Advertencias: Yaoi, relación chico x chico (leve)
Pareja: Hakuyuu x Kouen
Disclaimer: Los personajes de Magi no me pertenecen.
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Capítulo único: La razón de mi convicción.
Cuando Kouen utilizó los poderes de su Djin Phenex para detener a Hakuryuu, sabía que no estaba haciendo lo correcto, sin embargo, el chico no le había dado otra alternativa. No estaba dispuesto, bajo ningún concepto, a dejar que el muchacho expusiera su vida de esa manera en pos de una venganza inútil, lo hacía porque, después de todo era parte de su familia, su primo, pero muy dentro de él estaba consciente de que también estaba siendo llevado por un deseo oculto y egoísta. De todos modos, cuando el primer príncipe del imperio Kou presenciaba como poco a poco el joven Hakuryuu era consumido por su propia ira, dudaba en si su convicción por protegerlo prevalecería.
En aquellos momentos de debilidad, era cuando su mente evocaba recuerdos de él y de aquellos días en que sus preocupaciones eran menores y en sus hombros no recaía la responsabilidad de ser el próximo emperador, sino que era el simple primo del que, por sobre cualquier otro, sí merecía ese título.
"Cuando sea emperador, haré que nuestro impero sea el más vasto y poderoso que jamás haya existido, de esta forma lograremos la tan ansiada paz".
Sus pensamiento siempre lo llevaban hasta el mismo lugar, donde podía verse a sí mismo y a Ren Hakuyuu, sentados bajo uno de los tantos cerezos que adornaban los jardines de palacio, incluso hasta podía oír con claridad la voz del otro joven, tan llena de cadencia y convicción, que se le hacía imposible no caer rendido a sus pies y seguirle ciegamente.
"Kouen, prométeme que cuando yo ascienda al trono, te quedarás a mi lado"
El príncipe no necesitó meditar un segundo su respuesta, simplemente se inclinó antes su futuro emperador jurando así su lealtad, Hakuyuu rio por la formalidad del otro y le besó la frente. Ambos sellaron de esa forma su relación, conscientes de que sus sentimientos debían permanecer guardados en lo más profundo de sus pechos, ya que sus posiciones eran más importantes que lo que sus corazones pudiesen desear en realidad.
Quién diría que sólo un par de meses después de prometerle que permanecería a su lado, estaría frente a su tumba, aferrando la empuñadura de la espada de Hakuyuu, aun incrédulo de haberlo perdido para siempre. Pensar en la muerte del hombre que lo inspiró por tanto tiempo, aun oprimía su pecho y dolía, dolía como el primer día que sucedió.
Kouen inspiró profundo y dejó de lado los recuerdos amargos y se concentró en el joven que entrenaba sin descanso en las afueras de palacio, observo ese rostro que, a pesar de estar dominado por la angustia, poseía la misma determinación que le hizo admirar a Hakuyuu hasta el día de hoy y supo que no podría flaquear en sus intenciones de protegerlo, después de todo, Hakuryuu era el recuerdo más vivido que tenía de la única persona que amó con toda su alma y que amaría incluso hasta por sobre su propia muerte.
FIN.
