"El Capitan Honda, no es el mas reconocido de los piratas, lo que le permite realizar actos saqueos en pequeña escala y no tener consecuencias, eso y que además su apariencia engaña a cualquiera como si fuera un extranjero atractivo, fino y posiblemente indefenso. Las aguas de esta aventura se veran agitadas cuando conozca de una manera peculiar al joven Kirklan, un aventurado y mimado principe, aunque de realeza no cumple con muchos requisitos, es tosco, despistado, con aires de grandeza y que tuvo la desgracia de confundir al Capitan con una mujer"
Todo empezo con un cometario en facebook que se convirtion en un fanfic. Esta es la version mas refinada de lo que resulto de aquella noche...
Cada vez no ponemos peor!
Grell es la cabeza de casi todo el fanfic, yo le apoyo en varias cosas asi que es un proyecto conjunto, por eso no se quedara mucho tiempo en solo una cuenta
ADVERTENCIA!
Parecera una copia de varios fanfics de por aqui, pero en realidad... es que si y es un conjunto de varios fanfics que ya nos tienen hasta las pelotas de Kiku prostituto/principe/campesino/princesa/etc secuetrado por Arthur pirata que resulta no ser tan malo a pesar de ser pirata.
Nos estabamos mofando de ellos y esto es lo que salio de todo el desmadre! Los disfrutamos a cada segundo!
Al final de este fanfic habra una lista de cliches de fanfics AsaKiku (mentira), ya sea en ingles en español en japones china y mandarin... y veran que es cierto, todos tienen lo mismo!
El nuestro es una copia barata LOL... solo disfruten la idiotez intensa d(ºvº)b
Kiku con su voz seria y su cara de poker uno de los muchos piratas de la época, no el más temido ni el más conocido, pero eso era ventaja para no ser perseguido ni reconocido por las ciudades costeras que visitaba.
Eso, y además de la forma de vestir que utilizaba al andar por ahí, ropa típica de donde era originario. Varias capas de tela no dejaban ver su cuerpo desarrollado de hombre, lo cual no contrastaba la primera vez que lo veían, pasando por "frágil"
No faltaban los que se encargaban de la "Trata de personas", que no hubiera querido asaltarlo y volverlo mercancía, encontrándose con la más horrible muerte a manos de aquella supuesta hermosa persona, o como le decían "muñeca de porcelana", lo cual le disgustaba de sobremanera y sacaba al sádico perro de mar que era.
Caminaba por las calles del lugar, un mercado donde los olores de mariscos abundaban, y alguna que otras mercancías. A pesar de todo, el lugar se notaba pacifico y la mayoría de las personas eran amables. Lamentablemente el castillo del gobernante estaba ubicado en el lugar, por lo que podría obtener grandes beneficios al saquearla, casi le daba pena por lo que ocurriría en unos días en aquel tranquilo lugar... casi.
Mientras tanto en el castillo, había preocupación. Su señor príncipe había desaparecido, otra vez. Los sirvientes corrían de un lugar a otro para encontrarlo, al igual que los guardias del reino.
Un capitán intercepto a los guardias que corrían hacia las puertas para asegurarlas -¡Que es lo que hacen, vayan a revisar por la Jardinera real, de ahí se escapo la ultima vez! Ya están aseguradas las puertas- ordeno a los de menor rango, los cuales al unísono se escucho un "de acuerdo".
El capitán camino hacia la puerta y salió, al lado de aquella salida escondido en matorrales se veían los pies de una persona.
-Son unos estupidos- Dijo quitándose aquel "elegante sombrero" que ocultaba su cabellera cuasi rubia y sus cejas, así como también toda la ropa sobre ropa para parecer más robusto.
Era el príncipe, el cual se las había ingeniado con sus "brebajes" para noquear a aquel capitán, eran un mal licuado que daba nauseas en realidad, pero el se creía un genio de las artes ocultas.
Rápidamente se alejo del castillo para ir a buscar más de sus libros, ingredientes, y divertirse, por supuesto todo eso lo encontraría en el mercado.
