Prologo
La organización Black Diamonds, es la mafia más poderosa en la ciudad de Akatsuka, esta dividida en 5, cada parte controla un punto de la ciudad: Quartz Dragons el Sur por su lider Todo. Ambar Dogs al Norte al mando de Jyushi, los Amethyst Cats controlan la parte Este dirigidos por Ichi (esta parte da acceso a los puertos marítimos, dándole una gran ventaja para recibir materia para producir droga y a su vez distribuirla). Los Sapphire Tigers se localizan en el oeste con su lider Kara, y en el distrito central se encuentra el jefe de todas las divisiones de la mafia: los Ruby Bears con la cabeza de toda esta organización: Oso; al ser tan grande y compleja esta hampa, Oso tiene a su principal subalterno Choro, quien es a decir verdad el que mantiene toda la logística de la red de trafico de drogas y armas.
Todos en conjunto son los Black Diamonds, sus integrantes suelen portar un diamante negro en la nuca mientras que sus lideres lucen en su espalda un gran tatuaje del animal que representa a su división. Y aunque todos son diferentes entre si, saben que una parte necesita de otra para operar, su unidad y trabajo en conjunto, además de las estrategias del prudente Choro y la ambición desmedida de Oso los han llevado a donde están. Así como la astucia de Todo para lograr fabricar las drogas más puras en el mercado, lo impredecible y brutal de Jyushi al acabar contra otras mafias enemigas, lo escurridizo de Ichi para encubrir sus movimientos y el dinamismo de Kara para conseguir armas de otros países para abastecer a la corporación de criminales.
El control que mantienen los Black Diamonds sobre la ciudad es interrumpido al haber un ataque sorpresa por parte de otra organización: Flag Boys dirigida por Mr. Flag: Hatabō. Estos atacaron la base de distribución de los Amethyst Cats, presumiblemente matándo a Ichi o tomándolo como rehén para obtener información de las operaciones de los Black Diamonds. Al haber perdido a su mejor amigo y amante, Kara se encuentra inconsolable e impasible al sentir que no tiene el control de lo que pasa a su alrededor. Hasta que se topa por casualidad con Ichimatsu y cautivado con el parecido físico que este tiene con Ichi, decide secuestrarlo y tenerlo prisionero en su apartamento, dándole una nueva satisfacción que nunca había probado al sentir tener en su poder a una persona y el intentar que este lo ame de lleno solo a él.
*A pesar que Todo deseaba que su división se llamará los "Quartz Bunnies" más de uno estuvo de acuerdo que era un nombre demasiado lindo para una mafia. Y le impusieron como nombre los Quartz Dragons.
Ichimatsu:
El día parecía tan normal, tan tranquilo. Ichimatsu vió la hora, era casi medio día, la hora cuando sus amigos felinos solían salir de sus escondites para buscar comida. Tomó una bolsa de supermercado donde guardaba la comida para gatos y se dirigió a pasos lentos mientras pensaba lo que lo había tenido inquieto durante días.
Después de años de confusión todo al fin parecía encontrar un sentido, le molestaba que ya sabía la respuesta pero se había negado a aceptarla, tal vez fuera por temor al rechazo o por sabía que era algo prohibido el amor entre hermanos. No había querido que esos sentimientos aflorarán. Pero a pesar del tiempo, eso siempre estuvo ahí. Amaba a Karamatsu. Inconscientemente buscaba estar cerca de el, siempre excusándose que el era muy doloroso y le gustaba molestarlo y ponerlo en su lugar cuando soltaba frases melosas a lo estúpido. Pero a pesar de todo, Ichimatsu no sentía que lo odiará, siempre que estaba junto a el sentía un pequeño vuelco en su corazón y más de una vez se había sorprendido así mismo modulando su respiración por los nervios cuando Karamatsu estaba demasiado cerca. Por más que rechazará los sentimientos siempre estaban ahí. Así que Ichimatsu decidió que ya había sido mucho tiempo de haberlos negado y solo quedaba aceptarlos, tal vez sufriera mucho pero siguiéndose por la lógica: si había estado tanto tiempo tratando de acallar ese amor sin ningún resultado, solo faltaba intentar lo opuesto. Y tal vez así llegaría a un punto. (?)
