Estos personajes no me pertenecen, son una creación de Hiro Mashima
Espero que lo disfruten
-lo que piensan-
-lo que dicen-
La pequeña hada que hoy conocí
Le encantaba despertar cada mañana y abrir los ojos encontrándose con esa hermosa pintura en el techo de su habitación de un hermoso cielo azul acompañado de unas cuantas nubes blancas y que con solo verlas sentías la suavidad de estas, no tenía precio, le encantaba despertar viendo ese paisaje de un hermoso cielo azulado en el cual se perdía varios minutos e incluso horas sin despegar su mirada de él. Pero al mismo tiempo que apreciaba esa pintura se decepcionaba al recordar lo monótona y repetitiva que era su vida, sin ningún cambio. El paisaje que se encontraba en el techo pintado no iba a cambiar pase lo que pase, siempre seria el mismo a menos que ella lo pintase de nuevo, sentía que su vida era igual que esa pintura, hermosa y tranquila pero sin ninguna emoción o algo que llamase la atención, la joven sentía que los años pasaban y se llevaba las cosas buenas a su paso. La joven no odiaba su vida, todo lo contrario, amaba a sus padres, adoraba la compañía de sus amigos, amaba el lugar en el que vivía, le gustaba todo en su vida, solo que la rutina no le gustaba para nada, quería emoción en su vida quería que algo cambiase o, mejor dicho, que alguien llegase a su vida.
-Señorita Levy su padre la espera para desayunar- dijo una de las empleadas de la familia McGarden desde el otro lado de la puerta de la habitación de la joven- ¿quiere que le diga algo a su padre?- pregunto al no obtener respuesta por parte de la muchacha
Levy solo suspiro- No, no le digas nada, no te preocupes bajo en un momento- respondió sin dejar de mirar ese cielo pintado en el techo de su gran habitación.
La chica salió de la cama y se dirigió hacia la ventana abriéndola para poder salir a ese gran balcón de donde se podía ver la gigantesca extensión de terreno que poseía la familia McGarden, desde ese balcón se lograba ver ese hermoso jardín y arreglos florales, estaba lleno de árboles por todas partes, en el centro se encontraba una pileta con tres ángeles, el del centro se encontraba parado y los otros dos sentados a los pies del primero, al lado de la pileta había un laberinto en donde a Levy le encantaba perderse para escapar de sus deberes y estudios de vez en cuando, para relajarse un rato y perderse en sus pensamientos y por último, al final del terreno se encontraba un gran muro color gris que opacaba toda la vida del hermoso jardín, a la chica no le gustaba ese muro pero sabía que estaba ahí por su seguridad y la de todos los que vivían en esa mansión. Desde ese balcón se lograban ver las puntas de los grandes árboles que estaban después del muro y que se perdían hasta llegar a las montañas en donde cada anochecer el sol se ocultaba. La joven miro esa bella vista que se lograba ver claramente gracias al sol de verano que se encontraba ya casi en lo alto del cielo, debían ser aproximadamente las diez de la mañana, tomo una bata que le cubría todo su delicado cuerpo y bajo a desayunar con sus padres.
-Aun no te has vestido hija mía- pregunto con una dulce voz su madre quien se estaba sentando al lado de su esposo.
-Es temprano aun madre, además es sábado y según tengo entendido no tenemos ningún compromiso para hoy- decía mientras tomaba de su café y hacia muecas por lo caliente que se encontraba este, se había quemado la lengua.
-Que descuidada eres- dijo su padre riendo por las caras que ponía su hija. Levy era demasiado descuidada y despreocupada a causa de eso siempre tenía accidentes y sus padres debían tenerla bien vigilada y protegida- ¿no ibas a ir hoy donde tu amiga Lucy?- no pudo aguantar la risa al ver como su hija se volvía a quemar la lengua con el café al haberse sorprendido por lo que el acababa de decir.
