Pero padre!
Silencio Legolas no quiero saber nada mas, ya te explique porque debes hacer lo que te pido!
Pretendes acaso que me presente ante esos elfos presumidos de Lothlorien para pedir ayuda?, Nosotros nos bastamos bien hasta ahora para defender nuestro reino!
Legolas Hojaverde! He permitido tu insolencia porque eres mi hijo, pero no debes olvidar que antes que tu padre soy tu rey, y no permitiré que un súbdito mío, por mas príncipe que sea este desacate una orden mía!
Legolas nunca había visto a su padre tan enojado con el, sabia que había sobrepasado la paciencia del rey pero era solo que el tener que pedir ayuda a Lady Galadriel y Lord Celeborn era humillante, aun cuando debía reconocer que la actividad orca había aumentado en los últimos meses y que debido a esto las bestias habían sido capaz de llegar mas lejos de lo imaginable, sabia también que si reorganizaban las guardias serian capaces de sacarlos de Mirkwood por ellos mismos sin tener que pedir auxilio a los demás reinos elfos, en especial de aquellos que poseyendo anillos de poder no se preocupaban por los demás, los elfos de Mirkwood siempre habían tenido que proteger su territorio palmo a palmo con armas o con puños y aquellos de Lothlorien o de Rivendel nunca se habían preocupado por aquellos menos afortunados que ellos.
Legolas, dijo el rey en un tono mas bajo- sabes bien que si seguimos así perderemos mas territorio ante esas odiosas bestias, no pondré en peligro a mi gente solo por un tonto orgullo, me entiendes hijo mío?
Legolas miro los ojos de su padre y comprendió entonces que esta decisión costaba mas a su padre que a el, y que si el Rey mismo debía sacrificarse su obligación era apoyarlo en lo que decidiera.
Esta bien padre, ire a Lothlorien y entregare a Lord Celeborn directamente en sus manos la misiva que desees enviar.
Gracias hijo mío, estoy muy orgulloso de ti, se que con el tiempo serás un excelente rey cuando yo parta hacia Valinor
Después de darle a su padre un abrazo Legolas dejo el salón del trono para dirigirse a sus habitaciones y empacar todo lo necesario, era preciso de que fuera solo, pues seria muy difícil pasar las pequeñas bandas de orcos que rondaban en el bosque si llevaba guardias, sabia que se exponía a encontrarse con una de esas bandas pero igualmente seria mas fácil escapar siendo uno solo.
A la mañana siguiente Legolas partió muy temprano después de recibir la bendición de su padre:
"Hijo mío, debes tener mucho cuidado en tu viaje, contigo llevas la esperanza de supervivencia de los elfos de mirkwood, se cuidadoso y que Elbereth alumbre tu camino y te lleve sano y salvo a tu destino"
Legolas se inclino solemnemente ante su padre , quien sin poder contenerse mas abrazo a su hijo diciéndole al oído "Ten cuidado pequeña hojaverde, pues no sabría que hacer sin ti"
Separándose de su padre Legolas subió a su caballo y volteando a ver por ultima vez a su padre le envio una sonrisa "No te preocupes padre, estaré aquí antes de que te des cuenta de que me he ido" y con esto Legolas urgió a su caballo a comenzar el camino.
Gladion el consejero de Trandhuil pregunto "Sabe el príncipe que en la misiva que porta pide su majestad a Lord Celeborn que lo retenga en Lothlorien para mantenerlo a salvo?"
Trandhuil esbozo una sonrisa y luego contesto a su consejero "¿Crees sinceramente que si el supiera lo que lleva hubiera accedido a hacer el viaje? No Gladion mi hijo no lo sabe, y se que estallara un volcán en Lothlorien cuando lo sepa pero siendo el príncipe sucesor debemos mantenerlo a salvo en caso de que algo me pase.
Es verdad- contesto Gladion- sin embargo no me gustaría estar en el lugar de los Lores de Lothlorien cuando se lo comuniquen....
Yo tampoco - dijo sonriendo Trandhuil aun viendo como se alejaba su pequeño hoja verde por el camino- yo tampoco..
Después de tres días de viaje, Legolas había logrado llegar a los limites de Mirkwood sin haberse encontrado con el enemigo.
Perfecto- pensó Legolas- si sigo con este paso estaré en Lothlorien en tres días mas y de regreso a casa en una semana.
Pensando esto se encontraba Legolas cuando su montura dejo de avanzar poniendo en sobre aviso a su dueño de que había detectado peligro.
Lo se Arod- dijo Legolas- también yo lo siento, será mejor que salgamos de aquí lo mas pronto posible y con ello urgió a su montura para que retomara el camino mas velozmente que antes.
Llevaba cabalgando unos minutos cuando escucho detrás de el las patas de alguna fiera que lo seguían ,no , no de una sino de por lo menos 5 bestias.
Son lobos de Mordor, vamos Arod tu puedes hacerlo Noro lim Aro, Noro lim.
Arod comenzó a correr con mas fuerzas tratando de poner mas distancia entre el y su dueño y las bestias que sin duda estarían montadas por orcos.
Mas Legolas se dio cuenta demasiado tarde de su error, pues las bestias que lo seguían solo lo estaban llevando a un claro en donde orcos esperaban a su presa.
