Puro amor pura pasión

La noche empezó con un beso cálido por parte de ella. Inocente, lleno de ternura. El deseo de ambos hizo que ese beso continuara, pero de una forma diferente.

Sentados en el borde de la cama, él apoyó su cuerpo contra ella, forzando que ambos acabaran tumbados.

Caricias que mostraban todo el amor que sentían el uno por el otro, aceleraban el corazón de ella, llegando a parecer nerviosa.

Poco a poco, él comenzó a adentrarse en lugares prohibidos por debajo de la ropa. Ella tragó saliva, inquieta y un tanto asustada, pero en su interior sabía que deseaba que él no parase. En ese momento, jugueteó con sus hábiles manos el cierre de la prenda íntima, liberando así a sus suaves cautivos; y con esas mismas manos, los modelaba para sentir más su bella figura.

Ella respiró, tan fuerte que se convirtió en suspiro y luego en gemido. Le abrazó para sentir su calor y, después de un largo beso donde sus lenguas, adalides de un amor desmesurado, luchaban la una con la otra por el territorio conquistado; se entretuvo con los botones de la camisa, para poder encontrar así, el torso desnudo de su amante.

La vela que iluminaba sus cuerpos ya desnudos, se iba consumiendo de poco a poco, sin perder la fuerza para dibujar la silueta en la pared de aquellos dos seres sedientos de amor; sedientos el uno del otro.

Ambos querían unir sus cuerpos, sentirse como nunca se habían sentido, buscaban la perfección, jugaban a ser dioses, a demostrar su amor de otra forma más allá de las palabras.

Y se unieron al fin. A partir de ahí, los movimientos fueron lentos, suaves, con amor, pero iban acelerando muy poco a poco, pasando a ser rápidos, sentidos, y muy pasionales.

Acabaron, abrazados, mirándose a los ojos. Reinaba un silencio que solo era roto por los estertores de cansancio de la joven. Ya no había luz, pocos instantes antes la vela se había extinguido.

Amor. No era otra la palabra que describiera lo que sentían ambos. Puro amor, pura pasión. Para él no fue su primera vez, pero si la primera vez que hacía el amor. Y por eso ambos recordarían esa noche como la más especial de todas sus vidas, y jamás soñada por ninguno.