Cuando te amaba

Lo último que pudo divisar antes de que todo fuera oscuridad, fueron esos ojos azules que le rogaban perdón, que le rogaban y pedían agritos que no se soltara, que le prometían que todo estaría bien y que lo amaba más que a nada. Pero eso no sirvió para apaciguar su odio hacia el dueño de esos ojos, al que una vez llamo hermano y que alguna vez juntos vivieron momentos felices, pero todo había sido una mentira… Con ese pensamiento en mente se dejo llevar y soltó su mano que aún se aferraba a su antigua vida, se dejo perder en la oscuridad perpetua del universo y dejo que la suerte decidiera su futuro a donde sea que lo llevará, no le importaba ya, solo quería olvidar todo, quería olvidar a aquel que una vez amo. Negro y nada más, sintió perder la conciencia y la cordura ante un panorama tan oscuro que se prolongo más de cien vidas según su percepción, después sintió como toda su vida pasaba frente a sus ojos así como sus pensamientos en los que todo el tiempo estuvo él, porque él había sido su vida misma…negro otra vez y silencio sepulcral. ¿Acaso había muerto a pesar de ser un dios? No. Una luz se diviso a lo lejos que revelaba el lugar donde iniciaría su nueva vida, pero antes de llegar a ese nuevo mundo usó toda su magia para que nadie pudiera encontrarle, ni siquiera el mismo por lo que hizo desaparecer todo su dolor y vergüenza, hizo desaparecer de su memoria todo rastro del pasado y quiso borrar cualquier sentimiento hacia Thor para siempre, aunque eso solo funcionaría en su mente más no en su corazón.

No sabía cómo es que había llegado a su situación actual, no recordaba nada anterior a ese momento en que sus ojos se abrieron y todo parecía brillar después de estar sumido en la oscuridad, solo tenía claro su nombre, sus gustos, lo que más le molestaba y su personalidad, pero de eventos de su vida no recordaba nada. Se sintió frustrado al principio ante este hecho y sintió su orgullo caer al saberse rescatado por ese hombre, ese que ahora no lo abandona en nada y que lo había apoyado a salir adelante, ese que había notado su presencia y situación cuando las demás personas solo lo pasaron como si no estuviera ahí.

Al despertar en ese cuarto de hospital le informaron de su estado, había sido encontrado bajo una tormenta terrible y un rayo le había caído, tenía algunas quemaduras pero no más, eso había sorprendido a los médicos pero lo que más les sorprendió fue que este incidente aparentemente le había provocado una amnesia permanente y nada se podía hacer. En esos momentos ningún familiar, amigo o conocido había preguntado por él, se dio difusión de su caso pero nadie apareció, el único que respondía por él era ese sujeto que lo había encontrado y llevado al hospital, él se hizo cargo de todos los gastos durante su permanencia y le hacía compañía, por mucho tiempo no hablaron entre ellos hasta que se harto de tener la misma duda durante días sobre los motivos por los que tendría un sujeto cualquiera en ayudarle y que seguía haciéndolo a pesar de que nunca se lo pidió; así que una mañana cuando entro en la habitación le pregunto directamente:

-¿Porque lo haces?

-Porque quiero que estés bien.

-Nadie hace algo sin un propósito, ¿qué es lo que quieres?

-Vaya, tienes razón, pero no creo que entre en esa categoría. Escucha, lo único que te ofrezco es donde vivir, pronto saldrás de aquí y no les va a importar si tienes donde quedarte o que harás después, te echarán sin más. Así que si quieres tener al menos un techo sobre tu cabeza, puedo darte una habitación en mi departamento, comida y algo de ropa, pero solo por unos días, tendrás que conseguir un trabajo…esa es mi oferta, tómala o déjala.

Pasó un rato y seguía pensando en lo que había escuchado, no sabía nada de este sujeto y viceversa además de que no contesto su pregunta inicial, pero tenía un punto pues lo echaría a la calle sin ningún apoyo. Después de un tiempo al fin dijo:

-Lo tomo, pero no quiere decir que me agrade demasiado la idea ni que seré tu amigo o una mierda así.

-No espero eso tampoco.

-¿Así que vas por ahí rescatando personas y dándoles asilo en tu casa? Que pasatiempo más noble, espero a los demás les hayas dicho tu nombre.