Gritos inhumanos sonaron entonces de todos los árboles y Legolas pudo ver como de ellos descendían horribles orcos, rápidamente saco su arco y flecha y comenzó a disparar con extraordinaria velocidad sobre el enemigo, uno a uno fueron cayendo los orcos mas cercanos pero eran demasiados y a Legolas se le acababan las flechas, pensando en esto estaba el Elfo, cuando una bestia cayo por detrás de el desmontándolo y arrancando a su vez su casi vació carcaj, Legolas tomo la flecha que estaba a punto de disparar y de un solo golpe la sepulto en la frente del causante de su caída, con rapidez se puso en pie y sacando sus dos cuchillos largos se preparo a defenderse de las criaturas que al verlo desmontado saboreaban ya una rápida victoria.
La pelea comenzó y Legolas parecía una saeta mortal, pues a sus pies se encontraban los cuerpos de seis orcos, sin embargo en esta ocasión el número del enemigo sobrepasaba a la del príncipe, quien no podía evitar empezar a sentir el cansancio ante tan extenuante ejercicio.
Legolas sabía que no podía continuar así por mucho tiempo, así que decidió trepar a un árbol y comenzar su huida, rápidamente pasaba de una rama a otra con la esperanza de perder al enemigo, quien no queriendo perder a su presa trepaban con sus odiosas garras a los árboles, algunos orcos cansados del juego decidieron empezar a disparar con sus arcos al huidizo príncipe quien con cada paso que daba debía hacer gala de su agilidad elfica para evitar los proyectiles.
Legolas se encontraba desesperado, por más que lo intentaba no lograba perder a sus perseguidores, parecía que habían pasado horas desde que empezara la persecución, los músculos del Príncipe comenzaron a quejarse de tan prolongada tensión, debía pensar en algo rápido o caería en manos de los orcos. Como ya no se encontraba dentro de Mirkwood la esperanza de que algún vigía se diera cuenta de su situación era lejana, su única esperanza era alcanzar las fronteras de Lolthlorien lo más rápido posible, los elfos se harían cargo de estos mounstros.
En ese momento se dio cuenta del silencio que lo envolvía, por fin había perdido a las bestias, sabía que debía seguir adelante antes de que lo volvieran a encontrar pero su cansancio era tal que sentándose en una rama trataba de recuperar el aliento - descansaré 1 hora y reanudare mi camino, espero que Arod haya escapado también- los ojos del joven elfo se volvieron vacante conforme el sueño lo tomaba resultado del cansancio, lo árboles parecían saber de la necesidad del elfo de refugiarse en ellos y con sus ramas trataban de acunar al dormido elfo. Cuando Legolas despertó se dio cuenta de que había descansado más de una hora pues la luna se asomaba ya junto a las estrellas.
Por Elbereth! Me quede dormido debo continuar mi viaje o esas bestias me encontraran, cuando Legolas se paró para ponerse en movimiento de nuevo se dio cuenta de que los orcos habían hecho campamento justo debajo de él, era preciso que tratara de alejarse con el mínimo ruido posible o su vida estaría en peligro ya que los orcos se podían mover mejor en la noche, desafortunamente sus músculos entumidos no le permitieron moverse sin ruido alguno y uno de lo orcos que se encontraba vigilando lo escucho.
¡EL ELFO! ¡DESPIERTEN, EL ELFO SE ENCUENTRA EN EL ÁRBOL JUSTO ARRIBA DE NOSOTROS! Todos los orcos comenzaron a incorporarse y rodear el árbol en el que se encontraba Legolas.
¡BAJA PEQUEÑO ELFO, BAJA A JUGAR CON NOSOTROS! Gritaban entre risas y carcajadas, mientras algunos comenzaban a trepar por el tronco del árbol.
Estaba atrapado, no podía hacer nada, con sus cuchillos ataco a dos de los orcos que habían comenzado a subir matándolos inmediatamente, ocasionando un grito de rabia entre los observadores.
Al atacar a esos dos Orcos, Legolas no se dio cuenta de que un tercero trepaba por la parte trasera del árbol, el Orco trato de abalanzarse sobre Legolas pero este con un rápido movimiento clavo uno de sus cuchillos en el estomago de la bestia, sin embargo al caer el orco decidió que no lo haría solo y se aferró a uno de los tobillos del Elfo causando que este perdiera el equilibrio y comenzara a caer justo a las garras de sus enemigos.
Nunca sintió el golpe del piso, pues muchas garras se aferraron a el desarmándolo y jalándole la ropa y el cabello, Legolas trataba de zafarse de sus manos sin éxito alguno, había caído en la garra de los orcos. Uno de los orcos había arrancado un broche en forma de hoja de la camisa de Legolas comprendiendo inmediatamente que se trataba de una señal de la realeza que corría por la sangre de Legolas.
Esperen amigos, creo que nuestra presa es más que un simple elfo!
Todos los demás observaron al orco que parecía el líder y a una señal maniataron a Legolas y lo pusieron de rodillas.
¿ Quien eres tu? Pregunto el orco.
Legolas se mantuvo en silencio sabiendo que se encontraría perdido si aquellos mounstros descubrían su origen.
