Claire Redfield

No podía ocultarse más, debía enfrentar la realidad, por dura que fuera, siempre había sido fuerte no era el momento de doblegarse, no ahora, tal vez había huido en su momento, del dolor y la traición, no era mentira que él no le hubiese hablado con la verdad, ella tenía la culpa por aferrarse a él, por insistir en la relación, era una ingenua como llego a pensar que el se enamoraría de ella, si durante tantos años no sucedió era ilógico que sucediera en dos meses, pero no estaba arrepentida había vivido los mejores momentos de su vida a su lado, aunque el precio había sido demasiado alto, perderlo, perder todo y quedarse sola.

Corrección no estaba sola, en sus brazos cargaba lo más valioso para ella, una parte de su amor estaba vivo, en su pequeña hija de tan solo dos semanas de nacida, su bebita lo era todo, ella era su nueva vida, su ilusión, el tesoro más grande que la vida le dio. Pero también su gran secreto, nadie sabía que ahora era madre, ni siquiera su hermano, para él, ella continuaba trabajando para Terra-Save, hasta que a Chris se le ocurrió mandarla a traer por ordenes de la BSAA, por lo cual debía ir ante su llamado, el cual era urgente.

No podía cargar con un secreto toda su vida, ni ocultarse, mucho menos a su hija, Chris debía apoyarla, lo que era seguro, no le diría quien era el padre de la pequeña, además este ni siquiera la busco en todo ese tiempo la verdad era clara. Tomo una bocanada de aire al mirar las instalaciones, llego el momento pensó para sus adentros, el señor del taxi le ayudo a bajar su equipaje, no era mucho solo una valija chica, le agradeció y se encamino hacia la recepción de seguridad, por los lentes que portaba y con el bulto entre sus brazos paso como una esposa de uno de los miembros, al tener acceso fue directo a la oficina de su mejor amiga Jill Valentine, está en un momento no la reconoció...

-Dígame en que la puedo ayudar -ofreció ella mirándola notando un cierto parecido

-En mucho Jill -dijo esta quitándose los lentes

-Claire! -expreso con asombro la rubia quedándose sin palabras, su amiga cargaba un bebe

-Así es... imagine que te sorprenderías al verme... por Dios dime algo -pidió la mujer

-Que… me da mucho gusto verte -respondió aun sorprendida -¿Es tu hija?

Valentine apenas si podía hablar, frente a ella estaba su amiga, su confidente, su cuñada era la misma, solo que ahora, cargaba un bebe y por el color de la mantita era una niña, entonces, vaya su pregunta era tan tonta, como, cuando

-Toma asiento, discúlpame… me sorprendí no puedo negártelo –ella se puso de pie y se acerco

-Lo sé no te preocupes –respondió Claire tomando asiento, Jill estaba recargada en el escritorio

-Como es que… eres mamá –pregunto aun sin poder creerlo –Bueno me refiero a porque no dijiste nada –Jill miraba discretamente a la Redfield, no mostraba alguna sortija de matrimonio

-Solo paso –contesto algo incomoda y sabia a donde iba la rubia –Me embarace y ahora tengo a mi bebita lo es todo para mi… -descubrió un poco a su niña para mostrarle a Jill –Se llama Cloe

-Oh Dios es preciosa -Jill se acerco a Claire para ver a la pequeña -Es una muñequita y es pequeñita aun, cuando la tuviste, ¿puedo cargarla?

-Claro, eres su tía -la Redfield le dio a los brazos de la rubia -Solo tiene dos semanas

-Qué? Es muy pequeña para que viaje tan pronto - Jill no dejaba de mirarla era un encanto de niña, estaba dormidita pero era preciosa, en ese momento recordó algo

-Vas a decirle a Chris -cuestiono la rubia -No puedes seguir ocultando esto

-A eso vine, tengo que enfrentarlo, además si no venia era capaz de mandarme a traer con el FBI, sabes que puede hacerlo, espero no me mate cuando se lo diga