-¡Ja! Disculpa, me he saltado ese detalle de cortesía, me llamo Mark Anderson. Y no, no es un pasatiempo, normalmente no me interesan las personas pero algo me dijo que al menos tenía que traerte aquí y lo demás no sé de donde salió, fue algo diferente contigo Loki.

¿Diferente? ¿Qué quiso decir con eso? Si antes había desconfiado de él, ahora lo hacía más, pero no tenía otra opción, ya había aceptado su oferta y la idea de vivir prácticamente en la calle lo atormentaba, tenía que confiar en él, un tipo que apenas y había conocido, pero se baso en su apariencia para saber al menos si no era un psicópata o un potencial asesino, en general Mark era un sujeto decente y aunque le costó admitirlo, era muy atractivo: alto, delgado, su piel era blanca pero con un tono un tanto morena, cabello castaño un poco largo y liso de color castaño oscuro casi negro, su barba estaba un poco crecida y sus ojos eran de un negro profundo. Termino por aceptar que tendría que convivir con él a partir de ese momento y al menos esperaba que no fuera un idiota total.

Paso una semana después de esa conversación y Loki fue dado de alta del hospital, esa mañana al fin no tuvo que vestir esa bata blanca que tanto había detestado y encontró para vestir una camisa negra y unos jeans azules, al fin dejo esa habitación y se dirigió a la recepción del lugar donde ya lo esperaba Mark quien ya había hecho todos los trámites necesarios. Al salir la luz matutina lo cegó por completo, era una de esas mañanas en donde el sol brillaba más que nunca y el cielo estaba llego de nubes esponjosas, el mundo le daba la bienvenida y al fin conocería la ciudad en donde viviría. Mark lo guió todo el camino y en su trayectoria había muchos edificios altos y grises, algunos otros con fachada antigua que contrastaban con el resto, en todas las calles que recorrieron había gente caminando de allá para acá un tanto apresuras y los autos eran en su mayoría amarillos que avanzaban lentamente por las vías. Llegaron a una especie de túnel, bajaron algunas escaleras y cada vez se hacía más oscuro…no supo exactamente como entro ahí pues terminó abrumado al estar en un lugar tan cerrado con tantas personas pero definitivamente no le gustó ese transporte tan sofocante aunque descendieron de él rápido. Al salir caminaron por más calles un poco más desahogadas y tardaron un rato hasta que Mark se detuvo en frente de un edificio de 10 pisos con fachada color rojo, era uno de esos edificios con pinta antigua que tanto le fascinaron antes, al interior de la construcción esta era diferente a su fachada pues aunque conservaba todo el color rojo este era más brillante y todo se veía más modernista y tecnológico, recorrieron un gran pasillo con una alfombra negra en el centro hasta llegar al elevador que era todo de color dorado y los botones eran rojos, las puertas se cerraron y este comenzó a ascender, la puerta que abrió en el piso 7 e inmediatamente estaba la puerta del departamento en frente de ellos, Mark abrió la puerta y adentro todo eran en su totalidad blanco y los muebles negros, era un lugar muy grande y al entrar a la izquierda estaba una pequeña sala con muebles individuales, a la derecha estaba la cocina que tenía todo tipo de electrodomésticos y una pequeña mesa solo con cuatro sillas. Al final había una pared adornado con pinturas que conducía a un largo pasillo donde estaban cuatro puertas, Mark lo llevó a lo que sería su habitación y esta era bastante amplia con una gran cama en el centro forrada con sabanas verde oscuro, tenía un gran armario en un extremo que llegaba hasta el techo y del otro lado una ventana.

-Espero te guste-dijo al fin Mark después de observar en silencio las reacciones de Loki ante el lugar-supuse que te gustaría tener algo de ventilación pero si te gusta más algo estilo cueva dímelo y hago algunos cambios en otra habitación-

-No, me gusta así, seré un tanto ermitaño pero no es para tanto-

-Bien, te conseguí algo de ropa, está ahí dentro del armario y también te deje algunos de los tantos libros que tengo, creo que es todo, si quieres algo de comer ya viste donde está la cocina, siéntete libre de comer lo que quieras y el baño es la puerta de enfrente…me tengo que ir al trabajo y bueno, es oficial tu estancia aquí…-

-Eso parece…pero nuestro trato sigue siendo el mismo.

-Por supuesto, no esperaba otra cosa.