Laboratorios Star es una empresa poderosa y de gran peso mundial. Su sola reputación atrae a propios y extraños siendo la singular Azul de la Vega la primera en descubrir los experimentos ocultos que allí se hacen. Desempeñándose como guardia de seguridad ella y Derek O´Farril se enfrascan en temibles huídas rescatando a más de uno en el camino. Mientras esto ocurre ellos teniendo esperanza de ver el mundo como estaba buscan la posible cura a toda esta infección que destruye la humanidad…

1. -

Azul de la Vega estaba de pie frente al imponente edificio de "LabStar" denominados largamente como Laboratorios Star. Agotada de tanto caminar entró a paso lánguido por el amplio vestíbulo, recientemente había sido convocada para una entrevista en el lugar. Había pasado la mayor parte de su vida viajando con sus padres debido a la demanda de sus empresas alrededor del mundo. Lógicamente Azul no era una chica que necesitara trabajar, pero su rebelde temperamento la hizo ir a estudiar a esa extraña ciudad empeñándose en trabajar para pagar sus estudios y así demostrarle a su duro y frío padre que ella podía mantenerse sola.

Vestida con un pantalón de mezclilla a la cadera y una blusa algo entallada a su delgado pero delineado cuerpo siguió caminando hasta la recepción. Atenta a todo el movimiento que había en el lugar apretó el paso llegando a su destino.

-Nadie-Mira a todos lados-

Vio gente correr de un lado a otro sin reparar en su presencia, mientras algunos vestían elegantemente con traje y corbata, otros lucían batas de médicos mirando con atención unos documentos que llevaban en las manos. Los vio perderse uno a uno en los pasillos. El lugar era impecable y parecía un simple edificio de burócratas. "Algo tiene que haber oculto", "LabStar no se caracteriza por ser un edificio normal" se dijo a sí misma metida en sus pensamientos.

Llamó su atención una chica que salió de un despacho que desde que cerró la puerta la miraba con desdén, acercándose a ella y dejando los documentos que tenía en mano la miró de pies a cabeza.

-¿Sí? ¿Qué se te ofrece?-Pregunta la mujer rubia-

-Hola mi nombre es Azul y vengo a una entrevista por el puesto de guardia de seguridad.

La recepcionista la miró nuevamente y con una sonrisa fingida atinó a decir:

-Bien, el señor Zero la espera.

Seguido de darle la espalda, Azul la siguió por el pasillo tratando de no reírse por haber escuchado tan particular nombre. "Debe ser un apodo" "No creo que se llame así" discretamente se puso una mano en la boca para evitar que la vieran reírse. A juzgar por el lugar debía ser un pedante lunático del orden. Siguió caminando detrás de la recepcionista que exageradamente contoneaba las caderas al caminar. "Si es guapa" dijo para sus adentros mirándola de arriba a abajo. Betsabé era una chica de ojos verdes y largo cabello rubio ondulado. Pero a Azul eso no le importaba, lo único que quería era trabajar y ocuparse en algo de provecho. Llegaron pronto a una oficina algo escondida y oscura. La chica le abrió la puerta no sin antes darle una mirada de desdén a lo que Azul frunció el ceño y seguido de darle una mirada de pies a cabeza se sonrió un poco "Para que sientas tonta presumida" pensó. Entró y ahí estaba sentado mirándola con una ceja ligeramente levantada y esos ojos marrones de mirada intensa. Azul se sintió extraña ante la mirada de aquél extraño hombre sentado detrás de ese escritorio.

-Pasa-Hace un ademán con la mano- Pasa por favor-Hace una pausa- Supongo vienes por el puesto de guardia. Adelante, siéntate –Mira la hoja de solicitud-¿Azul? –Dice frunciendo el entrecejo-Nombre bastante extraño.

-Creo que no soy la única con nombre extraño Señor –Responde con una leve sonrisa-

-Tienes razón. Pero mi nombre no es realmente mi nombre, sólo es un apodo.