-¡Lo había olvidado!, Lucy me pidió que le hiciera una pintura para regalarle a su prima que pronto ira de visita a su casa- estaba nerviosa, siempre llegaba tarde a los encuentros con su amiga y ella siempre la retaba por eso- ¿puedo retirarme? No quiero llegar tarde de nuevo- su padre solo asintió en forma de respuesta pero cuando su hija se disponía a retirarse su padre le dijo algo que no pudo evitar molestarle
-Puedes ir pero iras acompañada por tus guardias- a Levy le molesto mucho lo que dijo, le molestaba no poder tener un poco de independencia, no podía ir a ningún lugar si no iba acompañada, no quería pelear nuevamente con su padre por lo mismo así que solo le dedico una sonrisa amarga y fue a su habitación, estaba atrasada y no iba a perder el tiempo en una discusión que sabía que no ganaría.
Debía tomar una baño lo más rápido que podía, al salir se puso el vestido más cómodo que tenía, era un vestido color anaranjado que empezaba en sus hombros dejándolos descubiertos, cayendo hasta llegar a sus tobillos, era un vestido bastante ligero, sin demasiado volumen como sus vestidos de fiesta, un vestido bastante veraniego por lo delgado de la tela la cual se ajustaba a su delgada silueta, con una cinta blanca que rodeaba su cintura, la amarro rápidamente formando una rosa en su espalda, se puso unos zapatos con algo de taco que la hacían ver un poco más alta, ella era una chica baja para los diecisiete años que tenía pero de todas formas no le gustaba usar zapatos demasiado altos a pesar de su estatura, se puso un cintilo en su cabeza para que su rebelde cabello azul no se viera tan desordenado y por último se puso uno de los collares que su madre le había regalado en uno de sus cumpleaños, era una cadena con un pequeño diamante colgando de este con un extraño pero hermoso resplandor rojo.
Bajaba las escaleras cuando los vio, se molestó un poco al notar que no tenía una verdadera libertad, pero estaban ahí para protegerla, sus dos guardias la esperaban en la entrada de la mansión, Jet y Droy eran los encargados de cuidar a la pequeña McGarden. La verdad es que Levy no los odiaba, los quería mucho, han estado con ella desde que era pequeña y han compartido muchos momentos juntos, es solo que ella deseaba un poco de libertad. Bajo las escaleras y saludo a ambos con una reverencia.
-Sabes que no estas obligada a ser formal con nosotros- dijo Droy con una gran sonrisa mientras le abría la puerta a la joven, Levy solo le dedico una sonrisa y salió. Los tres jóvenes subieron al carruaje que acababa de llegar y el conductor de este se puso en marcha.
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-Odiaba profundamente ser despertado tan temprano en la mañana y más cuando apenas si había dormido, llego muy tarde anoche después de haber terminado un trabajo y ahí estaba su amigo molestándolo sin permitir que pudiese dormir.
-Ya lárgate tengo sueño- dijo con voz pesada a su amigo de cabellos oscuros.
-Jajajaja que agresivo, vamos amigo despierta sé que esto te puedo interesar-
-Gray vete!- dijo esta vez con una voz más violenta.
-Jajaja! ¿De verdad crees que me vas a asustar?, Gajeel te conozco de hace mucho, tu no me arias daño ¿o sí?- dijo Gray poniendo una voz de asustado para hacer reír a su amigo, cosa que resulto- vamos despierta sé que esto te va a interesar, es sobre dinero- acentuó la última palabra para captar la atención de su amigo, cosa que también funciono.
-Bien, habla- dijo mientras se sentaba y pasaba sus manos por su rostro intentando despertar y poner atención a su amigo.
