Los personajes que aquí utilizo no me pertenecen
Esta historia es un regalo para WonkaWilly (ya deja de pervertirme XD)
Espero sea de su agrado
Sábado por la mañana, todo parecía tranquilo. Los Winchester y Castiel se encontraban en una cafetería en el centro del pequeño pueblo, al que habían acudido por lo que parecía un caso de "Brujas", aunque sonaba más a una falsa alarma. El problema era con una familia que parecía tener una larga lista de pacientes psiquiátricos.
-No lo sé, tal vez deberíamos investigar un poco más… -Sam hablaba pero su hermano al otro lado de la mesa no le prestaba atención estaba demasiado ocupado viendo como el ángel frente a él comía waffles con miel, desde hacía tiempo Castiel había agarrado un gusto más que extraño por la miel.
Mientras la comía hacia unos ruiditos demasiado provocativos, la manera en que entrecerraba los ojos o relamía sus dedos, hacían que la imaginación del cazador volara.
"¡Maldición Cas! Juro que si Sammy estuviera bastante lejos y no hubiese gente en este lugar te tomaría por la corbata, te estamparía contra la mesa y…"
El ángel de pronto se olvidó de comer, un leve tono rojo aparición en sus mejillas y levanto la mirada, fijando sus ojos azules en los verdes de Dean, este le devolvió una sonrisa demasiado atrevida.
"… haría que gimieras pidiendo por más, gritaras mi nombre una y otra vez…"
Castiel abrió los ojos sorprendido, ¿cómo lograba Dean pensar todo eso tan temprano por la mañana?, su sonrojo aumento cuando el cazador le dedico un guiño. Escucho que Sam a su lado hablaba pero su mente no logro procesar las palabras, estaba demasiado ocupada formando la imagen de todo lo que pensaba el cazador.
"…y te corrieras más de una vez. Es una buena idea ¿no crees?"
El ángel desvió la mirada, y asintió despacio con la cabeza. Un movimiento que solo Dean noto.
-… así que podemos ir de nuevo al archivo de la biblioteca para… -Sam seguía hablando ajeno a la conversación sin palabras que los otros dos mantenían
-¡Buena idea, Sammy! –le interrumpió su hermano –Ve que más puedes averiguar, mientras Cas y yo vamos a hablar con el comisario –el rubio se puso de pie
-Pero, ya hablamos con él –dijo Sam por fin levantando la vista de su computadora, vio que el ángel y su hermano compartían una mirada cómplice, no pregunto.
Dean y Castiel salieron apresuradamente de la cafetería.
No en vano Sam era el listillo del equipo, sabía que algo había pasado entre esos dos mientras él se tomaba un tiempo libre, pero si su hermano aun no quería admitirlo abiertamente él no le obligaría. Además no estaba muy seguro de querer saber que era lo que en realidad pasaba.
Continua...