El hombre de cuerpo marcado sonrió torcidamente mientras Azul lo miraba al rostro y observando sus blancos dientes sólo suspiró. Zero miró nuevamente la hoja y Azul aprovechó para observar la larga nariz afilada y el fuerte mentón, el cabello lo tenía ligeramente ondulado y con un corte tipo militar.

-Vaya–Hojea un poco los papeles de la chica-Bueno, veo que ya tienes algo de experiencia en esto –Cierra el folder de golpe-Veamos entonces, el sueldo es un poco más alto de lo que pides, al igual que las responsabilidades mayores a lo que estás acostumbrada. Si aceptas trabajar con nosotros estarás en un área de total restricción. Diariamente serás esterilizada ya que en "La celda" se hacen trabajos de laboratorio de estricto control.

Hizo énfasis en esto último haciendo que Azul se estremeciera por dentro. Si bien LabStar era conocido por hacer ciertos tipos de experimentos, no dejaba de ser una empresa importante en casi todo el mundo. Y al no haber muchas oportunidades de empleo hoy en día estaba de suerte el que le hubieran concedido la entrevista.

-Estoy de acuerdo señor Zero.

-Bien, entonces tendrás un entrenamiento especial, deberás firmar ciertos acuerdos de confidencialidad y te integrarás a laborar pronto.

Zero se puso de pie y le dio la mano. Azul hizo lo mismo mostrando su esbelta figura si bien la chica no es una top model tenía una figura bastante llamativa lo cual Zero notó desde que entró a su despacho.

-Estarás bajo el mando del señor "DK", él es mi jefe de guardia más confiable y te mostrará como es el movimiento dentro del lugar.

-¿"DK"? –Arquea una ceja con una sonrisa divertida-

-Sí-Sonríe- "DK". Y es mejor que no llegues tarde, suele ser muy estricto con los novatos.

-Ok. Gracias.

Los días pasaron y Azul empezó el entrenamiento sin saber de su superior. Sabía defenderse bien, pero lo que le enseñaban día a día la dejaba exhausta. Entre peleas cuerpo a cuerpo y el manejo de armas pasaron algunos días sin mayor contrariedad.

Ese día la chica llegó a su departamento y con algo de cansancio aventó distraídamente la mochila que llevaba en el hombro. A sus veintitrés años ya sabía lo que era vivir con alguien y pasar del más puro amor al más puro odio descubriendo la cruel realidad en la infidelidad de su pareja con su mejor amiga, pasando así a muy lejano plano el sentimiento "basura" como ella le llamaba al amor.

Se quitó los zapatos de casco duro y se dejó caer en el sillón recostando la cabeza en el respaldo y mirando al techo se sumergió en sus pensamientos.

-"LabStar"… "Zero"-Dice con ironía- … ¡Qué tontería! –Dice mientras suspira con profundidad-Estaré ahí hasta que pueda concluir mis estudios.

Los días pasaron y los entrenamientos seguían siendo parte de la vida de Azul de la Vega, que siempre acompañada de un rubio de ojos grises el cual estaba muy complacido con el desempeño de la chica. Mientras los entrenamientos seguían su curso Azul también seguía sin conocer al famoso "DK".

-Es un hombre fenomenal y gran maestro-Decía con entusiasmo el rubio- Ya verás que te enseñará muchas cosas. Dime Azul ¿Qué harás esta noche? –Pregunta con duda.

-Bueno, no tengo nada planeado –Voltea a verlo mientras patea un costal- EK, tengo curiosidad… ¿Porqué los apodos?

"EK" dejó de hacer sus ejercicios para tomar atención en ella que concentrada, golpeaba el costal una y otra vez. El hombre de cuerpo esbelto con estatura de modelo la miró a la vez que le dijo:

-Bueno, es que al principio se te llama por tu nombre de pila, pero pasado el tiempo de prueba, te asignan un… -Duda un poco- ¿Abreviadito? … -Sonríe amable-De hecho, son las consonantes de nuestros nombres si lo has podido notar.