-Eres tan predecible amigo, cuando se trata de dinero no puedes dormir- decía mientras reía- Bien te contare, los muchachos del campamento me informaron que hoy por la tarde un carruaje llegara con joyas a la ciudad, seguramente es para venderla a la gente rica, puesto que en el centro de la ciudad es donde se encuentra la mayor población de gente con dinero, sin contar las mansiones que se encuentran más apartadas del centro de la ciudad- hizo una pausa para ver si su amigo le prestaba atención y así era- creo que lo demás lo entiendes, el carruaje para llegar a la ciudad debe pasar por los caminos del bosque los cuales los conocemos muy bien- dijo esbozando una sonrisa en su rostro
-¿A qué hora debemos estar ahí?- pregunto intentando apurar a su amigo para poder seguir durmiendo
-Sabía que irías- Gray no podía esconder su alegría, con su amigo las cosas serían más fáciles- el carruaje pasara aproximadamente a las ocho de la noche por el lugar, debemos estar una hora antes por esos caminos para así preparar todo y que el carruaje no se nos pase-
-¿Natsu ira con nosotros?-
-¿Tú crees que ese idiota faltara si se trata de dinero?- dijo Gray mientras se paraba para salir de la tienda de su amigo- les diré a todos que se preparen, tu duerme un rato más para que estés listo para este trabajito- rió y le dedico una mirada triunfante a su amigo para finalmente retirarse.
Gajeel vivía en un campamento oculto en el bosque, el cual estaba compuesto mayormente por hombres, todos bandidos, unas cuantas mujeres, las cuales si querían estar ahí debían ser fuertes para poder protegerse de los mismos hombres del campamento y también para poder salir a hacer algunos trabajos con ellos, en el campamento también habían unos cuantos niños nacidos en ese mismo lugar. Gajeel era uno de los más fuertes del lugar junto a sus dos amigos, pero él se destacaba por ser más violento a la hora de robar, dejaba a sus víctimas bastante mal heridas. Muchas veces era buscado por gente con poder, generalmente políticos que le pedían que hiciera uno que otro trabajo sucio para dejarles el camino libre, como deshacerse de algún jefe de alguna empresa, algún mafioso con muchos negocios, cosas así, cabe decir que la paga que recibía por estos trabajos era muy buena. Si bien Gajeel era muy violento, también era una persona amable aunque no le gustaba demostrarlo, compartía sus ganancias con los del campamento y traía comida a los más pequeños. Era difícil la vida en ese campamento, no había un orden, cada uno debía sobrevivir por sí solo, si bien no había un líder en este lugar la mayoría seguía al más fuerte para no tener problemas. Gajeel en el campamento ya no tenía ningún problema puesto que dejo en claro su fuerza a penas llego a ese lugar, tuvo una pelea con Natsu bastante violenta, si bien no gano la pelea dejo bien en claro cuál era su poder y así se ganó el respeto de muchos incluso el de Natsu que tiempo después se volvió su amigo y compañero de trabajo junto a Gray quien siempre fue más pacífico, o mejor dicho más maduro como para saber cuándo vale la pena pelear, los del campamento nunca han visto a Gray enojado pero saben lo fuerte que es, también lo dejo bien en claro cuando otros bandidos intentaron saquear el campamento. El campamento era especial para gente que se pierde, para personas que escapan de algo y bandidos que buscan refugio, cada uno seguía su propio orden y hacia lo que quería con su vida, cada uno buscaba sus propias ganancias, la mayoría de las veces hacían grupos para ir a saquear algún lugar y luego se repartían las ganancias entre los participantes, no había muchas leyes más que cuidar el campamento y a quienes lo conforman, es por eso que estaba prohibido decir la ubicación del campamento a cualquier forastero o traer a algún desconocido a este.
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-¡Asombroso!- decía una entusiasmada rubia mientras miraba la pintura echa por su amiga
-No es para tanto Lucy, además aún no está terminado- Lucy era la mejor amiga de Levy, era una joven de familia adinerada que vivía en el centro de la ciudad, era una chica muy hermosa eso quedaba demostrado al ver cuantas cartas de pretendientes le llegaban, era alta, rubia, ojos chocolate, un cuerpo muy dotado y además muy simpática.
-Amiga es muy hermoso, ¿Cuándo vendrás a terminarlo?- decía Lucy mientras buscaba la extraña firma que su amiga ponía en todas sus pinturas.