Este broche solo lo puede portar la realeza, Trandhuil no ha dejado su reino de eso estamos seguros, así que tu debes ser el príncipe Legolas no es cierto?
Un escalofrío corrió por el cuerpo de Legolas al saberse descubierto
¿No dices nada?, tenemos nuestros medios de saber la verdad y te aseguro elfo, que ninguno de ellos será muy agradable para ti. Y aunque me gustaría azotarte hasta verte gritar de dolor el tiempo es demasiado precioso, utilizaremos otro medio. URK trae el agua de dragón, creo que nuestro prisionero tiene sed.
¿Agua de dragón? Si antes había tenido miedo ahora estaba aterrorizado, el agua de dragón era una bebida orca que hacia que el prisionero dijera la verdad, suministrado a un elfo causaba dolores insoportables, Legolas trató de escapar pero sus ataduras no le permitían movilidad alguna y además dos orcos se habían acercado para suministrar la bebida, mientras uno de ellos lo sujetaba del cabello otro habría a la fuerza la boca del prisionero mientras un tercero acercaba una botella con la bebida, después de que hubiesen vaciando la mitad del frasco cerraron con fuerza la boca y la nariz de Legolas para obligarlo a tragar. El príncipe trataba de no hacerlo pero el pánico al no poder respirar lo obligo a pasar el amargo líquido, al principio no sintió nada pero poco a poco su cabeza la sintió más ligera y la lengua pastosa.
¡Dime quien eres y cual es tu misión!
Legolas parecía estar en un sueño, pero aún logro mantenerse en silencio.
Dentro de poco comenzaras a sentir dolores insoportables que te harán perder ese orgullo elfico, dime lo que quiero ahora, y te daré el antídoto.
Terminando de decir esto Legolas comenzó a sentir un dolor que salía de su estomago y se propagaba por todo su cuerpo, con cada segundo el dolor parecía hacerse más intenso provocando que todos y cada unos de los músculos de Legolas se tensionaran. Los dientes del Príncipe se cerraban tercamente tratando de no decir nada, y de no dar gusto a los orcos gritando.
Parece que nuestro pequeño elfo esta comenzando a sentir los efectos del agua, créeme que esto solo es el principio el dolor se irá incrementando minuto a minuto.
Perlas de sudor corrían por la frente de Legolas como señal del esfuerzo que hacía de no decir nada, los orcos lo mantenían hincado evitando que el elfo se parara o acostara en el piso.
¿Cuál es tu nombre? Pregunto de nuevo el orco líder
Legolas sin poder evitarlo comenzó a tartamudear L....Lego....las
Legolas? Entonces es cierto eres el hijo del rey, muchachos creo que hemos encontrado nuestro pase para la conquista de Mirkwood!
Las bestias gritaron en son de triunfo, no haciendo caso al elfo que sin poder evitarlo respiraba en rápida sucesión tratando así de ahuyentar el dolor.
Si tu padre te quiere ver vivo, deberá darnos el control de Mirkwood.
Jamás...... mi padre..... jamás aceptara..........contesto Legolas.
Ya lo veremos, mientras tanto veremos que tanto aguanta el principito antes de doblegarse y gritar.
Había pasado ya una hora y Legolas aún terco en su dolor no gritaba, los orcos comenzaban a desesperarse ante la renuencia de su víctima de divertirlos con sus gritos.
Legolas estaba más cerca cada segundo de gritar, el dolor era atroz y solo pedía a los Valar que perdiera la conciencia para así escapar de el, pero sus ruegos no fueron oidos y el mismo dolor no permitía que el príncipe se deslizara a la penumbra.
El Orco líder se acerco a Legolas y tomándolo del cabello le pregunto en forma burlona:
¿Te duele mi pequeño elfo? Con un solo grito de tu parte te daré el antídoto que necesitas, solo lo tienes que pedir y te lo daré, debes saber que esta posión no te matara, te mantendrá al borde pero no te matara, así que te recomiendo que me ruegues por tu salvación ahora que estoy de buen humor.
Legolas haciendo un supremos esfuerzo escupió a la cara del orco diciendo:
Jamás te rogare bestia!
El Orco enloquecido de rabia comenzó a golpear a Legolas quien trataba de protegerse lo mejor que podía con las manos y los pies atados.
A punto estaba el Orco de enterrar uno de sus cuchillos en la pierna de Legolas, cuando una veloz flecha se hundió en su negro corazón, en ese momento un caos se desato en el campamento orco pues de la nada llegaron elfos armados con arcos y flechas. Pronto todos los orcos habían sido muertos por los elfos, Legolas no sabía si se encontraba soñando así que lo único que hizo fue arrastrarse hasta un árbol para protegerse mejor, cuando la pelea término uno del elfos se acerco a Legolas quien no pudiendo soportar más lanzó un grito desgarrador de dolor sorprendiendo a sus salvadores.
Un elfo había recogido la botella rota de agua de dragón y oliéndola le comunico inmediatamente al que parecía ser su capitán lo que había descubierto.
Le dieron a beber agua de dragón, debe estar en terrible dolor Capitán.
Rápidamente el capitán desato las manos y los pies de Legolas -debemos encontrar el antídoto, revisen a las bestias alguno de ellos lo debe tener- inmediatamente todos los elfos comenzaron a buscar en los cadáveres de los orcos hasta que uno de ellos exclamo triunfalmente.
