¡Hola a todos! :) Aquí les traigo una pequeña historia HitsuHina que se venía formando en mi cabeza desde hace un par de días, que si bien no será larga; creo que será entretenida. Eso creo…
¡Espero que les guste!
Bleach ni sus personajes me pertenecen, todos los derechos a Tite Kubo. Sino… sino el anime pasaría de ser Shōnen, a Shōjo. :$
"Demonios. No me puedo concentrar."
Eso era todo lo que el Capitán de la Décima división podía concluir, después de la mañana pesada, estresante y extraña que había tenido. De por sí, su Teniente, Rangiku Matsumoto no se había presentado debido a su mal estado con el que amaneció, consecuencia de su borrachera de ayer. ¡Estaba harto! Tanto papeleo que tenía por hacer, y no podía pasar del mismo renglón de aquel documento. Simplemente, su cerebro no podía comprender. Tenía que leerlo, una y otra vez, pero es que sus sentidos no estaban puestos realmente el día de hoy en el trabajo.
Más bien, estaba pensando en algo que lo había atormentado las últimas semanas, era un sentimiento: y no uno bueno. Era un tipo de opresión en el pecho, mezclado con coraje, tristeza e impotencia. Y es que, cada vez que la veía, con aquellos ojos que antes derramaban luz y alegría, y ahora parecían simples pozos sin fondo, había algo en su cabeza que le reclamaba: "¡Todo es tu culpa, Hitsugaya! ¡Si tan sólo la hubieras cuidado mejor!"
Había fallado como mejor amigo al no cuidar de Hinamori Momo.
Ahora, ella pasaba por una etapa de depresión que era advertida por todos, y cada miembro del Gotei 13 intentaba subirle el ánimo; comprándole dulces, invitándola a salir, escribiéndole cartas, y hasta hubo serenata fuera de la Quinta División, sólo para que ella, la chica durazno, volviera a sonreír como antes, con aquella felicidad que te hacía pensar que, algunas cosas sí valían la pena.
Pero si bien la chica había apreciado y agradecido cada uno de los detalles que habían tenido hacia ella, realmente nada la sacaba de su tristeza. Y no había que culparla, pues ella sufrió por cosas terribles, había sido traicionada, le habían visto la cara, e incluso habían abusado de su estado de confusión, causando que hasta se hubiera enfrentado con su mejor amigo, cosa que, aunque el Capitán de la Décima no le daba ya importancia, ella no podía sacárselo de la cabeza. Además, pasar semanas en cuidados intensivos no era algo que le gustaría repetir.
Hitsugaya Tōshiro decidió entonces salir a tomar un poco de aire fresco. Tenía que aclarar sus ideas.
¿Qué podía hacer él? Se sentía culpable por no poder ayudar a su mejor amiga en esta etapa tan difícil para ella, pues siempre que intentaba conversar con Hinamori, salía el tema del ex–Capitán de la Quinta, y su enojo y malos deseos hacia Aizen terminaban por hacer enfurecer a Momo, y después, la volvían a meter en su estado de depresión, mucho más fuerte que antes.
"No, Tōshiro. Tú y solamente tú eres el culpable de lo que Hinamori está sufriendo en estos momentos. ¡Si tan sólo lo hubiera sabido desde el principio! ¡Si hubiera alejado a Hinamori de todo esto, ella ahora no estaría sufriendo! Además… yo…casi la mato…"
Sí, el hecho de recordar aquel día en donde su preciada Hinamori casi muere a manos de él, le hacía sentirse una persona débil y detestable. Desde aquél día, se había odiado a sí mismo. Tenía que mejorar, hacerse más fuerte, así ella no volvería a correr ningún peligro.
Había estado caminando por los pasillos del Gotei 13, sumido en sus pensamientos. Hasta que una voz lo sobresaltó.
-¿Hitsugaya-kun?
Su corazón dio un vuelco, mientras, de nuevo, sentía ese sentimiento de "culpa". Alzó la vista, y sí, efectivamente ahí se encontraba la razón de todas sus preocupaciones.
"Sigues sin mejorar…" Pensó al verla. Cada día que se encontraba con Momo, esperaba volver a ver en ella aquel brillo en sus ojos, esa fuerte energía. Pero nada, era como si ella misma no lo notase, a pesar de que sus ojos estaban claramente fijos en el albino, su mirada parecía perdida, muy alejada de cualquiera, adornada tristemente con pequeñas ojeras debajo de sus ojos.
-Hinamori… -susurró. Ni siquiera podía contradecirla, corregirle que no es "Hitsugaya-kun" sino, Hitsugaya-Taichō. No, no tenía el valor para sentirse como "Capitán" después de haber fallado al protegerla.