Kara:
En los bajos mundos de las drogas y la prostitución no se sabia mucho de los Flag Boys. Muy buena parte de la gente le tenía miedo, pues se contaba que si descubrían a un soplón, lo mataban empalandolos con una bandera. Un metodo de ejecución bastante particular que al parecer había impresionado a más de uno ya que ni siquiera tratando de sobornar a la gente habían dado con la ubicación de donde se escondían los Flag Boys.
Los días pasaron y la aflicción por no ver a Ichi crecía dentro de Kara. La incertidumbre de no saber si lo volvería a ver o no lo embargaban, se sumaba a la frustración de no poder cumplir las ordenes de Oso de hallar a los Flag Boys . Se sentía abrumado y no tenía nadie con quien poder tener intimidad para desahogarse.
Caminaba sin rumbo por las calles mientras fumaba un Lucky Strike cuando vio en un callejón a un chico con una sudadera purpura alimentando a un grupo de gatos. Su aspecto sombrío contrastaba con su cara de felicidad al ver a los felinos comerse gustosamente la comida. El chico estaba tan absorto acariciando a los animales que no notó a Kara viéndolo a lo lejos. Algo en él lo llamaba, era una sensación magnética, el observarlo provocaba una gran inquietud dentro de si. Un mensaje de texto llego a su móvil y rompió ese momento hipnótico. Por fortuna el chico pareció no notar nada y siguió en sus asuntos.
La segunda vez que Kara vio a Ichimatsu, iba caminando con sus subordinados después de haber salido de un bar de mala muerte para obtener algo de información cuando vieron caminar al chico de la otra vez junto a lo que parecía ser su gemelo, puesto que sus rostros eran totalmente iguales. Con la diferencia que su hermano caminaba con demasiado soltura y una sonrisa de mejilla a mejilla mientras gritaba frases sin sentido.
Aquella vez tuvo la certidumbre de que debía poseer aquel chico, costará lo que costará, había algo en el chico que necesitaba. En parte era su similitud con Ichi, su forma de caminar, de mirar hacía las cosas despectivamente, o como le sonreía a su hermano. Y por otra parte que a pesar de todo parecía tan frágil, tan necesitado, despertaba en Kara el sentimiento de quererlo proteger y tener solo para él.
Después de que sus ayudantes consiguieran donde era que vivía y las horas en que solía salir solo tomo la decisión de secuestrarlo y llevarlo a su apartamento. La intención era que pudieran raptar al chico sin que nadie los viera o este sufriera daños, así que llevarían una jeringa con un potente narcótico para dormirlo en caso que se resistiera mucho.
Para la sorpresa de Kara entre la información que le entregaron se encontraba que el chico (que ahora sabía su nombre) Ichimatsu, no solo tenía un hermano gemelo si no que en realidad eran sextillizos. Ninguno tenía trabajo o estudios universitarios. Todos hacían diferentes actividades juntándose ocasionalmente para salir a algún lugar, y frecuentaban un menestero puesto de oden.
Llegado el día, Kara y tres de sus ayudantes, más su chófer esperaron dentro una camioneta a que Ichimatsu saliera de su casa. Vieron uno de sus hermanos con camisa verde a cuadros llevando parafernalia otaku ir hacía algún evento. Después lo vieron salir a él con una bolsa con lo que parecía alimento de gato y siguieron hasta el callejón donde lo había visto Kara por primera vez.
Ichimatsu:
Divisó a pocos pasos el callejón donde se refugiaban los gatos, en algunas ocasiones Todomatsu y Choromatsu le habían advertido no visitará aquellas calles ya que era un lugar poco frecuentado y temían que alguien lo amenazará para quitarle sus pertenencias o decidiera agredirlo. Pero Ichimatsu sabía que era por esa razón que los gatos acudían a ese lugar. Ya que no había gente y podían estar a sus anchas sin que nadie los molestará.
Sin previo aviso oyó el rechinar de unas llantas detrás suyo. No tuvo tiempo de reaccionar cuando dos hombres corpulentos comenzaron a someterlo y obligarlo a meterse al vehículo. Ichimatsu trato de zafarse pero uno de los tipos lo tomo por el cuello e inmovilizo sus brazos mientras otro lo levanto de las piernas para introducirlo por la puerta. La desesperación domino a Ichimatsu. No sabía que hacer, ya lo tenían adentro cuando gracias a un golpe de adrenalina consiguió liberar su brazo de su captor y propinarle un puñetazo; cuando sintió una golpe en la mandíbula.