Capitán! Lo encontré , corriendo llevo el pequeño frasco a donde se encontraba Legolas quien no paraba de moverse y quejarse por el dolor.
Necesito que lo detengan mientras le doy el antídoto; dos elfos sostuvieron a Legolas lo más firmemente que pudieron sin dañarlo más mientras el capitán destapaba el frasco, el olor era insoportable y Legolas trato de negarse a tomarlo.
Debes tomar esta mezcla o el dolor seguirá, vamos- dijo el capitán a Legolas quien haciendo uso de sus últimas fuerzas tomo el líquido, inmediatamente sintió una especie de fuego que se esparcía por su cuerpo, si pensaba que el veneno dolía, el antídoto era mucho peor, comenzó a convulsionarse mientras los elfos trataban de mantenerlo quieto, hasta que por fin Legolas perdió la conciencia.
El capitán se acerco al rostro del prisionero y sintió alivio cuando percibió la respiración pausada de Legolas.
Estará bien, solo necesita descansar, quememos a estas bestias y regresemos, Lady Galadriel y Lord Celeborn sabrán que hacer con nuestro bello durmiente.
Cuando Legolas despertó, se encontró en una habitación extraña aunque hermosa, la luz se reflejaba en todos y cada uno de los rincones y el viento refrescaba al mismo tiempo que movía los suaves velos que rodeaban la cama, la gente de Mirkwood vivía en cuevas, debido al incremento de actividad orca, y aunque los elfos por naturaleza no podían vivir en la oscuridad, habían tenido que elegir entre comodidad y seguridad, habían construido el palacio en una gran caverna y las demás casas se encontraban alrededor de ella, todo estaba rodeado por un gran muro que solo podrían abrir el rey o su hijo, así que encontrarse en un lugar en donde la naturaleza parecía ser parte de todo era una experiencia regocijante para el Príncipe.
Cuando trato de moverse recordó en un instante todo lo que había pasado al sentir todos y cada uno de sus músculos adoloridos.
-Debes permanecer quieto, los efectos del agua de dragón suelen dejar este tipo de molestias, con tu habilidad de curación elfica no dudo que en menos de unas horas puedas moverte como si nada.
Legolas se sobresalto, sus habilidades se encontraban tan dormidas que no había advertido la presencia de otro elfo sentado en uno de los extremos de la habitación.
Recordaba vagamente a ese elfo, durante su rescate era el quien se había acercado a suministrar el antídoto, ahora que lo podía tranquilamente se daba cuenta de que su interlocutor era de una belleza extraña, su rubio cabello era quizás un poco más largo que el de Legolas, sus ojos color miel, aunque estando en el bosque recordaba que las hojas de los árboles se reflejaban en ellos dándoles un color verde, su mentón denotaba un carácter fuerte y un orgullo que dejaba ver la alta autoestima que tenía en si mismo.
¿Quién eres tu? Preguntó Legolas, odiando la voz tan débil que salía de él.
Mi nombre es Haldir de Lorien, soy el Capitán del grupo de elfos que te encontró los "galadhrim".
Debo agradecerte ¿pero como es que me encontraron?
Estabas más cerca de Lothlorien de lo que pensabas, nuestro vigía escucho a una de las bestias que se había alejado del grupo principal para buscar agua, hablaba de cierto juguete elfico que su capitán había atrapado fuera de Mirkwood, así que nos apresuramos a rastrear al grueso de la banda y así como te encontramos.
Legolas asintió con la cabeza y trato de incorporarse a una posición sentada pero su cuerpo protesto, inmediatamente Haldir se adelantó para ayudar al paciente.
Haldir tomo de la espalda de Legolas para ayudarlo a incorporar, el simple hecho de tocar a tan hermosa criatura provocó que Haldir se sintiera bendecido por los Dioses, desde que sus ojos se habían posado en el torturado elfo algún tipo de encanto había comenzado a operar en la mente y corazón del Galadhrim, los ojos azules, el cabello rubio tan diferente al de el, su rostro tan inocente, todo en el hacía que Haldir solo lo quisiera abrazar y confortar, ¿Quién era aquel elfo que había aparecido tan de repente en su vida?
Legolas agradeció la ayuda de Haldir, no sabía porque pero estar cerca de ese elfo lo hacía sentir seguro y a gusto.
Gracias, parece que mis músculos se rehúsan a cooperar conmigo
Es un efecto secundario del Agua de Dragón, con este té te repondrás más rápido- Haldir acercó cuidadosamente el recipiente, Legolas lo tomó y por un pequeño momento que les pareció a los dos siglos enteros sus manos se tocaron creando una reacción electrificante que solo Legolas pudo detener al romper el contacto.
Gracias Haldir- pasos en el pasillo hicieron que los dos elfos se separaran , la puerta se abrio y entraron dos hermosas apariciones, Lady Galadriel con un vestido blanco y Lord Celeborn con una túnica del mismo color, la dama con el cabello rubio y el lord con el cabello color plata.
Nos alegra saber que estas restableciendote satisfactoriamente- dijo Lord Celeborn.