-No lo creo, pero si se va a molestar mucho, Claire, porque no nos dijiste nada, mínimo a mi -la miro un momento -Pasaste por esto tu sola, no debió ser fácil, porque el padre no se hizo cargo verdad –pregunto de nuevo, su cuñada no le respondió enseguida –Disculpa mi pregunta Claire

-No esta bien –dijo un poco triste poniéndose de pie –Tienes razón, el padre no lo sabe, no quise decirle… pase momentos difíciles, pero vamos soy una mujer fuerte –respondió con orgullo

-No lo dudo –comento Jill –Pero tuviste que a vernos contado a nosotros

Claire desvió su mirada, debió, se sentía como una adolescente regañada por sus mayores, sus actos si bien no fueron los mejores, hizo todo lo posible por enfrentarlos sola

-Esta bien, son asuntos tuyos, pero como tu amiga, me hubiese gustado apoyarte en esto –agrego Jill quien había notado la reacción de la pelirroja –Yo voy apoyarte aun sobre lo que diga Chris de acuerdo –le aclaro –Se esta despertando

La rubia la miro fijamente, la bebita movía su cabeza y su boquita al mismo que abría sus ojitos, momento en el que Jill dejo de sonreír, el color de ojos, sus ojitos eran de color… con cuidado movió el gorrito que cubría su cabecita y sus cabellitos eran...

Claire la miro preocupada, Jill pareció a verse dado cuenta, de lo contrario no la hubiera mirado así, quiso quitarle a su hija acercándose a ella, pero la rubia se alejo de la pelirroja, la joven madre sintió miedo, claro no era que su amiga dañaría a su hija, pero ese silencio le incomodaba, era obvio que sospechaba quien era el padre de Cloe, pero negaría todo.

-Claire... el papa de Cloe es...

En ese momento la puerta se abrió de golpe interrumpiendo, era una mujer de cabello rubio oscuro, esta se sorprendió de ver a la Redfield ahí, pero más a la niña que cargaba Valentine, pero aun así

-Claire, que gusto verte –saludo de inmediato con un abrazo –Cuando llegaste

-También me da gusto verte Bec –dijo, ella no sabía cuánto, llego caída del cielo, para sacarla del aprieto en la que su cuñada estaba metiéndola –Llegue hace un momento

-¿Qué hacen con una bebe? –sé acerco para ver a la niña –Oh cielos es preciosa, me dejas cargarla

Jill observo a Claire, esta asintió, entonces dejo a la niña en brazos de Rebecca, quien comenzó a consentirla y hacerle arrumacos, se le notaba el gusto por los niños. Valentine miraba fijamente a la madre de la niña, se le veía nerviosa, pero preocupada, si estuviera en su lugar también lo estaría, Rebecca interrumpió su interrogatorio, aunque no estaba segura que ella le dijera la verdad.

-Eres una cosita hermosa lo sabías –le decía cariñosamente a la niña –Toda una princesita

De pronto alguien entro por la puerta abierta, observo a que tanto barullo hacia Rebecca ¡Un bebe! Su atención la atrajo su hermana, quien lo miraba atónica ¿Por qué? No era que iba a reprenderla por no responder a su primer llamado, lo extraño era que no corrió a sus brazos como otras veces, así que fue directo abrazar a su hermanita, quien recibió gustosa su bienvenida

-Mi hermana pequeña –dijo al abrazarla, mientras le acariciaba la cabeza –Ya te extrañaba

-Yo también Chris, no sabes cuánto –en los brazos de su hermano se sentía protegida, sintió ganas de llorar, que apretó su cara contra el fuerte pecho del castaño

-Tranquila Claire ya estás conmigo –dijo al sentirla frágil, si algo conocía bien era a su hermana

-Tenia tanto sin verte –contesto haciéndose la fuerte para no llorar, ella no lloraba

-Más de un año, esta vez si me abandonaste mucho, pero mira nada mas, sigues tan linda como siempre hermanita –le dijo al verla tan joven como siempre –Por ti no pasan los años

-Vamos Chris tampoco eres un viejo –intento regresarle el cumplido con una sonrisa

