-Candice-

-Lamento la demora, Candice, no fue mi intensión hacerte esperar…

-No te preocupes, he ordenado una soda mientras te esperaba –Saludé efusivamente a mi amiga Annie, a quien no veía por casi 4 años, desde que salimos del colegio secundario.

-Cuéntame, ¿Qué has hecho en tantos años? Esto de las redes sociales sí que son muy efectivas, mira que contactarnos después de tanto tiempo…

-He concluido la media superior e ingresaré a la Universidad a estudiar Medicina-Respondí con un toque de vanidad, me había imaginado con mi gafete y mi bata blanca, con el cabello recogido en un chongo alto y unos lentes para dar un toque sofisticado a mi imagen… bueno, eso en parte, en realidad tengo un alto llamado altruista para ayudar a quienes menos tienen y mi deseo era brindar un poco de alivio a las personas marginadas de un bello lugar que conocí en África durante mi viaje misionero por parte de la Iglesia . -Y tú.. ¿Entrarás a la Facultad de Educación?

-Emmm … nop, la verdad cambié de vocación en la medio superior; me dedicaré a la actuación de manera profesional. En este verano tomaré clases de canto en el Conservatorio de Artes.

-Aun no sé qué haré este verano. Mis planes eran pasear por Europa antes de la residencia, pero mi madre me ha pedido que me quede ya que no estaré en casa muy seguido, y como hija única aún no se acostumbran a la idea del nido vacío… ya sabes.

-Me imagino… ya sé, tengo una idea, ¿por qué no tomas clases conmigo?

-No, gracias, yo no canto ni en la ducha…

-Ándale, anímate…

-Annie, el canto no es lo mío…

-Bueno, al menos acompáñame a dejar mis documentos y seguimos platicando de nuestros planes…

Annie es la hija del que fuera socio de mi padre. Habíamos crecido juntas desde el Kinder Garden y ambas habíamos sufrido mucho al concluir el colegio secundario. Nos separamos prometiéndonos escribirnos o llamarnos todos los días… al principio así fue, pero conforme pasaron los años las nuevas actividades fueron ocupando el espacio que dejó nuestra amistad, hasta que un día las llamadas se convirtieron en correos de voz o mensajes que nunca fueron devueltos… nuevas amistades y nuevos conocidos llenaron nuestro vacío… pero después de, casi cuatro años estamos nuevamente juntas.

Mi mayor deseo es que podamos frecuentarnos un poco más que en estos últimos años. Recuerdo las tardes después del tiempo de escuela. Comíamos juntas a diario, a veces en su casa y en otras ocasiones en la mía, muchas veces me quedé a dormir en su casa y compartíamos todo… menos novios… Secretos… sí y muchos.

Yo fui quien le dio un empujoncito para que comenzara un noviazgo con Marc y ella me ayudó a salir muchas veces con John sin el permiso de mis padres.

Si me dijeran que definiera en una frase mi amistad con Annie sería: Complicidad.

Muchas veces nos juramos no separarnos jamás, que nos casaríamos el mismo día y que nuestros hijos formarían parejas para que nuestra amistad traspasara las fronteras del tiempo y espacio.

Decíamos que hasta en el cielo, en caso de llegar hasta ahí, nos encontraríamos y seguiríamos siendo amigas y que si hubiéramos tenido hermanas nos hubiera gustado que fuéramos yo para Annie y Annie para mí.

-Creo que es por aquí.

-Es por aquél pasillo, creo… dice: "Audiciones" –La miré incrédula -¿Vienes a audicionar?

-Así es, por eso tenía algo de prisa y nervios, muchos nervios… Candice- Annie me clavó las uñas en mi brazo y gritó -¡Muero de nervios! –Y al oído me dijo –Tengo que hacer pis. ¿Podrías registrarme?

-¿Qué? No, espera… no puedo…-Ella ya iba ingresando al servicio de damas y yo tenía su folder en las manos.

-Señorita-Llamó mi atención una mujer de apenas 1.60 de estatura, con el cabello recogido y gafas sujetadas con una cadenita que le pasaba por los hombros y estiraba la mano para que le entregara los documentos. Tuve una impresión que me vería así con el cabello recogido e inmediatamente me solté el cabello y me entremetí los dedos para alborotar un poco mis mechones rebeldes -¿Se va a inscribir o no?

-Eh! Sí, aquí están mis documentos…-Estiré mis brazos y mi hermana no regresaba, sentí nervios porque mis pensamientos racionales comenzaron a tocar la puerta de la prudencia: ¿Qué vas a responder si te preguntan algo de Annie que no sepas? Recuerda que hace mucho tiempo que no la ves; Seguramente ya te dejó embaucada y tendrás que cantar-"No" Cantar no!

-¿Se le ofrece algo?

-No, gracias; solamente pensé en voz alta.

-Este es su número y debe portarlo en su pecho, por ningún motivo debe quitárselo –Lo recibí con una sonrisa y salí de la fila. Agradecí al cielo que no revisara el contenido del sobre que le entregué y se conformara solo con los datos personales básicos.

Tamborileaba mis uñas en el cartoncillo que tenía el número 186, me estaba desesperando porque Annie no aparecía.

Comencé a caminar como personaje de dibujos animados, de un lado a otro contando dos pasos y de vuelta, imaginándome que al momento que mi amiga llegara tendría una zanja de tres metros esperándola: Su Tumba…

-Perdón por la demora.

La fulminé con una mirada –Un segundo más que te hubieras demorado, te prometo que habría ido a buscarte, así me llevara toda la vida –Le dije sarcásticamente con los ojitos entrecerrados y haciéndole una mueca.