Sintió en la boca el sabor a su propia sangre, la fuerza del golpe lo había enviado al suelo de la camioneta. Sintió como alguien levantaba su sudadera por la espalda seguida por una horrible punzada de dolor. La confusión y la angustia se fueron disolviendo, su visión se volvió borrosa y pronto todo quedo apagado y sumido en oscuridad. En el completo vació de su mente un pensamiento salió a flote: - Estoy muerto? ... No aún no... -
Kara:
Observó desde el asiento del copiloto como forzaban a Ichimatsu a introducirse en el carro y como le suministraban el narcótico. Cuando este estuvo totalmente sedado les ordeno lo acomodaran en una posición que no se fuera a lastimar en el trayecto y comenzaron el viaje hacía la residencia de Kara. Llegando a esta, tomo a Ichimatsu en brazos y lo llevo hacia la habitación que había dispuesto solo para el propósito que estuviera él ahí. Mientras caminaba hacia el cuarto vio en el rostro de Ichimatsu sangre seca en la comisura de sus labios. Eso ameritaba un castigo para sus ayudantes, les había aclarado el que no lo hirieran en lo posible pero al parecer era muy complicado reducir entre dos personas a un muchacho.
Lo deposito con delicadeza en la cama y tomo de la pierna de Ichimatsu, deslizo el pantalón deportivo que este tenía e introdujo su pie en una tobillera parecida a una especie de arnes, y cerró con una pequeña llave. Se despidió de un beso en la frente a su nueva adquisición y regreso hacia el vehículo para reprender aquellos imbeciles.
Ichimatsu:
Se despertó de una pesadilla, aún sentía un lacerante dolor en la quijada. ¿Por qué seguía sintiéndolo? No había sido todo eso un sueño. El cuarto estaba completamente a oscuras pero algo no estaba bien, no oía la presencia de sus hermanos. La sorpresa fue mayor al sentir que no estaba sobre el futón y se encontraba en una cama. Oyó un ruido al mover su pierna derecha y palpo en la oscuridad un raro objeto aprisionando su extremidad. Ahora recordaba que su pesadilla en verdad había sucedido y por lo tanto ahora no se encontraba en su hogar, si no en un lugar completamente extraño. Contra su voluntad y sin saber como salir. Con dificultad bajo los pies de la cama, y dio torpes pasos extendiendo las manos tratando de dar con algún mueble o el switch de la luz. Quería saber al menos que tipo de lugar se encontraba. Oyó un ruido del exterior, unos pasos se aproximaban a donde estaba, sin saber que hacer trastabillo y cayó sobre si mismo. El miedo se apodero de él. La perilla de la puerta giró dejando un rayo de luz cegarlo por breves instantes. Alguien camino hacia él y le tendió una mano. Ichimatsu parpadeo y pudo enfocar su vista en un joven rostro, parecía algunos años mayor que el, de rasgos firmes y con pobladas cejas. Tomo su mano dudando y el extraño lo ayudo a regresar a la cama.
- Como te sientes Ichimatsu? -
Por un momento Ichimatsu miró a aquel desconocido, nunca en su vida lo había visto y más sin embargo el parecía no solo saber su nombre si no más cosas. Se obligo a calmarse aunque fuera un poco y responder.
- Me siento con un poco de dolor de cabeza - Ichimatsu no supo si agregar el -"Donde demonios estoy?" - Así que solo guardo silencio.
Kara lo inspeccionó con la mirada, definitivamente eso lo ponía más nervioso a Ichimatsu, y sintió dar un pequeño brinco de alerta cuando vio como Kara dirigía su mano hacia su espalda, levanto la polera morada y se acerco a ver algo en su piel.
- Sientes dolor aquí? -
Ichimatsu casi había olvidado la inyección con lo que lo habían inmovilizado. Sentía un amortiguado dolor en ese punto de su espalda.
- Si, me duele un poco cuando tocas - Ichimatsu bajo la vista y se mordió el labio antes de atreverse a preguntar - ¿Donde estoy? ... ¿porque estoy aquí? - Cuando terminó y levanto la mirada se encontró con Kara mirándolo fijamente. Vio como se ponía este delante de el y lo tomaba por los hombros.
- Te he traido para que seas mio, harás todo lo que te ordene y cuando te lo ordene - Kara lo miró sin ninguna duda en los ojos, convencido de lo que había dicho.