-Vaya, son todos muy extraños-Dice mientras salta y da una gran patada al costal- A mí no me gustaría que me pusieran un "Abreviadito" –Frunce un poco la nariz- Creo que mi nombre ya es bastante extraño como para hacer eso.

-Tienes razón, tu nombre es algo extraño –Ríe-Pero si quitamos las vocales quedaría algo así como: ¿AZ?-Se encoge de hombros-No se escucha mal- Ríe-

-Jajaja, no, no ni se les ocurra –Deja de reír- Y… ¿Cuál es tu nombre de verdad? –Voltea a verlo mientras se truena la nuca-

-Erik, mi nombre es Erik. Pero cuando estemos aquí deberás llamarme EK-Ríe-

-Oh si claro ...

-Ahora… ¿Te gustaría ir a tomar un trago conmigo?-Pregunta a la hermosa morena que volvía a golpear con insistencia el costal-

Antes de que pudiera responder, la chica es golpeada por uno de los costales que tenía a un lado haciéndola caer al piso de espaldas.

-¡Qué rayos! –Se levanta de inmediato-¿Quién me golpeó? –Busca con la mirada-

De la oscuridad del lugar emerge un hombre de porte alto y atlético. Sus penetrantes ojos miel se posaron en la chica.

-Con que ella es el nuevo elemento-La recorre con la mirada-

-Si señor DK, ella ya tiene unas semanas en capacitación.

-Lo has hecho regularmente bien-Dice viéndolo a los ojos-Pero creo que tiene que continuar en entrenamiento-Sostiene el costal para detenerlo-

-¡Qué! ¡Pero tú me atacaste por la espalda! ¡Si atacas por la espalda claro que me ibas a derribar! –Grita apretando los puños-

Erik toma del hombro a la chica y le susurra en el oído:

-No le hables así al maestro, se puede enfadar y despedirte.

Azul que no temía a nada, siguió con su alegata.

-¡Cómo va a ser mi superior alguien que no rebasa los treinta! ¡Sólo míralo! no es más que un niñito arrogante y presumido –Se cruza de brazos y reta con la mirada a DK-

-Mire señorita-Esboza una sonrisa burlona-Usted no viene aquí a ver qué edad tengo, viene a trabajar y si yo digo que necesita más entrenamiento así será. ¿O quiere reconsiderar su contrato?-Arquea una ceja-

Azul lo miró llena de rabia," ¡Maldito fanfarrón!" pensó. "Si no fuera porque necesito el dinero te mandaba al demonio". Optó por suavizar su mirada un poco

-Ok señor, se hará como diga.

-EK puedes retirarte, yo seguiré entrenando a la señorita-Sonríe-Claro, sino tiene inconveniente-Dice mirándola con una ceja levantada-

En curso-en-Lo parece sospechoso

EK no dice más y sale a toda prisa del lugar dejando a los dos entrenando. Azul observó fijamente el porte de su superior. Era un hombre muy atractivo, lucía una barba de candado perfectamente delineada, las cejas pobladas y perfectas adornaban esos ojos color miel tan penetrantes que casi se imaginaba que él sabía lo que estaba pensando cuando la miraba. Los labios medianos se torcieron un poco al mirarla a los ojos. DK la miró de arriba abajo sin importarle que ella lo estuviera viendo, de los pies a la cabeza la recorrió observando sus suaves y hermosas curvas de mujer hasta llegar a su rostro que delineado en forma de corazón mostraba unos labios medianos y sonrosados una nariz ligeramente chata y esos ojos grandes de pestañas espesas y largas. Posó finalmente su mirada en sus ojos que eran de un color bastante extraño. Eran de una tonalidad violeta. DK Frunció un poco el ceño y la señaló.

