¡Hola mis queridos amigos de ! Bueno después de tanto tiempo desaparecida volví con esta historia. Desde hace mucho tiempo tenía la trama de esta historia en mi mente, y decidí incluir a estos dos personajes como los protagonistas. Espero que la disfruten y COMENTEN.
Abstracto e irracional
Linda nunca se había sentido tan inquieta una noche como esa; el clima era perfecto para relajarse, estar tomando un chocolate con los amigos o simplemente durmiendo. En el exterior del orfanato estaba cayendo una gran tormenta pero sin los molestos relámpagos y los sonoros truenos. Era simple y fresca lluvia.
Pero ahí estaba ella, sin hacer ninguna de esas cosas, sino que se encontraba paseándose de un lado para otro en su habitación. No sabía por cual opción decidirse; o mejor dicho aún no se armaba de valor para realizar la decisión que había tomado momentos atrás.
Respiro hondo y dejo el pequeño lápiz que le había servido para relajarse en su mesita de noche. Se dirigió a la salida de su habitación y con cautela se movió por los pasillos del silencioso orfanato.
…
Near se encontraba acostado en su cama mirando un punto invisible de su blanco techo. Como siempre su rostro no emitía emoción alguna, aunque por dentro se encontraba en un debate entre sus sentimientos y su racionalidad. No sabía qué era lo que sentía en esos momentos, según Roger lo que estaba experimentando era un sentimiento de nostalgia, y quizás, el anciano tenía razón pero era ilógico añorar algo que aún no habías dejado. Porque aunque sus maletas ya estaban listas y muy bien apiladas en un rincón de su habitación; y sus documentos descansaban en su buró, aún le faltaban algunas horas para dejar la Wammy's House e irse para los Estados Unidos a seguir con su investigación del Caso Kira. Entonces, ¿Por qué sentía que ya extrañaba ese lugar?
-Porque es la primera vez que estarás fuera por tanto tiempo, Near- se respondió a sí mismo, tratando de hallar algo de racionalidad en sus pensamientos.
Y volvió el profundo silencio, pero esta vez Near no era indiferente de los sonidos a su alrededor. El reloj de su pared no dejaba de repetir el incesante tic, tac, tic, tac y las gotas chocando contra el suelo causaban un chas ensordecedor, pero lo que más le llamo su atención fueron las pisadas que se oían acercarse cada vez más a su dormitorio. Afino su oído para estar pendiente de lo que podría estar ocurriendo en los pasillos, y cuando las pisadas se detuvieron frente a su dormitorio Near no dudo en sentarse sobre la cama… ¡el misterio le llamaba!
Estuvo en esa misma posición aun cuando escucho el tímido y casi mudo tac, tac, tac de su puerta al ser golpeada. Near no se movió pero los golpeas a su puerta fueron cada vez más fuertes y veloces, lo que lo hizo moverse a abrir la puerta fue la melodiosa voz de Linda, que con un esfuerzo sobre humano había pronunciado el nombre del peliblanco sin tartamudear.
-Near, abre la puerta por favor. Soy Linda.
No tenía que decir su nombre, Near conocía muy bien su voz, como la de todos los chicos del orfanato, aunque algunos nunca le hayan dirigido alguna palabra a él.
Y casi de inmediato los dos adolescentes se encontraban frente a frente, Linda viendo a Near levemente hacia arriba.
-¿Qué ocurre Linda?- pregunto el joven de ojos grises al ver que su acompañante no decía nada y solo se limitaba a mirarlo de una forma un tanto… extraña. ¿Era lastima lo que veía en sus orbes cafés? ¿Era por él o por ella?, no lo sabría hasta que lo preguntase. Pero aún así no pregunto nada porque no quería saber la respuesta de la chica en esos momentos en que su mente se encontraba algo trastornada. Maldito sentimentalismo, se reprocho en su mente, recordando al mismo tiempo a Mello, porque esas eran expresiones del rubio, no suyas.
Ambos jóvenes pudieron estar toda la noche parados frente a frente en el umbral de la puerta del chico, pero los silbidos y las pisadas de uno de los centinelas los alerto, Linda antes de poder moverse fue jalada con algo de brusquedad por parte del sucesor de L hacia dentro de la habitación; pero era para menos, porque exactamente en esos momentos el guardia caminaba tranquilamente por ese pasillo ajeno a lo que ocurría en la habitación de N.
Linda se sonrojo al sentir la proximidad del cuerpo de Near con el suyo, lo que los separada de estar en completo contacto el uno del otro eran apenas unos milímetros, o el aliento de ambos que chocaban de manera rítmica con la piel de su acompañante. Y Linda no midió sus acciones, apenas el ojigris la soltó de su agarre ella lo rodeo con sus brazos por la cintura; y así la casi inexistente distancia entre los dos quedo anulada.
Near dio un paso así atrás por la sorpresa del abrazo, pero no lo correspondió, solo escucho la respiración agitada de Linda y el incesante bum, bum, bum de los latidos de la castaña. N inclino su cabeza para ver el blanco techo de su habitación como momentos atrás había estado haciendo y con sus pálidos dedos tomo un blanquecino mechón de su cabello.