-No te preocupes, seguramente vendré mañana o pasado a terminarla, ¿aún no la encuentras?-
-Dame tiempo, estoy segura que la encontrare- Levy tenía una marca muy particular que dejaba en todas sus pinturas, era su firma, lo que confirmaba que esa pintura estaba hecha por ella, solo había un pequeño problema, la "firma" de Levy siempre estaba oculta, era como un juego para ella, su firma era la silueta de un hada la cual siempre estaba camuflada, uno podía llevarse horas mirando alguna de las pinturas de Levy y aun así no encontrar el hada- ¡YA LA ENCONTRE!, está en las nubes del fondo- dijo la rubia en una pose de ganadora
Levy rio al ver lo que su amiga hacia- te has vuelto muy buena- Lucy al ser su amiga sabia la costumbre de Levy de ocultar el hada en los lugares menos esperados, para ella era un juego que cada vez se le hacía más fácil puesto que había visto muchas de las pinturas echas por su amiga, cada vez demoraba menos en encontrarla.
-Bien- decía Lucy mientras le entregaba un libro a Levy- tu pago por la pintura- Si bien a Levy le gustaba pintar Lucy sabía que lo que más le apasionaba eran las historias, le encantaba leer, podía perderse horas en un libro. Lucy era muy buena escribiendo y una vez le mostro uno de sus escritos a su amiga a quien le encanto la historia y siempre que la veía le pedía la continuación de esta, es por esto que Lucy le regalaba a su amiga historias de vez en cuando- espero que te guste- decía mientras le entregaba el libro a su amiga y se volteaba a ver nuevamente la pintura.
La joven de pelo azul se puso feliz de solo ver el libro, las historias escritas por su amiga eran realmente buenas, a veces era ella quien le pedía algún tema en especial y Lucy lo escribía para ella- Gracias amiga, estoy segura que me encantara, todas tus historias son buenas, deberías pensar en convertirte en una autora reconocida por todos- decía la peli azul mientras guardaba el libro en su bolso donde traía los materiales para hacer la pintura
-Jajajaja! Es muy pronto para eso, me falta mucha experiencia, pero dejemos ese tema de lado- dijo Lucy mientras miraba por la ventana- ya está oscureciendo deberías regresar a tu casa, la noche es peligrosa-
-¿Lo dices por los bandidos de los que habla la gente?- rió por pensar que su amiga creyera las cosas que dicen las personas de la ciudad- amiga no te preocupes estaré bien no me pasara nada, además estoy con Jet y Droy ellos me pueden proteger de cualquier cosa- dijo intentando calmar a su amiga al ver la cara de preocupación que esta puso- Bien ya me voy-
-Bueno, cuídate mucho Levy, Jet y Droy están en la sala esperándote- dijo mientras se despedía de su amiga
-Tu igual cuídate, vendré mañana o pasado para terminar el regalo para tu prima- le dio un abrazo a su amiga y se dirigió con sus dos guardias quienes al verla llamaron al carruaje para volver a la mansión McGarden
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Lucy tenía razón, era ya muy tarde y estaba oscureciendo pero Levy estaba tranquila ya que iba con sus dos guardias que además de ser eso también eran sus amigos. Jet y Droy han estado con Levy desde pequeñas, después de que una vez intentaron secuestrarla para posteriormente pedir recompensa, después de ese incidente el padre de Levy decidió construir ese gran muro gris que a ella tanto le disgusta. No quería preocupar a sus padres por eso acepto estar con guardias todo el tiempo, al principio los tres jóvenes no se llevaban para nada bien pero muchas situaciones y aventuras hicieron que la relación entre ellos se fortificara. Un día Levy le pidió a sus dos amigos que le enseñaran a pelear, cosa que sorprendió a ambos, al principio se negaron, no podían exponer a Levy a tal situación, además ellos estaban para protegerla, pero la muchacha insistió diciendo que podían haber situaciones peligrosas en donde ellos no podrían protegerla, los jóvenes le encontraron algo de razón y le enseñaron unas cuantas cosas básicas para poder defenderse ella sola, cosa que le costó mucho aprender por lo delicada y frágil que era, pero saber algo era mejor que no saber nada así que con lo que le enseñaron Droy y Jet se conformó.