-¡Qué curioso! tus ojos son… -Duda un poco sin dejar de mirarla-

-Lo sé-Suspira fastidiada-Es un mal genético. Digamos que son azul cielo –Se encoge de hombros- Me gustaría saber qué haremos ahora aparte de que me golpee con el costal –Añade algo molesta-

-Vaya, eres una chica de difícil carácter –Ríe-

-Producto de una vida dura –Añade seria-

-Jajaja ¡Pero no eres más que una chiquilla! –Ríe más fuerte-Tú hablando de experiencia.

-¡Discúlpeme pero usted no sabe! –Bufa furiosa-

El delgado hombre de cuerpo ligeramente marcado dejó de reír ante la impulsividad de su aprendiz.

-Vale lo comprendo, son cosas que no me importan-Toma un palo largo de madera-Empezaremos por saber cómo te defiendes-Se pone en posición-En este lugar tienes que tener habilidad, fuerza, destreza y mucha inteligencia.

DK se lanzó contra ella sin darle tiempo a nada y soltando el palo de madera por unos instantes comenzó a dar golpes que ella esquivaba con poca dificultad. Ella por su parte también lanzaba algunas patadas seguidas de puños pero DK siendo tan hábil y fuerte no recibía ni un solo golpe de la bella chica que aunque hiciera más esfuerzo seguía sin golpearlo.

-Lo haces bien Azul, ahora probemos con esto-Toma con fuerza el palo de madera-

Pasado algún tiempo la chica de particulares ojos vigilaba celosamente la puerta que daba hacia el discreto laboratorio de la celda. Esta era una fortaleza subterránea que se encontraba a algunos metros bajo tierra.

Se encontraba dando un pequeño recorrido verificando que todo estuviera bien y haciendo algunas anotaciones en la pequeña bitácora Azul dejó de escribir para agudizar más su oído. Miró a todos lados y no vio nada extraño. La puerta que cuidaba seguía sellada y los pasillos lucían solitarios y en orden. El ruido que había escuchado se hizo más presente y entonces ella se dio cuenta que provenía de las escaleras y caminando con cautela sacó su arma lentamente de su estuche. Siguió caminando y llegó hasta la puerta que abrió despacio.

-Te he dicho que nada tienes que hacer aquí Presea. Es mi trabajo y no permiten visitas, reprenderé muy duro a EK por permitirte el paso, esto es un área restringida.

-Oh por favor Derek, no lo culpes fui yo la que lo obligué.

-Es mejor que te vayas –La toma de los hombros-

-¿Te veré esta noche?

-Probablemente –Sonríe sensual-

"Todos son unos asquerosos patanes" pensó Azul mientras seguía mirando la escena. La pareja se unió en un apasionado beso y DK aprisionó a la chica en la pared acariciándola tan deliciosamente que Azul no pudo contener un suspiro. De inmediato se quitó de la puerta esperando no haber sido descubierta. Decidió caminar hacia su puesto sin mirar atrás.

-Con que Derek jejeje qué nombre tan… de stripper Jijiji-Se dice a sí misma-

Mientras la traviesa chica se burlaba del nombre de su superior no se dio cuenta que él se aproximaba a donde ella estaba.

-¿De qué se ríe Azul?

La chica dio un respingo seguido de ponerse seria.

-Oh de nada. ¿Acostumbra sorprender a la gente?

-Sólo si esa gente es una fisgona. Dígame ¿Qué hacía usted espiándome?

-Sólo hacía mi trabajo-Se encoge de hombros-Se supone que esta es un área restringida –Arquea una ceja-

-Ándate con cuidado Azul, no quiero más intromisiones.

-No las habrá-Responde seria-

El hombre se aleja un poco y se detiene frente a la puerta de la celda. Deslizando su tarjeta mira a Azul.

-Iré a ver que todo esté en orden, no te muevas de tu puesto –Ordena-

La chica no responde y sólo lo mira perderse tras la puerta al cerrarse.

-Tonto presuntuoso.

