Descargo: Los personajes utilizados son propiedad Yoshiki Tanaka.
Promesa
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Etoile sabe que no es la persona más brillante del mundo, tampoco es la más idiota. Aunque se está cuestionando eso último. Sólo a la persona más idiota del mundo se le ocurriría hacer semejante promesa; aún no puede creer del todo que fuese ella y no un ser externo utilizando su cuerpo.
Pero ahí están las consecuencias de sus actos.
La consecuencia tiene cabello blanco, ojos azules y sonrisa tonta, también tiene la mano alzada. Sólo unos cuantos centímetros sobre la cabeza de Etoile.
Ella lo conoce. Él es el hijo ricachón de un importante empresario, fueron vecinos durante un par de días, luego Etoile y su familia se mudaron.
Durante el tiempo en que vivieron en casas contiguas el chico, Arslan, se empeñó en ser su amigo.
Etoile, por su parte, no quería saber nada de él; la familia de Arslan no cree en Yaldabaoth, son herejes. Además, ella estaba demasiado ocupada intentando que sus conocidos no se enteren de que es mujer; no quería, ni quiere, que la traten diferente, que la consideren débil.
Por eso cuando Arslan comenzó a distraerla y a meterse en problemas (el chico es un imán de problemas), atrayendo la atención sobre ambos, Etoile buscó una solución. Y la encontró.
Arslan era pequeño, ella alta.
—Ricachón —le llamó—, te prometo que seremos amigos el día en que seas más alto que yo.
Etoile no era tonta, pero no había pensado a largo plazo; quería un modo de regresar a su paz.
Pero Arslan tampoco era tonto. Sólo inocente. Quizá le hostigo demasiado pensó, de modo que aceptó la promesa.
Ninguno contaba con que días después la familia de Etoile anunciase su mudanza.
La vida da vueltas y la de ellos está enredada. Volvieron a encontrarse años después. Él no la reconoció al inicio, ella sí. No quiso forzar la situación, así que no dijo nada; Etoile estaba vestida como mujer y estaba segura de que Arslan creía que ella era hombre.
Intercambiaron palabras porque la situación lo requería y porque Arslan es amable.
Días después volvieron a encontrarse, esta vez las cosas cambiaron.
Etoile caminaba a casa, vestida como hombre. Arslan corría, distraído. Ambos colisionaron. El gorro, que Etoile usaba para esconder su cabello, cayó. El mundo explotó (al menos para ella).
Y ahora están ahí. Después de que Etoile lo arrastrara y amenazara con golpearlo si decía algo, Arslan recordó la promesa.
Él es más alto que ella. Etoile jamás faltaría a su palabra, aún si su más grande secreto y la estabilidad de su vida se ven amenazada.
Suspira y asiente, dando a entender que recuerda y piensa cumplir. La sonrisa se extiende por el rostro del chico.
Etoile espera que todo esté bien (especialmente después de que se quedó embobada mirando al Arslan).
N/A:
EtoilexArslan es vida y amor. Es una pena que no haya más fanfics en español sobre ellos.
Sobre la historia, no es la idea más original pero se hace el esfuerzo. No los volví pareja porque la trama no da para más, según yo, y porque implicaría más capítulos y las historias largas no son mi fuerte.
Gracias por leer.
La osa roja.