Gracias Milord,
Silencio Legolas no quiero saber nada mas, ya te explique porque debes hacer lo que te pido!
Pretendes acaso que me presente ante esos elfos presumidos de Lothlorien para pedir ayuda?, Nosotros nos bastamos bien hasta ahora para defender nuestro reino!
Legolas Hojaverde! He permitido tu insolencia porque eres mi hijo, pero no debes olvidar que antes que tu padre soy tu rey, y no permitiré que un súbdito mío, por mas príncipe que sea este desacate una orden mía!
Legolas nunca había visto a su padre tan enojado con el, sabia que había sobrepasado la paciencia del rey pero era solo que el tener que pedir ayuda a Lady Galadriel y Lord Celeborn era humillante, aun cuando debía reconocer que la actividad orca había aumentado en los últimos meses y que debido a esto las bestias habían sido capaz de llegar mas lejos de lo imaginable, sabia también que si reorganizaban las guardias serian capaces de sacarlos de Mirkwood por ellos mismos sin tener que pedir auxilio a los demás reinos elfos, en especial de aquellos que poseyendo anillos de poder no se preocupaban por los demás, los elfos de Mirkwood siempre habían tenido que proteger su territorio palmo a palmo con armas o con puños y aquellos de Lothlorien o de Rivendel nunca se habían preocupado por aquellos menos afortunados que ellos.
Legolas, dijo el rey en un tono mas bajo- sabes bien que si seguimos así perderemos mas territorio ante esas odiosas bestias, no pondré en peligro a mi gente solo por un tonto orgullo, me entiendes hijo mío?
Legolas miro los ojos de su padre y comprendió entonces que esta decisión costaba mas a su padre que a el, y que si el Rey mismo debía sacrificarse su obligación era apoyarlo en lo que decidiera.
Esta bien padre, ire a Lothlorien y entregare a Lord Celeborn directamente en sus manos la misiva que desees enviar.
Gracias hijo mío, estoy muy orgulloso de ti, se que con el tiempo serás un excelente rey cuando yo parta hacia Valinor
Después de darle a su padre un abrazo Legolas dejo el salón del trono para dirigirse a sus habitaciones y empacar todo lo necesario, era preciso de que fuera solo, pues seria muy difícil pasar las pequeñas bandas de orcos que rondaban en el bosque si llevaba guardias, sabia que se exponía a encontrarse con una de esas bandas pero igualmente seria mas fácil escapar siendo uno solo.
A la mañana siguiente Legolas partió muy temprano después de recibir la bendición de su padre:
"Hijo mío, debes tener mucho cuidado en tu viaje, contigo llevas la esperanza de supervivencia de los elfos de mirkwood, se cuidadoso y que Elbereth alumbre tu camino y te lleve sano y salvo a tu destino"
Legolas se inclino solemnemente ante su padre , quien sin poder contenerse mas abrazo a su hijo diciéndole al oído "Ten cuidado pequeña hojaverde, pues no sabría que hacer sin ti"
Separándose de su padre Legolas subió a su caballo y volteando a ver por ultima vez a su padre le envio una sonrisa "No te preocupes padre, estaré aquí antes de que te des cuenta de que me he ido" y con esto Legolas urgió a su caballo a comenzar el camino.
Gladion el consejero de Trandhuil pregunto "Sabe el príncipe que en la misiva que porta pide su majestad a Lord Celeborn que lo retenga en Lothlorien para mantenerlo a salvo?"
Trandhuil esbozo una sonrisa y luego contesto a su consejero "¿Crees sinceramente que si el supiera lo que lleva hubiera accedido a hacer el viaje? No Gladion mi hijo no lo sabe, y se que estallara un volcán en Lothlorien cuando lo sepa pero siendo el príncipe sucesor debemos mantenerlo a salvo en caso de que algo me pase.
Es verdad- contesto Gladion- sin embargo no me gustaría estar en el lugar de los Lores de Lothlorien cuando se lo comuniquen....
Yo tampoco - dijo sonriendo Trandhuil aun viendo como se alejaba su pequeño hoja verde por el camino- yo tampoco..
Después de tres días de viaje, Legolas había logrado llegar a los limites de Mirkwood sin haberse encontrado con el enemigo.
Perfecto- pensó Legolas- si sigo con este paso estaré en Lothlorien en tres días mas y de regreso a casa en una semana.
Pensando esto se encontraba Legolas cuando su montura dejo de avanzar poniendo en sobre aviso a su dueño de que había detectado peligro.
Lo se Arod- dijo Legolas- también yo lo siento, será mejor que salgamos de aquí lo mas pronto posible y con ello urgió a su montura para que retomara el camino mas velozmente que antes.
Llevaba cabalgando unos minutos cuando escucho detrás de el las patas de alguna fiera que lo seguían ,no , no de una sino de por lo menos 5 bestias.
Son lobos de Mordor, vamos Arod tu puedes hacerlo Noro lim Aro, Noro lim.
Arod comenzó a correr con mas fuerzas tratando de poner mas distancia entre el y su dueño y las bestias que sin duda estarían montadas por orcos.
Mas Legolas se dio cuenta demasiado tarde de su error, pues las bestias que lo seguían solo lo estaban llevando a un claro en donde orcos esperaban a su presa.