-A todo esto, porque no avisaste que llegabas hoy, hubiera ido por ti al aeropuerto –comento Chris que en ese momento dejo de lado a Chambers y el bebe, hasta que el llanto de este atrajo de nuevo su atención mirando a su compañera –Rebecca ¿Qué haces con un bebe aquí? No pueden entrar niños

-Ah bueno –la chica miro a sus amigas –Cuando entre Jill estaba cargándola

Pero la niña estaba llorando, quizá buscando los brazos de su mamá al ser pequeña, Claire dio un paso para ir por ella, pero Chris se le adelanto, se acerco a la rubia y tomo a la niña en sus brazos, era pequeña y lloraba con unas ganas, sus pulmones sí que eran sanos, la arrullo un poco, eso basto para que la niña calmara su llanto, el veía como la bebita lo miraba como si tratara de conocerlo.

-Vaya… ven eso ha dejado de llorar –dijo sin dejar de mirar a la niña, él quería ser papa algún día quizá por eso su atención y cariño por la pequeña que tenía en sus brazos, la cual le hacía muequitas

Jill miro fijamente a Claire, quien estaba estática a un metro de Chris, la rubia le decía con la mirada que se lo dijera, que era el momento. La Redfield bajo la mirada preocupada, tomo aire y se acerco a su hermano quien le sonreía a la niña, este al verla enfrente la quedo mirando

-Quizá dejo llorar porque… debe ser el llamado de la sangre –dijo temerosa sin dejar de mirarlo

Chris se quedo atónico, escucho bien, llamado de la sangre, eso quería decir que esa niña, era…

-¿Que dijiste Claire? –Pregunto con voz seria y expresión molesta -¡¿Qué dijiste?! –grito

Rebecca dio un pequeño brinco, pero pudo deducir que eso era familiar, así que salió de la oficina

-Que esa bebe es mi hija… -dijo Claire firmemente, sin dejar de mirarlo, por su hija era una Leona

-Tu hija –murmuro, sintiendo un coraje, furia, enojo, pero no contra la niña, a la cual dejo en brazos de Jill, para luego salir de la oficina, estaba muy enojado

-¡Chris! –grito Claire al verlo irse -Jill te encargo a Cloe

La Redfield salió a la carrera yendo tras Chris, este iba a paso rápido, entro a su oficina y azoto la puerta, seguidamente entro Claire viendo a su hermano tomar asiento frente al monitor, su expresión era dura pero no decía nada, no sabía que era peor su silencio o lo que podría hacerle.

-Chris por favor tenemos que hablar -pidió la chica sentándose a la silla

-Yo no sé de qué y párate, tengo trabajo que hacer, retírate -le dijo fríamente sin mirarla

-Chris por Dios -Claire estaba desesperada -Escúchame

-Fuera de aquí Claire Redfield! -le grito mirándola -Tengo mucho trabajo que no lo vez

-Tienes que escucharme por favor -la chica le había dolido ese trato

-Te dije fuera -Chris se levanto la tomo del brazo y guio hasta fuera de la oficina

-Por favor Chris no me hagas esto, tu no -pidió suplicante pero

Chris tan solo cerro de un portazo sin importarle si golpeaba a su hermana, poniendo el seguro, tomo lugar nuevamente, aun escuchando los golpes que daba Claire, su llanto y suplicas, pero solo se dispuso a intentar trabajar, pero no podía dio un golpe fuerte contra la mesa cuarteándola, al ser de madera, posteriormente, miro una fotografía.

-Chris... -llamo la pelirroja por última vez antes de resbalar por la puerta para quedar en el suelo llorando, sabía que eso pasaría, sentía mucho dolor, Chris no podía darle la espalda el menos que nadie, si el supiera todo por lo que paso, necesitaba de su hermano para que la protegiera, para llorar en sus fuertes brazos, buscando consuelo

-Chris abre por favor -pedía entre llanto -Chris...