Iban los tres riendo dentro del carruaje recordando viejos tiempos, cuando eran más pequeños y solían salir al bosque a jugar, también cuando se perdieron toda la tarde en el laberinto del jardín y tuvieron que ir los guardias de la mansión a sacarlos para posteriormente recibir un largo discurso y un castigo por parte de su padre. Sintieron pasar un carruaje por el lado del suyo y escucho a los conductores saludarse y proseguir con su camino, no le tomaron importancia, era normal que entre conductores se saludaran era de buena educación, lo que si los sorprendió y saco de sus recuerdos fue cuando a unos metros más adelante el carruaje se detuvo bruscamente y escucharon mucho alboroto proveniente de afuera de este.
Jet miro por una de las ventanas las cuales estaban cubiertas por unas cortinas que no dejaban ver hacia adentro.
-Son bandidos- Dijo el joven alertado
-Seguramente quieren secuestrar a Levy para pedir recompensa- dijo Droy con preocupación mirando a la joven la cual no podía decir ninguna palabra por lo asustada que se encontraba
-No te preocupes Levy, no dejaremos que te hagan daño- dijo el castaño tomando las pequeñas manos de su amiga- nosotros los distraeremos, cuando yo te diga sal corriendo por la otra puerta hacia el bosque-
-N…no… no puedo de..dejarlos- decía casi en un susurro haciendo su mayor esfuerzo para no llorar
-Esteremos bien pequeña, te alcanzaremos a penas los perdamos- Droy mientras decía esto le entrego a su amiga algo envuelto en un pañuelo blanco, Levy supo inmediatamente lo que era y se asustó aún más- no te preocupes es solo por protección, no tendrás que usarlo, es solo para que tengas cuidado en caso de cualquier cosa, nosotros te alcanzaremos te lo prometo- con esto último ambos joven salieron serrando rápidamente la puerta del carruaje detrás de ellos sin darle la oportunidad a Levy de decir algo
Se escuchaban muchos ruidos provenientes de afuera, tenía miedo demasiado miedo ¿y si no lograba salir de esta? ¿La iban a secuestrar? ¿Qué pasaría con sus padres? Necesitaba verlos, sentir el abrazo de su madre para sentirse segura ¿y si no la volvía a ver?, eran todos los pensamientos que rondaban en la cabeza de la joven.
-Dennos todas las joyas y no tendrán tantos problemas- decía una voz que la joven no logro reconocer, supuso que era uno de los bandidos
-No sé de qué estás hablando, lárgate antes de que te metamos en prisión y no vuelvas a sentir el viento en tu rostro nunca más- Levy si pudo reconocer esa voz, era Droy, estaba haciendo lo posible para ahuyentar a los ladrones sin tener que pelear
-No te hagas el valiente y danos las joyas antes de que ves la sangre de tu amiguito correr- otra voz sonó, otro desconocido ¿Cuántos eran? ¿Jet y Droy podrán con ellos?, estaba encerrada en sus pensamientos cuando sintió un golpe brusco en el carruaje
-Ahora! CORREE!- escucho la voz de Jet y no lo pensó dos veces, salió corriendo por la otra puerta en dirección al bosque, pero antes de perderse por completo en la entrada al bosque vio que a unos cuantos metros de su carruaje estaban saqueando también al carruaje que había pasado al lado del suyo unos cuantos minutos antes, decidió no prestarle atención debía correr, escapar de ese lugar.
Levy no quería dejar a sus amigos en ese lugar con esos bandidos pero sabía que si se quedaba solo sería un estorbo para ellos, la podían tomar de rehén y dificultarle las cosas a Jet y Droy, no quería dejarlos solos pero esta era la única forma en que los tres podrían salir de esto.
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-¿Qué están haciendo?- dijo un enfurecido Gajeel quien recién aparecía, a los bandidos que atacaban el carruaje en donde en este momento solo se encontraban Jet y Droy mal heridos
-Estos tipos nos están dando problemas- dijo uno de los que se encontraba ahí
-Eran tres tipos uno de ellos escapo al bosque- dijo el de al lado
-JA! No puedo creer que dos tipos les estén dando tantos problemas, yo iré por el otro cobarde y me encargaré de el por haber huido- Gajeel estaba entrando al bosque con una gran sonrisa de cazador –esto será divertido, hace tiempo que no salgo de caza-
-No te atrevas a tocarle ni un pelo maldito infeliz- Dijo Jet con las pocas fuerzas que le quedaban
Gajeel no pudo evitar reír ante esas palabras ¿de verdad estaban defendiendo a un tipo que los abandono y salió corriendo al bosque?, se acercó a donde se encontraban los dos amigos de Levy muy heridos- No los maten aun, yo me encargare de ellos después de traerles el cuerpo del cobarde que los dejo JAJAJAJA!- les dijo a sus compañeros de bando y corrió hacia el bosque en busca de la presa a la que aria sufrir esta vez.