Gritos inhumanos sonaron entonces de todos los árboles y Legolas pudo ver como de ellos descendían horribles orcos, rápidamente saco su arco y flecha y comenzó a disparar con extraordinaria velocidad sobre el enemigo, uno a uno fueron cayendo los orcos mas cercanos pero eran demasiados y a Legolas se le acababan las flechas, pensando en esto estaba el Elfo, cuando una bestia cayo por detrás de el desmontándolo y arrancando a su vez su casi vació carcaj, Legolas tomo la flecha que estaba a punto de disparar y de un solo golpe la sepulto en la frente del causante de su caída, con rapidez se puso en pie y sacando sus dos cuchillos largos se preparo a defenderse de las criaturas que al verlo desmontado saboreaban ya una rápida victoria.
La pelea comenzó y Legolas parecía una saeta mortal, pues a sus pies se encontraban los cuerpos de seis orcos, sin embargo en esta ocasión el número del enemigo sobrepasaba a la del príncipe, quien no podía evitar empezar a sentir el cansancio ante tan extenuante ejercicio.
Legolas sabía que no podía continuar así por mucho tiempo, así que decidió trepar a un árbol y comenzar su huida, rápidamente pasaba de una rama a otra con la esperanza de perder al enemigo, quien no queriendo perder a su presa trepaban con sus odiosas garras a los árboles, algunos orcos cansados del juego decidieron empezar a disparar con sus arcos al huidizo príncipe quien con cada paso que daba debía hacer gala de su agilidad elfica para evitar los proyectiles.
Legolas se encontraba desesperado, por más que lo intentaba no lograba perder a sus perseguidores, parecía que habían pasado horas desde que empezara la persecución, los músculos del Príncipe comenzaron a quejarse de tan prolongada tensión, debía pensar en algo rápido o caería en manos de los orcos. Como ya no se encontraba dentro de Mirkwood la esperanza de que algún vigía se diera cuenta de su situación era lejana, su única esperanza era alcanzar las fronteras de Lolthlorien lo más rápido posible, los elfos se harían cargo de estos mounstros.
En ese momento se dio cuenta del silencio que lo envolvía, por fin había perdido a las bestias, sabía que debía seguir adelante antes de que lo volvieran a encontrar pero su cansancio era tal que sentándose en una rama trataba de recuperar el aliento - descansaré 1 hora y reanudare mi camino, espero que Arod haya escapado también- los ojos del joven elfo se volvieron vacante conforme el sueño lo tomaba resultado del cansancio, lo árboles parecían saber de la necesidad del elfo de refugiarse en ellos y con sus ramas trataban de acunar al dormido elfo. Cuando Legolas despertó se dio cuenta de que había descansado más de una hora pues la luna se asomaba ya junto a las estrellas.
Por Elbereth! Me quede dormido debo continuar mi viaje o esas bestias me encontraran, cuando Legolas se paró para ponerse en movimiento de nuevo se dio cuenta de que los orcos habían hecho campamento justo debajo de él, era preciso que tratara de alejarse con el mínimo ruido posible o su vida estaría en peligro ya que los orcos se podían mover mejor en la noche, desafortunamente sus músculos entumidos no le permitieron moverse sin ruido alguno y uno de lo orcos que se encontraba vigilando lo escucho.
¡EL ELFO! ¡DESPIERTEN, EL ELFO SE ENCUENTRA EN EL ÁRBOL JUSTO ARRIBA DE NOSOTROS! Todos los orcos comenzaron a incorporarse y rodear el árbol en el que se encontraba Legolas.
¡BAJA PEQUEÑO ELFO, BAJA A JUGAR CON NOSOTROS! Gritaban entre risas y carcajadas, mientras algunos comenzaban a trepar por el tronco del árbol.
Estaba atrapado, no podía hacer nada, con sus cuchillos ataco a dos de los orcos que habían comenzado a subir matándolos inmediatamente, ocasionando un grito de rabia entre los observadores.
Al atacar a esos dos Orcos, Legolas no se dio cuenta de que un tercero trepaba por la parte trasera del árbol, el Orco trato de abalanzarse sobre Legolas pero este con un rápido movimiento clavo uno de sus cuchillos en el estomago de la bestia, sin embargo al caer el orco decidió que no lo haría solo y se aferró a uno de los tobillos del Elfo causando que este perdiera el equilibrio y comenzara a caer justo a las garras de sus enemigos.
Nunca sintió el golpe del piso, pues muchas garras se aferraron a el desarmándolo y jalándole la ropa y el cabello, Legolas trataba de zafarse de sus manos sin éxito alguno, había caído en la garra de los orcos. Uno de los orcos había arrancado un broche en forma de hoja de la camisa de Legolas comprendiendo inmediatamente que se trataba de una señal de la realeza que corría por la sangre de Legolas.
Esperen amigos, creo que nuestra presa es más que un simple elfo!
Todos los demás observaron al orco que parecía el líder y a una señal maniataron a Legolas y lo pusieron de rodillas.
¿ Quien eres tu? Pregunto el orco.
Legolas se mantuvo en silencio sabiendo que se encontraría perdido si aquellos mounstros descubrían su origen.
