Cuando Lily entro a Hogwarts, jamás se imagino que James Potter, el niño mas malcriado y molesto de Hogwarts seria su esposo, se imaginaba que probablemente terminaria con alguien serio y amoroso, ahora estaba sentada en el lado derecho de la cama. El reloj marcaba las once de la noche, ella no tenía sueño, había algo que se lo quitaba, algo que la asustaba y emocionaba al mismo tiempo, sintió movimiento en la cama y sonrio de lado, James estaba completamente dormido roncaba un poco y tenía la boca abierta, Lily sonrio ante esto nuevamente, ¿Como habia llegado hasta acá? ¿Como nunca le habia hecho caso a James? James tan amoroso, habia hecho todo lo que podía por cambiar y madurar y todo por ella, ella quien varias veces en su adolescencia lo habia rechazado tantas veces, quitandole la ilusión al castaño, eran tantas cosas las que pasaban por la mente de la pelirroja que penso que no pegaria un ojo en toda la noche, pero no fue así, se acurruco en los brazos de James y se perdió en sus sueños.
Al abrir sus ojos, James ya no estaba ahí, escucho ruido en la concina y bajo a ella, solo para encontrarse al castaño haciendo el desayuno, era una escena muy graciosa: James cocinando al estilo Muggle, con una mueca de dolor en su cara y alejado lo suficiente para que el aceite no saltara a sus manos.
-Cariño…- James volteo un poco alterado.- No te debes de preocupar, venga dame la espatula yo lo hago.
James con cara de derrotado, acepto la propuesta de la pelirroja, extendiendole la espatula y dandose por vencido mientras se sentaba en la mesa que estaba a lado.
-Quería…- Lily lo interrumpió.
-Lo sé, cariño, querías intentar hacer las cosas como yo, pero siempre me puedes preguntar antes de hacerlo.
-Lo siento, estabas dormida y te quería sorprender.-
-Esperame en el comedor, yo termino.- James un poco apenado, se alejó.
Quince minutos mas tarde, tras quitar el huevo quemado del sarten y empezar a hacer nuevamente la comida, alguien toco a la puerta, James fue el que atendio el llamado y se sorprendio al ver a Remus y Sirius.
Lily escucho la inolvidable voz de Sirius en la sala y se propusó a llevar la comida al comedor, anunciando que el desayuno ya estaba listo.
-Buenos días pelirroja ¿Como estas?- dijo Sirius animado, tomando un lugar para desayunar.
-¿Tu los haz llamado?- pregunto James igual de animado que Sirius.
-¡Claro! Quería contarles algo- Lily tomo la mano de James cuando todos ya estaban sentados.- ¡Estoy embarazada!
Lo siguiente que pasó fue un grito de emoción de Sirius y unas lágrimas por parte de James.
-Muchas felicidades, Lily- Remus abrasó a su amiga.
-¿Cuanto? Y ¿ Por que no me habías dicho?- James aún tenia lagrimas en los ojos
-Tres meses, y no te habia dicho porque queria estar segura, ayer fui a San Mungo para confirmar, lo siento mi vida.- explicó ella quien de tanto contenerse por fin tenía los ojos llorosos y una gran sonrisa en su rostro.
-y ¿Qué es?- preguntó Sirius- ¡Esperó que sea un mini-cornamenta!
- Lo sabre al cuarto mes, la medimaga me dijo que si quería saberlo en ese momento, pero recuerdo que mi madre decía que era mas preciso al cuarto mes.
-Lily Evans ¿Sabes que me haces el hombre más feliz del mundo?- ambos rompieron en lagrimas de felicidad, Lily abrasó a James, Sirius abraso también a James y Remus a Lily quedando los cuatro en un abraso muy grande, llenos de felicidad.
Y así los meses pasaron, seis, para ser más exactos, al cuarto mes se supo que el pequeño ser que Lily llevaba adentro sería una niña, para la desilución de Sirius -aunque en el fondo ya estaba preparando las varias bromas que le haria a los futuros novios de su sobrina-Apenas empezó Mayo y una fiesta inundaba el patio de la casa de los Potter, habia muchos globos de color rosa y blanco, algunos regalos en una mesa y mucha gente que con abrazos felicitaba a la pareja.
-¡Abran los regalos!- sugirio Alice Longbottom quien estaba en una de las primeras mesas junto con su esposo Frank.
-Bien veamos- Lily agarro el primer regalo de la mesa al abrirlo dejó ver un traje azul con puntos blancos .- Gracias profesora McGonagall.
McGonagall sonrio ante el agradecimiento y tras varios regalos, entre ellos pañales, juguetes y ropa, llego a uno pequeño con un papel de envoltura color negro, al abrirlo dejo ver un pequeño broche color rojo con un lirio en medio, ella sabía perfectamente de donde venía aquel presente y sonrio con tristeza, pues era de su ex-mejor amigo Severus Snape, había perdido aquel broche cuando tenía once años en el bosque donde ambos jugaban, tenía una pequeña nota pegada al papel.
Encontre este bosque hace poco, espero que le sirva a tu pequeña, muchas felicidades Lily
-El principe Mestizo.
Volvio a sonreir con tristeza guardando la nota y en su bolsillo y poniendose el bronche en su cabello.
20 de Mayo de 1979
Los dolores eran intensos y cada vez se le hacia mas complicado mantener la calma a Lily, para su mala suerte James no estaba en casa, pues tenía un asunto con Dumbledore y su capa de invisibilidad, alguien toco la puerta y ella con mucho esfuerzo abrio la puerta.