-¿Claire? -llamo un hombre de pelo oscuro que pasaba por ahí -Pero que... ven levántate

Este ayudo a que ella se pusiera de pie, por lo que se dio cuenta hubo un problema con Chris. Una vez estando de pie la chica oculto su rostro en su hombro sin dejar de llorar

-Ven vamos a la sala necesitas calmarte -dijo alejándola del pasillo para evitar rumores

Ella no dijo nada se dejo ayudar por él, después de todo lo conocía, era el novio de Bec

Una vez en la sala, ella tomo lugar al sofá, estaba más calmada pero sus lagrimas continuaban rodando por sus mejillas, a pesar de cubrirse con sus manos haciendo un intento por dejar de llorar. El preparaba un té, en todos los años que conocía a Claire jamás la había visto como hoy, desconsolada y vulnerable, el recordaba a una chica decidida, valiente. Se acerco a ella para ofrecerle la tasa de te

-Gracias Billy -agradeció la Redfield

-De nada no te preocupes -dijo este sentándose al sofá de enfrente -Para que estamos los amigos...

-Gracias -Claire intento reír, no podía creer que otros que no llevaban su sangre, se preocuparan mas por ella, esos eran sus amigos, como le dolía el rechazo de su hermano, su mirada era, tan fría, seguramente se avergonzaba de ella.

En la oficina de Jill, esta estaba en agonía de nervios, no sabía cómo iban las cosas, como era que Chris no armo un escándalo ahí mismo, con eso era capaz de destruir su oficina por completo, algo no estaba bien, miro a la niña dormida en sus brazos no podía dejarla, la misma Claire le dejo a su cuidado, Rebecca, pensó y la llamo, su compañera no tardo en llegar, así que dejo a Cloe en brazos de Chambers y fue directo a la oficina de Chris, pero estaba cerrada con seguro, eso no era bueno, introdujo la clave, entrando dentro pero se sorprendió de verlo sentado frente a su escritorio, con un portarretrato en sus manos, todo estaba en orden, claro no era que iba a perder la razón y destruirlo todo, pero lo había tomado de una manera que ella no idealizo.

-Chris… -le dijo esta cerrando la puerta, Claire no estaba ahí –Donde esta tu hermana

Pero Redfield no respondió, miraba con detenimiento aquella foto entre sus manos, se acerco hasta el pudiendo mirar a él junto a su hermana, abrazados y sonriendo, el fondo era un lago, alguna de sus vacaciones juntos quizá. El silencio del castaño le preocupaba, así que se sentó al borde del sillón y le abrazo, haciéndole sentir que estaba con él.

-Le falle –dijo finalmente –Falle Jill

La rubia se sorprendió, el se echaba la culpa de las acciones de su hermana, eso no era posible

-Claire fracaso por mi culpa, no pude casarla, no la entregue en el altar, no evite que un estúpido se burlara de ella, mi hermana es madre soltera –dijo con mucho pesar –Sabes qué es eso

Jill no sabía que decir, no lo entendía del todo

-Que no la protegí –apretó su puño con fuerza –Un estúpido se aprovecho de verla sola, porque yo no estuve ahí… que clase de hermano crees que soy, mis padres me la dejaron a cargo

-En ese entonces solo eras un niño Chris, hiciste todo por cuidarla, hasta ahora, no puedes estar todo el tiempo detrás de ella… esto es algo que quizá ella no esperaba, pero que gracias a enseñarle a ser fuerte, no se derrumbo ante su situación… además si tanto te duele, porque le diste la espalda, eso hiciste o ella estaría aquí contigo

Esta vez fue Chris quien se quedo callado, lo que hizo Claire no era para aplaudírselo

-Si te sientes culpable, porque no perdonarla, no aceptas su fallo porque sabes que en parte es tuyo, quizá ella te necesita en estos momentos Chris –intento hacerlo reaccionar –No es cuestión de fallos, es cuestión de perdón, de apoyo, eres su único hermano su fuerte

-No Jill, tendré la culpa en dejarle espacio, pero ella me lo culto, acaso tu lo sabías –cuestiono

-¡No! –dijo molesta, Chris la miraba enojado, ella se levanto de ahí alejándose un poco