Hubo un momento de silencio por parte de los dos.
Ambos sabían que su amistad no había estado del todo fuerte los últimos meses debido a los acontecimientos, que ya ni siquiera sabían cómo o si debían tratarse. ¿Qué hacer en un momento así? Hinamori no se atrevía a dirigirle la palabra del todo bien, ya que se sentía horrible por haber dudado de él, y realmente quería disculparse de corazón, aunque el albino dijera que no le importara. Pero tampoco quería terminar hablando de Aizen, su recuerdo; el buen Capitán que veía por todos, aquel humano bondadoso que terminó siendo el peor de los sujetos, que intentó asesinarla en más de una ocasión le partía el corazón como ninguna otra cosa.
Por su parte, Hitsugaya aún sentía que no tenía el derecho de darle la cara. Por lo menos, no hasta que sea lo suficientemente fuerte y pudiese protegerla de todos y todo.
Pero había algo en su corazón, que le rogaba hablar con la chica de pelos castaños. La extrañaba, y mucho. Era algo que no iba a confesar, claro está. Pero el verla dedicarle una pequeña sonrisa, discutir con ella, enfadarla, cualquier cosa tonta e infantil, hacía que el albino tuviera fuerzas para hacer sus deberes de día a día, era lo que le daba ánimos para seguir adelante. Por ella.
Finalmente, Tōshiro decidió concederse ese capricho, aún arriesgándose a terminar peor con la chica.
-Hinamori…-repitió. - ¿Qué haces por aquí? ¿No deberías estar haciendo tus deberes o algo así? – Habló secamente y con su típico seño fruncido.
La chica intentó sonreír.
-Sí, lo que pasa es que Hirako-Taichō me dio el día libre, dijo que saliera por ahí a pasear. – Bajó la mirada, avergonzada de que intentaran ayudarla.
"Definitivamente todos notan el mal de Hinamori…"
El Capitán volvió a mirarla de reojo, y es que, ¡Odiaba verla así! Quería a su Hinamori moja-camas de regreso, aquella chica tierna, despistada y alegre que había sido su mejor amiga durante tantos años. Pero, el chico era tan frío, que no sabía que hacer para intentar animarla de verdad.
"Taichō, ¡invítela a salir!" Le había dicho Matsumoto días antes, ya que ella sabía el lazo de amistad que los unía a ambos, pero Hitsugaya lo había considerado algo totalmente inaceptable.
Pero, ¿Y si funcionaba? ¿Y si se volvía un poco más comprensible con ella, volvería a sonreír… de verdad?
Hinamori tenía la vista en el suelo, sus piernas parecían temblar, haciendo que el albino temiera que se fuera a caer y romper en mil pedacitos como si de un cristal se tratase. Seguramente estaba recordando cosas que no debía. Entonces, apretó sus puños, y sus ojos turquesa brillaron con decisión.
"Te traeré de vuelta, Hinamori."
-Ya veo. – Contestó sin muchos ánimos. – Oye, Hinamori…
-¿Dime? – La chica alzó la vista un poco, dudosa. Tōshiro se llevó una mano a la cabeza, aún nervioso. ¿Sería conveniente hacerlo?
Suspiró con resignación, sabía que no le quedaba otra opción. Ya se había decidido y no iba a echarse para atrás. Si esto funcionaba, le debería una muy grande a Matsumoto.
-He estado un poco tenso los últimos días. Y quería salir por ahí, a relajarme… - Desvió la vista, ocultando su vergüenza. - ¿Quieres venir?
Momo abrió los ojos, asombrada. Se esperaba todo menos eso; una invitación. ¿Desde cuándo al frío Capitán le entraban ganas de salir, de dejar su deber? Y lo más importante…¿Salir con alguien?
Pero poco a poco su sorpresa fue bajando, y se arrepintió de haber pensado aquello. Ella sabía mejor que nadie, que Hitsugaya podía llegar a tener sentimientos, simplemente los ocultaba bajo esa fría personalidad suya.
"No sé si deba acompañarlo…" pensó la castaña. "Podría llegar a molestarle…Además…No tengo ánimos…"
Cerró los ojos, pensativa. Fueron tan sólo unos segundos, pero para Hitsugaya fue como una condena de muerte. ¿Lo iba a rechazar, a él, su mejor amigo?
"Aunque, tal vez un día de diversión con Shiro-chan valga la pena. Quiero decir…No pierdo nada, ¿verdad? ¡Hace mucho que no salimos! Pensándolo bien, es una gran idea…"
-No te estoy obligando a hacer nada. –Habló entonces el albino, encogiéndose de hombros, listo para irse. – Tengo cosas más importantes qué hacer…
"Tan siquiera lo intenté." Pensó el chico.
