N/A: Primera vez escribiendo una escena de este tipo, así que por favor cualquier crítica constructiva es bienvenida.

Numero de palabras: 594


Cuando Soul leyó el resumen de la misión que Kid les había asignado casi se atraganta el solo.

En sí misma no era muy complicada, entrar de incógnito en un círculo social y sacar toda la información que pudieran. Hacía ya tiempo que todos sospechaban que las empresas y fundaciones a cargo de las hermanas Gorgon no eran trigo limpio, y Kid había mostrado desde hace tiempo interés en sacar los trapos sucios que (seguramente) tenían.

Aún así, Soul tenía muy claro que esto iba a acabar siendo más difícil de lo esperado.

-¿Pareja, Kid, en serio?-Dejó que la carpeta con la información cayera con un ruido sordo a la mesa. Para su gran insatisfacción, su jefe no parecía impresionado de su cara de incredulidad.

-Sí. Es la mejor forma de que vuestras reuniones no resulten sospechosas. Nadie va a pensar nada sí un par de personas con una relación abierta se quedan hasta las tantas en un hotel.

Por algún misterio de la vida, Maka sólo había sido escéptica a esto, pero no se opuso demasiado, de modo que una semana más tarde Soul se encontró en un pasillo oscuro con Maka entre él y la pared besándolo como su vida dependiera de ello. Lo cual era relativamente cierto. Se habían refugiado en la oscuridad para pasar desapercibidos tras un intento fallido de copiar ciertos documentos. Habían tenido suerte de no ser pillados in-fraganti, pero si Medusa empezaba a sospechar de ellos todo el plan podía venirse abajo en un parpadeo.

Las manos de Maka viajando por su espalda hasta su trasero le devolvieron al presente e inconscientemente movió sus caderas hacia ella. Sus labios ahogaron su jadeo y la sonrisa que se formó en ellos le obligó a moverse hacia su cuello.

Esta misión estaba probando ser dura, sobre todo cuando acabara y tuviera que volver a fingir que no sentía nada por ella, pero mientras tanto estaba consiguiendo el suficiente material necesario para que sus momentos solo no volvieran a ser lo mismo. Ya no tendría que imaginar cómo reaccionaría a que besara su cuello, o como se sentiría sus caderas bajo sus manos.

Era una tortura. Tenerla tan cerca y que a la vez fuera tan inalcanzable. Además Maka no parecía tener ningún límite y eso lo traía de cabeza. No quería aprovecharse de la situación, de modo que siempre era ella la que marcaba el ritmo con pequeñas pausas para asegurarse de que él también estaba cómodo.

En ese momento le separó con cuidado de su cuello y le lanzó una mirada mientras su pelvis hacía un movimiento sinuoso. Soul estaba seguro de que iba a morir de un ataque cardiaco, pero asintió, volviendo a su cuello mientras Maka movía sus caderas contra las suyas. Era imposible que no se hubiera dado cuenta de su erección.

Sus manos habían vuelto a su pelo y guiaban sus besos según le convenía.

-Ya se han ido.-Murmuró Maka tras cerciorarse de que los hombres de Medusa habían dejado la sala, mirando por encima del hombro de Soul.

Con manos temblorosas Soul se apartó tratando de actuar como si no hubiera pasado nada.

-¿La llave sigue en…?

Maka asintió y sacó la copia que había conseguido hacer de un pequeño bolsillo que tenía en el lateral de su sujetador. Soul apartó la mirada, cohibido, y ella pasó a su lado con paso firme hacia la puerta. Tras contar hasta cinco mentalmente Soul la siguió, tratando desesperadamente de no analizar lo que acababa de pasar y lo poco que Maka parecía afectada por ello.