Una vez en el lugar, se puso la capucha para no ser reconocido, era eso o depilarse las cejas o pintarse el cabello..los cuales no eran ideas gratas. Como buen cliente regateaba con los comerciantes, obviamente a él no le costaba pagar de más pero eso seria extraño. De pronto encontró una planta exótica y muy rara, por lo que se apresuro en tomarla, era tal su ímpetu que no noto que otra persona había puesto también sus ojos en aquella planta, por lo que al inclinarse para agarrarla su cabeza choco contra ese otro cliente. (nota del autor: un encuentro predestinado muy derp, chocar con la persona que te gusta en un romántico cabezazo)
-¡Au! - Fue lo único que logro decir al momento de chocar contra aquel pedazo de escoria humana que se había atrevido a golpearlo con su cabeza hueca (y dura).
-¡Discúlpeme señorita, disculpe! ¿Se encuentra bien? - dijo el "rubio" que al igual se sobaba la cabeza producto de su tontería, el japonés levanto su rostro dejando asombrado al príncipe Arthur, su piel, sus ojos y su forma de vestir no eran típicas del lugar, su corte de cabello lo hizo confundirlo por una mujer por un instante, pero ahora se daba cuenta de su error, mostrando un poco de nerviosismo (Nota: x2 estupidez).
-¿Señorita?...dijo señorita- Esas palabras rondaban en la cabeza de Kiku, eso y la forma más terrible para aquel cristiano de morir. Observo ligeramente a aquel hombre encapuchado con sus típica mirada de indiferencia
-Estoy bien, si no fuera por ti estaría mejor- dijo lo ultimo por lo bajo, no tenia que llamar la atención ni hacer escándalo, se repetía a sí mismo -Perdone estaba distraído- dijo en fingida tranquilidad mientras se acomodaba la ropa dispuesto a "perdonarlo", a menos que lo viera ir a un lugar sin gente como para degollarlo silenciosamente.
-No, espere, fue mi culpa, y es vergonzoso pero dije algo inapropiado confundiéndolo... ¿puedo hacer algo por usted?- se excusaba nuevamente el rubio, después de todo no debía perder sus modales. Pero el pelinegro se había alejado, dejandolo a medias disculpas, por su orgullo no dejaría que se quedara así, por lo que lo siguio.
Observo como aquel de cabello oscuro se dirigió cerca del antiguo puerto, un lugar desolado y muy extraño para que alguien extranjero fuera por ahí... los pensamientos del príncipe fueron interrumpidos.
-Sal de ahí, se que me haz seguido desde que tu cabeza se salió de su lugar-
-¿Como es posible?- se dijo a si mismo...si el era el maestro del disfraz después de todo...
-¡Puedo ver tu capucha saliendo del barril!-
-Bueno bueno, lo siento... solo quiero disculparme- dijo avergonzado saliendo de su grandioso escondite, y quitándose la capucha de mala gana, pues si no fuera por esa cosa, no lo habrían descubierto.
El japonés abrió sus ojos con sorpresa, ese cabello revuelto... y esas cejas. Debía ser un Kirkland.
El ojiverde al notar la reacción del otro cayo en la cuenta de que había sido descubierto, aunque no había problema porque no se encontraba nadie alrededor a excepción de ellos, y además era una forma de llamar su atención, por lo que puso toda su galantería y modales para lograr su objetivo.
Oh, al parecer me reconoces-Dijo acercándose al de la yukata, e inclinándose de forma cordial para presentarse.
-Soy el príncipe Kirkland, Arthur Kirkland a sus ordenes- al levantarse notó la diferencia de estaturas, sonrió complacido
Mientras tanto, el asiático hizo una reverencia hacia el príncipe
-Oh, Discúlpeme usted- al devolver su mirada hacia el otro se dio cuenta de la tontería que iba a hacer si no se deshacía de esa sucia capucha -Es un placer conocerle-
-Permítame compensar la confusión de hace unas horas, por favor- insistió (nota de la "editora": no mames ¿cuantas horas lo siguio?)
-Oh... bueno, si ese es su deseo... me gustaría que me acompañase- sonrió hipócritamente. Arthur pensaba que había alcanzado su objetivo, hasta que en medio de ese encuentro, aquel hermoso espécimen asiático (como lo había apodado) dio un silbido fuerte.
-¿Que fue eso?- pregunto algo confundido, hasta que de la nada aparecieron varios hombres que los rodearon, sabia que había ladrones por ahí, pero no sabia que eran tantos...
