Había querido hacer algo de Navidad para este año también, pero esta vez el fandom de Miraculous iba perfecto, pero no tenía idea de qué hacer. Esta tarde descubrí algo interesante y dije: esto sería perfecto para la historia y eso era... redoble de tambores: ¡el calendario de Adviento! Sí, llámenme ignorante si gustan, pero juro que jamás había escuchado de él hasta esta tarde. Jaja, pero bueno, ha ido como anillo al dedo así que luego de una investigación decidí ponerme a escribir. Espero que les guste este fic, es el primero que hago de Miraculous que no son solo One-shots y ojalá les guste tanto como a mí me ha gustado esta idea.
Para esta parte inicial podrían tomarlo como la continuación de ''Dulce verdad'', one-shot que varios me pidieron que continuara y que con este fic he visto el punto perfecto para hacer la conexión ;)
Disclaimer: Los personajes de MLB no me pertenecen, solo la historia es de mi propiedad.
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Capítulo 1: Sorpresa inesperada
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Aquella vez Problemática no solo le había dado… problemas, también le había dado algo que creyó que jamás terminaría por conseguir: saber la identidad de la chica tras la máscara. Como había prometido, aquella sesión de fotos a la que le había invitado salió a la perfección, tanto que incluso deseó hacer algo más, algo que le permitiese acercarse otro poco. Pero también era consciente de que no solo servía que Adrien ganara puntos con ella, necesitaba que Chat también los ganara; hasta ahora ella siempre había sido bastante esquiva con sus demostraciones de afecto cuando era el gatito, pero no así con Adrien, por esa razón quería equilibrar la balanza. Deseaba que ella aceptara ambas partes, quería que ella quisiera a Chat tanto como lo quería a él, buscaba con todas sus fuerzas que aceptara a su alter-ego; solo así finalmente podría decirle la verdad.
— ¿Estás seguro de esto? Sé que el amor te trae mal, pero… ¿no será demasiado?
Plagg lo miraba con curiosidad mientras metía aquello en lo que había estado trabajando las últimas semanas dentro de una mochila.
—Por supuesto. Lo he planeado todo a la perfección.
El pequeño kwami roló los ojos; no estaba de acuerdo con todo esto, en especial porque estaba a punto de ser arrastrado con él. Al menos podría pedir una buena ración de queso extra como compensación por eso.
—Listo. ¡Plagg, transfórmame!
Las luces estaban apagadas, era demasiado tarde así que lo más seguro es que todos estuvieran dormidos. Saltó con cautela a la azotea y sigiloso, ocultándose entre las sombras nocturnas, se asomó a la ventana para dar un rápido vistazo. Cuando se decidió a entrar no pudo evitar sentir que en cualquier momento sería descubierto; su corazón latía a tanta velocidad y con tanta fuerza que podría jurar que se escuchaba por toda la habitación en silencio, producto de la adrenalina y las emociones que traía a flor de piel. Aún así no pudo evitar darse el lujo de quemar unos segundos viendo su figura dormida sobre la cama, incluso tuvo el descaro de sonreír cuando notó un mechón rebelde resbalar por su frente cuando se acomodó entre las cobijas.
Negó con la cabeza e hizo su mayor esfuerzo por concentrarse y no mandar todo al carajo por cometer una estupidez en ese mismo minuto. Caminó silencioso hasta el escritorio, se quitó la mochila que traía al hombro y sacó aquello que con tanto recelo había guardado. Cuidando de que no se estropeara lo colgó en la pared y se aseguró de que todo estuviera en orden, cuando estuvo seguro de que nada faltaba decidió que era el momento de salir de ahí. Cuando llegó a la puerta se detuvo un momento, sí… no pudo evitarlo y volvió sobre sus pasos para dejarle un beso en la frente a la chica que dormía completamente ajena a todo lo que sucedía. Luego de eso simplemente saltó fuera y se marchó, protegido por el manto de la noche que se había hecho cómplice de su travesura.