Este broche solo lo puede portar la realeza, Trandhuil no ha dejado su reino de eso estamos seguros, así que tu debes ser el príncipe Legolas no es cierto?
Un escalofrío corrió por el cuerpo de Legolas al saberse descubierto
¿No dices nada?, tenemos nuestros medios de saber la verdad y te aseguro elfo, que ninguno de ellos será muy agradable para ti. Y aunque me gustaría azotarte hasta verte gritar de dolor el tiempo es demasiado precioso, utilizaremos otro medio. URK trae el agua de dragón, creo que nuestro prisionero tiene sed.
¿Agua de dragón? Si antes había tenido miedo ahora estaba aterrorizado, el agua de dragón era una bebida orca que hacia que el prisionero dijera la verdad, suministrado a un elfo causaba dolores insoportables, Legolas trató de escapar pero sus ataduras no le permitían movilidad alguna y además dos orcos se habían acercado para suministrar la bebida, mientras uno de ellos lo sujetaba del cabello otro habría a la fuerza la boca del prisionero mientras un tercero acercaba una botella con la bebida, después de que hubiesen vaciando la mitad del frasco cerraron con fuerza la boca y la nariz de Legolas para obligarlo a tragar. El príncipe trataba de no hacerlo pero el pánico al no poder respirar lo obligo a pasar el amargo líquido, al principio no sintió nada pero poco a poco su cabeza la sintió más ligera y la lengua pastosa.
¡Dime quien eres y cual es tu misión!
Legolas parecía estar en un sueño, pero aún logro mantenerse en silencio.
Dentro de poco comenzaras a sentir dolores insoportables que te harán perder ese orgullo elfico, dime lo que quiero ahora, y te daré el antídoto.
Terminando de decir esto Legolas comenzó a sentir un dolor que salía de su estomago y se propagaba por todo su cuerpo, con cada segundo el dolor parecía hacerse más intenso provocando que todos y cada unos de los músculos de Legolas se tensionaran. Los dientes del Príncipe se cerraban tercamente tratando de no decir nada, y de no dar gusto a los orcos gritando.
Parece que nuestro pequeño elfo esta comenzando a sentir los efectos del agua, créeme que esto solo es el principio el dolor se irá incrementando minuto a minuto.
Perlas de sudor corrían por la frente de Legolas como señal del esfuerzo que hacía de no decir nada, los orcos lo mantenían hincado evitando que el elfo se parara o acostara en el piso.
¿Cuál es tu nombre? Pregunto de nuevo el orco líder
Legolas sin poder evitarlo comenzó a tartamudear L....Lego....las
Legolas? Entonces es cierto eres el hijo del rey, muchachos creo que hemos encontrado nuestro pase para la conquista de Mirkwood!
Las bestias gritaron en son de triunfo, no haciendo caso al elfo que sin poder evitarlo respiraba en rápida sucesión tratando así de ahuyentar el dolor.
Si tu padre te quiere ver vivo, deberá darnos el control de Mirkwood.
Jamás...... mi padre..... jamás aceptara..........contesto Legolas.
Ya lo veremos, mientras tanto veremos que tanto aguanta el principito antes de doblegarse y gritar.
Había pasado ya una hora y Legolas aún terco en su dolor no gritaba, los orcos comenzaban a desesperarse ante la renuencia de su víctima de divertirlos con sus gritos.
Legolas estaba más cerca cada segundo de gritar, el dolor era atroz y solo pedía a los Valar que perdiera la conciencia para así escapar de el, pero sus ruegos no fueron oidos y el mismo dolor no permitía que el príncipe se deslizara a la penumbra.
El Orco líder se acerco a Legolas y tomándolo del cabello le pregunto en forma burlona:
¿Te duele mi pequeño elfo? Con un solo grito de tu parte te daré el antídoto que necesitas, solo lo tienes que pedir y te lo daré, debes saber que esta posión no te matara, te mantendrá al borde pero no te matara, así que te recomiendo que me ruegues por tu salvación ahora que estoy de buen humor.
Legolas haciendo un supremos esfuerzo escupió a la cara del orco diciendo:
Jamás te rogare bestia!
El Orco enloquecido de rabia comenzó a golpear a Legolas quien trataba de protegerse lo mejor que podía con las manos y los pies atados.
A punto estaba el Orco de enterrar uno de sus cuchillos en la pierna de Legolas, cuando una veloz flecha se hundió en su negro corazón, en ese momento un caos se desato en el campamento orco pues de la nada llegaron elfos armados con arcos y flechas. Pronto todos los orcos habían sido muertos por los elfos, Legolas no sabía si se encontraba soñando así que lo único que hizo fue arrastrarse hasta un árbol para protegerse mejor, cuando la pelea término uno del elfos se acerco a Legolas quien no pudiendo soportar más lanzó un grito desgarrador de dolor sorprendiendo a sus salvadores.
Un elfo había recogido la botella rota de agua de dragón y oliéndola le comunico inmediatamente al que parecía ser su capitán lo que había descubierto.
Le dieron a beber agua de dragón, debe estar en terrible dolor Capitán.
Rápidamente el capitán desato las manos y los pies de Legolas -debemos encontrar el antídoto, revisen a las bestias alguno de ellos lo debe tener- inmediatamente todos los elfos comenzaron a buscar en los cadáveres de los orcos hasta que uno de ellos exclamo triunfalmente.