-Lo vez, ella no confió en ti, mucho menos en mí, no acudió a mí, no iba a matarla, tampoco soy un ogro, ella decidió tener a su hija sola, entonces es muy capaz de salir adelante sola –reprocho Chris

-¡No estás siendo justo! –Se quejo Jill –Te quejas que no fuiste capaz de protegerla pero a la vez te sientes ofendido solo porque no te dijo nada, no te entiendo

-Ella me excluyo de su vida, decidió callarlo como un fracaso en su vida para que no le reclamara, perfecto no le voy a reclamar, pero así como fue buena acostándose con el imbécil que la embarazo, tiene que ser buena para enfrentarse a la vida ella sola, no me quiso tomar en cuenta, entonces puede continuar como hasta ahora sola –finalizo enojado

-¡Ni siquiera vas apoyarla! –Regaño Jill sin poder creerlo -¡Es madre soltera! Te necesita Chris, es tu hermana, siempre has estado ahí para ella

-Jill… hay mucho trabajo que hacer, puedes ir con ella, pero ya déjame trabajar –pidió como si nada

La rubia hizo una mueca de enojo, salió azotando la puerta, porque Chris era tan necio y terco, si ella supiera con certeza que el padre de Cloe era quien creía, seguramente Chris cambiaria de opinión y seguramente iría a machacar a ese tipo, como fue que paso, es mas como permitió Claire que eso pasara, sobre todo cuando era tan responsable, ella y el padre, no conocía que fuera desobligado, algo andaba mal, debía preguntarle, entro a su oficina y se encontró con Rebecca sola, sin la niña.

-Claire vino por la bebe se fue hace unos minutos -dijo Rebecca -No paso nada bueno

-No, Chris no tiene intenciones de perdonarla, te dijo a donde iba -pregunto Jill

-Quería irse a un hotel, pero le ofrecí mi apartamento no puede estar sola

-Lo sé, aun me cuesta creerlo -dijo Jill -Bueno ya nos enteraremos como paso, después de todo Claire va a trabajar aquí

-Su bebita es un encanto -comento Chambers ilusionada -Voy a consentirla mucho

-Creo que toda la BSAA consentirá a mi sobrinita -comento gustosa la rubia

-Bueno, mejor me iré a trabajar no vaya a ser que Chris me quiera colgar si me ve sin hacer nada, antes de irme revisare al prototipo -comento Rebecca

-Bien, todos esperamos el resultado, en cuando eso pase, podremos estar tranquilos -comento

-Calma Jill, todo estará bien -la chica guiño un ojo y salió de la oficina

Horas más tarde, Rebecca y Billy llegaban a su departamento, la chica estaba ansiosa por llegar insistió tanto en pasar a comprar unas cositas para la bebe, al llegar se dio cuenta que la mesa estaba puesta lista para comer, había ruido en la cocina fue a ver encontrándose a la pelirroja preparando la comida y a la bebita en su moisés.

-Claire pero ¿Qué haces? -la chica dejo sus bolsas en una silla

-Cocinando es lo menos que puedo hacer, van a hospedarme en su departamento

-Pero no tienes por qué hacerlo, te ofrecimos nuestra casa sin ningún pago Claire

-Billy tiene razón -agrego Rebecca sacando las cosas de la bolsa que traía su novio

-Es lo mínimo que puedo hacer, además este es su departamento, pronto buscare uno

-No, no hace falta -dijo rápidamente Rebecca -Claire somos amigas

-Esta también es tu casa -agrego Billy -Bueno las dejo iré a ducharme no tardo

El hombre salió de la cocina. Chambers saco las cosas de la bolsa que traía ella

-Se que a tu bebe no le hace falta nada, pero le compre estos trajecitos –se los mostro emocionada

Redfield sonrió, eran unos mamelucos preciosos y vestidos, aquello la hizo feliz

-Gracias Bec -la pelirroja los recibió gustosa y abrazo a su amiga -Te quiero mucho

-Yo también Claire, todo va a pasar, ya lo veras…. Bueno ahora déjame a mi terminar si, eres mi invitada, mejor cuida a esta lindura ok