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Estaba cansada y asustada, esos zapatos no la ayudaban mucho en esta situación, más de una vez se torció el tobillo pero prefirió no prestarle atención a esos dolores, debía correr lo más lejos que pudiera y ocultarse, esperaría a sus amigos en un lugar seguro, ellos llegarían por ella, tenían que hacerlo se lo habían prometido, unas lágrimas escaparon de sus ojos al imaginarse lo peor.
-Noo! No! Levy ellos vendrán por ti, si si vendrán te lo prometieron- se intentaba convencer mientras corría sin darse cuenta de una piedra en frente suyo que la hizo tropezar, intento pararse y seguir corriendo pero el dolor en su rodilla la hizo caer nuevamente, tenía miedo, que iba a hacer ella sola si la secuestraban de nuevo, quería ver a sus padres a sus amigos, a Lucy, se estaba desesperando y le costaba respirar pensaba que en cualquier momento se desmayaría hasta que unos metros más allá había caído el objeto que su amigo le entrego envuelto en un pañuelo blanco, era una daga, al verla le entro un miedo pero luego recordó la promesa que Jet y Droy le hicieron, volverían por ella, si, volverían, tomo la daga y con las fuerzas que aun tenia siguió corriendo por el bosque
-Debes ser fuerte Levy, se fuerte por todos a los que tú quieres- debía darse fuerzas ella sola, no tenía a nadie a su lado para que la protegieran como siempre, debía correr y esperar a sus amigos en un lugar seguro y luego volverían a casa como si nada hubiese pasado
Corrió mucho, corrió hasta que sus piernas no le dieron más y cayo de rodillas al suelo, su respiración estaba muy acelerada apoyo sus manos en el suelo para no caer completamente, debía seguir corriendo pero sus sentidos la estaban engañando, veía borroso y sentía palpitar fuertemente su corazón, se arrastró hacia uno de los árboles y apoyo su espalda en este, intento calmar su respiración, miro la daga y una sonrisa se dibujó en su boca - ¿Qué es lo que yo puedo hacer con esto?, no sirvo para estas cosas, espero que Jet y Droy estén bien- miro un momento el bosque, era de noche pero la luna dejaba ver el hermoso lugar en el que se encontraba, logro ver un rio cerca, no se había percatado del sonido de este por lo asustada que estaba, volvió a mirar la daga- por lo menos estoy en un bonito lugar- dijo intentando relajarse un poco, se puso de pie para seguir corriendo ya había descansado lo suficiente, había avanzado unos cuantos pasos cuando un sonido de unas ramas rompiéndose la detuvieron
-Jet, Dro…- no alcanzo a terminar cuando vio unos ojos rojos asechándola, mirándola de pies a cabeza - ¿Qu… qui… quién eres?- pregunto en un hilo de voz- ¿Qué quieres?