Mientras Ichimatsu solo sentía la sangre de su cara bajar abruptamente. ¿¡QUE ESTA PASANDO!? por que a mi? quien es este tipo loco que cree puede secuestrarme como a una princesa indefensa? Esto no esta pasando!
Miró instintivamente hacia la salida y después hacia las ventanas del apartamento, parecía estar a unos 10 pisos del nivel del suelo por como se veían los edificios a lo lejos. Sintió la rabia subir y levanto un brazo para darle un puñetazo sin pensar, a aquel pedazo de mierda. Pero antes que soltará el golpe vio como Kara sacaba algo de su bolsillo, sustrajo unas fotos y se las lanzo a su regazo.
-Antes que pienses hacer algo, o escapar, deberías tener en cuenta que yo soy uno de los lideres de los Black Diamond, de las mafias más poderosas en la ciudad, y que en cualquier momento que te resistas a mis mandatos mandaré a mis yakuzas a hacerle daño a tus seres queridos. -
Ichimatsu tomo con manos temblorosas las fotos, eran recientes, algunas eran de hace unas semanas, días, incluso unas horas atrás. Había fotos de su madre cuando fue el otro día con Osomatsu y Choromatsu a comprar comestibles. Fotos de él mismo saliendo con sus hermanos a la casa de baños. Fotos de su padre dirigiéndose a su trabajo. Incluso había fotos de él y sus hermanos cenando en el puesto de Chibita. Y su corazón casi se detuvo cuando vio fotos de Karamatsu esperando en el puente para invitar a salir a alguna chica.
Sintió sus ojos humedecerse y la rabia de no poder hacer nada cerró su garganta. ¿Que podía hacer? no quería esos mafiosos mataran por su culpa a sus hermanos y sus padres. Cuando Kara mencionó a los Black Diamonds recordó vagamente haber oído en las noticias acerca de ese grupo de mafiosos, y de como habían matado a todos los integrantes de una banda enemiga a plena luz del día en un bar.
- Bueno parece que por hoy han sido muchas experiencias para ti, así que te dejaré solo un tiempo para que puedas asimilar todo mejor - Kara arrebato de las manos de Ichimatsu las fotografías que sostenía. - Creo no necesitarás esto, será mejor te olvides de ellos si es que no quieres que sufran. Volveré en unas horas. En la mesita contigua te deje algo de comida y agua por si te entra apetito - Kara dirigió una sonrisa hacía Ichimatsu y cerro la puerta tras de si.
Espero unos minutos hasta asegurarse que estaba solo y seguro. Y por fin se atrevió a observar detenidamente las cosas que componían su limitado mundo. Una habitación amplia, con una cama matrimonial, una ventana que abarcaba la mitad de una pared, por la que se podía ver un cielo indicando era ya entrada la tarde. La mesita que había mencionado Kara con un algo que parecía una ensalada y varios rollos de sushi.
En un lado de la habitación había un pequeño baño, Ichimatsu se paro y dio pasos solo para asegurarse que la cadena de su pie le dejaba accesar al baño, pero si deseaba salir de la habitación la cadena llegaba a su limite y no podía ir más lejos. Solo podía abrir la puerta y ver el resto del apartamento, toda la decoración parecía sencilla, muebles nuevos, ningún objeto que llamará mucho la atención como una foto o algún adorno. Ese lugar era tan diferente a su casa que estaba llena de basura de sus padres o sus hermanos en cualquier habitación. Daba la sensación de que aquel tipo (que ahora recordaba que no le había preguntado su nombre) vivía solo y no solía estar mucho ahí.
Regreso a la cama, casi olvido que en un extremo de la habitación se encontraba un mueble con un televisor y un pequeño control al lado.
- Pff ¿y ahora que?- aquel tipo había dicho que regresaría en unas horas. En realidad no se le antojaba comer o ver el televisor, se sentía como un hammster en una pequeña jaulita, solo faltaba que alguien le pusiera un bebedor de agua y una ruedita para correr. Se rió para sus adentros. Rodó sobre si mismo en la cama y su pierna libre se enredo con la cadena que tenía atada al otro pie. Se levanto y decidió inspeccionar más de cerca ese artefacto.
Parecía ser de metal con revestimiento de cuero y un pequeño mecanismo para abrirse y cerrarse con una llave. En un extremo tenía una larga cadena que estaba unida a un anillo metalico anclado al piso. Daba toda la pinta de algún juguete sexual para pervertidos obsesionados con sadomasoquismo.