*Las luces del laboratorio se habían vuelto intermitentes y el lugar tenía un hedor a podredumbre, mientras ella caminaba en silencio con el arma en mano buscaba indicios de vida por algún lado, pero algo la hizo detenerse a observar… cuando de pronto de la oscuridad emergieron algunas personas que se comportaban de manera extraña e intentando morderla la agredían de diversas formas cuando ella al intentar usar la fuerza logró empujar a un hombre robusto que la había rasguñado en un brazo y ahí se dio cuenta de sus ojos… eran tan rojos como la misma sangre. Haciéndola retroceder sobre sus pasos se vio rodeada de esos seres extraños que tenían la boca llena de sangre… *

-¡No!-Se sienta en la cama y se pone una mano en la frente-No… -Susurra-¿Qué es esto?-Se mira las manos llenas de sudor-

Tratando de asimilar que solo era un sueño el que había tenido miró a su alrededor como verificando que todo estuviera en orden y calma.

-Calma. Absoluta calma-Susurró-

Se levantó de la cama y miró por la ventana, ahí afuera había unos mendigos calentándose con una fogata hecha de basura en un enorme tanque. Absorta en las llamas que salían se quedó unos momentos mirándolas como hipnotizada. Reaccionó y poniéndose unos zapatos y una chaqueta sobre el pijama tomó unas monedas y salió. Afuera el frío era muy fuerte y apretando el paso pero sin dejar de mirar a su alrededor llegó a la tienda a donde entró con paso firme y decidido hacia los frigoríficos mientras seguía pensando en la puerta que custodiaba hacía unos meses. ¿Qué había allí que era tan cuidado? ¿Algún virus? ¿O qué era? El dependiente de la tienda, un hombre maduro pero muy atractivo y vecino de ella la miró dirigirse a él en la caja mientras iba metida en sus pensamientos.

-Hola, ¿Es todo? –Le dice mientras va escaneando los productos-

-Es todo, gracias –Pone el dinero sobre el mostrador-Hace bastante frío-Se abraza a sí misma-

-Sí, así es-Le brinda una cálida y seductora sonrisa-Pero si gustas algún día de estos puedo invitarte una taza de café o chocolate-Le muestra la barra que ella puso en el mostrador-Veo que te gusta

-¡Ah sí! –Dice para salir de paso-Pero no creo poder-Sonríe un poco-Trabajo todo el día.

-Sí, lo he visto, soy tu vecino el del 256 ¿Recuerdas?

-Emm-Se muerde un labio mirándolo confundida-La verdad no-Toma sus cosas-

-Vaya, ¿Sólo eso comes? –Pregunta para hacer más plática- Vivo solo-Le sonríe galán-

-Oh bien-Le dice sin interés-Sólo es un antojo- Suelo comer bien –Sonríe con desgana-

-Me llamo Cris ¿Y tú? ¿Cómo te llamas preciosa?-Pregunta en tono sensual-

- ¿Sabe?-Lo mira seria-Tengo que volver-Hace una pausa para mirarlo mal- "Un placer"-Le dice irónica mientras toma las demás cosas y sale a toda prisa-

El dependiente la mira a través del cristal y sonríe un poco.

-Es una chica dura. Muy dura –Sonríe- Y bella tal como me gustan…

Mientras Azul lucha contra sus conflictos existenciales en otra parte una pareja se amaba salvajemente, el hombre de piel morena clara sostenía de los muslos y contra la pared a la preciosa chica de cabello castaño embistiéndola una y otra vez hasta hacerla jadear y vibrar de placer

Oh, oh, oh mi amor-Si Aprieta contra el-

-¡Oh preciosa me encantas! Sabes cómo calentarme –Gime agitado-

Derek lamía sus senos con desesperación mientras seguía empujándola contra la pared y en un intenso vaivén llegaron al más húmedo, ardiente y gozoso orgasmo

-Ahhhhh-Gritan al unísono-

Ambos se dejaron caer en la suave cama, y entre besos y caricias se miraban a los ojos.

