Prólogo
Jasper POV
Tenía un mal presentimiento, quiero decir, desde que conseguí el trabajo en Galveston, mi ciudad natal, algo me decía que no estaba bien. He pasado casi diez años de mi vida recorriendo el mundo, ya que busco un lugar en el cual establecerme junto a Cathy, mi hija y no creo que Estados Unidos sea precisamente una buena idea.
-Papi, cuando lleguemos a casa tenemos que comprar entradas para el ballet- dijo mientras jalaba la manga de mi chaqueta- ¡Busqué en internet y van a dar el "Lago de los Cisnes"!
-Ya veremos... por ahora hay que llegar.
-¡Pero papi!...- se paró enfrente de mí con las manos en la cintura- Mamá era bailarina y yo quiero ser como ella ¿cómo seré como ella si no veo el ballet?
Me tensé un segundo y fruncí ligeramente el ceño. Alice, la mamá de Cathy, quería ser bailarina de ballet cuando la conocí: estuvimos juntos casi un año en Francia, pero ella nunca quiso tener hijos y después de dar a luz a Catherine desapareció de nuestras vidas para siempre. Nunca la he vuelto a ver y tampoco sé que haré si un día nuestros caminos se vuelven a cruzar; supongo que por el bien de mi hija fingiré que no la conozco porque una mujer como ella solo sabe hacer daño.
Nunca le conté a Cathy la verdad sobre Alice, es una niña adorable de ocho años y saber que su madre nunca la quiso, podría deprimirla y causarle un dolor irreparable. Le dije, en cambio, que su madre era bailarina y que murió tiempo después de darla a luz en un accidente, nunca le dije su verdadero nombre ni tampoco le mostré una fotografía, no quiero arriesgarme a que un día la busque y se tope con alguna foto actual o algo así.
-Ya veremos ¿está bien?
-Vale...
Se supone que vamos a vivir en una casa cerca de la playa y del hogar en que crecí con mi familia. La renta no es muy costosa tomando en cuenta que la casa es bastante grande y tiene piscina, supongo que tengo suerte, pero no creo que me quede aquí por mucho tiempo. La mala sensación que sentí en el aeropuerto me ha seguido durante todo el viaje en la moto y es que según sé los padres de Alice también son de Galveston. No sé si ellos siguen viviendo aquí, pero siendo una ciudad tan grande no creo que nos encontremos ni que sepan quien es Catherine.
-Papi, por favor vayamos al ballet- suplicó Cathy cuando le presté el teléfono-, el viernes una compañía extranjera va a estrenar el Lago de los Cisnes y ¡Van a abrir un casting para seleccionar alumnas! ¡¿Puedo ir?!
-No lo sé- respondí agachándome a su altura para mirarla a los ojos-, la escuela también es importante, Cath y aún ni siquiera sé bien dónde te matricularé.
-Pero tienes que llevarme al casting- protestó-. ¡Imagina si alguna vez soy tan buena bailarina como mi mamá! ¡Imagina si un día puedo llegar a la cima del mundo!
-Ya veremos... ¿Me ayudas a desempacar? Tus muñecas están en esas cajas.
Cathy nunca conoció a Alice, pero se parece mucho a ella tanto físicamente como en su modo de pensar. Sé que no debería comparar a una niña de ocho años con una mujer que conocí cuando yo tenía veintiuno, pero a veces Cath dice cosas que me recuerdan inevitablemente a su mamá; no sé si algún día pueda olvidar a Alice: a veces siento que la odio por lo que le hizo a nuestra hija, pero otras veces cuando veo las fotografías de los viajes que hicimos juntos, no puedo evitar querer regresar al pasado para verla una última vez y decirle que la amo con sus fantasmas, sus locuras y todo lo bueno y malo de su carácter. Creo que más que amarla, estoy enamorado de los recuerdos y de todo lo que vivimos antes de que Cathy naciera, pero no estoy seguro que un romance como el que ella y yo tuvimos se haya apagado del todo...