- Que asco, estoy en las garras de un pervertido -Dio una patada al aire con su pie aprisionado, como si con eso pudiera liberarse de aquel objeto. Nada. Se recostó en la cama y pensó en lo que estaría pasando en esos momentos en su casa ¿Se habrían dado cuenta ya? ¿Estarían tristes? ¿Lo buscarían?
Trato de pensar en lo que dirían sus hermanos con respecto a su desaparición. Se imaginaba a Osomatsu, Karamatsu y Jyushimatsu buscándolo por toda la ciudad, mientras que Choromatsu y Todomatsu se quedaban para consolar a sus padres. Pero ¿a quien engañaba? seguramente estarían felices de deshacerse de una basura inútil como él.
Aquel pensamiento hizo que se le encogiera el corazón de la tristeza. Pero tal vez fuera mejor, no quería causarles problemas, no quería ser una carga. Y mucho menos quería que aquellos yakuzas les hicieran daño por su culpa.
Se encogió por un momento pensando en si podría albergar la esperanza de volver a verlos. Sin darse cuenta el sol bajo dando paso a la noche. Ichimatsu se había sumido en una especie de letargo intranquilo de tristeza. Salió de sus trance al oír voces en lo que suponía era la entrada del apartamento. Se oyó el cerrar de una puerta y unos pasos.
Ichimatsu se recompuso al instante, se sentó asustado en un extremo de la cama. Los pasos se acercaban y de repente pensó que en esa posición debería parecer un pequeño niño asustado por haber hecho algo malo.
El sujeto de antes entro, esta vez Ichimatsu lo miró más detenidamente. Vestía pantalones negros de sastre con una camisa azul lo suficientemente justa para que su marcada complexión se notará. Este le devolvió la mirada arqueando las pobladas cejas. Camino y se sentó a su lado.
- Veo que no has tocado tu comida -
- No me entro mucha hambre -
Kara dejo salir un suspiro. Fue hacia la mesita y tomó la comida, y se la llevo de la habitación. Ichimatsu se quedo incómodamente en su misma posición, no sabía que hacer o como reaccionar. Kara regreso con lo que parecia ser un flan. Se sentó lo más cerca posible de Ichimatsu y le ofreció una cucharada del postre. Ichimatsu sintió enseguida sus mejillas ruborizarse. "-Que asco me dará de comer como a un bebe?"- Al ver que la cosa iba en serio, no tuvo más remedió que abrir la boca a regañadientes.
- No has comido desde ayer que te traje. Me preocupa que no tengas hambre - Dijo a la vez que con una mano sostenía el flan y con la otra le revolvía el cabello a Ichimatsu.
Ichimatsu se desconcertó -"¿Había pasado mucho tiempo?"- pero haciendo memoria recordó que todo había comenzado al mediodía y cuando despertó era aún de noche, poco antes del amanecer. En todo ese lapso de tiempo había estado durmiendo gracias a la droga que le inyectaron. Antes de darse cuenta Kara ya le estaba ofreciendo otra cuchara con flan, Ichimatsu no pensaba seguir ese juego ridículo de ser alimentado y estiró la mano tratando de tomar el envase de la mano de Kara. En un giro de la situación Kara lo tomo de la polera precipitando su rostro y forzando un beso en sus labios.
Ichimatsu abrió los ojos como platos, sintió la boca del extraño abriendo con su lengua sus labios para después mordisquear su labio inferior. Kara separó un poco el rostro de Ichimatsu y lo vio a los ojos, como queriendo grabar cada reacción que a Ichimatsu le pasará por la cabeza. Por fin el contacto se rompió. E Ichimatsu regreso a su posición, de nuevo sin saber que decir u hacer. Después de unos incómodos momentos Ichimatsu aclaró su garganta.
- Nunca me dijiste tu nombre - Logro articular Ichimatsu.
- Kara. - Dijo mientras sonreía triunfante - Algo me dice ese fue tu primer beso -
Ichimatsu dio un resoplido enojado. En materia de relaciones era todo un noob, que lo más cerca que había llegado con una chica había sido tomarla de la mano. Y aunque su primer beso, abrazo, lo que fuera... No le importaba, ciertamente no contaba que este fuera con una persona que no conocía y encima lo tenía secuestrado. Ichimatsu se sintió de lo más patético, preferiría estar muerto a tener que pasar por toda esta humillación sin sentido. O tal vez le molestaba que de haber preferido, el hubiera deseado su primer beso hubiera sido con Karamatsu. Todo era muy ... abrumador.