Capitán! Lo encontré , corriendo llevo el pequeño frasco a donde se encontraba Legolas quien no paraba de moverse y quejarse por el dolor.
Necesito que lo detengan mientras le doy el antídoto; dos elfos sostuvieron a Legolas lo más firmemente que pudieron sin dañarlo más mientras el capitán destapaba el frasco, el olor era insoportable y Legolas trato de negarse a tomarlo.
Debes tomar esta mezcla o el dolor seguirá, vamos- dijo el capitán a Legolas quien haciendo uso de sus últimas fuerzas tomo el líquido, inmediatamente sintió una especie de fuego que se esparcía por su cuerpo, si pensaba que el veneno dolía, el antídoto era mucho peor, comenzó a convulsionarse mientras los elfos trataban de mantenerlo quieto, hasta que por fin Legolas perdió la conciencia.
El capitán se acerco al rostro del prisionero y sintió alivio cuando percibió la respiración pausada de Legolas.
Estará bien, solo necesita descansar, quememos a estas bestias y regresemos, Lady Galadriel y Lord Celeborn sabrán que hacer con nuestro bello durmiente.
Cuando Legolas despertó, se encontró en una habitación extraña aunque hermosa, la luz se reflejaba en todos y cada uno de los rincones y el viento refrescaba al mismo tiempo que movía los suaves velos que rodeaban la cama, la gente de Mirkwood vivía en cuevas, debido al incremento de actividad orca, y aunque los elfos por naturaleza no podían vivir en la oscuridad, habían tenido que elegir entre comodidad y seguridad, habían construido el palacio en una gran caverna y las demás casas se encontraban alrededor de ella, todo estaba rodeado por un gran muro que solo podrían abrir el rey o su hijo, así que encontrarse en un lugar en donde la naturaleza parecía ser parte de todo era una experiencia regocijante para el Príncipe.
Cuando trato de moverse recordó en un instante todo lo que había pasado al sentir todos y cada uno de sus músculos adoloridos.
-Debes permanecer quieto, los efectos del agua de dragón suelen dejar este tipo de molestias, con tu habilidad de curación elfica no dudo que en menos de unas horas puedas moverte como si nada.
Legolas se sobresalto, sus habilidades se encontraban tan dormidas que no había advertido la presencia de otro elfo sentado en uno de los extremos de la habitación.
Recordaba vagamente a ese elfo, durante su rescate era el quien se había acercado a suministrar el antídoto, ahora que lo podía tranquilamente se daba cuenta de que su interlocutor era de una belleza extraña, su rubio cabello era quizás un poco más largo que el de Legolas, sus ojos color miel, aunque estando en el bosque recordaba que las hojas de los árboles se reflejaban en ellos dándoles un color verde, su mentón denotaba un carácter fuerte y un orgullo que dejaba ver la alta autoestima que tenía en si mismo.
¿Quién eres tu? Preguntó Legolas, odiando la voz tan débil que salía de él.
Mi nombre es Haldir de Lorien, soy el Capitán del grupo de elfos que te encontró los "galadhrim".
Debo agradecerte ¿pero como es que me encontraron?
Estabas más cerca de Lothlorien de lo que pensabas, nuestro vigía escucho a una de las bestias que se había alejado del grupo principal para buscar agua, hablaba de cierto juguete elfico que su capitán había atrapado fuera de Mirkwood, así que nos apresuramos a rastrear al grueso de la banda y así como te encontramos.
Legolas asintió con la cabeza y trato de incorporarse a una posición sentada pero su cuerpo protesto, inmediatamente Haldir se adelantó para ayudar al paciente.
Haldir tomo de la espalda de Legolas para ayudarlo a incorporar, el simple hecho de tocar a tan hermosa criatura provocó que Haldir se sintiera bendecido por los Dioses, desde que sus ojos se habían posado en el torturado elfo algún tipo de encanto había comenzado a operar en la mente y corazón del Galadhrim, los ojos azules, el cabello rubio tan diferente al de el, su rostro tan inocente, todo en el hacía que Haldir solo lo quisiera abrazar y confortar, ¿Quién era aquel elfo que había aparecido tan de repente en su vida?
Legolas agradeció la ayuda de Haldir, no sabía porque pero estar cerca de ese elfo lo hacía sentir seguro y a gusto.
Gracias, parece que mis músculos se rehúsan a cooperar conmigo
Es un efecto secundario del Agua de Dragón, con este té te repondrás más rápido- Haldir acercó cuidadosamente el recipiente, Legolas lo tomó y por un pequeño momento que les pareció a los dos siglos enteros sus manos se tocaron creando una reacción electrificante que solo Legolas pudo detener al romper el contacto.
Gracias Haldir- pasos en el pasillo hicieron que los dos elfos se separaran , la puerta se abrio y entraron dos hermosas apariciones, Lady Galadriel con un vestido blanco y Lord Celeborn con una túnica del mismo color, la dama con el cabello rubio y el lord con el cabello color plata.
Nos alegra saber que estas restableciendote satisfactoriamente- dijo Lord Celeborn.
Gracias Milord,