-¡Espera, Hitsugaya-kun! – Él se volteó, sorprendido. –Claro que te acompaño. – Esbozó una pequeña sonrisa.
Ya era un avance. Una pequeña sonrisa al parecer "sincera" por parte de su amiga. Pero eso Tōshiro no le bastaba. Quería ver sus viejas sonrisas.
-Bien. – Dijo éste, sin más. Siguió caminando, a lo que su amiga lo alcanzó.
-¿Y a dónde tienes planeado ir? – Cuestionó la fémina.
-La verdad es que no lo sé. –Respondió sin mucha energía. La miró. - ¿Tu quieres ir a algún lado en especial?
-¿Eh? ¿Yo? – Se señaló con el dedo, inocentemente. El chico sonrió para sus adentros. Le gustaba esa incredulidad de Momo. – Pues…no sé…Me gustaría visitar el mundo de los vivos…
-¿Karakura? – preguntó él, fingiendo la sorpresa. - ¿De verdad?
-No especialmente a Karakura… - La chica empezaba a ponerse nerviosa, no sabía qué decir. - …Pero si no quieres no, Shiro-chan.
-No es que no quiera. Simplemente no lo había pensado así. – Dejó de caminar, y pensó. – Ya sé.
-¿Qué cosa?
-Tu sígueme, Hinamori, y no hagas preguntas, que me estresas. –Dijo con voz seria, pero claramente se podía distinguir cómo era una simple broma. – Y no me digas Shiro-chan. Tenme respeto.
-¡Qué cruel! – Infló sus cachetes, molesta.
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"¡¿Por qué los humanos tienen que complicarse la vida con estas cosas?!"
Hitsugaya estaba que se le caía el cabello del estrés. Frente a él, se encontraba un enorme mapa con varias rutas de trenes. Lo único que podía ver eran "Líneas, líneas y líneas." Ah, y números. Un montón de números y letras diminutas. Parecía un rompecabezas. Se mordió los labios, intentando calmarse. No comprendía el mecanismo de dicha estación de tren. ¡Carajo!
-Hitsugaya-kun, ¿Te ayudo?
El chico no le hizo caso. Seguía intentando descifrar ese extraño mapa.
Momo suspiró. Habían decidido ir a visitar algún centro turístico de Tokyo, pero la pequeña estación de Karakura en la que se encontraban era un tormento para el joven Capitán. A ese ritmo, se les haría tarde y oscurecería. Hinamori decidió actuar.
Veía a gente a su alrededor caminando con prisa, todos ellos vestidos elegantemente o de negro, con grandes portafolios y corbatas o tacones. Realmente sería difícil pedir ayuda a alguien con esa prisa que parecían llevar.
-Disculpe… - Interrumpió Momo a una señora, que sólo miraba su reloj en la muñeca y al parecer no la escuchó. – Disculpe… -Volvió a intentar, esta vez, el susodicho paró.
-¿Sí?
-No soy de aquí, y quería visitar algún lugar turístico, pero no tengo idea a dónde puedo ir y cómo usar este sistema de trenes. – Comunicó la castaña, con un poco de vergüenza, pero con fluidez característica de la mujer.
El hombre pareció fijarse bien en ella por vez primera. La ojeó de arriba-abajo rápidamente, y sonrió. Esa chica era linda.
-¡Ya veo!- el sujeto pensó unos segundos. – Si de un lugar turístico se trata, puedes ir a la Torre de Tokyo.
"¿La Torre de Tokyo?" No había escuchado hablar de eso. Ni siquiera por parte de Kurosaki. Sin embargo tenía un buen presentimiento de dicho lugar.
-Es simple, mira. ¿Ves ese mapa de allí? – Momo asintió. – Nosotros estamos ahora mismo en la estación Karakura, y la Torre de Tokyo se encuentra a cinco minutos a pie de la estación Akabane-Bashi. Ahí. –El señor señaló un punto del mapa, donde había un número y efectivamente, decía el nombre de la estación. – Sólo tienes que usar la máquina que está allí, y escribir el número que corresponde a dicha estación. En la máquina te aparecerá lo que debes pagar, y listo. Te da un boleto que debes conservar para salir de la otra estación, también.
-¡Entiendo! ¡Muchísimas gracias, no sabe cómo se lo agradezco! – Hizo una leve reverencia.
En eso, Tōshiro salió de su trance, y estaba dispuesto a decirle a Momo que mejor regresaran, pero vió a su amiga con un sujeto que, al parecer del albino, era muy sospechoso. El verla feliz y riendo, le hacía sentir un tipo de envidia y frustración. Una vena se dibujó en su frente, y en dos zancadas ya estaba al lado de la chica durazno.