Se encogió de hombros en un reflejo de inseguridad. Kara salió de la habitación llevando consigo el postre restante. Tardo unos minutos, ya que al parecer había entrado en otra de las habitaciones. Regreso con una playera negro pegada al cuerpo y en boxers.
- Creo es hora de que durmamos -
Ichimatsu dedujo que eso significaba un "juntos". Su corazón dio un vuelco pues no estaba listo para un contacto más físico que el beso pero parecía que eso no le importaba a Kara que movía las sabanas para meterse debajo de ellas. A decir verdad Ichimatsu también se sentía cansado y sin animos de pensar más las cosas. Se acomodo en las sabanas y sintió la proximidad de Kara. De pronto se sintió vació, no estaba durmiendo con sus hermanos en su hogar. Al recordar que ya no podría siquiera estar junto a sus hermanos, una gota se escapo de su ojo. Apretó sus labios para contener un sollozo.
Kara:
Kara se sentía satisfecho por dentro, tenía en su poder a la persona que deseaba con tanto anhelo. Y podía obligarlo a hacer cualquier cosa, eso lo excitaba más de lo que quería admitir. Pero por lo pronto se conformaba con dormir con él al lado. Puso una mano sobre el pecho de Ichimatsu y sintió como este se tenso con su contacto. Aquello aún lo molestaba, el muro que siempre ponía cada que estaba cerca, siempre tan reticente. Sabía que costaría trabajo acercarse a él. Gracias a la información que habían recolectado sus mafiosos, había descubierto que no solía estar cerca de otras personas que no fueran sus hermanos o padres. Parecía solamente llevare bien con su hermano que practicaba beisbol. Pero eso no importaba más. Lo forzaría amarlo.
Pasaron los minutos y se hacía evidente que Ichimatsu no podía dormir, su cuerpo estaba rígido y se oía que tragaba saliva tratando de no llorar. Kara se levanto algo exasperado, le molestaba que no pudiera olvidarse de aquellas escorias que eran sus hermanos. Se le había ocurrido un plan. Se levanto de la cama y se dirigió hacía la cocina.
Ichimatsu
Kara regreso a la habitación con una taza de chocolate y se la ofreció a Ichimatsu. Este se la acerco y percibió el delicioso olor. Le vino a la mente un recuerdo, de él mismo y sus hermanos bebiendo chocolate mientras estaban en la salita. Como de costumbre las cosas se terminaban muy rápido en una casa con 8 personas, solo había 5 tazas de leche con chocolate; pero para su sorpresa Karamatsu compartió su taza con él: - "Let's share it my brother" le dijo mientras le ofrecía la taza.
Ichimatsu sonrió con el recuerdo, una oleada de calidez reconfortante recorrió su cuerpo al pensar en Karamatsu cuando le había dicho eso. Tan tonto como siempre.
Le dio un sorbo y comprobó que el chocolate estaba bueno. Apuro el resto y la dejo en el mueble de al lado. Sus ojos se sintieron pesados, sin duda era que le hacía falta comer y el chocolate le había causado sueño. Se recostó y con eso fue suficiente para caer en un sueño profundo, soñando con Karamatsu y el mismo, compartiendo una taza en su hogar.
Kara
Una sonrisa de satisfacción cruzo su cara. Vio a Ichimatsu respirando tranquilamente mientras dormía, y toco su cabello despeinado. Su idea de poner somniferos en el chocolate había resultado. Afortunadamente tenía un poco de chocolate en la cocina, ya que el sabor de la medicina era un poco notorío, e Ichimatsu podría darse cuenta de que le había puesto algo en su taza si solo hubiera sido leche.
Se acerco a Ichimatsu, paso un brazo bajo este y lo envolvió en un fuerte abrazo, como queriendo fundirse con su cuerpo. Ichimatsu musito algo entre sueños: "Karamatsu". Aquella palabra dolió más de lo que hubiera querido, los celos de que Ichimatsu aún pensará en otra persona.
Ya planearía como hacer que Ichimatsu solo pensará en él.
