En primer lugar, antes de seguir con este texto quiero contarles una historia que yo mismo inventé. ¿Listo? ¿Emocionado? Bien, aquí va:

EL PEOR DIA QUE SE PUEDE TENER

Había una vez (nada especial, así empiezan todas las historias ¿no?) en una galaxia común y corriente, en un planeta común y corriente, en un continente común y corriente, en un país común y corriente, en una ciudad común y corriente, en una casa común y corriente; un niño común y corriente (llamado Gill) se preparaba para pasar un día común y corriente en su escuela. Divertido ¿no?. Es como cualquier niño, un niño que no hace nada especial, solo ir a la escuela y pasar un día aburrido, común y muy corriente. Corriente, si se trata de alguien como él, que es un poquito naco y pues también medio cholo. Bueno, pero eso no nos importa. Digamos que, pues, iba hacia su escuela aunque no quería. Y ahí sí que no podía evitar ir cuando no tenía ganas o no quería porque no podía usar la mejor excusa para faltar a la escuela:

-Pos es que, se me descompuso el coche Miss. Y así pos ¡Que le hacemos!, ¿No?

Hasta para su mala suerte, su escuela estaba cruzando la calle de su casa. (Oh, ¿No puede ser! ¿Es posible eso?). Pero bueno, ¡Volvamos a la historia! ; como les decía, atravesó la calle y se fue hasta la escuela y abrió su casillero. Para su mala suerte (otra vez) a los brabucones del colegio, que siempre se lo agarraban para molestarlo, se les ocurrió que hoy tendría una nueva dosis de PUÑOCILINA. Así que se la administraron cuidadosamente para que se pudiera sentir el efecto de la dosis y el método de administración. Una vez "curado", Gill fue a su salón de clases donde se rieron de él: el maestro, sus compañeros y, para no amargarse el día, el mismo, por reprobar el examen.

Después de las clases fue al baño y lo que pasó ahí convirtió ese momento en el momento más raro de aquel día horrible. ¡Adivina lo que pasó! Lo que pasó ni siquiera él lo pudo creer. ¡NO PASÓ NADA!. Eso fue tan raro, tanto que pensó por un momento que el día horrible dejaba de ser Horrible, pero…..¡SE EQUIVOCABAAA!.

Pero eso no es todo, después, al volver a su casa, no había nadie como todos los días, pues ambos padres trabajaban y no tenía hermanos. Fue al refrigerador, pues tenía hambre, pero no había nada que comer, quería hacer su tarea pero no había internet… ¡AAAAAAAAAAA!. Los vecinos llamaron a la policía porque oían gritos, pero eso ya se lo deben de imaginar.

Y eso es todo, no tengo nada más que contar.