—Marinette, despierta. Se te hará tarde para la escuela.
— ¿Qué? ¿Tikki?
La chica se restregó los ojos somnolienta y trató de enfocar como pudo la figura de su kwami que volaba frente a ella.
—Buenos días, Marinette.
—Buenos días, Tikki.
Se estiró un poco antes de bajar de la cama y luego se encaminó para coger una toalla y llevarla a la ducha, pero algo en el camino la detuvo, algo que llamó su atención y que estaba segura de no haber visto antes.
— ¿Qué es esto?
Tikki se acercó hasta ella para revisar el tan curioso objeto. Ella tampoco lo conocía y estaba segura de que su portadora no lo había colocado ahí.
—Parece una especie de calendario.
—Sí, eso parece…
Los ojos de Marinette viajaron por el calendario de felpa y repasaron uno a uno los números, pero estos solo se detenían al llegar al 24, no había más que eso.
—Es un… ¡calendario de adviento!
Miró con sorpresa a Tikki y ella le devolvió el mismo gesto con extrañeza.
— ¿Crees que tus padres lo hayan colocado?
Marinette negó con la cabeza. No, estaba segura de que sus padres no lo habían dejado, hace mucho tiempo que no hacían algo así por lo que no tendría mucho sentido, pero… nadie más podría haberlo hecho, por lo que tal vez sí podría tratarse de ellos. Tendría que preguntárselos directamente. Sin importar ese detalle, decidió meter su mano a la primera casilla, era bastante grande y caía un objeto de gran tamaño, eso lo comprobó cuando sacó la libreta que había dentro.
— ¿Una libreta?
—Eso parece. Se supone que cada día de adviento encuentras algo dentro del calendario, pero generalmente suelen ser dulces o cosas así…
La chica miró confundida el objeto y Tikki solo se limitó a seguirla con extrañeza. Cuando se decidió a curiosear entre sus páginas, ambas abrieron los ojos con sorpresa por lo que encontraron. Adentro había una nota, una que Marinette estaba segura que no le pertenecía a ninguno de sus padres, esa no era la letra de ellos, ni siquiera se parecía a la de Alya.
''La Navidad es un momento mágico y que muchos esperan durante todo el año, es una época especial para crear recuerdos que durarán para siempre. A veces guardarlos en algún lugar puede ser útil, dejarlos aquí te permitirá tenerlos cerca. Primer día de adviento: libro de Navidad.
T ''
— ¿''T''? ¿Será una firma?
Tikki se encogió de hombros sin saber qué responderle. No, sin duda eso no era obra de sus padres y eso lo corroboró cuando les preguntó en el desayuno si por casualidad habían entrado a su alcoba por la noche. Alguien había dejado eso en su cuarto y por alguna razón esperaba que lo siguiera, era extraño, pero no podía sentir una sensación negativa con respecto a ello, al contrario, una extraña emoción la embargó cuando se dio cuenta de que habría algo durante 24 días por descubrir, y más importante aún, encontrar quién había dejado eso ahí.
— ¿Estás seguro de que seguirá aquello? Ni siquiera sabes si lo hará.
—Lo hará, Plagg, estoy seguro.
Adrien sonrió cuando su vista viajó por la ciudad a través del cristal de sus ventanas. Sabía que era una locura, pero algo en su interior le decía que Marinette leería cada una de sus notas. Finalmente había encontrado la forma para que se acercara al gatito y tenía la extraña sensación de que todo iba a funcionar.
Sé que lo hará…
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Notas de autora: ¡Ta da! ¿Qué opinan? ¿Les gusta la idea? Al menos yo quedé flipando con ella jaja. Espero que les guste y ojalá me dejen sus opiniones al respecto en la cajita de comentarios, si les ha gustado, qué esperan que suceda, todo lo que se les ocurra; yo con gusto les contestaré. Entonces, nos estaremos leyendo en el capítulo de mañana, que esto dura hasta el 24 de Diciembre. Por cierto, ¿ya vieron el capítulo de hoy? Au revoir!