Ichimatsu
Al principio los sueños acuosos fueron agradables recuerdos, después se tornaron en un sueño turbio. En su pesadilla variar personas lo tomaban, el desesperado trataba de liberarse, lo estaban llevando hacia algo: era un pozo. Lo lanzaron dentro y Ichimatsu gritó tratando de aferrarse a las paredes. Cayo en el fondo del pozo salpicando agua, todo era oscuridad ... de nuevo. De repente oyó ruidos venir en la oscuridad. "NO, NO, aléjate, no me lastimes" grito, en su subconsciente sabía que ahí habitaba una criatura con uñas largas que le haría daño. Escucho una voz venir desde arriba del pozo. "Ichimatsu, aguanta, pronto te rescataremos" grito uno de sus hermanos. Ichimatsu sonrió aliviado, pero oía los pasos en el agua del monstruo acercarse. "Ayúdenme, por favor, me lastimará de nuevo". Volteo en todas direcciones tratando de llegar al menos a la pared del pozo pero era inútil, solo daba saltos para después caer en el agua sucia. Ya estaba más cerca, podía sentir su respiración. Ichimatsu solo se puso en posición fetal, preparándose para morir en sus garras.
- Despierta Ichimatsu - Lo despertó una voz.
- Que? - Su visión borrosa dio paso a la cara de Kara a su lado. Ichimatsu se incorporó, se sentía desorientado por el miedo que sentía en la pesadilla. Para su desgracia no estaba en un lugar mejor.
- Te estabas sacudiendo y diciendo cosas - Lo calmo Kara mientras acariciaba su pelo. - Kara lo acerco a su cuerpo y lo rodeo en un abrazo, lo miró fijamente a los ojos - Tu cara linda solo me provoca deseos protegerte - Y en suspiro depositó un suave beso en sus labios. Ichimatsu estaba tan sobrecogido por todo que ya ni siquiera intento resistirse, una parte de él estaba cansada de luchar o albergar esperanzas vacías... Tal vez fuera mejor dejarse llevar.
Kara prolongo el beso al sentir que Ichimatsu por fin dejaba de rehusarse a su contacto. Jugo con su lengua mientras deslizaba su mano debajo de su polera para sentir su suave piel. Siguió mordiendo un poco su oreja y bajando por su cuello. Ichimatsu no pudo evitar dejar salir un pequeño gemido, Kara lo oyó y eso lo encendió. Con suavidad lo empujo a la cama y se puso encima de el. Ichimatsu miró a su captor, por la mirada que le devolvió sabía que ya no había vuelta atrás. Ichimatsu desvió su mirada más abajo y vio el bulto de tela aprisionando su miembro. Y más sin embargo se sorprendió al ver que el también estaba excitado, sentía la tela de su pantalón ceñirse mientras se endurecía.
Kara:
A pesar de sentir unas ansias irrefrenables de poseer a Ichimatsu, quería ir lento, ese beso lo había insitado a ir por más y el que Ichimatsu por fin dejará abajo sus defensas lo había puesto demasiado duro, casi dolía. Pero era mejor ser paciente y jugar un poco. Su posesión, su Ichimatsu, solo de verlo así podía venirse, tan indefenso. Con su polera un poco levantada del estomago y su cara un poco sonrosada, se veía tan inocente como una chica virgen, pero mucho más irresistible ya que era solo suyo, necesitaba ver más de esa piel. Tiro hacia arriba de la ropa y sintió un pequeño respingo en el cuerpo de Ichimatsu. Descubrió su pecho y vio una blanquecina y suave piel con dos pezones de tono rosado, tomo uno con su boca y comenzo a morderlo, el oír el gemido involuntario de Ichimatsu lo animo a acariciarlo con su mano libre en el otro pezón. El oír más y más gemidos venir de Ichimatsu lo estaba volviendo loco, la cabez le daba vueltas de las ansias.
Kara se levanto para poder ver de nuevo a ver esa cara. Dios! Era hermoso, los ojos de Ichimatsu estaban brillosos y el color había subido más en su rostro. Kara tomo de los pantalones deportivos de Ichimatsu y los bajo hasta las rodillas, liberando su pene. Estaba inflamado sacando unas gotitas de liquido preseminal. Lo tomo con su mano dando unas delicadas sacudidas. Sintió una oleada de regocijo al ver que Ichimatsu agarro las sabanas y se mordió la mano para contener un gemido. Rozo con su lengua la cabeza del pene y jugueteo un momento, mientras veía a Ichimatsu mirarlo con la cara completamente roja y perlada en sudor. Abrió más la boca y abarco todo el pene de Ichimatsu, se tomo unos segundos para saborear el liquido que goteaba. Comenzó a succionar y sintió como Ichimatsu arqueaba la espalda. Acelero los movimientos y no cabía en sí de ver a Ichimatsu perdiendo el control. Era justo el momento.