-Bien -la chica cargo a la bebita tomando lugar a una silla -Mira Cloe, tu tía Bec te compro cosas hermosas... te gustan a niña se movía y miraba a su mama

Rebecca miro curiosa la escena, quien diría que una chica como Claire, era tan amorosa con su bebita, sin duda era una excelente madre, pero sobre todo eso, tenia curiosidad, quien era el padre de la niña, aun así no podía preguntarle, debía esperar a que ella misma se lo contara, pero sobre todo esperaba que Chris la perdonara, era injusto

En tanto, Chris y Jill volvían a su casa, por lo regular ellos dos eran los últimos en salir de la sede, claro había personal de seguridad las 24 horas. Valentine había intentado hacerle entender a Chris su egoísmo, no entendía como era que se porto tan cortante con su propia hermana. Sin embargo debajo de esa frialdad de Redfield, había mucha preocupación la cual ocultaba, que sería de su hermana y su bebe, pero aun así era más fuerte su orgullo si todo ese tiempo ella estuvo bien sin él, entonces ahora también lo estaría, sabía que fue muy duro al darle la espalda y le dolía, pero más el que ella no le tuviera la suficiente confianza para contarle todo, claro que se iba a molestar, pero Dios era su hermanita, pudo a verla acogido, apoyado, hacerle pagar a ese bastardo su falta, machacarlo con sus propias manos por a verle faltado a su hermana, pero no, ella ni siquiera lo tomo en cuanta, se lo oculto, como también su nombramiento dentro de Terra-Save, cuando pensaba decirle todo eso.

Conducía su auto por la ciudad, en silencio, la rubia que iba a su lado, mostraba enojo, los dos iban completamente callados, de ser tan comunicativos y pese amarse con todo algo había cambiado, sus ideas respecto al tema de Claire eran totalmente opuestas, Jill no podía quejarse ni echarle la culpa a la pelirroja, era su mejor amiga y también le oculto todo, en parte la entendía, pero lo que no entendía era como Chris podía ser tan cruel e insensible, era su hermana, lo necesitaba podía verse en su expresión, una niña asustada, pero no, era más fuerte su orgullo de macho.

Al llegar a la casa, Jill bajo del auto azoto la puerta, caminando a paso rápido, Chris la siguió la conocía muy bien y eso solo significaba problemas, debía esperarse que su acto traería consecuencias, ahora hasta su hermana provocaba problemas en su relación con Jill, porque las mujeres eran problemáticas.

-Ya deja de azotar todo Jill -regaño el hombre al ver como ella azoto la puerta de la cocina y como sacaba las cosas de la alacena con agresividad -Basta

-Sigue gritando y te quedaras sin cenar Redfield -ahora regaño

Chris negó con la cabeza la acción de la chica, cuando ella lo llamaba por el apellido era señal de enojo, el se recargo al marco de la puerta con su brazo y su frente en el

-No creerás que debamos aplaudir el comportamiento de Claire, verdad -dijo este

-No, pero tu comportamiento es de un troglodita, eres el Gran Christopher Redfield el Honorable, pero dejas mucho de qué hablar, ofendiste a Claire al darle la espalda y eso que es tu hermana -regaño la mujer

-¿Vas a defenderla? Ella te lo oculto también y eso que eres su amiga -agrego Chris tomando asiento al banco de la barra -Ni siquiera te dijo a donde se fue

-No estés tan seguro, yo no le di la espalda -a eso lo miro seriamente -No me importa si me oculto lo de su embarazo, me importa lo que pudo a ver pasado sola, eres un egoísta engreído y orgulloso que no acepta que su hermanita creció y que ahora es madre de una bebita preciosa que no tiene la culpa de nada, de que sirve que te quejes y sientas culpable, si al final no vas aceptar que le fallaste como su hermano y no vas a perdonarle el que se haya entregado por amor, porque eso fue, si lo hizo fue por amor como lo he hecho yo bajo mi responsabilidad, aquí viviendo contigo

-Me estas echando en cara que te acuestas conmigo –reprocho Chris –Yo no te obligo Valentine y no mezcles lo nuestro que no es lo mismo, yo no soy ningún patán abusador