-Esto está mal Presea –Dice con culpa-Eres como una droga para mí –La aprieta contra su pecho-

-Pero yo te quiero Derek, y él ya no me pone atención-Dice mientras besa su cuello-Lo único que quiero, es estar contigo y sólo contigo

Derek tomó del rostro a la hermosa chica de ojos marrón y la besó ardientemente mientras sus pieles se unían en deliciosos roces.

El amanecer llegó a la ciudad y Azul ya estaba camino al trabajo mientras era rodeada de gente que corría de un lado a otro comenzando sus actividades rutinarias, ella caminaba con el semblante cansado después de una ardua noche de pesadillas no quería saber más que llegar y que pasara rápido el día para poder descansar, ahogó un largo bostezo mientras apretaba su mochila.

-¡Azul! ¡Azul!-Le grita a lo lejos un rubio alto-

-Ah, hola Erik ¿Cómo estás?

-Bien, pero… cuéntame ¿Cómo te ha ido con DK?

-Vamos bien, es un jefe muy serio y estricto.

-Si –Piensa admirado- Es un gran jefe –Dice mientras sonríe-

-Vaya, cualquiera diría que estás enamorado –Hace un gesto de asco-

-¡Cómo crees! –Dice ofendido- A mí me gustan las chicas. Sólo que admiro a DK, y algún día me gustaría ocupar su puesto.

-Wow-Dice con desgana- ¿Y qué sobrenombre te pondrías? ¿DK a la segunda potencia? Jajaja

El rubio ríe de las ocurrencias de Azul y aprovechando que ella también ríe observa la esbelta figura de piel morena clara. Esa mujer le había encantado desde que la vio caminando junto a Zero en los pasillos de la empresa y haciéndose a la idea de conocerla mejor se había acercado más a ella. Totalmente perdido por esos particulares ojos y cautivado ante la deliciosa sensualidad de la morena que al parecer no se daba cuenta de lo que su personalidad emitía y lo llamativa que era decidió invitarla a comer.

-Azul ... Dice-emocionado-¿Te gusta el café?

-Mmm claro-Sonríe un poco-Pero, oye… ¿Tenemos tiempo?

-Claro que sí, aún es temprano.

-Si claro, no quiero que tu ídolo me regañe por llegar tarde.

En el restaurante de comida rápida ambos llamaron la atención de algunos comensales ya que en esos momentos portaban el uniforme de LabStar en colores negro y rojo.

-Siéntate, iré a pedir ¿Qué quieres? –Pregunta Erik con una sonrisa-

Café-A-cargado Ahoga un bostezo-y un Bisquet.

-Ok, enseguida vuelvo.

Fueron momentos agradables para ambos el tomar tranquilamente su desayuno y hablando de ciertos gustos e intereses que podrían ser comunes se les fue el tiempo.

-Entonces, piensas terminar tu carrera en abogacía –Añade serio-

-Sí, tuve que dejarla porque perdí mi empleo en otra corporación.

-Eres muy joven Azul, dime ¿Tus padres?-Pregunta arqueando una ceja-

-Mmm- Come de su bísquet- Ellos viven en el Oriente-Dice con la boca llena- Pero viajo a verlos de vez en cuando

-Y... ¿Tienes novio?

La chica iba a responder cuando algo en particular llama la atención de ambos. Una pareja se despide al otro lado de la calle y de una forma algo oculta, entre besos apasionados y algunas caricias el hombre se acomoda una chamarra color negro y se sube enseguida a su auto poniendo el acelerador, la mujer lo despide con una mano hasta verlo perderse en la calle para después volver adentro. Azul ya los había reconocido pero no dice nada hasta que:

-Ese jefe jejeje es todo un Donjuán-Dice Erik en un tono de orgullo-

-¿Donjuán?-Pregunta con el ceño fruncido- Por lo que veo se mete con mujeres casadas. Esos besos no son de novios, menos esposos.

-Sí, bueno… él no tiene la culpa de que las mujeres lo persigan –Ríe- Quisiera ser como él definitivamente.