Kara se incorporó y se sentó, y de un movimiento levanto a Ichimatsu para que este estuviera sentado en sobre él. Ichimatsu todavía jadeaba, su pecho subía y bajaba violentamente. Algo tintineo, toda la excitación había hecho que se olvidará de la cadena sujeta al pie de Ichimatsu, que pervertido se veía todo, Ichimatsu gimiendo y encadenado del pie, en un futuro le pondría unas esposas también, pero por ahora todo era exquisitamente perfecto.
Puso un dedo en la boca de Ichimatsu para que lo lamiera. Este obedeció como un perrito y dejo una copiosa capa de saliva en el dedo. Kara introduce el dedo húmedo en el ano de Ichimatsu, provocando que este de unos pequeños resoplidos de placer. Esta tan estrecho por dentro, tan suave. No podía esperar para estar dentro. Mordió los hombros de Ichimatsu dejando pequeñas marcas rojas e introdujo un dejo más dentro del ano de Ichimatsu. Este gimió partes iguales de placer y de dolor. Pudo ver una lagrima escaparsele de un ojo. Esa expresión era tan tierna y sensual. Tomo con su extremidad libre la mano de Ichimatsu para guiarla a su propio miembro y lo masturbará. El estimulo de la suave mano subiendo y bajando en su pene hizo que le girará la cabeza. Casi se olvida que necesitaba algo, se estiró como pudo al mueble junto a la cama y sustrajo una botella de lubricante.
Mojo con el lubricante tres dedos y alterno sacándolos y metiendolos para estimular el ano de Ichimatsu, cuando sintió que la entrada se había relajado lo suficiente, Kara comienzó a verter lubricante en su pene. Y ya que estaba totalmente húmedo lo puso en la entrada del culo de Ichimatsu.
Ichimatsu le dirigió una mirada, mezcla de culpa y miedo.
- No quiero seguir - Dijo Ichimatsu.
- Eres tan inocente, lo quieras o no, te follaré hasta que te desmayes -
Ichimatsu
Kara levanto sus caderas y lo miró fijamente mientras lo penetraba. Ichimatsu echo la cabeza hacía atrás, a pesar de haber tenido tres dedos adentro y lubricante, no se comparaban con el dolor de un pene desgarrandolo por dentro. Encajo las uñas en los hombros para Kara, tanto para soportar el ardor por dentro, así como indicarle de alguna manera que se detuviera. Cuando estuvo completamente adentro fue un poco mejor, se sentía tan lleno, y un poco incomodo. Apenas sentía que podía acostumbrarse a eso cuando Kara comenzó a moverse. Las embestidas dieron paso a que poco a poco lo disfrutará, un gemido salió de su boca seguido de muchos más. Kara tomo el pene de Ichimatsu y comenzó a masturbarlo. La sensación de ser follado y masturbado al mismo tiempo era demasiado. Descargas de placer invadían su cuerpo sin compasión una tras otra, hasta que no pudo contenerse más y derramo su semen en la mano de Kara.
- No he terminado contigo - Le susurro Kara mientras le introducía en la boca los dedos sucios de su propia venida.
Ichimatsu le relamió los dedos, ya no importaba nada, la culpa se había ido. Saboreo su propio sabor mientras era embestido cada vez más rápido. Sintió el pene inflamarse levemente cuando este alcanzo el orgasmo mientras que Kara empujaba sus caderas hacía abajo para expulsar su secreción lo más profundo posible. Al terminar, dejo caer su cabeza en el pecho de Ichimatsu, los cuerpos de ambos ahora estaban perlados en sudor. Realmente se sentía cansado, Kara saco su miembro, dejando escapar unas gotas blancas, manchando las sabanas. Ichimatsu se recostó exhausto y un poco adolorido en su interior. Cerró sus ojos. Demonios, había sido cierto lo que había dicho Kara, realmente lo folló hasta que él se desmayará. Y se dejo caer en un pesado sueño.
