¡Hola! ^^ He aquí la introducción de mi nuevo fic. Ojalá os guste :) No me enrrollo más, ¡disfrutad!

Utopía

Cerré con suavidad la puerta y caminé con paso rápido en dirección al ascensor. Pulsé el botón y me ajusté como una acción automática el cuello del abrigo conteniendo un suspiró. Entré en el lujoso ascensor para pulsar el botón de la planta baja. Me mantuve en silencio hasta que las puertas volvieron a abrirse y salí al hall del lujoso hotel. Caminé con lentitud sobre mis altos tacones en dirección a la salida, saludé con una amplia sonrisa al recepcionista que me miré levemente y sin detenerme me adentré en la fría noche. Andé varios pasos alejándome del hotel y alcé la mirada mirando la ventana de la habitación dónde había estado escasos minutos. Suspiré y bajé la mirada. Y esa sensación volvió. Suciedad. Metí las manos en los bolsillos de mi abrigo y comencé a caminar con la mirada baja en dirección a la parada de taxis que se encontraba a un par de manzanas de ése hotel. Noté cómo mi móvil vibraba dentro de mi bolso y lo abrí sabiéndo quién era.

-¿Ya has salido, Anna?.-escuché una voz masculina. Suspiré un poco y afirmé.-¿Mañana nos vemos?.-fruncí un poco el ceño.

-Mañana a la mañana te llamo.-dije con voz cansada.-Ahora voy a casa.-dije llegando a la parada de taxis.

-¿Estás bien?.-escuche un deje de preocupación en su voz. Sonreí de lado.

-Claro.-dije tratando de sonar tranquila.-Nos vemos mañana, Charlie.-me despedí antes de colgar. Guardé mi móvil y entré en el primer taxi que ví libre. El trayecto hasta mi casa fue silencioso, suponía que el taxista tampoco tenía ganas de hablar. Mejor. Necesitaba pensar, o tal vez no, pero mi mente no dejaba de maquinar. Apoyé mi cabeza en la ventanilla y cerré los ojos. Pensar. Últimamente pensaba demasiado.

-Son 15 euros.-escuché que decía el taxista. Abrí los ojos y sonreí, le dí 20 euros y no esperé sus vueltas. Abrí la puerta y salí con rapidez, escuche su agradecimiento justo antes de cerrar la puerta y girarme hacia la entrada de mi casa.

Caminé hasta la puerta y subí hasta mi amplio piso. Cerré la puerta y tiré el bolso al suelo quitándome los incómodos zapatos con desgana.

Me tumbé en el sofá tapándome los ojos con un brazo y suspiré de nuevo. Me mantuve unos minutos en esa posición hasta que oí unos ruidos en otra habitación. Hice una mueca al escuchar los gritos de mi compañera de piso y me senté asqueada. Ya estaba bien por esa noche. Cerré la puerta de mi cuarto y a oscuras caminé hasta mi cama. Me tumbé sin si quiera desvestirme ni desmaquillarme. Hundí la cara en la almohada y traté de dormir aún escuchando ruidos desde el otro lado del apartamento.

Tapé mis oídos inutilmente. Me tapé con la colcha amortiguando un poco los ruidos. Noté como el sueño hacía mella en mí, empezando a notar todos mis sentidos ralentizarse. Sonreí un poco cuando una imagen se hizo presente en mis pensamientos. Abrí los ojos de golpe y noté un nudo formándose en mi garganta al recordar lo vivido esta noche. No era algo nuevo, hacía tiempo que era mi rutina. Pero aún así, me costaba sobrellevarlo. Suspiré y cerré los ojos tratando de dormir. Al fin y al cabo, era mi vida, era mi trabajo y debía acostumbrarme a ser lo que era. Una prostituta de lujo.

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¿Comentarios? ¡Hasta el próximo capítulo!