Camina hacia una caja.

La toma, la observa, la respeta.

La abre. Y busca.

Hay muchas hojas, en las que seguramente se encuentran sus pensamientos. Sus enfermos pensamientos.

Unos de los que se avergüenza, e intenta detener, pero parece imposible. No es tan fuerte, lo sabe. Así que intenta convivir con ellos.

Encuentra algunas cosas que realmente no importan mucho ahora. Y es raro, porque antes, podría realmente haber amado volver a verlas. Pero todo cambia. Ella incluida.

Entonces ve lo que necesita y sus manos se acercan despacio a ella. Con un poco de miedo pero seguras.

La sostiene entre sus dedos y la mira por un rato. Piensa en cómo pudo llegar a esto. Qué había pasado. Qué hizo. Y qué merece.

Tomándola de distinta forma, una más cómoda, la lleva al inicio de su antebrazo. Solo la deja reposar ahí por algunos minutos, sin hacer nada. Decidiendo una vez más.

Y la presiona contra su piel, arrastrándola en forma horizontal. Lento. Doloroso.

Clava más hondo. La sangre corre abundante, cayendo un poco en sus piernas.

Pierde fuerzas, por lo que intenta apoyarse en algo. Su espalda choca con una pared y se deja caer de a poco en el suelo.

Ve borroso y deja de saber lo que pasa. Solo cierra sus ojos, y espera.

Espera haber llegado a la meta.