viendo durante segundos largos y tensos, al final yo curve los labios y le invite a una taza de café. Acepto.
—No te había visto en mucho tiempo...—murmuro, yo asentí.
—Diez años.—respondí.
Charlamos poco, en verdad demasiado poco, no me dijo como llego a hacer un mafioso, y menos aún la razón por la que seguía siendo.
—Tengo que irme.— dije suavemente, asintió y me sonrió.
Su sonrisa parecía la misma, aunque en el fondo de mi corazón sabía que había cambiado.
Desde ese día no lo volví a ver, desapareció.
Luego de veinte años después se escucho una noticia en la televisión y periódico, un mafioso había muerto degollado y con disparos en la cabeza, su cuerpo se encontró en el puente.
Lo reconocí por su alborotado pelo de la foto de la noticia.