-No tiene de qué agradecerme, en realidad… -Contestó el amable señor.
-¡HINAMORI!- Gritó. -¡Te he dicho muchísimas veces que no hables con desconocidos!
Tōshiro miró con rabia al sujeto que estaba a lado de su amiga, y este sudó frío. Momo se exaltó.
-¡¿Qué?! ¡Tú nunca me has dicho eso! Además, ¿Qué tiene de malo? ¡Estoy tratando de ayudar! – La chica empezó a ser rodeada por un aura de fuego.
-N-n-no, discúlpeme, señorita. – Habló el hombre. – No quería causarle problemas con su novio, ahora, si me disculpa… - Se alejó rápidamente de la escena.
-¡No somos novios! – Gritaron al unísono con rabia, pero lamentablemente el hombre ya estaba muy lejos para escucharlos.
Hitsugaya refunfuñó. No lo perdió de vista hasta que se mezcló con el resto de las personas en la estación.
"¡Nadie le hará daño a mi Hinamori!" Pensó el de ojos turquesa. Ya que se calmó, se dirigió a Momo.
-Bien, regresemos. No he podido ent… - Se calló al ver a su amiga aún enfadada, mirándolo con sus enormes ojos chocolate y tratando de aguantar las ganas de gritarle en la cara.
-¿Hi…Hinamori…? – susurró.
-¡Él sólo me ayudó! – Estalló, haciendo con sus brazos un movimiento veloz. Hitsugaya se sorprendió por el enojo de su amiga, y quiso decirle algo, pero ella lo interrumpió, más calmada. -¿Por qué fuiste así de grosero?
"¡Es que ese sujeto intentaba hacerte algo malo! Si tan sólo hubieras visto cómo te acosaba… ¡Tonta! Siempre eres igual de despistada, ¿Qué tal si te hubiera pasado algo?"
-Porque…pues… - El albino no le iba a decir todo lo que pasaba por su mente, obviamente. -¡Olvida eso! ¿Quieres? Mejor hay que decidir qué haremos. No he podido entender nada de esto.
Hinamori suspiró. Contó hasta diez, y finalmente volvió a su estado habitual, olvidando la escena que había pasado. Miró a su amigo.
-A mí me lo han explicado, aún podríamos ir aun lugar turístico, si quieres. ¿Qué te parece la Torre de Tokyo?
-¿La qué? – preguntó sin darle importancia. –Pues como quieras. – Se metió las manos a los bolsillos.
La chica asintió, y tal como se lo había indicado el señor, compró sus dos respectivos boletos. Le entregó uno a Tōshiro. En poco tiempo ya se encontraban a bordo de un tren, que a pesar de ir a una velocidad rápida, adentro se vivía una calma inmensa. Como si el tiempo se hubiera detenido. Tan sólo se escuchaba a lo lejos el movimiento de la máquina, y una música de fondo.
Nuevamente y debido a eso, Hinamori parecía sumida en sus pensamientos, con una visible expresión de dolor en su rostro. Sabrá Dios que cosa terrible estaría reviviendo en su memoria. Sus ojos perdidos se cerraron poco a poco, y sin darse cuenta, ya estaba dormida, su cabeza reposando en el hombro de su mejor amigo, que no hizo ademán de apartarla. Tan sólo se maldijo nuevamente, reprochándose de su debilidad y el sufrimiento de su amiga.
Mientras, una lágrima rodó por su suave mejilla, la cual finalmente cayó, silenciosamente.
Comentarios de la Autora:
¡Bien! ¡Hasta aquí este primer capítulo!
¿Qué les pereció?
Obviamente este capítulo no tuvo mucho movimiento, ya que tenía que explicar los sentimientos de Momo, y esas cosas. Pero en el siguiente ya comenzará la dichosa salida de amigos.
Quise hacer que parecieran literalmente turistas, porque es algo que yo pasé, y ¡No saben lo frustrante que puede llegar a ser perderte en las estaciones de tren de la gran ciudad de Tokyo, intentar pedir ayuda y ese tipo de cosas! Pero luego resulta ser muy divertido.
Acerca de esta historia, quiero que sea corta, no la tengo vista para más de tres capítulos. Ya que es mi primer HitsuHina, y la verdad estoy un poco nerviosa, siento que los sentimientos de Shiro-chan son un poco difíciles de explicar. Como sea, igualmente me gustaría escribir otro fanfiction más largo, con una trama más interesante de estos dos, pero todo se decidirá con el resultado de esta pequeña historia.
Por favor, si les gustó este pequeño fragmento de esta humilde historia, ¡no estaría de mal que dejaran un review! Se los agradecería de todo corazón. :)
¡Nos leemos después!