-Así que tú eras el renacuajo que había escapado- dijo Gajeel sin dejar de mirarla, ahora entendía porque ese idiota la defendía, se veía tan débil e indefensa, rió al ver que lo que estaba persiguiendo no era lo que buscaba y paso una mano por su cabello – Je! Supongo que tú no tienes mis joyas-
-¿Joyas?- pregunto la joven sin salir del estado de criatura indefensa y temerosa en el que se encontraba
-Ahora entiendo porque esos dos idiotas no querían que viniera por ti- dijo ignorando la pregunta que había hecho la pequeña joven de pelo azul
-¿Jet y Droy?- dijo para sí misma - ¿Qué les has hecho?- dijo esta vez alzando la voz para que el bandido que se encontraba frete suyo no la volviese a ignorar- Te pregunte que si les hiciste algo- dijo endureciendo la expresión de su rostro, aún tenía miedo, mucho pero no podía dejar a sus amigos sin hacer nada al respecto
Gajeel se sorprendió al ver como la joven que hace unos segundos estaba temblando de miedo ahora le alzaba la voz, era una muchacha baja, debía tener unos 16 años, su pelo azul era muy desordenado para ser una señorita que andaba en un lujoso carruaje, tenía unos ojos cafés casi color miel y una piel blanca que se notaba a kilómetros que era tan suave como la seda – es muy bonita- pensaba Gajeel pero eso no importaba ¿Quién se creía esa pequeña renacuaja al levantarle la voz a él, él gran bandido Gajeel conocido por dejar muy heridas a sus víctimas? Definitivamente no dejaría pasar esto por muy pequeña que fuera su presa
-¿Qué pasa si les hice algo enana?- dijo con una sonrisa demostrando superioridad
Levy miro al de los ojos rojos, era alto, moreno, tenía el pelo muy largo y negro mal cuidado, vestía casi completamente de negro, tenía un tatuaje en su brazo izquierdo y estaba lleno de perforaciones en el rostro y brazos además de estar lleno de cicatrices, se notaba que era fuerte, esos ojos rojos eran los que más llamaban la atención de la joven, daban miedo pero Levy logro notar algo en ellos, algo ocultaba tras ese aspecto tenebroso. La joven recordó la daga que le había dado su amigo y la apretó con fuerza
-Si les haces algo a mis amigos te matare- le dijo la joven apuntándolo con esa daga la cual sostenía con fuerza en sus pequeñas y delicadas manos, no sabía de donde había sacado tanta valentía pero debía aprovecharla y encontrar alguna forma de escapar de ahí
Era la segunda vez que la joven le levantaba la voz y esta vez lo amenazo con un arma, eso no le asustaba incluso le causaba gracia, miraba a la joven de pies a cabeza, dirigió la mirada a las manos de esta, Gajeel logro notar que esa niña jamás había tomado un arma en su vida, mejor dicho jamás ha tenido que usar sus manos para hacer algo que implicase fuerza, era delicada y frágil seguramente jamás ha pasado por algún peligro, pensaba el joven, y aun así tiene la valentía para amenazarlo, le agrado esa actitud de esa pequeña joven, lástima que la dejaría en tan mal estado que no tendría el valor de volver a amenazar a alguien en su vida, le demostraría que por muy pequeña que sea el no dejaría pasar esta ofensa hacia él.
-¿Crees que eres capaz de hacerme un rasguño niñata?!- dijo con una voz de superioridad y se acercó lentamente a la joven, al ver que esta no reaccionaba por el miedo se acercó más hasta llegar con su boca a la oreja de la joven- no te preocupes enana, te llevare junto a ellos para que veas como los torturo lentamente y tú no podrás hacer nada más que mirar- dijo en un susurro pero al terminar de decir esto se alejó rápidamente de la joven al ver como esta intento clavarle el arma en su pecho- ¿PERO QUE CREES QUE HACES NIÑATA?!
-No te déjate hacerles daño!- dijo Levy y corrió hacia el con la daga en sus manos con toda la intención de hacerle daño
Gajeel esquivo rápidamente este ataque y la tomo de la muñeca en la cual la joven sostenía el arma apretándola fuertemente. La joven soltó un quejido por el daño que le estaba provocando, sonido que llego a los oídos de él joven y que al parecer le gusto por que volvió a apretar nuevamente su muñeca para escuchar nuevamente su quejido. Levy no le iba a dejar las cosas tan fáciles, debía volver con sus amigos, soltó la daga y rápidamente la agarro con la mano que tenía libre, iba a atacar el brazo del joven para que la soltara, el muchacho a penas alcanzo a reaccionar soltando a la joven pero de todas formas la daga le alcanzo a rozar el brazo provocándole una herida.