-Permítame protegerle, quédese atrás de mi- dijo en su intento por defenderse
Arthur también observo que detras de una de las bodegas viejas, salía un barco y por la bandera, dedujo que eran piratas por lo que se preocupo más, había escuchado muchas historias donde la gente era asesinadas por aquellos inhumanos, así como vendidos o secuestrados sin saber su destino.
-Aléjense ó sufrirán las consecuencias- Su heroica intención fue interrumpida por unos aplausos que veían de su espalda.
-Que valiente, Príncipe Kirkland- poniéndose al frente del rubio
-¡No es momento de bromas! estos tipos, no sabemos de que son capaces-
El otro sonrió -Se de lo que son capaces, pues soy uno de ellos- dijo al momento de ponerse del otro bando -Mucho gusto príncipe, soy el capitán Kiku Honda, un pirata -
Arthur palideció, había caído por si mismo ante el peligro, gruño disgustado ante aquel acto cobarde y traicionero.
-¡Lo necesitamos vivo - ordeno Kiku, por lo que varios hombres se dieron a la tarea de capturarlo.
-No se los dejare tan fácil- se dijo para sí, mientras observaba como aquel que capturo su curiosidad (nota: bicurious?) se iba sin darle importancia al asunto. Éste por su parte se dirigía hacia su barco, dejando el trabajo sucio a sus hombres.
Arthur a pesar de la desventaja, se enfrento a ellos con gran valentía. El primero que se lanzo lo aprovecho para quitarle su espada, para poder defenderse mejor y ahora debía de demostrar que no solo tenia clases de literatura y cosas aburridas, también sabía pelear. Los siguientes encuentros los empezó a librar gracias a las cosas que habían en el lugar, podía verse volando astillas de algún barril o algunas cuerdas que terminaban entre las piernas de los mal vivientes piratas.
Los choques de las espadas no se hacían esperar, el rubio cenizo ya había dejado herido a algunos hombres pero en su lucha intentaba alejarse del lugar, situación que estaba logrando y se sentía orgulloso de su aventura que al parecer la iba a librar.
-¡Wahahaha sucios piratas!- decía mientras se batía en duelo con los últimos que habían en pie -Nunca podrán con un poderoso Kir.. - Un golpe seco detuvo sus arrogantes palabras cayendo al suelo inconsciente, dejando ver al autor de semejante acto traicionero el Capitán Honda Kiku el cual tenía... la expresión de siempre (lol)
-Son piratas, no señoritas jugando a pelear- decía un tanto molesto por la ineptitud de los marineros -Uno no puede confiar en que hagan las cosas bien en estos días-
-Llévenlo al barco! tenemos que zarpar YA!- dio nuevamente las ordenes mientras uno de los más grandulones del barco cargaba al príncipe como si fuera cualquier costal de papas.
Para la noche el caos en el castillo no pudo ser peor que el de la tarde, pues no había ningún indicio de su paradero del menor de los Kirkland.
Y pensar que quien escuchara las conversaciones en audio que tenemos cuando creamos el fanfic, moriria, ya que hacemos las voces y los sonidos... somos horrendas
Nosotros no les pedimos sugerencia... PEDIMOS LO QUE SEA! SUGERENCIAS COMENTARIOS, INSULTOS DENOSLO! NAO
Ahora si, yo la editora (que no hace bien su trabajo) soy Gakupo.
Ella la escritora (que necesita de su secre que tambien soy yo) es Grell.
Y asi somos Gakupo Grell Co. ¿Por que ellos dos? por que los dos estan estupidos :D
http : / / i56 . tinypic . com / 2hg9u7t . jpg
^ lo que paso al intentar subir el fanfic xD (sin espacios u_u)
Respondiendo a los comments de la otra cuenta:
yoake: CTM weey XD te ODIO por toda la vida... tengo una ligero caso de dilexia ok? solo esperate hagas algo y no te la acabas en el facebook DX
Merlina: A mi me gusta como nene Uke :3 (Gakupo) sufro por este fanfic
Akeifa: Nos alegra demasiado que si le entiendas al sentido de este fanfic! *me gusta*
Gilbird: Gakupo: Japon nunca sera seme! Grell: Claro que si lo es! mira mi fanfic *trollface*