-Redfield, claro se me olvidaba que nadie te contradice, haces lo que tú quieres y eres tan responsable, es lo mismo, estas huyendo de la situación, como lo que hiciste en el pasado, cuando perdiste a tus hombres por culpa de Carla, te sumiste en la borrachera sin importarte mi amor, mi dolor, ni tu hermana, fue más fácil olvidar que enfrentar, esto es lo mismo te es más fácil rechazar que afrontar creo que tu última misión en China te afecto tanto, por tu culpa Piers cayó en batalla

-Basta Valentine! -grito Chris -El lo quiso así, todos sabemos que tarde o temprano podemos morir en batalla, se empeño en acompañarme no lo obligue!

-Porque creía en ti Chris -llamo finalmente Jill más calmada -Tu eres un ejemplo para todos, para mí, para Claire... todos los que creemos en ti, esperamos mucho

Redfield no dijo nada, se quedo callado, ella tenía razón, era solo que...

-Tienes que enfrentar esto, si crees que has fallado con tu hermana, como crees que esta ella, acaso no sabes que para Claire siempre serás su héroe -comento Jill

La rubia no dijo nada mas dio media vuelta y comenzó a preparar la cena, esperaba hacer reaccionar al orgulloso y terco de Chris Redfield, lo conocía y sabia que le había dado en el orgullo, este se había quedado en silencio, sin argumentos.

Redfield lanzo un suspiro al recordar a Claire llorando a fuera de su oficina, pero no era tan fácil, su hermana a quien se supone educo bajo reglas, ahora era madre soltera, en que fallo, ella no confió en el algo tan delicado como eso y de pronto viene a decirle que es tío de una recién nacida, no podía aplaudirle su hazaña, no cuando ni siquiera lo tomo en cuenta, acaso había dejado de ser su hermano, su héroe como lo dijo Jill.

Claire tampoco la estaba pasando bien, conocía a Chris y se esperaba una actitud como esa, le había dolido el rechazo de su hermano, si el supiera cuanto lo necesitaba, tan solo un abrazo, era fuerte y valiente, hasta los valientes lloran alguna vez, se aferro fuerte a su almohada para no ser escuchada mucho menos verse débil ante su hija, pero había un momento para desahogarse.

En realidad no tenía tiempo para ella o para llorar, desde el incidente en Raccon City su vida cambio drásticamente, ante el miedo de quedarse sola, busco a su hermano hasta exponer su vida, perdió al hombre al cual admiro, incluso amo, hizo una promesa de acabar con todas las atrocidades de los bioterroristas, paso tanto tiempo como luchadora en Terra-Save que no hubo momento para ponerse a llorar o pensar en ella misma, siempre estaban los demás antes que ella, principalmente los niños y su más orgullo era a ver salvado a cientos de ellos, ella era fuerte, decidida, así la enseño a ser su hermano, defenderse de la vida y lo había estado haciendo bien hasta que paso lo…

Claire dio un gran suspiro luego de estar más tranquila, llorar era dejar salir el dolor del corazón, siempre había momentos difíciles y parecía que la mayoría eran para ella, pero siempre salía bien de ellos, bueno casi siempre, porque si recordaba el incidente en Boston, expuso su vida como una inexperta, solo por evitar el robo de su bolsa estuvo a punto de morir a manos de unos vándalos, perdió su motocicleta, que poco después recupero, pero lo que no pudo recuperar fue su negación al amor, el amor fue más fuerte que ella, que llego el momento en no poder callarlo más y cayo rendida a los brazos de ese hombre maravilloso, porque ante sus ojos lo era, ese era el padre de Cloe…

Dios le dio el regalo más grande, su pequeña hija, la cual protegería con su vida misma, no importaba si Chris no la perdonaba nunca, tal vez le fallo, pero fue algo que no planeo, sin embargo gracias a eso tenía a su pequeñita, ya no estaba sola, ahora tenía un motivo más fuerte, su hija.

-Lo que son las cosas… cuanto cobrare por entregar a esa niña y a su madre, Claire Redfield