-Creo que deberías ser tal como eres tú Erik y no intentar imitar a nadie –Dice molesta- Ser un Donjuán no es ninguna gracia y por lo que veo tu jefecito se mete hasta con la escoba.

-Eso no lo sé Azul, lo cierto es que tiene mucho jale ese hombre –Ríe-

-Mmm-Grüne la chica-

"No es más que un idiota presumido que se siente el oasis en el desierto" pensó.

-Bueno-Se levanta-Creo que es hora-

La chica está colocándose su gafete para comenzar sus labores del día ya que el café le había ayudado con el sueño ella estaba tranquila y alerta. Curiosamente se empiezan a escuchar algunos ruidos en un pequeño cuarto aislado, ella se detiene y agudiza el oído. Nada.

-Es mi imaginación –Se dice a sí misma-

De pronto se escuchan unos rasguños en la puerta y ella decide ir a ver… Caminó con sigilo hasta llegar a la puerta sellada y apega medio rostro:

-¿Qué se supone que haces? –Dice una voz fuerte y varonil-

-¡Oh! –Se asusta- Es que creí escuchar algo –Señala-Y…

-Debes estar en tu puesto siempre te encuentro donde no debes estar –Dice con desdén-

-¡Sólo hago mi trabajo! –Dice molesta- Mira… no sé cuál es tu problema pero déjame decirte que…

-¿Qué es lo que pasa aquí?-Pregunta Zero-

-Nada, sólo doy instrucciones a la novata –Sonríe -Pero creo que está en desacuerdo con ciertos puntos ¿O no es así señorita? –La mira arqueando una ceja y con una sonrisa burlona-

-No es nada señor, sólo eran aclaraciones –Camina hacia su lugar- Buen día.

"¿Pero qué le pasa a este idiota? Es un…" piensa enojada.

-Creo que no duraré mucho tiempo aquí –Se dijo mientras empieza a revisar unas hojas-

Zero estaba con Derek en su oficina hablando de las nuevas curas que estaban elaborando…

-Pero eso es peligroso Zero, ¿Cómo se les puede ocurrir experimentar en humanos?

-No es una elección mía, debemos apegarnos a lo que nos diga X.

- ¿X? ¿Él aquí?

-Nunca se fue… él sólo –Encoge los hombros- Se toma su tiempo.

-Vale, ¿Y ahora? ¿Cuándo lanzarán esa nueva cura?

- Pronto, muy pronto, así que necesito que tu personal de confianza haga bien su trabajo-Dice esto último debido al altercado con Azul-

-No te preocupes, si lo dices por Azul-Se encoge de hombros-Sólo es cuestión de adaptación-

-Mmm a mí me pareció otra cosa-Responde sonriente-Está rica la niña ¿No?… -Dice en tono vulgar-

-Te pasas… es sólo una mocosa flaca...-Sonríe pegando con los dedos en el escritorio-

Sí lo dices tú ... ver entras en esa Erik "Flaco", maqueta

-¿Ah sí?-Lo mira arqueando una ceja- Sería interesante ver si logra domar a esa fierecilla.

-Jajaja… te gusta ¿Cierto?

-Para nada-Dice con desgana haciéndose hacia atrás en el asiento en una pose relajada-Sabes que me gustan las mujeres de otra clase.

-Casadas lo sé-Ríe mientras mueve la cabeza en negación-Te gustan los problemas…

Lo que Derek desconocía era que no estaban trabajando en una cura solamente, sino que estaban planeando "Otras cosas" con lo que se experimentaba celosamente en la celda mientras por su lado Azul no podía evitar sentir curiosidad por esa puerta, y girando un poco su cara hacia ella caminó lentamente… "¿Qué hay ahí?" Pensaba mientras se acercaba. "Estoy segura que escuché unos gruñidos". Siguió su recorrido hasta la puerta y puso su mano en su arma con cautela sin dejar de mirar su objetivo.