Gajeel retrocedió un poco para mirarse el brazo, no era una gran herida pero la joven había logrado hacerlo sangrar- esto va a dejar marca pequeña- dijo con voz más aterradora asiendo que Levy retrocediera unos cuantos pasos hasta chocar su espalda con un árbol- te vas a arrepentir por esto enana- dijo acercándose a ella, esta vez no se permitiría cometer errores, no iba a subestimar a esa pequeña la que, aunque no quisiera admitirlo, tenía mucho valor para hacer lo que estaba haciendo
Levy no pudo reaccionar cuando el joven tomo sus dos muñecas y las puso sobre su cabeza levantándola un poco del piso y apoyándola con más fuerza contra el árbol. Estaba perdida, con una persona tan grande no podría hacer mucho, miro esos ojos rojos mostraban ira, se asustó al verlos tenía que escapar de ese lugar ese tipo la iba a matar esos ojos rojos la asechaban le provocaban demasiado miedo. En un intento por escapar le pego una patada en el estómago del joven haciendo que este retrocediera soltando a la joven la cual al tocar el suelo con sus pies perdió el equilibrio, instintivamente se agarró a las ropas del muchacho lo cual provoco que el también perdiese el equilibrio. Estaban cayendo, Gajeel no podía evitar caer sobre la joven pero si podía evitar que esta se golpease la cabeza, puso su gran mano en la nuca de la joven y esta apretó fuertemente los ojos sintiendo el impacto en el suelo.
Gajeel se separa solo unos pocos centímetros para poder verla, era tan delicada, tan frágil y aun así lo amenazo para poder salvar a sus amigos, era una pequeña muy valiente, tenía una hermosa piel debía ser muy suave, acerco la mano que tenía libre y con el pulgar acaricio el rostro de ella, si, era muy suave- Ya puedes abrir los ojos enana no vamos a caer más- rió al ver como la joven aún tenía los ojos apretados por la caída
El golpe le había dolido pero la mano del joven amortiguo la caída, ¿Por qué lo había hecho? Se preguntaba aun sin abrir los ojos, sintió una áspera mano acariciar su rostro, posteriormente escucho la voz de él, era ronca, esta vez no sintió miedo al escuchar su voz, estaba siendo ¿amable?, abrió los ojos lentamente encontrándose con esos atemorizantes ojos color rojo, esta vez Levy logro ver algo distinto en ellos, ya no era ira ¿Qué era? - ¿Qué ocultan esos ojos?- se preguntaba la joven, sin darse cuenta e instintivamente levanto lentamente ambas manos y las poso sobre el rostro del muchacho, su piel era fría, Levy comenzó a limpiar unas lágrimas que no existían en ese momento en el rosto del muchacho, esos ojos ocultaban pena y miedo -¿Qué te hicieron, que tuviste que pasar para tener esos ojos que ocultan un horrible pasado?- pensaba la pequeña Levy mientras acariciaba las mejillas del joven con sus pulgares
Gajeel luego de caer sobre la muchacha solo la miraba, tenía el pelo muy desordenado afirmado por una tela que cruzaba su cabeza, se veía tan indefensa en ese momento, tan delicada, tan frágil, cualquier cosa podría dañarla, sintió unas ganas de seguirla y protegerla, el joven vio como unas manos se acercaban a su rostro, no intento esquivarlas, vio como de esos hermosos ojos color miel comenzaban a salir lágrimas y posteriormente sintió esas cálidas manos acariciando su rostro-¿po…por qué lo hace? ¿Por qué llora?- se preguntaba al sentir esas delicadas manos sobre su rostro, hace mucho que no sentía una caricia así, hace mucho que no sentía ese calor, en cuanto sintió ese calor especial lo supo de inmediato, tenía que protegerla, debía estar a su lado para que nada le pasara pero…-si…si me quedo a su lado yo… sufriré-
Bueno pequeños y pequeñas xd es mi primera historia ojala les haya gustado y nos estamos viendo en el siguiente capítulo el cual creo que escribiré pronto, estoy de vacaciones tengo mucho tiempo libre xd.
Cualquier crítica o sugerencia para el próximo capítulo es bien aceptada puesto que soy nueva en esto
Saludos a todos ;)
