Dedicatoria: Para Steff por su cumpleaños *- */ sé que no se compara a otros regalos más "físicos" pero ojalá lo disfrutes

C/A: El resumen se une al fic. Reviews serían awesome pero si no los hay, ajo y agua. Espero que les guste. Amo el angst de estos dos, en el futuro trataré de plasmarlo mejor

Disclaimer: K Project no es mio pero este drabble sí


Se lo dijo, una vez.

Fue lo suficientemente decepcionante para no querer repetirlo...además de no volver a permitir la oportunidad.

Fushimi apoyaba el codo en la barra y le prestaba atención de soslayo con gesto más bien cansado, su cara de siempre. Después de algunos minutos tenía ganas de hacerlo callar, o escarmentarlo, o de que se volviera más perceptivo por algún tipo de iluminación divina y se diera cuenta de que acababa de tocar su límite a fuerza de ignorar lo que decía y centrarse en quien lo decía.

El rey rojo, el bar, la pandilla y toda esa estupidez le importaban de poco a nada, cada vez menos…sin embargo, no dejaba de gustarle ver a Misaki dirigiendo su entusiasmo hacía él.

Estaba bien jodido, le gustaba en exceso y en secreto.

El skateboy (que por aquel tiempo aún no lo era) estaba en su salsa- (...) entonces ¿Qué quieres hacer? –insistió. Ni siquiera sabía cómo llegaron a ese punto en aquella conversación donde nunca había tenido el hilo ¿y con qué objeto, joder? su único asunto era HOMRA.

Pero ya que preguntaba... Sonrió con picardía para sí.

-Estar contigo-Dijo, con esa desfachatez atípica en su hermetismo, que posteriormente se convertiría más adelante en característica de su codicia, haciéndolo sonar más allá de lo común y corriente

Fuera por el motivo que fuese, cerrarle la boca, fastidiar o declararse, llamémoslo corazonada a lo que pasó. Podría jurarlo, fue un latido de los más ciertos y sentidos traducido en palabras.

Solo lo escucharon ambos, nada cambio en la atmósfera del bar.

El efecto se dio de inmediato y resultó sumamente satisfactorio: silencio abrupto, hesitación, dulce desconcierto, un amago de arrebol en los pómulos… Tuvo un sabor gratificante...

Efímero

Sin embargo no duró más que un momento. De forma muy desagradable se transmutó en una carcajada sonora y divertida que le dejó con la sangre helada, inexpresivo e inmóvil, cuasi inerte, en aquella posición. Ni se notó, cabe destacar, o solo su amigo no se dio cuenta, para variar.

-No jodas…-

Tensó los labios. La resignación le hincaba en el pecho casi ahogándolo.

No estaba jodiendo...Vete tú a explicárselo a quien se ríe en tu cara cuando acabas de confesarte. Debía haberlo previsto, no existe respuesta correcta ni posibilidad de obtenerla

En fin, irrumpieron algunos miembros del grupo en el local con lo que Mikoto hizo acto de presencia y, asimismo, Yata lo olvidó allí, en la esquina, con todo y lo dicho, para reunirse con ellos a conversar animadamente.

Fushimi los contemplaba sin disimulo, igual ni se daban cuenta, o estaban tan acostumbrados a su nula intervención entre ellos que directamente desistían de hablarle, y así lo prefería.

No manifestó un solo signo pero le dolió, como ser despellejado vivo y tal vez más. Tanto que optó por irse a casa antes de terminar enfermo o arrancarse esa cosa inútil que se retorcía herida de muerte en su pecho en lugar de palpitar.

Maldición

¿Cómo rayos culparlo? fue exactamente su facilidad para acercarse a los demás lo que terminó entrelazando sus destinos. Fue eso lo que permitió que dejara de sentirse desamparado.

Lo salvó de la soledad.

Ah pero, sin tener idea de cuándo ni cómo, había sido relegado a la FriendZone.

Y lo peor de todo es que no era el único allí.

Vaya mierda.

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