-Ya!, lo siento… me demoré porque los comentarios que decían en el servicio de damas eran oro molido…

-Hummm!

-No te enojes amiga, mejor ven conmigo a mi audición –Dijo tirando de mi mano hacia el interior del auditorio.

Cada una empujó un ala de las puertas abatibles. En el interior del auditorio había muchas chicas eufóricas, muchas modas desfilando y algunas haciendo calentamientos de voz, otras más retocando su maquillaje… Lo que fuera a pasar hacía que el interior fuera como una olla hirviendo. Fue una de las pocas veces que pude sentir el olor a temor y nervios sin que fueran mis sentimientos.

Era un taller de verano, no sé por qué tanto drama por hacer la audición. Pero, en fin, aquí me encuentro entre muchas personas, la mayoría chicas deseando integrarse al reducido grupo del Conservatorio.

No comprendo mucho de lo que presenciaré y al parecer soy una de las pocas personas que no portan número a la altura del pecho.

Otra conclusión a la que he llegado es que será una tarde muy laaaaaaaaaaarga y fastidiosa.

Escucharé al menos mil fragmentos de diferentes canciones y diferentes géneros, he calculado el número de asientos y restado un porcentaje del 000.1% que corresponde a los acompañantes, claro! Como lo es mi caso.

-Les pedimos su atención y respeto por los participantes, rogamos su amabilidad al limitarse las ovaciones, gritos, silbidos u ofensas. Estamos por comenzar.

El Auditorio de Conservatorio está ligeramente iluminado. Tonos azules, violetas, amarillos y rojizos me permiten observar perfectamente a los participantes.

Lo buenos es que son fragmentos… imagínense el martirio para los que tienen qué escoger entre todas esas voces participantes a sólo ciento cincuenta … y todo para formar un coro que cantará acompañado de orquesta para las fiestas decembrinas…

He escuchado al menos a setenta y cinco de los que han pasado.

He recurrido al servicio de damas más de diez veces para humedecerme el rostro y no quedarme dormida, el guardia de piso me mira de una manera como diciendo "un movimiento en falso y no la cuenta, señorita" ...

Creo que si hice algo muy malo en el pasado esta ha sido mi condena.

La butaka, que por lo general es acojinada y cómoda, ahora está dura y nada suavecita… he intentado permanecer quieta al menos más de diez minutos… pero es imposible!

Subo un pie en el posa brazos… lo bajo…. Me siento casi con la espalda… me recargo en un brazo… bostezo… me lloran los ojos… me los he secado muchas veces… -Esa canción está bonita- Digo en mi pensamiento, la tarareo, me entretengo…

Ya me cansé de nuevo… ir de nuevo al servicio de damas?! Ni pensarlo, no quiero pasar la noche en los separos de la estación de policía.

Me imagino tras las rejas… mis manos aferradas a los tubos fríos, mi madre del otro llorando: ¿Pero qué hiciste, Candice? … yo: Madre, lo siento mucho… te he fallado… visité más de mil veces el servicio de damas en Conservatorio… lo sé es algo tonto pero me causó risa en mi interior y al menos me distrajo un par de minutos más.

Me levanto para acomodarme el pantalón que se ha subido un poco más de la cuenta y comienza a incomodar –Hey! Es mi amiga –Le digo a una chica que me ve con cara de "no me interesa"

Permanezco sobre mis pies, termina la obertura… entró a tiempo en anacrusa del segundo compás... Me emociono por ella y la ovaciono sólo con mímica dando brinquitos en mi lugar.

Su voz me lleva a nuestros tiempos de adolescentes cuando le ayudaba a ensayar para las obras de teatro, a Annie siempre le había gustado el canto y aprendí de ella infinidad de términos musicales que jamás los habría comprendido si otra persona me los intentara explicar.

Su participación llega a su final, miro hacia la línea de jueces, todos inclinan sus cabezas y comienzan a anotar en sus hojas… ella me busca con su mirada y yo levanto mis manos con los pulgares arriba en señal de "lo hiciste bien, amiga". Aprovecho que me mira para indicarle que me tengo que ir.

Con su mano me dice adiós y mueve sus dedos índices en señal de "nos vemos mañana"; le contesto "ok" moviendo la boca y asintiendo con la cabeza y pongo mi muevo mi mano a un lado de mi cabeza diciéndole "llámame" Ella dice Sí.

Me cuesta pasar entre tanta gente.

Todos los que han audicionado se van a quedar para esperar resultados.

Salgo al Lobby y hay un mundo de gente, literal, un mundo de gente.

Me abro paso como jugador de la NFL apunto de taclear a un jugador.

¡Rayos! Mi cartera de mano se ha atorado con alguien, lo tomo con fuerza y tiro…Oh, oh! Demasiada fuerza. –Lo siento, mil disculpas –Siento cómo el color carmesí inunda mis mejillas.

Bajo la cabeza y apresuro mis pasos.

Dios, hace un calor humano infernal! Siento que me ahogo… ¡Aire! Intento llenar mis pulmones… ¡Ya, Candice, bájale a tu actuación! Me digo en voz bajita y me río.

Por fin, la salida. Empujo con ambas manos la puerta… ¡Rayos! Está atorada.

Doy dos pasos atrás para impulsarme, me acomodo la bufanda y empujo con fuerza…

Sea lo que sea que obstruía el paso ya no está, cierro los ojos en automático imaginándome el golpe que me daré al llegar al piso...


Deseo que les agrade :D

Muchas gracias por leer

Con cariño: Mar