Él dejo escapar un suspiro que fue ahogado por los repentinos sollozos de Linda. Dejó de retorcer sus cabellos y dejo caer sus manos a cada lado de su cuerpo, y con mucho pesar dejo de ver el techo de su habitación que de un momento a otro se había tornado algo bastante interesante.
Los sollozos de Linda no dejaban de sonar y ella se había acomodado en el hueco entre el espacio que formaba su cuello y su hombro, y de vez en cuando sentía alguna salada lágrima tocar su piel. Near se estaba hastiando de la situación, y para rematar las cosas se sentía algo mareado por todas las sensaciones que estaba experimentando. ¡Quería hacer algo por la chica! ¿Pero qué?
Tomó las manos de la castaña y las desato de su agarro quedando sus dedos entrelazados con los de la ojimiel con cada brazo a cada lado. Linda levanto su rostro y miró fijamente a Near que la miraba con su monótona mirada. Nadie dijo nada.
Dam, dam, dam, dam, dam, dam, dam, dam, dam, dam, dam.
Once exactas campanadas de la torre de la capilla del orfanato marcaban las 11 de la noche.
-Creo que ya es algo tarde y mañana debo de levantarme temprano…- hizo una pausa buscando mejor sus palabras. A pesar de todo no quería lastimarla-, así que sería bueno si cada uno se va a dormir-.
Linda se soltó de uno de sus agarres y se limpió los rastros de lágrimas que aún le quedaban en su rostro. Le sonrió para luego ocultar su rostro con su flequillo-. ¿Near puedo dormir contigo?- le pregunto deseando con todo su ser que no se negará. Near al escuchar las palabras de su compañera se revolvió sus cabellos en un intento de despejar su mente.
Suspiro.
-…- no dijo nada.
Linda cada vez se sentía más nerviosa y sus ojos picaban por las lágrimas que amenazaban por caer. El joven la soltó por completo y se dirigió a su mullida cama, se acomodo en ella y miró a la chica que se encontraba parada en la misma posición en que la había dejado.
-No vienes- fueron las única palabras que dijo para que Linda lo mirará sorprendida con una enorme sonrisa en su rostro. ¿Cómo pudo cambiar de ánimo tan rápido? Se pregunto internamente al ver como la chica se aproximaba a él.
Linda se acomodo al lado de Near, ambos frente a frente, Near cerró sus ojos al sentir como Linda se acomodaba en la mejor posición. Emitió un gruñido al sentir que ella lo volvía a envolver con sus brazos y que ahora su cabeza descansaba en su pecho. Lo único bueno quizás era que ninguno se moriría de frio. Alargo su brazo y presiono el interruptor de la luz y acto seguido la oscuridad los invadió. Esperaba que no fuera una mala noche.
…
Linda presiono más el cuerpo que según ella era el de Near, pero al sentir lo acolchonado del objeto que estaba abrazando abrió sus ojos rápidamente; se encontró con lo que menos se espero: Ella abrazando una almohada y sin ningún rastro del peliblanco. Se sentó en la cama y miró de un lado hacia otro. No había ningún rastro de alguien que ocupara la habitación. Todo estaba en perfecto orden. Las maletas que antes habían estado en una esquina habían desaparecido y los documentos que había visto sobre el buró la noche anterior ya no estaban.
Estaba claro. Near se había ido sin siquiera despedirse de ella.
Pero aun así, Linda removió con rapidez las sabanas que la cubrían y se dirigió a la ventana que daba a la salida del orfanato. Todo estaba normal. Los niños jugando, otros corriendo por el lugar, las niñas más pequeñas tomando té con sus muñecas y los más grandes platicaban debajo de un enorme árbol. Pero la limosina de Roger ya no estaba, y ahí fue cuando el peso de la realidad la venció. Sus lágrimas fluyeron ora vez como un pequeño arroyo sobre su rostro y las pequeñas manchitas rojas comenzaron a cubrir pálida tez. Lloraría otra vez, pero ahora ya no tendría el consuelo de tener a Near a su lado.
Lloró lo necesario para quedarse dormida y olvidar momentáneamente el dolor de saber que, quizás esa había sido la última vez de poder compartir con el albino.
…
Escucho un ruido y los gritos de los niños mientras corrían detrás de algo. Dirigió su vista al reloj de pared y pudo ver con algo de dificultad que eran las 11:45 am. Se levanto de la cama y se dirigió otra vez a la ventana, solo para ver como el auto negro del orfanato se estacionaba en los jardines y de él salía un tranquilo Roger.
Sonrió. Tarde o temprano eso pasaría, todo estaba dicho desde la muerte de L. Near se iría para seguir con la imagen inmortal de L, así que ella debía de seguir adelante. Quisiera o no.
Bueno, ¿Qué les pareció? ¿Buena, mala, regular? ¿Tiene futuro? Por favor háganme saber. Sus reviews son alimento para mi retorcida mente.
Se despide: Daga Uchiha
