El niño que murió
por C. Belén V.L.
Las manecillas de esa altísima figura que es el Big Ben vuelven a ponerse en marcha, por que todo ha terminado. Los muggles se preguntan que ha ocasionado esta detención tan inusual, mas nunca podrán descubrirlo. Harry Potter se ha enfrentado al mago más oscuro de todos los tiempos. El cuerpo marchito de Lord Voldemort yace a los pies de Harry, y se deshace en cenizas malditas por el triunfo del mal sobre el bien, en el alma misma del Lord oscuro. La brisa cálida de finales de abril se lleva sus restos, se lo llevan lejos, de un lugar de donde no puede volver. Una mancha negra queda grabada a fuego en el suelo y en los corazones; odio, crucio, muerte, pero quizás, cuando esas cenizas toquen el firmamento en el último resplandor de la tarde, tal vez, Tom Riddle, encuentre la horma de su zapato y su alma forme, al fin, un sólo conjunto.
Londres ha sido destruido, pero Harry no necesita verlo. Puede escuchar las primeras voces, ¡ha desaparecido!, de esas figuras que puede adivinar entre los escombros, ¡hemos ganado!, la misión ha sido cumplida y aun que las grietas fragmentan la ciudad arrasada, Londres ha salido a luchar y ha salido victorioso. Se levanta y todo es júbilo y alegría. Menos para Harry, que nunca se ha sentido más solo en el mundo. La sangre mana de su cicatriz como un torrente violento, y mancha los cristales rotos de sus anteojos. Haz ganado. Y no es una manifestación, no es una pregunta. Es su mejor amigo, al que creía muerto. Allí están, el uno apoyado en el otro, Ron y Hermione, que parecen heridos, pero sonrientes. No, hemos ganado, le corrige, como no, Hermione. Allí están, los tres, juntos. Los tres gryffindors; alma, corazón y mente; como un solo ser. Sus manos están manchadas, sí, por que Harry ha sido un héroe por que nunca ha querido serlo, y a pesar de las dudas y las sombras, su corazón siempre ha latido en el lugar correcto. El niño que vivió, sale por fin de su alacena bajo la escalera, y puede, por fin, disfrutar con sus amigos de los últimos rayos de sol.
(Fin)
Disclaimer: Ninguno de los personajes de Harry Potter me pertenece, son de Jo Rowling.
El título es culpa de Damon Lindelof que dijo que Harry debía morir. Eso me hizo pensar muchas cosas, entre buenas y malas, por supuesto. Esos dos parrafos son culpa de La Tercera, por organizar ese concurso. Y la culpa de todo es mía, que no estoy en condiciones de comprarme The Deathly Hallows en ingles, y que si me gano ese libro sería genial.
No son más que esos dos parrafos, 367 palabras. No hay continuaciones, no hay precuelas. Es mi propio final de la saga, a ver que les parece.
Un beso,
Belén.