-¡Sirius! dios que bueno que estas aquí- grito Lily
-¡Lily!
Sirius agarro de un brazo a Lily y la llevo a su motocicleta.
-¡¿Me llevaras en esa cosa?! ¡Auch!
Sirius no contesto, estaba mucho más preocupado y nervioso como para hacer caso a el mal humor de Lily.
-Solo sube, por favor Lily.
Lily no lo penso dos veces, aunque odiaba la motocicleta de Sirius en ese momento, nadie más podia ayudarla, no había manera de aparecer estando ella embarazada y mucho menos con los polvos flu.
En medio de las nubes, se visualizó el hospital.
-¡Yaa aterriza!- Lily estaba furiosa, una contracción volvio a aparecer y desato un golpe Sirius.
Los medimagos salieron rápidamente llevaron a Lily a la sala de emergencias y ahí los gritos de la pelirroja se escuchaban por toda la sala de expulsión*
Sirius envió un patronus a James diciendole todo lo ocurrido y al instante James llego con un semblante preocupado, pero Sirius no estaba en la Sala de espera, había entrado junto con Lily.
Un Sirius muy palido salio de la sala de expulsión.
-Vomitaste ¿no es asi?- pregunto James con una mirada traviesa, Sirius solo se limitó a asentir con la cabeza y acostarse en el sofa de la sala de espera, una enfermera se acerco con una poción anti-vomito y siguieron esperando.
Sus seres queridos comenzaban a llegar, como Remus, Peter, Alice, Frank y los demás integrantes de la orden del fénix, incluso Dumbledore se encontraba ahí.
Y el momento que todos estaban esperando llegó, en la ventanilla de las cunas se encontraban los Merodeadores, menos Peter que tenía asuntos más importantes que hacer, la enfermera acerco a una bebé sin cabello, estaba dormida y se removia en las sabanas.
-¡Mira que inquieta es Cornamenta!- decía Remus
-¡Heredo tu cabellera!- bromeó Sirius.
Se quedaron viendola por mucho tiempo hasta que se cansaron porque ya era de noche.
Había una gran coincidencia en ese mismo hospital y era que Narcissa Malfoy también estaba teniendo a un bebe y la sorpresa, también era niña, claro que ninguna de las dos familias sabían, Narcissa estaba en lo que era la otra parte del hospital, la sala de Maternidad ya que se había preparado todo con anticipación.
La Orden ya se había retirado, Lily estaba descansando y los Merodeadores se quedarón dormidos en la sala de espera.
Cerca de las tres de la mañana James abrió los ojos al sentir el movimiento de la sala, había dos medimagos en la sala de cunas, por lo que James alcanzó a ver y las enfermeras tambien iban de un lado a otro, se levanto de donde se quedo dormido, dejando caer la cabeza de Sirius y remus que estaban en sus hombros, se acerco a la puerta de la sala de cunas y pego su oreja a la puerta para escuchar, penso en hacer un hechizo revelador pero no queria levantar sospechas.
-¿Hora de muerte?- preguntaba una enfermera.
-3:45 a. m.- contestaba una medimaga, James se alejó de la puerta y la medimaga lo vió.
-Señor Potter…- la medimaga se sorprendió- debería ir a descansar.
James Potter hizo lo que la medimaga ordeno, sin preocuparse de nada más, después de todo si hubiera sido su hija la medimaga le hubiera dicho. Volvió al sofa donde dejo a Sirius y Remus y al sentarse y acomodar su cabeza en un lugar comodo cayo en un sueño profundo. James sintió que solo habian sido unos minutos desde que se fue a dormir y ahora alguien lo estaba sacudiendo para despertarlo, sus ojos los abrio pero los sentia muy pesados, miro el reloj y descubrió que solo durmio tres horas.
-¿Que pasa?- Un Sirius con ojos llorosos lo sacudía aún.
-James…- el castaño se preocupo ¿Por qué Sirius tenía lagrimas?- James… tu hija…
-¿Que le pasa?- pregunto de nuevo pero con mas nervios.
Sirius no tuvo el valor, no podía, no podía arruinarle así las esperanzas a James… no él. Pero el silencio fue más que suficiente.
-Lo siento… Lo siento… Lo siento- decía Sirius con aún mas lagrimas, ambos amigos estaban abrazados y compartiendo un dolor inimaginable, Remus se encontraba con Lily quien había reaccionado de la misma manera.
Más de dos corazones se rompieron ese día y la idea de un hijo de James y Lily se esfumo hasta que unos meses después la vida tuvo que continuar, casi un año después nació Harry James Potter el 31 de Julio de 1980, aunque el vacío que dejó su hija jamás se iría, el funeral fue sencillo, el hospital San mungo se encargo de ello ya que la joven pareja no podía aguantar ver a su hija sin vida, querían recordarla como fue, una inquieta niña llena de vida ya que Lily estaba devastada.
En la sala de Maternidad una pareja rubia cargaba al nuevo integrante de la familia.
-Esta aquí Lucius- decía Narcissa emocionada, con los brazos extendidos para que le pasaran a la niña quien estaba envuelta en una manta rosa.
-Es hermosa, amor.
La niña abrió los ojos, dejo ver un hermoso color verde esmeralda y volvió a cerrarlos.
Lucius cargo a la niña y le dio un beso en la frente.
*Sala de expulsión: Se ubican en el área de maternidad de hospitales y clínicas y están equipadas con todo el material necesario para el correcto nacimiento del niño, su posterior cuidado y examen, así como; para las urgencias que pueda tener la madre durante el embarazo.
